25 de mayo de 2010

Historia de la creación



La historia de la creación como pilar fundamental de nuestra fe
De prof. Dr. PC. FC. Karel Juschegin



Como todo comenzó

Dios creó al mundo en siete días (esto corresponde a seis días hábiles y un día de descanso legal). En este tiempo creó al hombre y a la Tierra. Esto fue hace unos diez mil años. También creó a los dinosaurios y los colocó junto a los humanos, para que estros tuviesen miedo y temiese a Dios.

Además creó a animales y plantas petrificadas – los llamó fósiles - para que el hombre, se equivoque rotundamente. Después de esto quiso poner a prueba al hombre. Por lo tanto, Dios colocó divertidos y fantásticos esqueletos y restos de plantas descompuestas, entre medio de las rocas y de las piedras recién creadas. Luego hizo crecer rápidamente mucho pasto, árboles y arbustos - en toda la Tierra.

Ye que en su creación, también sembró algo así como un entendimiento – por lo menos en algunos de ellos – quiso saber si tendrían la capacidad, de tirar por la borda todo su sentido común, para creerle, al creador, los más absurdos cuentos.

Cuando el hombre fracasó en este punto, y finalmente sólo quería “eso único”, Dios tuvo suficiente y dejó que toda su maravillosa creación, se ahogara en un increíble “El Niño”. Aquí se mezclaron todas las plantas y se pudrieron. El compost así formado, Dios lo llamó carbón. Con esta fuertes lluvias, también se formaron algunos valles, como el Gran Cañón, en América el valle Schöps en Ebersbach (Alemania).

Entre todos los actos creativos, Dios también creó una gran cantidad de animales y plantas inútiles, que hoy ya no existen, además volcanes, campos de lava, desiertos, pterosaurios, selvas tropicales y neandertales, movió de aquí a acá algunas placas continentales en la esfera terrícola, metió la mano en los isótopos, para que posteriormente le indicaran al hombre un tiempo erróneo, y con esta broma casi se muere de la risa.

Finalmente se cansó de tanto reírse, y descansó el séptimo día. Pero antes se le ocurrió algo muy especial: Él pensó, que se podría crear reglas reconocibles, según lo cual todo funcionaría. En verdad Dios no necesitaba estas reglas, ¿Y que él era DIOS, y que Dios se rige por alguna regla?



Pero el hombre, desde ahora, debía creer, que la naturaleza y el universo, que Dios había confeccionado en el turno de mañana del primer día, iba a obedecer a estas reglas naturales. Él llamó a estas reglas “leyes de la naturaleza”, y dejó al hombre con la creencia, que éste las iba a descubrir y usarlas.

A algunos pocos, los elegidos, los verdaderos creyentes y auténticos combatientes en asuntos divinos, les dio el don de percatarse de este truco algo débil: Él les dio un conocimiento más elevado, una fuerza, para ponerse por encima de todos los demás, para considerar su trabajo como algo estúpido, de enviar todo lo fue, a la cloaca de lo imposible mediante un tachado mental. Estos pocos estudiaron con afán la palabra de Dios. Y así es que ellos, con sus conocimientos sobre la verdadera historia de Dios y del mundo, se encuentran del lado correcto. Por esto existimos nosotros los creacionistas, aún cuando raras veces nos hacemos llamar así.

Durante un buen tiempo antecesores, campeones por la verdad tuvieron un éxito real. Ellos usaron sus dones con empeño. Y si alguien les contradecía pertinazmente sus argumentos, simplemente los desmenuzaron en sus partes individuales, por Dios dadas, u organizaban unas fogatas públicas. Esto fue algo cruel, pero un castigo muy justo por su tozudez ¡Aleluya!

Entonces Dios vio que todo estaba bien y definitivamente se puso a descansar. Él cayó en un sueño de miles de años, del cual aún no ha despertado.


¿Cómo realmente podemos estar tan seguros con todo este cuento?

La pregunta no es difícil de responder. La Biblia nos lo dijo y la Biblia siempre tiene la razón. ¡Siempre! Si se quiere tener una fe muy firme en Dios, entonces es indispensable tomar la Biblia literalmente. Si no haríamos esto, entonces podríamos elegir, en que cosas queremos creer y a que consejos renunciar, esto suena como algo muy práctico, pero no lo es, como por ejemplo el mandamiento: “No cometerás adulterio” .

Póngase la mano sobre el corazón – ¿quién no ha pensado alguna vez, invitar a su casa a la simpática vecina, para hablarle después conversarle “intensivamente sobre Dios”? Este importante mandamiento estaría entonces obsoleto, porque nadie se regiría por este. Pero dios no estableció estas normas por diversión - ¡de cierto no! Luego tenemos que creer, lo que muchos hombres sabios en un pasado remoto, estamparon en papiros y pergaminos, para que e4n nuestros actuales vidas nos sirva como guía. ¡Aleluya!

Y naturalmente es lógico, que también debemos creer en la historia del Génesis, al fin y al cabo, aparece dos veces en la Biblia, una detrás de la otra. Que el procedimiento de Dios es algo distinto en cada caso, reside en su poder, y nosotros no tenemos que discutir esto. Dios es grande y si prefiere crear primero a Adán y luego a la lechuga o primero el Sol y luego a Adán o primero a la lechuga y luego los xisofuros, entonces esto nos debe importar un cuesco. ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar el plan de Dios? ¡Aleluya!



Podemos ver entonces, que Dios lo puede hacer todo, también muchas cosas extrañas. Todo esto naturalmente tiene consecuencias para nuestra vida. La Biblia es extensa y. contiene una gran cantidad de raras normas y mandamientos preparados para nosotros. Si Dios nos habla en la Biblia por intermedio de su apóstol Pablo y nos dice que los gays son unos enfermos y pecadores y que todos, que tienen placer con el sexo antes del matrimonio arriesgan ser cocinados en el infierno, entonces deberíamos poner mucha atención y no cerrarnos. La gracia de Dios es grande, sus mandatos punitivos tampoco son despreciables.

En general esto no es tan difícil. Creer significa confiar. Y confiar significa, tomar la palabra de Dios como moneda verdadera, aún cuando ahora tenemos el Euro.



¿Cómo argumento correctamente frente a incrédulos?

La creencia en la creación en su forma más pura es ciertamente, una cosa espectacular, estupenda: Ella siempre nos da la razón. Aquí los investigadores mundanos y otros súper sabios, pueden quebrarse sus molleras como quieran: Nosotros tenemos en nuestras manos, la enciclopedia más completa del mundo, el último CD-rom de multimedia de Dios, el más grande banco de datos de respuestas para todas las cosas, que siempre quisimos saber y que nunca nos atrevimos a preguntar.

¡Salgamos entonces al mundo y demos las repuestas que nadie quiere conocer! Si alguien te pregunta “¿Entonces, para que existen todos estos animales extintos?”, entonces respóndele sonriente: “¡El que vive en Dios, no debe hacer estas preguntas! ¡También se puede ser feliz así!”

Y si alguien te pregunta: “¿Y porque la Tierra tendría una edad de apenas unos ridículos miles de años?” entonces respóndele con fuerza: “Para Dios mil años es como un día, lo dice la Biblia. ¿A propósito, hijo mío, ya has ajustado tu reloj de isótopos y has rezado?”

Como se puede ver. Es fácil aprender la argumentación. Lo importante aquí es, siempre sonreír, para dejar en claro, que tu punto de vista de las cosas, o sea, la verdad, te satisface y te hace feliz y también un poco ufano. ¡Nosotros, al fin y al cabo, tenemos a Dios de nuestro lado! ¿Por qué no hemos de ser arrogantes? ¿Quién, si no nosotros? ¡Aleluya!



¿Por qué hacemos todo esto?

Ya que estamos de lado de Dios, no nos detenemos frente a nada ni a nadie. Nosotros vamos a las escuelas, comunidades eclesiales y a los institutos de Max Planck, editamos libros y folletos, administramos asociaciones y nos preocupamos por la capacitación de profesores y alumnos. Estamos permanentemente preocupados por la obstinación del hombre y que no quiere reconocer nuestra doctrina.

Y naturalmente nos ocupa el bien estar del ser humano. Ya que desde que apareció el diablo en la Tierra en la forma de Charles Darwin, el ser humano se hunde en el pantano de la inmoralidad, perdición, guerra y perdición. ¿Por qué este inglés, de mente estrecha, tuvo que colocar en el mundo una bobada tan desquiciada y desbaratar nuestra segura visión del mundo?

¿Por qué combate nuestro pequeño grupo, de personas rectas, contra los incontrovertibles hechos? ¿Por qué simplemente no nos damos por vencidos? La respuesta a esto, es fácil: ¡Nosotros no queremos!

No queremos aceptar, que la base de nuestra fe, la Biblia, tanga que dar un paso atrás de la aborrecible y secular furia mundial de descubrimientos. ¿Cuánto tiempo ya existe la palabra de Dios y desde cuando los investigadores escavan en la tierra, sólo para atacar nuestra fe? La respuesta a esto es evidente, y nos fortaleza en lo que estamos haciendo. La investigación mundana, está empeñada en destruir nuestras creencias, de quitarnos lo único que tiene consistencia en el mundo. No nos quedaremos con los brazos cruzados, también algunos creen, que no tenemos claridad con la realidad.


¡Comencemos, ya que la Biblia es nuestra guía! Combatamos por un mundo, que no tiene una edad de eones de miles de años, por un hombre, que no proviene de un tonto y peludo mono, por una escuela, donde los alumnos no sean indoctrinados por evolucionistas fanáticos, por un país de la Biblia y de una justa fe

¡Amén!


Fuente www.nitrogfen.de

Traducido del alémán por aagb Mayo 2010

2 comentarios:

Unknown dijo...

El día en que te llegue la muerte vas a ver cómo son las cosas....
Gloria in excelsis Deo et in terra pax HOMINIBUS BONAE VOLUNCTATIS, sed non tua volunctas quoniam mala est.

Albrecht Gundelach dijo...

La clásica falacia ad baculum.
Ya perdí la cuenta de las veces que he escuchado y leído este tipo de amenazas ridículas