5 de noviembre de 2010

Cómo los creacionistas mesclan fe con ciencia


Cómo los creacionistas mesclan fe con ciencia


Los anti evolucionistas por regla, se empeñan, presentar en el nombre de la ciencia, sus teorías creacionistas, y clasificar al mismo tiempo, la filosofía naturalista científica, que explica al mundo exclusivamente mediante las leyes naturales, como un “concepto de visión religioso del mundo”. Detrás de esto, se esconde el intento de borrar los límites entre fe y ciencia - una estrategia que también ha usado el biólogo y anti evolucionista W.E. LÖNNING, en su comentario contra el crítico al creacionismo U. KUTSCHERA, en "Biologen heute" (Biólogos hoy). Por esto parece apropiado, para los fines de la ciencia, tomar ciertas posiciones frente a algunas expresiones de LÖNNING, respectivamente, del creacionismo y exponer los errores que detrás de esto se esconden.

Creación como estrategia de conocimiento científico

LÖNNING intenta, su insólito concepto de ciencia, el cual, a raíz de la interrogante sobre el origen y desarrollo biológico con el acto de creación de una entidad sobrenatural ha de ser respondido, ad verecundiam, justificándose, bajo la invocación de “notables investigadores portadores del premio Nobel”, como por ejemplo Einstein. Entonces sigue con el aviso, que “a menudo, por primera vez en el consenso de opiniones divergentes” resultaría el progreso científico, con lo que se quiere decir, que preceptos creativos generales son una alternativa científica, para la enseñanza de la evolución. Indicaciones como estas o parecidas, sin embargo no aciertan, por diversas razones, a su finalidad:
Primeramente detrás del rechazo a una idea general de la evolución, motivada por la teoría creacionista, no se esconde un “concepto progresista”, siendo tan antigua como la enseñanza de la evolución. Esto significa, que no es la teoría de la evolución, si no, la teoría de la creación, representan el “consenso predominante” durante los siglos y milenios. Recién en el darwinismo se refleja el revolucionario “concepto divergente del consenso”. Frente a este escenario apareció el anti-evolucionismo (Creacionismo en el más amplio de los sentidos) como anacronismo científico histórico, que tiene como meta “Retroceder la rueda del conocimiento”.
Asimismo, existe la opinión,
De que el “consenso prevaleciente” ha impedido el avance del pensamiento revolucionario, no hay ejemplos convincentes. Si se revisan los estadios la historia de la ciencia, se muestra, que las ideas geniales y nuevas perspectivas, al final siempre se han impuesto y recién entonces se ha dado la espalda paso a paso, al dominante “consenso creacionismo teórico” medieval y haber reducido a todos los “milagros” a leyes naturales, que no saben nada de nosotros.

LÖNNING oculta sistemáticamente, que la comparación de anti-evolucionistas con creyentes que obtuvieron el premio Nobel, es totalmente inútil en este contexto. EINSTEIN y PLANCK nunca se opusieron a explicaciones de las leyes naturales y aceptaron al naturalismo como una condición ontológica para los trabajos científicos. EINSTEIN, también reconoció los descubrimientos de Darwin y su inicial oposición a un universo dinámicamente evolutivo, la llamó como su más “grande burrada” de su vida. Para EINSTEIN, creación era idéntica con el mundo e igualmente maravilloso, ya que es entendible a través de la leyes naturales ("deus sive natura"). En cambio el creacionismo se pierde en lo oscuro, postula en base a convicciones dogmáticas un quiebre ontológico entre auto-organización de sistemas inanimadas y animadas y cree que una “evolución teísta” es incompatible con cuestiones de fe.

La separación ontológica entre una esfera de influencia de Dios y un ámbito naturalmente abarcable no es sólo ruinosa para la ciencia, si no, también para la teología, ya que en el correr de los siglos, fue rebatida (en la astronomía, Geología, química, etc.) sucesivamente y el “god of gaps” desplazado nichos. La consecuencia es, que una teología anti-evolucionista como esta, hoy ya casi la toma en serio, por lo cual, las iglesias mayoritariamente se distancian des estas tesis anti-evolucionistas.

El naturalismo como “posición religiosa”

¿Cuándo, uno podría preguntarse, excluye la ciencia todos los recursos sobrenaturales de la explicación? LÖNNIG habla de “motivación de una visión mundana” y la desacopla del “plano de las ciencias naturales”, con lo cual nuevamente se expresa que el “súper-naturalismo”, religiosamente motivado, estaría a la par con el naturalismo, o sea, que una teoría de la “macro evolución” es igualmente una fe, como la teoría de la creación.

Esta tesis racionalmente no tiene capacidad discursiva, ya que aquí se oculta, que en el naturalismo no se trata de una determinación inalterable sobre la no existencia de un creador, si no de una expresión de una limitación metódica.
El naturalismo recién garantiza, que es posible trabajar en el “plano de las ciencias naturales”: Más concreto aún: La ciencia sólo se puede tratar con hechos hipotéticos, cuya existencia es comprobable deductivamente, y esto a su vez requiere, que las teorías contengan declaraciones de leyes. Sólo de afirmaciones formuladas de leyes naturales es posible deducir en forma lógica conclusiones bien específicas, que se pueden comprobar en la observación. Aquel que desprecia esta premisa se convierte “inevitablemente en un chapucero”, como lo dijo una vez v. DITFURTH.

En una teoría creacionista leyes, en parte, son reemplazadas por el libre arbitrio de un ser sobrenatural, sobre la cual se puede especular libremente. En general cada efecto empírico pensable pudo haber salido de la voluntad de un creador, y ya no es posible decidir lógicamente, que observaciones confirman la tesis creacionista o hicieron necesaria su revisión.- Con esto queda claro que todas “explicaciones” se basan en la inescrutable decisión del Creador, quién habría establecido a la Tierra tal como la vemos. Con esto se puede responder cada interrogante pensable, pero no se pueden explicar los fenómenos, pues, en vez de una explicación se coloca la insondable voluntad de una entidad sobrenatural.

Muy distinto es el caso con la hipótesis de Darwi . Existen escenarios que forzarían lógicamente la revisión de la hipótesis de la descendencia. También con respecto a la interrogante del mecanismo, el darwinismo original ha sido superado desde su nivel original, ya que “falsificaciones lógicas” han forzado su desarrollo. Por esto no tiene sentido cuando LÖNNIGH habla de “ocultamiento de intentos de falsificaciones”

La teología de la sustitución

Mientras que ahora, sin embargo el científico no considera como totalmente falsas una teoría afectada por una falsificación, si no como algo incompleto y la revisa en el sentido de la definición de un programa de investigación, los creacionistas lo consideran como un “intento ilícito de inmunización”, cuando se trata en la discusión sobre la teoría de la evolución. También lagunas históricas de conocimiento como la falta de causales explicaciones detalladas, son interpretados irracionalmente como un fracaso de teorías naturalistas e interpretadas como un indicio de la creación.

Este suficiente común “conocimiento estratégico” conocido bajo la denominación “teología de la sustitución”, es fatal para la ciencia, ya que impide toda investigación en

El problema detalle, desde el comienzo de los tiempos ya no había nada más que investigar. La existencia de hechos descritos o explicados en forma incompleta, es el caso normal en teorías empíricas, poniéndose en duda todas las teorías científicas y que podrían ser reemplazadas por el “god of gaps”

Resumen

Este artículo se ha propuesto como objetivo, porqué el creacionismo no puede ser una explicación científica y que en el anti evolucionismo hay menos argumentos objetivos, que más bien la crítica a las enseñanzas de métodos científicos. Las consecuencias que sobrepasan a la teoría de la evolución son conscientemente pasadas por alto o tergiversadas mediante “torsiones” inconsistentes de los argumentos metodológicos.

Característico para el creacionismo es siempre la demanda del revisionismo científico o sea el intento de rebobinar los conocimientos de algunas teorías revolucionarias e incluir la factibilidad, empíricamente no determinable, de un creador en la ciencia. Por esto no es comprensible, cuando LÖNNIG separa totalmente su “teoría del diseño inteligente” del creacionismo bíblico y la considera científicamente más legítima, siendo la orientación metodológica en ambos casos la misma. En todo caso es incorrecta la comparación con portadores del premio Nobel, que en el mejor de los casos han respaldado un panteísmo.


Traducido del alemán por A. Gundelach, Noviembre 2010, con la gentil autorización de Martin Neukamm
Fuente www.martin-neukamm.de

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