5 de noviembre de 2009

Los tipos básicos de la biología creacionista en la crítica

Los tipos básicos de la biología creacionista en la crítica

¿Por qué no puede haber una investigación científica empírica de la creación?

En contraste la teoría de la evolución ampliamente confirmada, el creacionismo parte de la base, que todos los seres vivientes se formaron por un acto divino y que desde entonces no ha habido mayores cambios. Para la explicación de evidencias directas de la evolución, por ejemplo, con la aparición de nuevas características en ensayos de reproducciones, se saca a relucir el tal llamado modelo del tipo básico. Según esto, el Creador habría formado una serie de especies básicas, que ya contenían las características de las especies que actualmente existen, que ya tenían el potencial genético respectivo para su formación. Sin embargo, el modelo del tipo básico, al observar más de cerca, contiene una serie de hipótesis auxiliares elegidos arbitrariamente, que quieren hacer plausible una determinada figura creadora. Pero la idea de un Dios creador no se puede investigar mediante métodos científicos.



El concepto, según el cual Dios creó la vida en el mundo, dominó a la biología hasta el siglo 19, por lo cual antes de Darwin no se consideraba en forma seria una formación natural de las especies (Fig. 1). Este panorama ha cambiado completamente bajo la impresión de un poderoso conjunto de datos: Hoy tiene validez la evolución de los organismos, como un hecho fundamental totalmente confirmado, en la biología. El creacionismo se cierra tenazmente contra esta premisa, aferrándose al mito bíblico de la creación, en consecuencia a esto, el mundo y las especies no se han desarrollados en forma sucesiva, si no, que fueron hechos por un acto creativo de una entidad divina. Ya que en la Biblia no se habla de una transformación de las especies, el creacionismo se encuentra con el problema, que en frente a todas las evidencias evolutivas de la paleontología, que hablan a favor de un cambio sistemático de la formas en el correr de miles de millones de años durante la historia de la Tierra, debe de alguna manera desvirtuar esto (es decir, poner esto en consonancia con sus dogmas). En el marco de modelos auxiliares, esto es posible de realizar, pero en relación a los conocimientos científicos, y las respuestas consideradas para esto, generalmente son totalmente inconsistentes, y evidentemente falsos y “toda respuesta, fabricada explícitamente para esto, naturalmente crea nuevas preguntas, que llevan a nuevas construcciones y así sucesivamente, hasta llegar al ámbito, por cierto no lógico, pero si a un absurdo (Hemminger 1988, Pág. 20).(De los problemas epistemológicos del creacionismo y su variante académica. Por eje. Kitcher 1982; Mahner1990, 2002; Kotthaus 2003; Waschke 2003; Neukamm 2004 a, b.)

La simple imagen del orden de la creación, predominaba hasta el siglo 19 (Xilografía de una Biblia del siglo 16)
De una manera algo más elegante, el creacionismo ha aceptado las evidencias de la evolución, como son encontrados, por ejemplo, en las observaciones de campo y en experimentos de selección en la mutación genética o en la investigación reproductiva. Aquí, al creacionismo le viene de provecho, la circunstancia, que los períodos de tiempos empíricamente apreciables, para la observación de las transformaciones, muy raras veces pasan más allá de los límites de las especies, por lo cual la evolución experimentalmente comprobada, puede ser puesto, con mayor facilidad, en consonancia de la postulada constancia de los tipos, que las grandes transformaciones, que se produjeron, a través de los largos períodos de las eras geológicas, en el mundo animal y vegetal. De hecho, el creacionismo ha construido para esto, un modelo auxiliar – el tal llamado modelo del tipo básico. En el marco de este artículo, se representará primeramente este modelo del tipo básico y a continuación se considerara las pretensiones de los creacionistas, mediante el uso de este enfoque teórico agenciar una investigación creacionista, científicamente empírica y heurísticamente fructífera


El modelo del tipo bnásico


El modelo del tipo básico, se fundamente esencialmente en la el concepto, que el Creador ha diseñado una serie de especies originales, que ya tenían incluido las características de la especias actualmente existentes, en otras palabras, ya venían con el potencial genético para su posterior existencia (Junker, Scherer 2001, Pág. 285). A estas, tal llamadas especies originales “genéticamente polivalentes”, según esto les es concedido un limitado potencial de variación “programado”: Estas especies se habrían transformado a las formas, razas y especies actuales, con el correr del tiempo mediante “micro evolución” esto quiere decir, por “procesos de variación en base de construcciones ya existentes (Junker 2002, Pág. 14), que en cada caso, pertenecen a una unidad de creación común – un “tipo base” paterno. Donde intertanto varían las características, que en mayor o menor grado son transmitidos asimétricamente hacia los descendientes, y así se formaría una cierta diversidad de especies. La adquisición de nuevas características cualitativas (macroevolución), que sería análogo a la formación de nuevos tipos base, es considerada como algo plausible, sobre todo si se supone, que esta tarea recae sólo sobre el Creador. Con esto las especies de los distintos tipos base no estarían en relación con una descendencia común, y en consecuencia de una especificación progresiva y especialización, todo el potenciadle variación genético tendría una tendencia de una lenta disminución.



Así por ejemplo, todos los animales de la familia de los cánidos, como por ejemplo, los lobos, coyotes, chacales, zorros, hienas, y el perro doméstico, pertenecen a un tipo original básico, donde el cruce experimental de las especies indicaría a un ancestro común (el supuesto creado espécimen original. Aquí un “cánido originario”), Todas las especies, respectivamente formas, que están unidos directa o indirectamente por cruzamientos, se habrían formado, según esto, por macroevolución a partir de estas especies originarias, sobre todo que todos los animales de la familia de los cánidos tendrían el mismo patrón estructural básico. De esto se estaría concluyendo, que con el correr de la evolución sólo se produjeron “cambios cuantitativos de órganos, estructuras o icnografías ya existentes” (Junker, Scherer 2001, Pág. 53).Como otros candidatos de tipos originales, en la literatura creacionista se mencionan, por ejemplo los pájaros de la clase de los ánades; la familia de los equinos; o bien - como nos corresponde como seres creados según la imagen de Dios – el ser humano es tratado como una especie independiente. La macroevolución correspondería, como se destaca, a un cambio que reventaría el mosaico que sería característico para el tipo base, como por ejemplo, la transformación de un “reptil” en un mamífero (Fig. 2)



En contraste con el sistema de árbol de ramificación de la biología evolutiva (A), la biología de los tipos básicos del creacionismo (B, en la cual serpia posible una reducida variación evolutiva (De Junker & Scherer 2001, con la gentil autorización de R. Junker)

La pretendida relevancia del modelo del tipo básico

El modelo del tipo básico es exhibido por los creacionistas como un comprobable modelo de la creación científica. Así, por ejemplo, Junker (2004), quiere mostrar, que se puede desarrollar una “investigación de la creación” integral, a partir de la biología del tipo básico. También Jahn (2004) destaca la eminente importancia del modelo para la investigación de la creación. Sin embargo admite que no es posible abarcar “teóricamente la suposición de una creación”, pero hace referencia, que la “regularidad resultante desde una creación” so podrían deducir modelos comprobables, como lo estaría mostrando “específicamente la biología de los tipos básicos” (Jahn 2004, Pág. 5).



Suponiendo junto con Junker (2004), que Dios, aproximadamente hace unos 10 000 años ha originado “unidades creativas discretas”, sólo que son “limitadamente variables”, que ha hecho estas formas ancestrales similares al “principio de un mecano” y en sus genomas ha invertido en ventajosas rutas de desarrollo, que se pueden desplegar mediante la macroevolución, de esto resultaría, por ejemplo la conclusión, que por ejemplo, no sólo las formas ancestrales (Hoy en día, posiblemente extintas), si no también las especias actualmente existentes muestran una “variabilidad programada”. Además podría esperarse, que más allá de los límites de los tipos básicos pueden aparecer formas de mosaico con casi cualquier (incongruentes) característica, y que las variaciones sólo se pueden observarse dentro de los tipos básicos, que se pueden determinar mediante el auxilio del criterio de cruzamiento. También se podría esperar, que los “mecanismos de variación” podrían ser encontrados “causada por la diversidad existente dentro de los tipos básicos, formados de una forma polivalente ancestral” (R. Junker 2004, Pág. 8).Si se podría confirmar esta conclusión, esto sería, según el concepto de los creacionistas un apoyo para los postulados del modelo del tipo básico y con esto, indirectamente también para la hipótesis de la creación.

En vista de estas afirmaciones debemos preguntarnos, que lugar de importancia puede tener el modelo del tipo básico para la creencia de la creación. ¿Se podría percibir una confirmación del modelo del tipo básico como argumento plausible en favor de la “suposición de una creación”, como lo suponen Jahn y R. Junker? ¿La hipótesis de la creación se muestra como útil para el conocimiento de la realidad empírica? ¿Y el modelo del tipo básico realmente tiene una relevancia científica?

La hipótesis de la creación y los arbitrarios aditamentos



Para poder responder a estas preguntas, debemos primeramente aclarar como esta constituida la estructura lógica de teorías y modelos, y lo que se debe hacer para comprobar estas. Las hipótesis, por lo general, están integradas en unos marcos teóricos y lógicamente conectados. Las teorías y los modelos, en otras palabras, forman “un sistema de afirmaciones (hipótesis) que se encuentran en una relación lógica, que describe o explica un determinado ámbito” (Mahner 2000). La expresión “se encuentran en una relación lógica”, significa que de los postulados de una teoría, se pueden obtener conclusiones lógicas (deducciones) que son necesarios comprobar empíricamente.

Sin embargo, ahora las teorías no pueden ser probadas sin más, Ya que, por lo general, no rebasan en hechos que pueden ser observados directamente y además no declaran nada en especial, si no, describen o explican su ámbito sólo en forma generalizada. En consecuencia las afirmaciones generales deben ser especificadas, es decir, de una teoría general hay que obtener un modelo más o menos específico, para llegar a testimonios sobre hechos observables Para esto la teoría debe ser enriquecida con complementaciones (Hipótesis auxiliares e hipótesis indicadoras)), donde, los refuerzos concretizan las propiedades de los objetos tratados por la teoría y las hipótesis indicadoras establecen la relación con los hechos observables (ver, Mahner, Bunge 2000).

Si observemos, por ejemplo, la teoría de la evolución, tomamos nota que sólo tiene enunciados sobre la evolución de los seres en general, pero no contiene mayores declaraciones sobre el origen de una especie en especial. Si en el marco de un modelo se quiere llegar a afirmaciones sobre la evolución de una especie en especial, el esquema explicativo general debe ser complementado con conocimientos aditamentos, sobre los detalles estructurales, funcionales o de desarrollo de la especie correspondiente y eventualmente, con suposiciones teóricas de selección y supuestas aditamentos históricos. (Muchas veces, no contamos con modelos válidos sobre la formación de características o especies concretas. Esto se debe a la falta de conocimientos aditamentos y no a una cuestionabilidad de la teoría de la evolución, como lo implica el creacionismo en su crítica).


Análogamente a esto, del postulado de Darwin, según el cual todas las especies provienen de un ancestro común (Hipótesis de la descendencia), no se puede concluir nada concreto. Recién en combinación con conocimientos aditamentos sobre los mecanismos de la transmisión hereditaria, variación y selección, es posible llegar a conclusiones más específicas, que entonces, entre las especies debe existir un parecido gradual, que son posibles de ser chequeados y que hasta el nivel molecular, se confirma una y otra vez.

Determinante, para nuestra argumentación es, que los aditamentos, no pueden ser elegidos arbitrariamente en las ciencias naturales. Más bien cada hipótesis auxiliar debe, con la cual es dotada una teoría o una afirmación teorética, independiente de esto, debe ser evidenciable, empíricamente bien fundada y ser compatible con nuestros conocimientos fundamentales(Kitcher 1982; Mahner, Bunge 2000). Esto también es el caso en los ejemplos arriba mencionados: Toda concepción adicional en relación a la genética, variación y selección y sobre la estructura y el desarrollo de determinados organismos, se pueden probar y fundamentar, dentro del marco de las distintas disciplinas de la biología, sin que para esto sea necesaria la teoría de la evolución.


¿Pero bajo este punto de vista que sucede con el creacionismo y su modelo del tipo básico? También aquí tiene validez, que la hipótesis general de la creación (En contra posición a la hipótesis de descendencia de Darwin) especificada inicialmente, esto significa, debe ser enriquecida mediante aditamentos, para que de ella resulten conclusiones comprobables. En el marco de las correspondientes hipótesis auxiliares, se afirma entonces, que el Creador a creado especies originales genéticamente polivalentes, y conforme a un "enfoque de bloques de construcción" parecidos entre sí, y ha concesionado una micro evolución limitada dentro los tipos básicos De esto resultan entonces, las conclusiones ya arriba mencionadas, que pueden ser comprobables empíricamente, de manera que puede ser posible a cierto nivel, una investigación sobre el tipo base.


Contrariamente a la opinión creacionista de sus protagonistas, realmente no es posible realizar una investigación de la creación, en otras palabras, hacer plausible la hipótesis de la creación por medio de la exitosa prueba de las expectativas teóricas ¿Por qué no? Debido a que las necesarias hipótesis de aditamentos son todas arbitrarias y más encima no son comprobables independientemente de la hipótesis de la creación. Así por ejemplo, la suposición que los seres vivientes, fueron dotados con una “programada”, y finalmente limitada variabilidad, pero no imperiosamente necesaria: También el resultado opuesto de la variabilidad casi ilimitada y el desarrollo de la macroevolución de la especie, podría formar parte del plan del Creador. Después de todo, no pocas personas religiosas, suponen que la evolución sería el “método de la creación”, llegan entonces a una conclusión completamente opuesta, pero igualmente arbitrarias.

Tampoco es posible responder a la cuestión por la vía empírica, porqué el Creador ha formado sus especies según “un enfoque de bloques de construcción” en vez de hacer cada especie totalmente distinta hasta su más mínimo detalles. ¿Del mismo modo no se podría suponer también, que al Creador tuvo ganas de creare un continuo de formas? Con esta suposición, sin embargo, ya no se presentaría la cuestión de la creación dentro del marco del modelo del tipo básico. Aquí queda claro, que las hipótesis auxiliares creacionistas fueron elegidos arbitrariamente de tal modo, para hacer aparecer empíricamente plausible una determinada figura creadora, que no sería posible sin estas suposiciones. En este punto se puede llegar más allá aún y preguntarse, si un ser sobrenatural se atiende a reglas inmanentes del mundo y debe someterse a las limitaciones derivadas de las leyes de la naturaleza. ¿Un creador que gustó transforma agua en vino, no pudo haber creado también especies que pudieran vivir en el Sol; o que no necesitan alimentarse; o que se componen de aire; en vez predeterminar las leyes de la naturaleza así y no de otra manera como los conocemos (Neukamm 2004 b)?
En resumidas cuentas, se muestra, que para el actuar de seres sobrenaturales, no es posible indicar límites objetivos. Con esto, la intención de fundar científicamente una investigación sobre la creación, termina en un argumento circular: A la postulada creación sólo se le puede conceder, en el marco del modelo del tipo básico, una cierta plausibilidad, cuando se incluyen ciertos aditamentos , que deben ser justificables independientemente de determinadas creencias. El creacionista no puede acogerse a alguna razón teórica o un objetivo empírico, él sólo se puede refugiar en su posición de fe, para fundamentar, a son de que, ha elegido su hipótesis adicional del actuar de un Creador de seta y no otra manera.



Si se renuncia a estas hipótesis auxiliares establecidas a priori, y se aceptan sólo los aditamentos, que pueden ser probadas independientemente de la hipótesis de la creación y que empíricamente están evidenciadas, entonces la hipótesis de la creación ya no es posible evidenciarla. No importa que resultados investigativos puedan aparecer, la hipótesis de la creación nos estaría afectada por una confirmación empírica del modelo del tipo básico, ya que sobre actos creativos de seres sobrenaturales se puede especular a gusto. La tesis de la creación se encuentra, en cierto modo, en el aislamiento lógico, y sin un aditamento, tomado arbitrariamente, compatible con todas las imaginables observaciones y con esto básicamente no es falsable.



El ausente valor explicativo de la hipótesis de la creación



Para empeorar las cosas se agrega, que el desarrollo de las especies, como lo describe el modelo del tipo básico, sólo se puede investigar y describir desde un estricto fondo naturalista (ontológico), es decir, debemos referirnos a mecanismos y regularidades naturales, para poder entender los procesos descritos en el modelo del tipo básico, como también sus limitaciones evolucionarias. La suposición de una creación trascendental, según esto, no aporta nada a la comprensión de los contextos, que deben ser investigados. A lo contrario, donde siempre mecanismos naturales son reemplazados por actos creativos sobrenaturales, este modelo pierde poder explicativo. De esta manera el modelo del tipo básico debida a la suposición, que un creador habría generado formas originales genéticamente aislados, ya no puede responder a una serie de preguntas, que son respondidos en forma elegante, por la teoría de Darwin (Korthof ¿Porqué, por ejemplo, existen notorios parecidos entre las diferentes especies básicos (como, por ejemplo, entre gatos, equinos y ánades) si entre ellos no existiría una relación filogenética?
Aquel, que en esta parte hace referencia, que el Creador ha formado tipos básico según el "enfoque de bloques de construcción" con más o menos numerosas “analogías”, hace esto, como se recalca arriba, a base de aditamentos arbitrarios, que sólo sirven para salvar a una determinada imagen del Creador o Dios. En oposición a esto, la teoría de la evolución, en base a los mecanismos de variación, selección y genética, que aquí como legítimos aditamentos (porque están empíricamente asegurados) son vinculados a la hipótesis de la descendencia no esperan otros hallazgos y por esto, al contrario del modelo de la creación, también muestra una explicación específica para las escalonadas similitudes más allá de los “tipos básico”
Otro problema explicativo se acopla a la cuestión como la enorme diversidad de los 65 000 tipos de gorgojos o todas las características de las especies de faisanes, se encuentran alojadas en ancestro (Korthof 2004). Si se admite en conformidad a R. Junker (2005), que numerosas características de las especies de un tipo básico, como por ejemplo “los colores brillantes, las coronitas, los 'ojos' de los pavos reales y similares” en la forma ancestral del tipo básico de las especies de los faisanes, aún no estaban “fenotípicamente resaltados”, es dudoso si realmente se les puede considerar “como parte del inventario original de la forma ancestral polivalente”. Si entonces atributos como estos, se han formado, por mecanismos evolucionarios escalonados, como mutación, selección, combinaciones de géneros, etc., entonces el Creador, tomado estrictamente, no los hubiera creado, si no, sólo las predisposiciones genéticas, o sea, el potencial para su formación.

Korthof (2004, Pág. 38) con razón hace reflexionar, que los adornos, más sorprendentes y fascinantes, en el reino animal, se forman como consecuencia de mutaciones y selecciones – ornamentos que con razón se pueden clasificar correctamente como novedades cualitativas. Pero esto ya sería aquella macroevolución de la biología de la evolución, que en el marco del modelo del tipo básico son declarados como microevolución, para no tener que admitir, que novedades evolucionarias no se forman de otro modo, que por la variación de estructuras ya existentes
En general, la explotación de las potencias de desarrollo invertidos en el sistema epigenética,respectivamente, el reordenamiento de las características y los mecanismos de regulación conservadas, son cada vez más como una causa de cambios macro evolutivos en el debate (Ver por eje., Lorenzen 1988, Pág. 932; Hall 1996, Pág. 227-229; Kirschner & Gerhart 2005); para esto no necesariamente hay que inventar nuevos genes (Ridley 2003).

¿Cuan nueva debe ser una novedad cualitativa, para que los opositores a la evolución, también la reconozcan como una “auténtica” novedad? (Junker 2005) ¿La diferenciación entre micro y macroevolución, en el marco del modelo del tipo básico, realmente es considerado en forma consistente o se usan estos conceptos para desacreditar la aparición de neo formaciones evolucionarias? Los ejemplos nombrados deberían bastar, para demostrar que la fuerza explicativa del modelo del tipo básico, no proviene de la hipótesis de la creación, si no de las declaraciones mecánicas de la teoría de la evolución, a las cuales los creacionistas, paradojalmente se deben acoger, donde corren el peligro, admitir más a la evolución de lo que quisieran.

Aquel a quién se le ocurre la idea, incluir en los genes un potencial de desarrollo latente en el plan del Creador, quién en una previsión sabia, habría incluido una “ventajosa ruta de desarrollo”, se ve confrontado con consecuencias absurdas. Según Darwin debería suponer entonces también “que Dios habría predeterminado las innumerables variaciones de animales domésticos y plantes de cultivo, en especial para el provecho del agricultor; que, por ejemplo, varían las plumas de las colas de las palomas, para que el amante de las palomas, pueda criar sus grotescas formas, y que los perros varían en sus habilidades mentales, para que se puedan criar perros de caza” (T. Junker 2004, Pág. 11). Todas estas conclusiones a los creacionistas les deberían parecer descabelladas. Pero no son menos curiosas que las suposiciones teológicas con las cuales los creacionistas proveen a su modelo del tipo básico.

La irrelevancia del modelo del tipo básico

Independientemente de los problemas metodológicos de la hipótesis de la creación, muchas veces se afirma, el modelo del tipo básico podría explicar una serie de hallazgos, que en el marco de la teoría de la evolución parecieran problemáticos o por lo menos poco plausibles, donde se implica, que permiten que se incorporen heurística y fructíferamente en el panorama de la investigación (Junker 2005). Pero en realidad, la mayoría de los descubrimientos no son explicados en forma exclusiva por el modelo del tipo básico, en la mayoría de las veces, se trata de expectativas de modernos conceptos de desarrollos biológicos y de teorías de la evolución. Como hemos visto arriba, por ejemplo, una “variabilidad programada”, hasta cierto punto, esperable en el ámbito de la biología de la evolución, y la “delimitación” detectables mediante experimentos de cruzamientos de las especies en el nivel de determinadas unidades (“tipos básicos”), simplemente indica, que las especies, por largos períodos de tiempo, se han separados evolucionariamente, de manera que cruzamientos ya no son posibles.

También el hecho, que los organismos son solamente variables en forma limitada, no es mayormente sorprendente para la biología evolucionaria, porque en vista de cargas funcionales y las limitaciones constructivas sólo son aptas determinadas formas y el desarrollo es dirigido en trechos parciales en rumbos predeterminados (Ver: Futuyma 1990, Pág. 497-498; Riedl, Krall 1994, Pág. 263). En consecuencia, en la evolución nunca se produce un constante y armónico cambio de todas las características, si no a características estructuralmente parecidas (convergencias), como también a discontinuidades al estilo de mosaicos en el conjunto de caracterizas de los organismos, como lo presupone también el modelo del tipo básico. De acuerdo a esto, el asunto no es como dice R, Junker, que, desde el punto de vista de la teoría de la evolución, más bien se podría esperar un continuo de formas entre especies estrechamente emparentadas, mientras que a la inversa las sistemáticas apariciones “discontinuadas entre los tipos básicos cercanos” significan un debilitamiento del la teoría de la evolución a favor de la hipótesis creacionista (Junker 2005). De hecho la evolución tiene límites que deben ser entendidos epigenéticamente y que no indican a una existencia de un proponedor inmaterial.

Aquí nuevamente se pone en claro, que la teoría general de la evolución, como también la hipótesis de la creación sin unos aditamentos sería compatible con un continuo de formas Sin embargo, una vez, que la hipótesis, de la descendencia, es enriquecida con empíricamente confirmados conocimientos de fondo del ámbito de la biología del desarrollo, la teoría de la evolución no muestra expectativas de un continuo de formas, si no, una distribución de características de forma de un mosaico, que también es observable. Frente a esto los aditamentos con las cuales los creacionistas proveen su teoría de la creación, sin base empírica y sólo sirven para salvar sus comprensiones de la Biblia, respectivamente, conciliar con los datos empíricos. Si por ejemplo se afirma, el Creador habría por un lado, formado compuestas característicos arbitrarios y por otro lado sometido a necesidades del desarrollo históricamente generados (!), que por ejemplo imponen la respiración mediante pulmones en los mamíferos marinos, esto no es más que una hipótesis auxiliar en el gabinete de las arbitrariedades de los creacionistas. Por qué un ser sobrenatural debe someterse a las obligatoriedades inmanentes al mundo, como arriba se recalca, no es posible hacerlo plausible ni empíricamente ni teóricamente.

Finalmente, las preguntas que presenta el modelo del tipo básico, no son científicamente relevantes, como tampoco las respuestas que ofrece. Ya hemos visto, que en los ámbitos, en los cuales presenta explicaciones, estas se apoyan En la teoría de la evolución, mientras que en los ámbitos donde colisionan con la teoría de la evolución, todas las preguntas interesantes son dirigidas a la “misteriosa sobrenaturalidad”, y de esta manera renuncia concientemente a los acreditados principios metodológicos científicos. Un mayor valor explicativo, con esto, no es reconocible. El quiebre ontológico entre la naturaleza y lo sobrenatural, como la falta de un asidero metodológico, para la descripción y explicación de procesos sobrenaturales, hace imposible una conexión heurística a ciencias cercanas (Mahner 1990; Neukamm 2004b).Con esto también es posible, constatar un quiebre racional dentro del modelo del tipo básico, según lo cual ya no es posible una explicación científicamente consistente del accionar mundial. El modelo del tipo básico es todo menos que un enriquecimiento de las ciencias biológicas.

Resumen

La presente investigación ha mostrado, que los creacionistas no logran, establecer con su modelo del tipo básico una alternativa seria a la teoría de la evolución en la ciencia. Por un lado partes esenciales parciales del modelo del tipo básico, como el concepto de la polivalencia ya están incluidos en el marco de la explicación teorética de la evolución, por otro lado, la hipótesis de la creación se evidencia, en el ámbito de la investigación, no como algo útil o fructífero, si no como un freno, incluso para la “investigación básica” es totalmente imprescindible. Podríamos destacar a la hipótesis de la creación y en el marco de la teoría de la evolución realizar investigaciones sobre el tipo básico, sin debilitar en lo más mínimo el contenido empírico del modelo; no es más que un accesorio. En el caso de una confirmación del modelo del tipo básico, tampoco hablaría en favor de la suposición de una creación, sobre todo, de las demás afirmaciones del modelo del tipo básico se encuentra aislada, dese el punto de vista lógico. Entonces sería plausible la existencia de tipos básicos, pero no la suposición, que fue Dios o un creador sobrenatural que haya creado las especies básicas.

Consideraciones análogas también se pueden usar para las afirmaciones bíblicos: Si, por eje. La teología relata sobre determinados sucesos históricos, que se mencionan en la Biblia, certifica facticidad, de esto no se concluye ningún argumento a favor de una hipótesis sobre la existencia de Dios, ni hablar de una relevancia científica de las afirmaciones bíblicas. Aquel que quisiera hacer plausible la suposición de una creación, no puede apelar al modelo del tipo básico y menos aún a la práctica de la investigación naturalista, si no, debe referirse al credo, que una parte del orden jerárquicamente estructurado de lo viviente no se puede explicar de una manera causalmente reproducible, si no, debido a una decisión de un ser inescrutable. No puede haber una investigación de la creación empíricamente científica, de modo que el intento de presentar la hipótesis de la creación como parte de una actividad racional, debe considerarse como fracasado.

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Agradecimiento

El Señor Dr. Martin Mahner ha revisado una versión anterior de este trabajo y me ha apoyado con informaciones útiles. Por esto mis más sinceros agradecimientos.

Traducido del alemán con la gentil autorización del Sr, Martin Neukamm
Aagb, Santiago de Chile, Noviembre de 2009

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