15 de enero de 2011

Corregir - hermosear - falsificar

Corregir - hermosear - falsificar

Aquí unos pocos ejemplos, como aún en el tiempo actual se asean y se realizan cambios en el texto de la Biblia:

En un Biblia actual de Lutero leemos la inofensiva descripción, como el rey David trataba, después de su conquista, a sus prisioneros de guerra (2 Samuel 12,31): “Sacó además a la gente (Los Amoritas vencidos) que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con triíllos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; “

Esto posiblemente no fue un tratamiento inusual hacia los prisioneros y tampoco mayormente chocante. Sin embargo Lutero tradujo correctamente, en su versión de la Biblia el final del versículo: “… y los quemó en los hornos de ladrillo.” Expresiones como estas después de la 2da guerra mundial, después de los horribles crímenes de los nacionalsocialistas, simplemente fue cambiado.

Otra minimización se lee como sigue (1 Samuel 6, 19): “Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes (de creencia diferente), porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a setenta hombres.” El Señor mató a setenta hombres, porque habían mirado el arca sagrada de la alianza (A propósito, nadie realmente sabe lo que era esto, solo hay especulaciones).
Mal menor se podría pensar, en aquellos tiempos las costumbres eran rudas. En la edición más antigua y en la traducción unitaria actual de Jerusalén se habla, sin embargo, de “cincuenta mil setenta hombres” Entonces en cada versión de la Biblia las víctimas de Dios disminuyen.

Repetidas veces se ha tratado de sacar las partes más desagradables del libro. Más o menos inofensivo dice en Levíticos 20, 27: “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados.”
En esta parte originalmente decía, “Hombres o mujeres, en los cuales hay un espíritu de muerto”, deberán ser apedreados y matados. Podemos estar seguros que esta descripción se refería a un enfermo mental. Una pequeña corrección del texto hace, en el deseo de la moderna iglesia, de un mentalmente impedido un maligno invocador de espíritus.

Otro ejemplo de un cambio actual en la Biblia: Un versículo del evangelista Lucas, Lutero lo tradujo como (Lucas 2,14): “ paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres!” Hermosas palabras con las cuales los ejércitos celestiales, después del nacimiento de Jesús, ovacionaban y deseaban a toda la humanidad paz y buena voluntad.
Pero correctamente traducido, esta línea dice: “Paz en la tierra a los hombres de su voluntad” Esta pequeña diferencia, dice que solo los hombres, que son de agrado del Señor, dígase: Los que lo aman y le obedecen recibirán paz. Aquí nuevamente tenemos la antigua figura de Dios: “O tú crees y obedeces o habrá “Llanto y crujir de dientes”

El porque el Señor ordena, que ningún hombre entre a la comunidad (Deuteronomio 23, 1): “que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril” es difícil de entender para un creyente de pensamiento abierto. Aquí cito la Biblia de Jerusalén, porque nuestra Biblia de consumo universal, fue limpiada de estas expresiones de mal gusto, para los prósperos cristianos.

Sin tregua combatían los escritores de la Biblia al culto a la repetida veces nombrada diosa Asera (Originalmente la esposa de Yavé) (Miqueas 5, 14):” Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti” Los celos bíblicos hacia la diosa no sería tan grande, si Asera fuese sólo una figura religiosa marginal en el país sagrado. El culto debe haber sido generalizado durante siglos e incluso haberse realizado en el templo de Jerusalén (2da de Reyes 21, 7): “Y puso una imagen de Asera que él (Manasse) había hecho, en la casa.”
Pero el enemigo de las mujeres Lutero, le fue una abominación que alguna vez una mujer fue adorada y honrada junto a Dios. El eliminó, en 1545 el nombre de Asera de todos los versículos de la Biblia y tradujo, por ejemplo, 2da de reyes 13, 6 así: “también el bosque permaneció en Samaria.” (…también la imagen de Asera permaneció en Samaria).

La lista de los cambios en la Biblia podría continuarse por varias páginas más. No son tan importantes los cambios individuales de los textos, si no la confirmación de que la Biblia es un libro que no pudo ser escrito por Dios o ser influenciado por el.

(Objektive Bibelkritik nach Johannes Maria Lehner Crítica bíblica objetiva según Johannes Maria Lehner)

2 comentarios:

Albrecht Gundelach dijo...

Alexander comentó
“Se ha acometido contra la veracidad de la Biblia desde muchas posiciones, pero ninguno de estos ataques ha logrado socavar ni debilitar su autenticidad en lo más mínimo.”
Sir Isaac Newton afirmó en una ocasión: “Encuentro más señas de autenticidad en la Biblia que en cualquier otra historia profana”.
La Biblia ha sido refutada tanto en el ámbito científico como también en el campo histórico. Ver los artículos de los geólogos israelíes Israel Finkelstein y Neil A. Silberman
Cuando se usa las expresiones de algún personaje famoso, para defender a una determinada posición se cae en lo que se llama falacia ad verecundiam.

Alexánder dijo...

Se ha acometido contra la veracidad de la Biblia desde muchas posiciones, pero ninguno de estos ataques ha logrado socavar ni debilitar su autenticidad en lo más mínimo.

Sir Isaac Newton afirmó en una ocasión: “Encuentro más señas de autenticidad en la Biblia que en cualquier otra historia profana”. (Two Apologies, de R. Watson, Londres, 1820, pág. 57.) Su integridad a la verdad queda demostrada en cualquier aspecto que se someta a prueba. Su historia es exacta y confiable. Por ejemplo, no se puede negar lo que explica sobre la caída de Babilonia ante los medos y los persas (Jer 51:11, 12, 28; Da 5:28) ni lo que dice sobre, por ejemplo, el gobernante babilonio Nabucodonosor (Jer 27:20; Da 1:1); el rey egipcio Sisaq (1Re 14:25; 2Cr 12:2); los gobernantes asirios Tiglat-piléser III y Senaquerib (2Re 15:29; 16:7; 18:13); los emperadores romanos Augusto, Tiberio y Claudio (Lu 2:1; 3:1; Hch 18:2), o los gobernadores romanos Pilato, Félix y Festo (Hch 4:27; 23:26; 24:27), así como tampoco es posible contradecir lo que dice sobre el templo de Ártemis de Éfeso y el Areópago de Atenas (Hch 19:35; 17:19-34). Lo que la Biblia declara sobre estos o cualesquiera otros lugares, personajes o acontecimientos es históricamente exacto en todo detalle.