22 de octubre de 2014

¿Es insignificante el nuevo ateísmo?



¿Es insignificante el nuevo ateísmo?
de Bernd Vowinkel


Un reproche común de parte de los teólogos es, que el nuevo ateísmo no tiene altura. No sería mejor frente al antiguo ateísmo, sino sólo más ruidoso. Esto se debería a, que algunos de los representantes del nuevo ateísmo son científicos y por lo tanto por lo general no tienen conocimiento profundo de la literatura teológica. De esta manera se le recomienda a Richard Dawkins, seguir clasificando huesos de dinosaurios en su instituto en vez de atacar a las religiones. A esto Dawkins un sus nuevas ediciones de su libro “El espejismo de Dios” al final publicó una carta de un lector, que tematiza muy acertadamente este reproche:


He examinado estas desvergonzadas acusaciones del Sr. Dawkins, y me indigné, que no tiene los suficientes conocimientos especializados. Evidentemente no ha leído la detallada exposición del conde Rodrigo de Sevilla sobre el exquisito exótico cuero de la botas del emperador, y tampoco consideró en lo más mínimo la obra maestra de Bellini  “Acerca de las luces del sombrero de cuero del emperador” (Über das Leuchten des kaiserlichen Lederhutes) [No estoy seguro sobre el título en español de la obra de Bellini. A. Gundelach]. Escuelas de pensamientos enteras se han dedicado a la tarea,  de escribir eruditos tratados sobre los hermosos trajes del emperador, y cada diario importante contiene una columna sobre la moda en la corte imperial… Dawkins en su arrogancia, ignora todos estos pensamientos profundamente filosóficos y acusa al empecedor estar desnudo…   Mientras Dawkins no se haya educado más en las Boutiques de Paris Y Milán, mientras no haya aprendido reconocer la diferencia entre vuelos plisados y bombachos, todos deberíamos simular, que él nunca dijo algo contra el gusto del emperador. Su educación cómo biólogo le permitiría perlo en la posición de reconocer órganos sexuales colgantes, si los ve, pero él no aprendió a valorar correctamente sustancia imaginarias.





Justamente esto es el gran arte de la teología: Evaluar materia imaginaria. Por esto el buen teólogo se ubica muy bien en la literatura de los filósofos griegos, teniendo a mano siempre la cita adecuada. Pero también conoce los argumentos de los ateos “cultos” de tiempos pasados y según su autoevaluación está en condiciones de refutar todos estos argumentos, y utiliza un lenguaje del más alto nivel, adornado con muchos tecnicismos. Por esto no es de extrañarse, que el creyente común normalmente esté muy impresionado por las conferencias de la alta teología. Poco entenderá el contenido de estos discursos, pero esto tampoco es el propósito de alocuciones como estas. Más bien sirven para convencer a los creyentes de la inteligencia del conferencista. Esto transmite autoridad, y sólo mediante la autoridad es posible transmitir principios de fe ilógicos e irracionales. Reflexionar y  comprensiones más profundas sólo dañan al asunto. Ejemplos para charlatanería sin contenido se encuentran en casi todos los libros de enseñanza de la teología. Especialmente espeluznante  se pone esto, cuando se quiere hacer concordar el monoteísmo con la trinidad:


El logos intratrinitario en su ser como persona se desenvuelve desde el padre hacia ser el padre*) y justamente es así (junto con el padre) la partida para el espíritu Santo. Justamente es a través de su del padre hacia el padre es por lo tanto la facilitación de una comunidad, que justamente está constituida por su diferenciación.  

(De „Einführung in die Systematische Theologie“  (Introducción a la teología sistemática) de Klaus von Stosch, pág. 137 [traducción libre mía]).-
*)
Creo que debe decir hijo [yo]



Ciencias naturales y fe


Ahora muchos fundamentos de fe se encuentran en marcado contraste a los conocimientos de las ciencias naturales. En la edad media  estos problemas fueron resueltos en forma limpia y rápida mediante la inquisición… En nuestros tiempos estás métodos están algo fuera de moda y así debemos hacernos cargo en forma seria con de este problema. Puesto que las ciencias naturales descifran y desmitificando  constantemente nuevos ámbitos de nuestro mundo, la teología se encuentra en una constante huída frente a los nuevos conocimientos del naturalismo. Las brechas restantes se reducen cada vez más y nos vemos en la incómoda posición, de sólo poder llenar estos huecos. Un dios de las brechas es, sin embargo, algo muy patético, por lo tanto se decidió emprender la huída hacia adelante. Simplemente se afirma, que los fundamentos de la fe no son comprobables en el sentido científico. Ellos meramente son otro punto de vista de la verdad y de la realidad y que incluso van más allá de las posibilidades de conocimiento de las ciencias. Ellos ofrecen, por decirlo así, un acceso directo a las verdades absolutas. Con esto definitivamente se ha inmunizado contra las molestas ciencias naturales. El teólogo Von Dobbeler  manifiesta en una discusión de podio:


La limitación a un mundo naturalista materialista y auto percepción, según mi opinión se basan en varios aspectos ilusorios. Este reduccionismo confunde al dios de la Biblia con aquel  dios primitivo, quien como dios de las brechas ha de ceder  ante nuestros conocimientos progresivos El dios del cristianismo, empero, no es un dios alienígena, sino es aquel que se auto rebajó como ser humano crucificado en el Gólgota, quien por su desfallecimiento gana espacio en el mundo.


La paradoja – la paradoja … de la encarnación, la humanización de Dios, según Kiergegaard, la paradoja propiamente tal, no es comprendida por los nuevos ateos debido a su cacería de fantasmas.-



Pues, que la paradoja de la encarnación de Dios en humano no puede ser comprendido por los ateos, es totalmente cierto. Pero esto más a la inexistencia de la lógica de la historia salvíficas cristiana. Echémosle una mirada a esto, en una versión abreviada: Aquí existe un omnipotente y omnisapiente dios, que ha creado al mundo. Él manda a su hijo a un planeta insignificante en una galaxia entre miles de millones de galaxias con 100 mil millones de estrella. En este plante hace que su hijo sea clavado en una cruz por seres semi simiescos incivilizados, sólo para morir por los pecados de estos, que ni siquiera cometieron. Esto a su vez produce la extinción del pecado, de manera que el ser humano, después de su muerte, pueda seguir viviendo en eterna bienaventuranza.


Esta historia es totalmente absurda e insubstancial. Albert Einstein en una carta llamó a esto “superstición infantil”. Esta historia no es otra cosa que una burla a nuestro entendimiento y nuestra racionalidad y por esto no es de extrañar, que muchas personas no pueden aceptar esta historia como una realidad.


Si por un caso muy raro, los conocimientos científicos parecieran apoyar los fundamentos de las creencias religiosas, entonces la teología naturalmente de inmediato suspende la estricta separación hacia el naturalismo. Un ejemplo para esto es la relación entre la teoría del Big-bang y el relato de la creación. La iglesia católica romana, ya en 1951, para sus circunstancias en forma muy rápido explicó oficialmente (el papa Pío XII en un discurso antes la pontificia academia de las ciencias), que este modelo está  en concordancia con la Biblia, ya que evidentemente este fue el momento del acto de la creación de nuestro universo. Con esto habría sido la primera vez que las ciencias naturales confirman un fundamento de fe. Esto lo confirmo el astrónomo del Vaticano William Stoeger con las palabras: “El conocimiento del Big-bang ha ennoblecida la figura de Dios”. La satisfacción sobre esto fue algo apurado, ya que una mirada más cercana también aquí lleva a contradicciones, si acaso hubo un tiempo antes del Big-bang. El famoso cosmólogo Steven Hawking participó en una reunión en el Vaticano en 1981, dónde presento su concepto, que el universo no tendría límites. En este discurso presentó al universo como un fenómeno, que simplemente existe y que de acuerdo a esto no necesita a un creador: 


Si el universo tuvo un comienzo, entonces podemos partir de la base que fue creado. Pero si el universo está totalmente encerrado en sí mismo, si realmente no tuviese límites ni un borde, entonces tampoco tendría un comienzo y un final; simplemente existiría .¿Dónde habría lugar para un creador?”-


A esto el papa Juan Pablo II, en un audiencia frente a científicos dijo, que los científicos pueden investigar la evolución del universo después del Big-bang, pero que no deberían investigar en el momento de la creación (el Big-bang propiamente tal), esto es asunto de los teólogos:


Cada hipótesis sobre el origen del mundo, cómo por ejemplo la del átomo original del cual se habría formado todo el mundo material, deja sin respuesta la pregunta del comienzo del universo. Para esto es necesaria una cognición, que ve más allá de la física y de la astrofísica –  de la metafísica. Ante todo se necesita un entendimiento, que se basa en las revelaciones de Dios.


¡Ajá! Sólo se puede decir como científico, los teólogos disponen evidentemente sobré  conocimientos, que nos están totalmente inaccesibles. Nosotros año tras año invertimos miles de millones de euros en grandes instrumentos para la investigación, realizamos complejos experimentos y observaciones y evaluamos esto laboriosamente. Pero todos estos esfuerzos son en vano, ya que las últimas verdades absolutas los transmita el Señor a su personal de base  por vía directa y hace aparecer a los científicos cómo unos tontos.-

Pero ahora ya Immanuel Kant expuso en su obre “Crítica a la razón pura,” que mediante la transcendencia no se puede concluir sobre la existencia de un creado. Sin embargo muchos teólogos no temen atacar a Kant, al fabricarse a partir de su epistemología un camino hacia la cognición divina. Así, por ejemplo, el teólogo católico Buchholz en una mesa redonda expuso:


La creación significa un origen, que en un sentido estricto no es nuevamente  pensable en forma de una causalidad, sino en la causalidad misma esta contenida como condición de la posibilidad. 


Si la dinámica de la razón finita, esta auto transcendencia de la razón finita, no ha de llegar a lo absurdo y al vacío, entonces apunta hacia una realidad, que no otra vez es el producto final de nuestras proyecciones y modelos.


Un origen no causal no puede ser otra cosa que una casualidad, pero justamente esto es lo que rechazan los teólogos. Si Dios creó al mundo, entonces también debe tener una causalidad para la existencia de ello ¿y por qué no podríamos encontrar esta causa mediante los medios de la ciencia? ¿Existen dos tipos de causalidades? Una auto-transcendencia puede muy bien apuntar hacia una realidad, pero no puede hacer declaraciones objetivas sobre su existencia. Al respecto Kant escribe en su obra “Crítica a la razón pura”:

El orden en la naturaleza, y la conformidad que hay en ella a fines, deben explicarse a su vez por razones naturales, y según leves naturales, y [aquí aun las hipótesis más arriesgadas, con tal que sean físicas, son más admisibles que una hiperfísica. es decir, que la apelación aun creador divino, que se presupone con este propósito. Pues sería un principio de la razón perezosa.

…hipótesis transcendentales del uso especulativo de la razón, ni la libertad de servirse de fundamentos explicativos hiperfísicos para subsanar la falta de fundamentos explicativos físicos; en parte, porque con ello no se hace progresar a la razón, sino que más bien ella interrumpe todo el avance de su uso; y en parte porque esa licencia necesariamente la privaría, finalmente, de todos los frutos del cultivo del suelo que le es propio, a saber, el de la experiencia.




Ahora muchos teólogos se ubican en la posición, que desde luego los científicos pueden investigar según que leyes y principios funciona la naturaleza., pero las preguntas por qué existe nuestro mundo que cual es el sentido de nuestra existencia, según el punto de vista de ellos, sólo lo pueden indagar la filosofía y la teología.


Muchos naturalistas ven la causa de la existencia de nuestro mundo como consecuencia de una fluctuación cuántica. La pegunta del “por qué” no se plantea. Nosotros debemos nuestra existencia a una casualidad mecánica-cuartica y por esta razón tampoco existe un mayor sentido de nuestra existencia. Pero esto no nos ha  de impedir vivir una vida terrenal con sentido de acuerdo a nuestros estándares.


Las respuestas de los teólogos sobre esta pregunta, hay que ver sus métodos cognitivos críticamente. La Biblia como fuente de verdades es totalmente inadecuada. Su veracidad histórica debería caber fácilmente en una servilleta de papel. Lo que resta, ha de describirse mediante los conceptos de la razón y la revelación. 


La condición de posibilidad

El espíritu de Dios como fuente de conocimiento y el poder para convertir: el actuar de Dios en el espíritu es, en primer lugar, la condición de posibilidad, que la palabra de consentimiento (Zusagewort) en el logos puede ser comprendido por el hombre. Ya que solo lo incondicional mismo (el espíritu como dios) puede posibilitar un entendimiento y conocimiento de lo incondicional (Dios como logos).

(Extracto de „Einführung in die Systematische Theologie“ (Introdución a la teología sistemática) de  Klaus von Stosch, pág. 233).

El concepto de “Concepto  de posibilidad” fue introducido por Kant en relación con su investigación sobre las condiciones previas que deben estar dadas en el espíritu humano, para llegar de todos modos a los conocimientos.   Aquí Kant vio en particular las nociones de tiempo y espacio como precondición. Sin tiempo nada sucede y sin la noción de espacio no podemos reconocer cosas extendidas espacialmente.

Lo que muestra la cita de arriba, según el punto de vista de los teólogos, algo similar se puede aplicar para los conocimientos de los fundamentos de la fe. Aquí la condición previa es, que en nuestros cerebros actúa el espíritu de Dios y sólo cuando esto es el caso, los podemos conocer y entender. Pero, parece que Dios sortea los cerebros de los científicos o a ellos les falta un órgano importante en el cerebro, una especie de “módulo divino”.-
Según Kant el ser humano ésta totalmente capacitado, para reconocer la verdad que se encuentra fuera de sus experiencias sensoriales. Un ejemplo para esto es la matemática .Ella se compone de leyes sintéticas a priori. Con la precondición del reconocimiento del espacio y el tiempo se pueden definir axiomas, que son directamente evidentes para nuestro razonamiento y, que por lo tanto, no tiene que ser mayormente fundamentados. Dentro de estos sistemas axiomáticos podemos reconocer verdades absolutas y formularlas en leyes matemáticas. Esto ahora es muchas veces usado como argumento de parte de los teólogos para representar, que nuestra razón está en la condición de reconocer también verdades divinas. Lo que se pasa por alto es, que las verdades matyemáticas se refieren exclusivamente al sistema axiomático correspondiente. Hasta qué punto se pueden aplicar estas verdades a la realidad, lo determinan las ciencias naturales. Por principio las realidades del mundo exterior no simplemente se pueden idear, sino hay que experimentar las empíricamente comprobarlas.  Se pueden fraguar hipótesis y modelos explicativos. Pero en cuanto son acertadas, lo decide exclusivamente el empirismo. Hipótesis sobre la realidad que no se pueden comprobar (por eje. Hipótesis sobre Dios), no tienen valor alguno, porque no tienen poder explicativo. Un dios  imaginario no puede tener ninguna influencia sobre la realidad. La naturaleza, respectivamente las realidades del mundo externo no se rigen de acuerdo a nuestra capacidad imaginativa y menos aún según nuestros deseos. Una teoría tan abstrusa cómo la mecánica cuántica, nunca se hubiera podido concebir, por ejemplo en la mesa verde, sin la presión de los resultados de las mediciones.-


El verdadero enemigo de las religiones  

¿Es el nuevo ateísmo el peor enemigo de las religiones […]?  No, existe un enemigo mucho más poderoso de las religiones y es la ilustración y en especial la instrucción científica. Esto es apoyado por un acceso en aumento, a nivel mundial,  a la información a través del internet. Encuestas han mostrado, que el contingente de los creyentes, que forman parte de la nómina de los científicos naturalistas es insignificante. Esto no sorprende, puesto que constantemente tiene que lidiar con la dura realidad y llegan a tener un sentido para lo que es la realidad y lo que es materia imaginaria. Otros estudios muestran, que prácticamente todo tipo de formación lleva a la reducción de la religiosidad. Si queremos asegurar en el tiempo el bien estar de nuestra nación, entonces debemos fomentar la educación, ya que ella es la base de nuestra capacidad económica.  Mitos de la edad del bronce no sirven para esto. Por estas razones, en el futuro perderán importancia las religiones o nuestro país perderá importancia.-

Conclusión     

Con un tan nivel tan bajo, cómo lo tienen los fundamentos de la fe de las religiones no puede llegar el nuevo ateísmo, ya por el sola razón, porque se base en los duros hechos de las ciencias naturales. La poderosa charlatanería del los teólogos no puede ocultar, que finalmente están ahí con las manos vacías. No tienen ningún acceso a algún tipo de conocimientos. Du principal fuente es el deseo infantil por una amparo divino, una justicia superior y un sentido de la vida más elevado. Empero, la realidad no se dirige por nuestros deseos. Ella es tal cual cómo la descubren las ciencias.

Fuentes
Ric hard Dawkins: Der Gotteswahn, Ullstein Tb, 2008 (El espejismo de Dios)
 Stephen Hawking: Eine kurze Geschichte der Zeit; (Una cirta historia del tiempo) Kap. 8, Rowohlt, 1988
Klaus von Stosch: Einführung in die Systematische Theologie (Introducción a la teología sistyemática, UTB, Stuttgart, 2008
Immanuel Kant: Kritik der einen Vernunft (Crítica a la razón pura), Reclam, Ditzingen, 1986

Fuente: www. http://gbskoeln.de
Traducido del alemán por A. Gundelach





Nota: Esta es la publicación N° 500 de mi blog



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