21 de octubre de 2011

¿El Diseño Inteligente – una alternativa para la ciencia naturalista?

¿El Diseño Inteligente – una alternativa para la ciencia naturalista?
Thomas Waschke

“Diseño Inteligente” (DI) la variante académica de la crítica a la evolución, como se propugna en los EEUU, y también en Alemania. Ya en el aspecto exterior, este movimiento se separa claramente del “clásico” creacionismo religiosamente motivado: Los defensores del Diseño Inteligente (DI, por su sigla en inglés) son poseedores de títulos académicos usan vocabulario científico, mientras evitan argumentaciones religiosas. Su meta es, mostrar con medios científicos, que para el desarrollo de los seres vivientes debe ser responsable un “diseñador” – sea como fuere que se lo imaginada – figura creadora. Lo que no explica el DI como estaría actuando este “diseñador”: Cada diagnóstico se podría explicar por su obrar – por lo tanto una refutación a esta teoría lógicamente no es posible, con esto el DI malogra su auto fijada meta, ser reconocida como una teoría científica. Durante mucho tiempo a estos se les adicionaba los públicamente percibidos opositores al evolucionismo, casi exclusivamente al tal llamado “creacionismo científico”, (también creacionismo de la Tierra joven, creacionismo clásico). Este pretende probar la factibilidad del génesis bíblico – ante todo una edad de la Tierra de 6000 años, una semana creadora con seis días de 24 horas y un diluvio universal - a mano de hallazgos naturalistas (en relación a esto ver.: Montagu 1984; Mahner 1986, 1989, 1990; Jeßberger 1990; Numbers 1992; Ruse 1996; Pigliucci 2002; Waschke 2002). Desde algunos años existe una variante “académica” del a crítica al evolucionismo (Kotthaus 2003) que se hace llamar diseño inteligente (DI). Muchos autores llaman al DI como Neo-creacionismo, porque los contenidos, en especial los métodos públicos para imponer las metas de estos movimientos son similares. Ambas sólo son entendibles sobre la base de las condiciones de los EE. UU. Debido a la estricta separación del estado de la iglesia, allí en las escuelas públicas están prohibidas las clases de religión por la constitución. Por esto las opositores a la evolución, religiosamente orientados, deben calificar su concepción como ciencia, para hacerla aceptable como contenido de enseñanza en las escuelas públicas. Después que los creacionistas, han tenido que escuchar de parte de la corte suprema norteamericana, que su “creacionismo científico” en último caso no es más que religión disfrazado de naturalismo (Overton 1982). El DI debe considerarse como un intento más de establecer la doctrina del génesis, como un plan de estudios científico.

Correspondientemente a la necesidad americana por la equidad, ya los creacionistas exigían “igualdad de tiempo” (equal time): Para la enseñanza de la creación (bíblica) ha de existir el mismo tiempo para la enseñanza como existe para la biología de la evolución. Esta estrategia ahora también la persigue el movimiento del diseño inteligente con un éxito bastante notable Según Orr (2002), los seguidores del DI se destacan frente a los creacionistas, principalmente por sus títulos académicos, de argumentos con apoya de conocimientos de expertos y la estricta evitación de términos religiosos. En oposición al creacionismo bíblicamente orientado, en el sentido más estricto el DI se entiende como “teoría de reconocimiento de señales”. Mediante la investigación de la naturaleza con métodos científicos sería comprobable la necesidad de un diseñador, respectivamente un creador – sobre cuya Identidad y propiedades concretas, no se hacen declaraciones. Aunque un planificador no necesariamente debe ser una creador activo o maestro de obras, su usan las palabras “diseñador” y “creador” como sinónimos. En el marco de este trabajo se considerará, en especial la reivindicación, de poder mostrar con argumentos científicos, que debe existir un diseñador y que el enfoque naturalista de la ciencia es por lo tanto obsoleta. Una representación de la significancia social del DI se encuentra, por ejemplo en Pennock (1998)


Historia

El comienzo del nuevo movimiento DI, por lo general es indicado con la aparición del libro “Darwin on Trial” del emérito profesor de derecho Phillip E. Johnson. En la actualidad probablemente el principal “teórico” de esta posición esa William Dembski. Por esto, yo aquí, me voy a apoyar ante todo en los trabajos de Dembski, aunque en el campo del DI también existen concepciones divergentes. Dembski es matemático y filósofo, además tiene diplomas en psicología, estadística y teología, pero también se ocupa con cuestiones de la biología. Junto al escrito de Dembski “The Designe Inference” (Dembski 1998) y “No Free Lunch” (Dembski 2002a) como otro clásico se consDIera el libro “Evolution: A Theory in Crisis” del genético molecular Michael Denton (1985) como “La Caja negra de Darwin”, escrito por el bioquímico Michael Behe (1996). Extrañamente en los por mi conocidos trabajos de defensores del DI,. Raras veces se nombra el libro “The Biotic Message” del fabricante de instrumentos médicos Walter ReMine (1993), aunque coincide con los argumentos de los actuales representantes del DI. Mientras que los defensores de una Tierra joven, a más tardar en los años 60 conformaban un grupo relativamente homogéneo, donde los defensores del DI, se trata más bien de una manifestación que abarca un espectro bastante amplio de concepciones, el mínimo común denominador es finalmente sólo el rechazo al naturalismo como una condición filosófica indispensable para la aceptación de las teorías científicas. Se supone que esta vaguedad está basada en el hecho de evitar altercados en el propio reducto. Las diferentes concepciones dentro de la biología de la evolución de seguro son mininos en comparación a aquellos entre los distintos campos de los simpatizantes del DI. El espectro abarca desde las personas, que de alguna manera no quieren renunciar a una mundo sin un “ser superior”, por seguidores, generalmente de confesión cristiana, hasta defensores de conceptos bien concretos en relación del acto creacionista de la divinidad correspondiente. A fin de cuentas el DI se limita a apuntar, que en absoluto debe existir un diseñador. La cuestión sobre su Identidad y propiedades es conscientemente excluida. Sion embargo queda por señalar, Que prácticamente todos los líderes del movimiento de DI son “cristianos nacidos de nuevo” (Forrest 2002). Notorio es, que la páginas Web alemanas las cuales representan al DI, son operados principalmente por Testigos de Jehová (como W. E. Lönning, F. Meis o M. Rammestorfer), .Creacionistas en el sentido más estrecho (por ejemplo la comu8nudad de estudios “Wort und Wissen” (Palabra y conocimiento) o por lo menos grupos que se pueden denominar como fundamentalistas como el “Professoren-Forum” (según sus propias palabras “una red de profesoras y profesores de las más diversas disciplinas que quieren destacar en el ámbito académico, la visión cristiana del mundo en forma eficaz y convincente”). A todos estos grupos tiene en común, el rechazo a una tal llamada evolución teísta (Los seguidores del evolucionismo teísta reconocen l a los resultados de las modernas ciencias y con esto también en gran parte al naturalismo y consideran a la evolución, por decirlo así, como un método creativo de Dios. Solamente el alma del humano es creado directamente. Aquí en Alemania el DI solo juega un rol insignificante, ya que ambas grandes religiones pueden participar en las determinaciones de los planes de estudio de las escuelas públicas y que parten de una evolución teísta. Incluso el papa Juan Pablo II, al cual no se le puede arrogar, que tenga una concepción modernista, reconoce una evolución natural a excepción del alma (Juan Pablo II 1996). Los seguidores del DI, orientados conservativamente les es común, que ven a la concepción naturalista como un peligro para la constitución moral de la sociedad. Extrañamente pasan por alto, que un diseñador, que no está dotado con propiedades bien definidas (por ejemplo, que se preocupa por nosotros los humanos y que nos juzgará después de nuestra muerte), que no cumplen con las necesidades de estas personas. Por esto hay que dudar., si los defensores del DI, se sienten realmente satisfecho con esta tesis, que deba existir algún creador. Más bien es, que el DI es sólo un primer paso hacia el anuncia de las correspondientes teologías: Combatiendo al naturalismo se quiere crear un lugar para un dios que interviene en la naturaleza. Este procedimiento fue denominado por Johnson como “Estrategia de la cuña”

La estrategia de la cuña

Los simpatizantes del DI se han dado cuenta, que el mayor impedimento, que una concepción fundamentalista religiosa, es el éxito del naturalismo. Sólo a primera vista, los defensores del DI lideran una guerra de dos frentes contra las ciencias naturales modernas y la evolución teísta. Ya que también la evolución teísta reconoce ampliamente al naturalismo, esta es la real enemiga. La evolución teísta, es señalada, por los adherentes del DI (por ejemplo, por Dembski 2002) explícitamente como “enemigo mortal”, presumiblemente porque a sus adeptos ni siquiera pueden ser descalificados como ateos. Pero también los simpatizantes del DI no pueden cerrar sus ojos frente al hecho, de que las modernas ciencias naturales, basado justamente en este naturalismo, han conseguido enormes éxitos, que no sólo se manifiestan en una notoria mejora de las condiciones de vida de los humanos. Por esto las ciencias naturales, gozan un gran prestigio en muchas personas. En consecuencia los partidarios del DI tratan de encontrar un método, para poder, por un lado, reconocer los resultados de las ciencias naturales, pero a pesar de todo, poder sustentar contenidos sobrenaturales.

Para este fin., Johnson ha desarrollado la tal llamada estrategia de la cuña (wedge stradegy). La tesis fundamental de Johnson (1991) es que el naturalismo no se basa en hechos, sino que sólo es sostenido, porque corresponde al punto de vista básico materialista de la usual filosofía científica. Si se lograría introducir una cuña entre el naturalismo y la ciencia, se podría crear nuevamente un lugar para un creador. ¿Cómo ocurriría esto? Johnson, para esto, auspicia una neta concepción empírica de la ciencia. Él diferencia entre un “modelo materialista” de un “modelo empírico”. Según Johnson el modelo materialista, por razones filosóficas, excluye todas las causas de acciones sobrenaturales y por principio se defiendo contra de que se ponga en duda el materialismo. El modelo empírico en cambio, define a la ciencia estrictamente por procedimientos empíricamente reconocidos, como experimentos reproducibles. De esta manera se podría decidirse, si un fenómeno es posible explicarse naturalísimamente o si habría que postular a un diseñador. De manera consecuente, el movimiento del DI trata de mostrar, que los descubrimientos experimentales, los cuales se dan para el darwinismo, que vistos más de cerca son insuficientes – lo que para los simpatizantes del DI son un paradigma de la ciencia materialista. Con esto les viene a bien, que muchos escritores evolucionistas popularistas, hacen declaraciones, que al mirarlos más de cerca, no son sostenibles en sus formas generales.

Muchos de las tal llamadas evidencias de la evolución, aunque son fuertes argumentos contra determinadas concepciones creativas, por ejemplo contra la creación corta, pueden ser interpretados en el marco de un modelo creacionista. Homologías digamos (como la construcción de todas las extremidades de los vertebrados más avanzados, de los mismos huesos) no son interpretados como una prueba para una evolución, sino como una “una caja de construcción” del creador. Aún cuando esta interpretación no es especialmente convincente para un naturalista, muestra cuán difícil es demostrar la evolución en forma de una descendencia (la descendencia de los seres vivientes de antepasados comunes). Además no es ningún secreto, que los mecanismos evolutivos aún son controversialmente discutidos en el ámbito del ramo.

“Icons of Evolution” de Well (200), deja en claro, cuán peligroso es, interpretar descubrimientos en forma demasiada ingenua, en otras palabras, considerar hechos como aclarados, que aún son discutidos por expertos. Este autor, perteneciente al movimiento de los MUN, en base a esto, investigó textos escolares y de enseñanzas, como en ellos se relatan ciertos hechos, como por ejemplo los experimentos del caldo originario o el melanismo industrial de la polilla. Él trató de mostrar, que estos relatos muchas veces ya no corresponden al actual estado de la investigación. Estos datos ya algo obsoletos muchas veces son presentados, como si apoyasen la “vision mundial evolucionista”. Si se puede mostrar, que estos “iconos” de la biología de la evolución, por lo menos como ejemplos de parada para la evolución, son obsoletos, es fácil despertar la impresión, que el reconocimiento general de la evolución sólo se debe a trucos propagandísticos. De hecho el libro es fuertemente criticado por biólogos evolucionistas (Coyne 2001; Padian & Gishlik 2002), en personas menos versados en el tema, estas representaciones pueden ser convincentes. La “Cuña” encuentra aquí un peligroso sitio de inserción. En esta parte, más bien destructiva, las refutaciones de interpretaciones de los adherentes al evolucionismo, a continuación serán discutidas en detalle. Pero esto no es más que una parte de la estrategia. Una prueba de los errores de algunos determinados conceptos no constituye un argumento para una concreta alternativa. Por esto una parte esencial de la estrategia de los adherentes de DI, consiste en encontrar en la naturaleza las tal llamadas señales de diseño, aquí se pueden nombrar ante todo los “complejos irreducibles”, que introdujo Behe (1996) en la discusión. Bajo esto, él entiende estructuras altamente especificadas, que son estructurados de tal maneta, que la ausencia de sólo un componente deja sin capacidad de funcionamiento a toda la estructura (ver abajo). A final de cuentas argumentos constructivos y destructivos, apuntan en la misma dirección: Reivindican, como argumentos científicos la comprobación del fracaso del enfoque naturalista. Ellos deben mostrar, que las ciencias naturales sin embargo, aún son posibles, pero ya no en base del naturalismo. Porque en la interpretación de estos, con los métodos de las ciencias naturales, no sólo se puede mostrar, que ciertos fenómenos no pueden ser explicados científicamente, sino también se pueden Identificar, mediante su ayuda, las huellas de un planificador en la naturaleza. Estas suposiciones se investigarán a continuación.


La estructura básica del argumento del DI

Johnson (1999) formuló el planteamiento del DI de forma bien concisa: “Causas inteligentes lograr cosas, que causas no inteligentes no pueden hacer, y una investigación científica puede mostrar esta diferencia”. Con esto se quiere expresar, que el naturalismo con sus leyes naturales (“Causas no inteligentes”), en principio, no pueden explicarlo todo: Para determinados fenómenos es necesaria la intervención de inteligencia (“causas inteligentes”). Además Johnson afirma, que mediante métodos científicos se puede evidenciar cosas, que mediante el naturalismo no es explicable. Con esto no se desea formular la discutida comprensión, que el alcance de nuestros conocimientos sean limitados. El pensamiento fundamental del movimiento del DI, es más bien con los medios de los conocimientos científicos demostrar la existencia de un planificador, respectivamente un creador. ¿Cuál es el aspecto en detalle de esta argumentación?

“Casualidad” y complejidad


Prácticamente todos los argumentos de los seguidores del DI finalmente se basan en la tesis, que en principio no es posible explicar el origen de sistemas complejos a través de vías naturales. Usualmente, para esto se analizan las propiedades de artefactos humanos y que luego son trasladados a seres vivientes. En vez de “naturalista” o “natural” se encuentra muchas veces también la formulación “por casualDIad”. Esto es engañoso, pues bajo “casualidad” los adeptos del DI entienden todos los factores, que no representan una intervención de un diseñador, en consecuencia todas las leyes de la naturaleza, que en el lenguaje usual significan justamente lo contrario de “casualidad”. En el caso de los seres vivientes, para los defensores del DI, todos los factores evolutivos naturales pertenecen a la categoría casualidad. Incluso mayoritariamente se reconoce, que los conocidos factores evolutivos, tienen la capacidad, de explicar de alguna forma la evolución de seres vivientes hasta un determinado nivel. Pero los partidarios del DI parten de la base, que esto no vale para sistemas que son irreduciblemente complejos (esto significa, que se componen de una cierta cantidad de componentes que sólo pueden funcionar en su totalidad)

Consideraciones de probabilidades

Cálculos de probabilidades desde siempre ya fueron un argumento preferido de los adherentes de DI, para poder mostrar con rigor matemático, que algunos sucesos no pudieron haber ocurrido sin la intervención de una inteligencia planificadora. Consideraciones de probabilidades, sin embargo proporcionan, en cuanto a lo que se refiere a la posibilidad explicativa del funcionamiento de un sistema, siempre la segunda elección: Sólo se usan, hasta que el estado de cosas se haya aclarado necesariamente. Hasta que, además siempre existe la posibilidad, que un importante factor, que debería ser considerado, se desconoce. Prácticamente todas los razonamientos que se basan en cálculos de probabilidades, en el ámbito de la crítica al evolucionismo, contienen un error fundamental: No hacen distinción entre los dos tipos de sistemas, que quiero denominar como “Sistemas de generación unitario” y “Sistemas de generación múltiples” este encasillamiento es bastante burdo, pero es suficiente, para mostrar la problemática fundamental.

“Sistema de generación unitario” (Tipo A)

Para el examen de estos sistemas, sólo es relevante el tiempo entre el “nacimiento” y la “muerte”. Todas las estructuras inclusive las informaciones contenidos en ellos para su formación se formaron durante este tiempo. A este tipo pertenecen ante todo los artefactos creados por los hombres, cuán complejo sean. Si estos sistemas muestran una suficiente complejidad, que además permite reconocer un propósito, parece probable que fue creado. Bajo condiciones habituales no sería plausible, que se haya formado por casualidad. Ejemplos serían obras de arte realistas, escritos, etc. En principio sería posible, que por ejemplo, por un generador de caracteres aleatorios resulte una novela interesante, pero es muy poco probable, que por esto que por lo general, sólo se tiene que lidiar con productos inútiles de procesos aleatorios.

“El sistema de generación múltiple” (Tipo B)

La característica para estos sistemas, que se encuentran en una secuencia de generaciones: Estas generaciones surgieron de las respectivas generaciones anteriores. En esto, siempre existió una transferencia de informaciones de la generación “paterna” a la generación “descendiente”. Para estos sistemas también juega un rol importante, el tiempo antes de su “nacimiento”, ya que sobre esta secuencia de generaciones se puede construir informaciones acumuladas. Como presumible único ejemplo se pueden nombrar a los seres vivientes. Cálculos de algunas probabilidades, que sólo se refieren al salto de la primera hacia la última generación, son poco relevantes. Mediante la reducción de todo el proceso a una sola generación, cada (pequeño) paso intermedio, que es muy probable que se presente, es empaquetado en un único paso (muy grande) y falsamente afirmado, que esta (muy reducida) probabilidad sería, de alguna manera relevante, para la transición de la estructura inicial hacia la estructura final. La necesidad, que interviene dirigiendo la selección a través de las generaciones, ni si quiera es considerada.

Una analogía para ilustrar

Una analogía mostraría la diferencia esencial. Imagínese. Usted con seis dados, quiere obtener en cada caso un seis. En el primer caso en cada intento usted lanza los dados tantas veces, hasta que todos los dados muestren un seis. Esto sería un sistema de generación unitario: Usted debe generar el orden total en una sola “generación”. Aquí sólo interviene la casualidad. (Sólo de paso cabe señalarse. Que una “creación”, en este caso, consistiría colocar los dados en la mesa en el orden requerido).Ahora cambian su estrategia: Después de cada lanzamiento sacan todos los números seis, y juegan sólo con el resto de los dados. Ellos construyen, por decirlo así, sobre las propiedades de la generación anterior (los ya tirados números seis) y por esto consideran a un sistema de generación múltiple. Además ahora disponen de un una interacción de mutación (los puntos lanzados) y selección (la selección de los números seis).

El error fundamental de las consideraciones de probabilidad de los defensores de DI

Como es mostrable, todos los argumentos de probabilidades de los “teóricos” del DI, que se ocupan con la formación de la complejidad, se refieren al sistema del tipo A. Esta argumentación es luego expandida a los sistemas del tipo B, sin un fundamento suficiente. Por qué también, han de tener validez estos argumentos aquí. Como ilustración aquí algunos ejemplos para sistemas del tipo A, de trabajos pertinentes de partidarios del DI. El clásico de seguro es el reloj que Paley encuentra en el piso. Muy popular fueron y son donde los oponentes al evolucionismo son los cálculos, cuán (in)verosímil es que una macro molécula (por ejemplo una proteína) como una secuencia determinada (de bloques de construcción individuales), (en esta caso aminoácidos), pueden formarse en un solo paso. Se formuló la pregunta si las cabezas de los presidentes en el monte Rushmore o los Moáis de la isla de Pascua se pudieron haber formado por la acción del viento. El astrofísico Fred Hoyle construyó un ejemplo parecido. La formación de la vida de materia inerte tiene aproximadamente la misma probabilidad como la formación de un jumbo jet se forma por un tornado de un montón de chatarra. Por esto, estas consideraciones de probabilidades también se les conocen como “tornado in a junkyard-argument” (argumento del tornado en un depósito de chatarra) (Hoyle 1983 una detallada discusión se encuentra en Korthof 2002). Este tipo de cálculos también se pueden encontrar en forma mucho más elaborada, en los cuales no es tan fácil encontrar los errores fundamentales (Ver abajo). Todos estos ejemplos tienen en común, que los sistemas vistos pertenecen al tipo A. Aún cuando no sepamos que inteligencias, por ejemplo, crearon estas figuras de piedra en la isla de Pascua. Podemos asumir con seguridad, que nos se formaron por procesos casuales como el roce del viento. Lo mismo también vale para inscripciones murales y pinturas rupestres de la edad de la piedra. Una objeción dice: “sabemos por experiencia que los humanos hacen este tipo de figuras” La conclusión de estos sistemas en los seres vivos, no se justifica, porque no sabemos si fueron creados”. Contra esto los adherentes del DI, presentan el tal llamado argumento SETI, llamado según el programa “Search for Extra-terrestrian Intelligenz”. Si recibiéramos señales del espacio exterior una serie de todos los números primos entre 1 y 100, a nadie se le ocurriría la idea de que estos se formaron casualmente. Aún cuando no sepamos qué clase de seres emitieron estas señales, esta conclusión sería del todo convincente. Pero con estas señales nuevamente se trata de sistemas del tipo A, que son suficientemente complejos, para que un origen casual sea altamente improbable. Lo interesante en relación a esto, es, como Dembski (2002a) en su libro “No free lunch”, trata de calcular la probabilidad para la formación natural de un flagelo de bacteria. Esto, hasta donde yo sepa, es el único intento para documentar la necesidad de un diseño, mediante cálculos concretos. Pero Dembski concibe la formación de, los flagelos como un problema netamente combinatorio y estima la probabilidad, que determinadas proteínas se ensamblan formando un flagelo. Dembski hace aquí, formalmente un sistema del tipo A de un fenómeno, que se desarrolla en un sistema del tipo B. Nadie discute, que la probabilidad para una “casual” gestación de una estructura como esta es casi cero. Sin embargo nadie ha afirmado, que un flagelo bacteriano u otro órgano complejo se forman de esta manera. Se puede ahorrar el esfuerzo, para calcular esta probabilidad, que proteínas se pueden plegar o acoplar de manera que se forme un flagelo bacteriano. Estructuras cono estas son formadas a diario por las bacterias, de manera que su probabilidad es prácticamente 1. En realidad se debería formular otra pregunta: ¿Si y en un caso dado, como una bacteria con un ADN, que no puede codificar un flagelo, a través de muchas generaciones, puede desarrollarse en un organismo con un ADN capaz de hacerlo? Aquí habría que calcular las probabilidades para la generación de los estados intermedios. Para esto, hay que aclarar primeramente en forma exacta, como se forma este flagelo a partir del mecanismo. ¿Qué genes codifican a que proteínas? ¿Cómo se adjuntan para formar un flagelo? ¿Existen formas intermedias imaginables? ¿Tendrán estas proteínas otras funciones? ¿Existen indicios para cambios de funciones? Recién cuando estas preguntas estén aclaradas, se puede discutir sobre esto razonablemente si este sistema pudo haberse formado sin un planificador. Esta investigación sólo se puede realizar mediante procesos naturalistas, indiferentemente, si se intenta de leer las “huellas del creador” o sólo “entender”, como se organizan ciertas moléculas.

Hume, Paley y el argumento del diseño “El argumento teleológico de la existencia de Dios” (del griego Telos: meta, propósito), trata de concluir a partir del orden, respectivamente, el aparente propósito de la naturaleza, concluir la existencia de un planificador divino (diseñador) o un creador de la naturaleza. En inglés muchas veces se le llama “argument from designe” o “argument to designer”. Conclusiones de la observación del orden de la naturaleza a un ser ordenador ya existía en la filosofía griega. En su versión cristiana, el argumento del diseño, ya fue popular en el siglo 18. El avance de la investigación naturalista, trajo al día un nuevo orden en todas partes, desde la mecánica celestial hasta la biología. En este apogeo de la mecánica el mundo era visto de buen grado, como una gran máquina, de manera, que la conclusión de la existencia de un constructor era patente. Este argumento del diseño, por esto fue una parte importante de la teología naturalista (teología física, religión natural) que afirmaba, que era posible conocer la existencia y naturaleza de Dios con los métodos empíricos usuales, en vez poner en el comienzo axiomáticamente un acto de fe no fundamentado, como lo hace la teología de la relevación. Como clásico de esta tradición, se considera el libro a0arecDIo en en 1802 “Natural Theology: or, evidences of Existence and Attributes of the Deity, Collected from the Appearences of Nature” del teólogo inglés William Samuel Paley (1743-1805). El constantemente citado ejemplo de Paley se refiere a un reloj que encuentra en el suelo, casualmente durante un paseo. Según Paley no se puede suponer que este ya estaba allí desde siempre. Más bien, debido a su compleja construcción, se debe concluir que fue planeado y construido. Ya que esta intencionalidad es posible encontrar en toda la naturaleza, hay que concluir en la existencia de un planificador, constructor de la naturaleza, alguien mucho más poderoso que un relojero humano, el cual sólo puede ser Dios. Evidentemente Paley no consideró a un libro importante, que apareció 25 años antes: Dialogues Concerning Natural Religion, de filósofo escocés David Hume (1711-1776) publicado en forma póstumo en el año 1777. Este análisis escéptico de la teología natural y del diseño inteligente, es considerado como su refutación decisiva, aún cuando posteriormente siempre hubo intentos, para formular argumentos que eluden la crítica de Humes (Mackie 1985).¿Qué aspecto tiene la crítica al diseño de Humes y de autores posteriores? En primer lugar se trata en el “argument to designe” de un argumento análogo empírico cuya estructura general se ve así: De la observación, que un objeto A tiene una propiedad P y que otro objeto B se parece en “algo” al objeto A, se concluye que B tiene la misma propiedad P (no comprobable en este caso). La debilidad de estos argumentos análogos consiste en el problema, si y en qué medida se aplica la similitud. ¿En que medida es análogo a la naturaleza un reloj. La analogía de Paley, entre un reloj y la naturaleza se basa en el orden, o complejidad de la estructuras. Pero estas no las necesitamos, para considerar a un reloj como “hecho”, ya que por experiencia sabemos, que los relojes son artefactos (Flew 1999). Tambien reconoceríamos a fragmentos de algún objeto o restos de muros como tales, como lo hacen constantemente los arqueólogos. Y por experiencia con seres vivientes sabemos, que estos nacen, se desarrollan y crecen y en algún momento mueren. Nada empírico indica que fuesen artefactos. Toda la naturaleza como un todo es más análoga a un organismo que a un reloj. Si se admite pro forma la analogía, entonces consecuentemente resultan conclusiones, que son desagradables para los representantes de la prueba teológica de Dios. En relación a esto Hume presentó una serie de ejemplos. En primer lugar todos los constructores de maquinas conocidos son seres finitos e imperfectos, o sea, seres humanos. La conclusión análoga a un ser infinito y perfecto no se justifica. Además todos los planificadores por nosotros conocidos, como humanos son seres moralmente ambiguos, es decir combinan rasgos buenos y malos. La conclusión en un diseñador infinitamente bondadoso no se justifica.

Del mismo modo, a partir de la existencia del mal, también se puede concluir en un creador malvado. De este modo, las frecuentes y complejas adaptaciones y ciclos de vida de muchos parásitos se podrían interpretar como prueba de una sofisticada y malvada planificación. Presumiblemente no es una casualidad que complejidades “indeseables” prácticamente no aparecen en los argumentos de los defensores del DI. Tampoco la conclusión en un solo hacedor, no se justifica empíricamente, ya que la experiencia nos muestra, que artefactos grandes como ediifici0os no son construidos por una sola persona, sino por un grupo de ellos. Hume hace decir a su personaje de diálogo, Philo: “[…] aquel que sigue a tu hipótesis, quizás sea capaz afirmar o suponer alguna vez, que el universo en un momento dado surgió de algo así como de una plano. Pero más allá de esto no puede averiguar absolutamente nada: cada detalle de su teología sólo puede dejar a su ilimitada arbitrariedad de su fantasía y conjeturas. De acuerdo a todo lo que se sabe, este mundo, a medida que se le aplica un estándar más alto, es bastante defectuoso e imperfecto. Quizá fue sólo el primer ensayo inexperto de una divinidad a la edad de un niño, que posteriormente, avergonzado de su débil imaginación, tiró la toalla; o es sólo la obra de una deidad dependiente subordinado. Que la sirve de burla a su superior, o es la obra de un dios ya senil, que desde su muerte de los primeros impulsos recibidos y la energía agotada, continua avanzando al azar” (Hume 1981.pág 59). Si se piensa hasta el final en la analogía, según la cual se requiere el orden de un planificador, entonces también el mismo planificador – y fuese sólo en su espíritu – debería mostrar un orden, para cuya explicación, sería necesario otro planificador. Con esto la analogía superior lleva a un regreso infinito. Aquel que entonces quiere interrumpir esta analogía con el primer planificador - un planificador no planificado análogamente al “motor inmóvil” como primera causa en la tal llamada prueba cosmológica de Dios, no puede referirse a la conclusión analógica y menos aún a métodos científicos, que siempre son a posteriori, sino debe confiar en la intuición a priori “que un orden espiritual (por lo menos donde Dios) se explica de sí mismo, mientras todo orden material no sólo se explica por sí mismo, pero también positivamente infundadas y ya no necesita de mayores explicaciones (Mackie 1985). El argumento del diseño inteligente, solamente es plausible si no es un neto argumento de analogía empírica, si no incluye un “conocimiento” a priori. Pero con esto presupone, lo que se quiere demostrar. Un planificador científico empírico o una evidencia de la existencia de Dios, no puede haber. De manera que el proyecto de una teología natural se considera fracasada des Hume. Martin Mahner.


Bibliografía

Literatur:
• Flew, A. (1999): Revisiting Arguments to Design. Free Inquiry 19(3), 52-53
• Hume, D. (1981): Dialoge über natürliche Religion. Reclam, Stuttgart
• Mackie, J. L. (1985): Das Wunder des Theismus. Argumente für und gegen die Existenz Gottes. Reclam, Stuttgart
• Paley, W. (1837): [Paley's] Natürliche Theologie. Hg. von H. Hauff. Cotta'sche Buchhandlung, Stuttgart

La complejidad irreducible

Estrechamente ligado a las ya mencionadas consideraciones de probabilidad, se encuentra la tal llamada complejidad irreducible. Behe, quien introdujo este concepto en la discusión, lo define como sigue: “Bajo complexidad irreducible entiendo un sistema, que se compone de distintas partes finamente ajustados entre sí, que aportan a la función básica, donde ausencia de una sola parte, hace que el sistema ya no funcione”. Detrás de esta argumentación se encuentra la afirmación, que también en sistemas del tipo B, aparecen sistemas que no se pudieron haber formado gradualmente. El ejemplo clásico del DI, es el del flagelo bacteriano. Estos sistemas están compuestos por componentes individuales, que pueden funcionar como un todo. La supresión de uno sólo de los componentes destruye la función de la estructura. Por esto no es imaginable, como una estructura como esta, se haya desarrollado gradualmente con el correr de la evolución. Para los componentes aislados no existiría una ventaja selectiva, por esto la estructura completa supuestamente debió haberse formado en un solo paso. Según la concepción de los seguidores del DI, estas estructuras desmienten la “vía directo de Darwin”, según la cual, estas estructuras se tendrían haber se formado sucesivamente en pequeños pasos selectivos. Pero queda abierta la cuestión si no pudieron haber existido también vías indirectas. Aun cuando la actual estructura irreduciblemente compleja, no significa que no hubo un antecesor algo menos desarrollado, que contenía componentes redundantes. Esta estructura fue entonces “ajustada finamente” por mutación y selección y recién el resultado de esta optimización es entonces irreduciblemente complejo. Más allá de esto, los componentes individuales pudieron haber sido seleccionados para una función totalmente distinta. Un ejemplo clásico son las plumas de los pájaros. Estas estructuras presumiblemente no se originaron como una adaptación para volar, sino como aislamiento térmico. Esta argumentación ya era conocida en tiempos de Darwin como cambio de función. Por esto es fácil imaginarse, como sistemas que posteriormente son irreduciblemente, se pueden componer, sin problemas, de componentes individuales, que absolutamente pudieron haberse formado para otros fines por pasos selectivamente favorecidos. Los detalles concretos sólo pueden ser explicados mediante la investigación naturalista. Hasta la fecha queda abierta la pregunta si realmente existen sistemas irreducibles del tipo B.

Inducción por eliminación

Los seguidores del DI están convencidos que no es suficiente llenar vacíos que existen en los actuales conocimientos, sino que deben demostrar la incapacidad fundamental de la ciencia naturalista, para explicar las estructuras complejas. Pero esta comprobación por principio, no es posible. Expresado algo más formalmente, este argumento podría leerse como sigue: Existe para la explicación de una estructura compleja las teorías naturalistas A y B (eventualmente incompatibles). Junto a estas también existe la posición C del DI. Pero ahora es posible refutar A y B, luego la posición C debe ser la correcta,. Esto significa, debe existir un diseñador. Esta argumentación, que en la lógica se llama inducción por eliminación, es un medio importante para el DI. Sin embargo en el caso del DI ya el requisito previo de esta argumentación – las alternativas deben ser mutuamente excluyentes y cubrir todas la posibilidades imaginarias – n o se da. En el esquema de arriba debería preguntarse, si no podrían existir otras posibilidades, o sea E, D y así sucesivamente. Estas eventualmente se podrían encontrar con otras investigaciones. Dembski, sin embargo muestra que existen clases de argumentos, que se pueden rebatir, por decirlo así, como un block, y que por esto no es necesario objetar cada posibilidad de interpretación dentro de estas clases. Pero el tampoco puede mostrar, que las cantidades de estas clases obligatoriamente abarcan todas la posibilidades. Por esto Dembski comete la falacia del falso dilema. En sentido estricto, para aplicar la inducción de eliminación, debe investigarse un asunto a fondo. Una vez que esto sea el caso, ya no son necesarias las inducciones de eliminación. Por lo tanto el argumento el argumento ya no es válido

Argumentum ad ignorantiam

Como ya se mostró, los principales argumentos del DI, contra el enfoque naturalismo no son sólidos. Con el DI aun bien se podría tratarse de un enfoque investigativo, que hace que la ciencia avance. Como ya se mencionó, muchos defensores del DI son científicos reconocidos científicos. La pregunta es, si es ciencia lo que defienden los adeptos del DI. Lo que es interesante es, que en ninguna parte es posible encontrar la presentación coherente de una teoría del DI: No existe una declaración de leyes generales ni explicaciones, como funcionaria mecánicamente el diseño, tampoco afirmaciones comprobables o incluso posibilDIades de una falsificación de este planteamiento. Finalmente se basa toda la argumentación en la afirmación, que con métodos científicos, en principio se podrían mostrar brechas de estructuras complejas, en el modelo explicativo naturalista. Entonces existe una total carencia de fundamentos de una teoría positiva del DI en contraste al enfoque netamente negativo a la refutación de la teoría de la evolución naturalista. Además la referencia a un creador se base exclusivamente en una conclusión análoga: La inteligencia humana no es capaz, de crear sistemas tan complejos, por lo tanto también se hace imprescindible una inteligencia, que explica la complejidad en sistemas naturales. Los representantes de DI, no presentan argumentos para su propia posición, sino hacen referencia a los vacíos existentes en las explicaciones alternativas. A este tipo de argumentación se llama argumentum ad ignorantiam. Aquí del desconocimiento de un hecho, se concluye la exactitud de una determinada posición. Muchas veces este esquema funciona de la siguiente manera: “No existe una explicación científica reconocida X para un determinado fenómeno, por lo tanto mi/nuestra explicación Y es la correcta”. En el caso del DI esta conclusión sonaría más o menos así: “La teoría de la evolución no puede explicar la complejidad irreducible, por lo tanto la teoría del DI es la correcta”. Pero esto es una conclusión errónea, porque del desconocimiento no se puede concluir nada. También es necesario, presentar hallazgos positivos para posición. Para el DI no pueden existir resultados positivos, mientras sólo se basa en impugnar a una concepción rival. Desde el punto de vista de la investigación naturalista, es por esto, en el mejor de los casos es un estímulo, cuando los defensores del DI les muestren las brechas que existen en los diversos estados investigativos (que estas existen no es discutido). Pero concluir de esto un argumento para un diseñador no es sostenible. En último término la expresión “aún no lo sabemos” es transformado en “un diseñador lo hiso”. Esto es el cásico substituto “Dios”, que desaparece cuando aparecen nuevos conocimientos naturalistas.

Falsabilidad

A las teorías científicas, generalmente se les exige, que por lo menos, por principio, por lo menos puedan fracasar en la experiencia (falsabilidad). Representantes de DI (por ejemplo Dembski) formulan explícitamente como criterio de la falsación, que abandonarían el DI, cuando sea posible explicar mediante el naturalismo la formación de sistemas irreduciblemente complejos. Pero esto no sería una falsación, ya que el DI no sería examinado de esta manera: Sólo llegaría a ser víctima de la Navaja de Ockham o el principio de la parsimonia ya que no es necesario como explicación. Adicionalmente el DI no puede ser refutado de esta manera. Incluso si se podría explicar la complejidad irreducible mediante el naturalismo, esto de ninguna manera significa que algún planificador o creador tuvieron algo que ver en esto. El reproche de los seguidores del DI, la teoría de la evolución no sería falsable, por lo tanto se puede responder: Si los adeptos del DI logran mostrar le existencia de un diseñador, entonces una explicación naturalista ininterrumpida ya no es posible. Naturalmente dentro de la visión del mundo naturalista, existen muchas teorías de las cuales se pueden deducir observaciones verificables. Esto ya demuestra la exigencia de los adherentes, por la formulación de mecanismos comprobables para la formación de estructuras de una complejidad irreducible, de parte de los investigadores evolucionistas o la afirmación que ideas como estas ya estarían refutadas. Fácilmente se podría imaginarse un mundo, en el cual ni siquiera aparecería la concepción de una evolución: Si se encontraría en rocas los fósiles en una secuencia aleatoria o si cada grupo de organismos tuviese un código genético o una implementación enzimática única, a nadie se le ocurriría la idea que podría existir algo así como una descendencia común. Visto desde este punto de vista el concepto de la evolución principalmente es falsable. Con la idea de un acto de creación es posible armonizar cada mundo: El creador simplemente hiso así al mundo. Por esto el DI ni siquiera por principio es falsable.

Al DI le faltan tanto un enfoque mecanicista, como también un programa de investigación
Como debe haber quedado claro hasta ahora, las objeciones del DI no están en condiciones de refutar las explicaciones naturalista de la formación de los seres vivientes. Aún sería posible, que el DI sea podría ser heurísticamente fructífero siempre y cuando sería capaz de ampliar el programa investigativo del naturalismo. La idea fundamental (también se podría decir la esperanza) de la ciencia naturalista es un universo comprensible que funciona según leyes naturales reconocibles. Esto en primera instancia esto fue el mundo determinista de Laplace o Newton. Si se conocen todas las leyes naturales y si se tiene todos los datos relevantes en relación a los componentes de un sistema que se está investigando entonces es posible calcular su pasado y su futuro. Mientras tanto hemos tenido que separarnos de esa concepción determinista, entre otras cosas, debido a los resultados de la mecánica cuántica y de le investigación del caos. En la biología, sin embargo, no finalmente en base a la influencia de la casualidad sobre el desarrollo de la evolución, existía la tendencia de asumir, que predicciones, en el mejor de los casos, puede establecerse un marco, dentro del cual el desarrollo concreto puede suceder en forma impredecible. En este sentido, el mundo en realidad es inteligible (porque todo sucede como debe ser), aunque no se puede dar predicciones específicas para todo. El DI mientras tanto siempre calcula, con un diseñador, sea este como fuere. Desde el punto de vista de las ciencias naturalistas para esto no hay indicio alguno. La posición del DI, por esto es provocadora. Por un lado se proponen ninguna alternativa concreta (en el sentido de respuestas comprobables a preguntas como “¿Cuándo que diseñador donde y como ha creado qué cosa?), por otro lado al trabajo de los científicos naturalistas les es quitado el piso de los pies. Al reproche a la vaguedad, los seguidores del DI responden normalmente, el DI no es una teoría mecanicista. Por lo tanto al DI no se le debe exigir dar una explicación mecanicista, ni siquiera una explicación causal. Dembski compara la acción del diseñador en el universo con la interpretación de un músico con su instrumento. En último término esto, como ya se explicó, una demanda en principio, por límites explorables del mundo. Pero l,ops defensores del EDI no pueden mostrar, desde cuándo y en qué lugar es esto el caso. Ellos están obligados a limitarse a esperar que es lo que puede descubrir la investigación naturalista, y luego tratar de rebatir estas teorías. Mientras que el DI no hace declaraciones mecanicistas comprobables o por lo menos poder mostrar que por principio declaraciones mecanicistas no son posibles, al DI sólo le queda este enfoque “reactivo”, incluso Dembski reconoce expresamente, que el DI aún está muy lejos de ser una ciencia reconocida. En un detallado artículo, expone en forma concreta, lo que, según él, debería rendir el DI, ´para ser reconocido como una ciencia establecida (Dembski 2002c). A este trabajo también se le puede considerar, contra la intención del autor, como prueba de una enorme brecha entre la pretensión y la realidad del movimiento del DI. Allí Dembski describe que la atracción del movimiento del DI se basa en motivos psicológicos y sociológicos. Un análisis de los programas de investigación propuestos para el DI, muestra claramente, que la perspectiva del DI, por principio no se sostiene por sí mismo. Lo que en estas investigaciones es fructífero, ya no cabe en el marco del DI. Como Dembski reconoce expresamente, el DI no dispone de una programa investigativo concreto y tampoco de un elaborado plan de estudiaos para las escuelas o universidades. Si los defensores del DI lograrían establecer en las escuelas su proposición en forma igualitaria a la biología de la evolución, quedaría claro de inmediato, que al DI le faltan las más mínimas condiciones para el rango de una disciplina científica. En el Trabajo mencionado Dembski también hace referencia a la queja de los científicos. Que gustosamente se engancharían para el DI, pero no ven como lo podrían hacer en forma concreta. En el marco del planteamiento relatado, no existe ninguna posibilidad para remediar esta situación. Si se parte de que un diseñador, respectivamente, creador crea de una forma, que se escapa de nuestras capacidades cognoscitivas, entonces no puede existir un programa de investigación en base a esto. Si los adherentes del DI realizan alguna investigación, esto sucede de la misma manera como lo hacen también los naturalistas. Por lo tanto el DI no tiene ningún “valor agregado”. En el mejor de los casos podría dejar en claro que si podría existir algún creador fuese como fuere o que los científicos naturalistas no estarían en condiciones de refutar la creencia en un diseñador. Pero esto no es afirmado por científicos naturistas con cierto nivel de conocimientos filosóficos. Es sólo que un diseñador, que crea de una manera no posible de investigar, no es necesario en el mundo de las ciencias naturales.

El Di no es reconocido en el marco de las ciencias naturales

Seguidores del movimiento del DI, muchas veces se quejan, que la ciencia naturalista que ajustan las reglas del juego de manera que otras concepciones salgan perjudicadas. En sentido estricto los defensores del DI exigen un cambio del paradigma: El reemplazo del naturalismo por un sobrenaturalismo. Este tipo de cambios de paradigmas, sólo se producen cuando exista un competidor manifestado para cada paradigma en particular. Este debe poder explicar tanto como el paradigma existente, además permitir nuevos conocimientos. En el presenta caso también hay que considerar, que el naturalismo no es un paradigma entre otros, sino la base de toda la ciencia. Por esta razón, a una alternativa se le exige una demanda muy alta. Ya que el DI no presenta afirmaciones explícitamente comprobables sobre mecanismos, que podrían ser comparados con la investigación naturalista y que eventualmente podrían resultar fructíferos, su único argumento restante es la comprobación del fracaso de la proposición naturalista, Pero para esto no es suficiente mostrar, que la aparición de determinados fenómenos, como ser el flagelo bacteriano, que no puede ser explicado por el naturalismo: Más debe ser mostrado que p0or principio no es posible. Pero como ya se ha mostrado, esta evidencia no fue presentada, y probablemente nunca podrá ser aportado. O sea, no se debe a la maldad de los naturalistas que determinan las reglas de juegos desfavoreciendo al DI, sino a la estructura argumentativa del DI, que fuerza esta argumentación. Por razones similares también la argumentación de Dembski queda en la nada, las ciencias naturales deberían tomar una decisión en base de los hechos conocidos: No tiene sentido, basar una decisión en el desconocimiento, mientras aún no se conocen los hechos necesarios. Entre los astrofísicos, por ejemplo, aún se discute si el universo después Big-bang se expandirá por siempre, o si en algún momento se detendrá u colapsará.

Lo que finalmente ocurrirá, depende de la masa del universo. Mientras esto no se conoce una determinación no es posible. En base a la experiencia con plena justificación se puede exponer, que ciertas cosas no son posibles. Las leyes de la termodinámica dicen que no puede existir u{n perpetuum mobile. Pwero esta ley no fue descubierta, deb9ido a que constantemente se ha tratado de construir máquinas de este tipo y que se fracasó en ello, sino se ha establecido un sistema coherente de afirmaciones positivas en las cuales estas leyes se integran en forma harmónica. Recién cuando una teoría en un marco general se evidencia como fructífera, se parte de la base, que sus declaraciones de leyes representan una barrera para determinados procesos. Mientras no existen hallazgos de este tipo, honradamente sólo se puede reconocer, que no es posible entender determinados procesos. Introducir a un diseñador como un suplente no tiene sentido aquí. Recién cuando el DI sea formulado, que contenga aseveraciones comprobables, podría considerarse como una alternativa seria a la ciencia actual. En el mejor de los casos. Cabe destacar como algo positivo, que el DI a lo contrario del creacionismo de plazo corto, que por principio excluye todos las revelaciones de los supuestos hechos bíblicos que contradicen los conocimientos, que por lo menos no impiden la investigación. Los seguidores del DI incluso están interesados, explorar mediante el naturalismo sistemas en forma exhaustiva. Con esto esperan poder demostrar, que estos no pueden ser explicados de esta manera. Por esto los simpatizantes del DI se diferencian de los naturalistas por su suposición, que determinados sistemas fueron creados y que esto a la vez constituye una explicación. Si esto en última instancia es suficiente, para conceder al DI un derecho de ser parte en el de las ciencias naturales, es dudoso. Las razones de la difusión del DI, se seguro se encuentran en otro campo.


Conclusión

La presente investigación ha demostrado, que al Di mediante su argumentación “negativa”, no le resulta poner realmente en peligro al naturalismo. Incluso si esto fuese el caso, de todos modos no habría logrado, transforma esto en un argumento a favor de un diseñador. No podemos mirar hacia el futura y predecir, donde se encuentran los limites de nuestros conocimientos. La referencia a un creador sólo se basa en una conclusión análoga: La inteligencia humana puede crear sistemas complejos, por esto también se reclama una inteligencia (sobrehumana) que explica la complejidad de sistemas naturales. Conclusiones análogas por principio no están en condiciones para fundamentar un concepto. En el mejor de los casos pueden servir como ilustración. Arriba ilustré la evolución con el ejemplo del juego de dados. Espero que esta analogía haya sido ilustrativa: Se quería demostrar, que la mutación emparejada con la selección es mucho más “poderosa”, que sólo una mutación casual. Pero sería totalmente falso, concluir de este ejemplo que existen solamente seis posibilidades, de cómo puede cambiarse una propiedad que es seleccionada. Esta pregunta se debe responder mediante investigaciones de los procesos del mundo de los organismos. En la naturaleza también existen dispositivos que se parecen a sistemas construidos por el hombre. Pero de esto no se puede concluir, que estos sistemas fueron construidos por un diseñador. Como conclusión hay que hacer notar, que el DI no tiene ningún derecho de que su visión sea considerado como una rama seria de la ciencia. Se trata sólo del argumentum ad ignorantiam, acicalado por una conclusión análoga poco convincente. El DI renuncia expresamente presentar un mecanismo para la acción de un diseñador y por esto no puede formular aserciones comprobables. A fin de cuentas este enfoque es heurísticamente estéril: En el mejor de los casos el DI puede incitar, a que se instale la acción de diseñador en las brechas existentes en los conocimientos del naturalismo. Por lo tanto un creador de este tipo, simple y llanamente es prescindible. Por esto, el éxito de este movimiento en especial, en los EEUU, no es explicable por su rendimiento científico. El DI es más bien una aglomeración para personas de cierta educación, religiosamente fundamentalistas, que rechazan una evolución teísta, pero que reconocen que el creacionismo científico no es un punto de vista razonable.

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Traducido del alemán por A. Gundelach, con la gentil autorización de su autor el Dr. Tomas Waschke
Octubre, 2011

2 comentarios:

Albrecht Gundelach dijo...

Los ateos no somos una mayoría, pero tampoco somos poquitos. Según los últimos estudios. La mayor cantidad de ateos se encuentran en Europa, y estamos aumentando constantemente en números. En los EEUU la mayoría de los científicos son ateos. Ahora que no nos escuchan respectivamente leen, es falso.
Tú mismo ya has publicado varios comentarios referentes a mis artículos.
Las ciencias naturales, ya hace tiempo que salieron de la “época de los pañales”; están en plena madurez gracias a los diferentes métodos científico y las nuevas tecnologías que se están aplicando. Los conocimientos científicos aumentan casi a diario. Es cierto, hay muchas cosas que un desconocemos y probablemente muchas de estas cosas nunca las sabremos.
Gracias a las ciencias las personas pueden alcanzar cada vez más la felicidad, pero aquí no debemos olvidar que la felicidad es un concepto subjetivo.
Preguntaste: ¿Pueden los ateos vencer al Capitalismo, a la injusticia social, al mal del Mundo?, el ateísmo no es una ideología, tampoco una institución de tipo político o religiosos; el ateísmo es una visión del mundo donde no tienen cabida las ideas de seres sobrenaturales.
El ateísmo ofrece una liberación de las supersticiones, especialmente las religiosas. El ateísmo ofrece ver al mundo tal como es, naturaleza.
Borré la última frase de Anónimo por ser grosera. Acepto críticas tanto negativas como positivas, pero no voy a dar paso a palabras obscenas.

Albrecht Gundelach dijo...

Comentario de Anónimo editado.Sólo eliminé la última frase

Los ateos son poquitos. Casi nadie les cree y los escucha. La Ciencia está en pañales, apenas sabe algo de la Vida. Lo digo yo que sé más de Ciencia que de Biblia. Apenas si alguna vez leí la Biblia... La gente necesita ser feliz. Necesita trascender. La gente quiere creer en algo, aunque sea en la Vida... Los ateos no tienen nada que ofrecerles. Sólo muerte. ¿Pueden los ateos vencer al Capitalismo, a la injusticia social, al mal del Mundo? […].