2 de septiembre de 2014
El Diluvio – Capítulo 6
El Diluvio – Capítulo 6
Las consecuencias del
diluvio
Un
diluvio global habría dejado huellas, que no concuerdan con lo que hoy
encontramos.-
¿Cómo se ha de explicar
la edad relativa de las cordilleras? ¿Por qué, por ejemplo, la Cierra Nevada no
fue tan erosionada, por la riada cómo los
Apalaches?
¿Por qué en las
muestras de las perforaciones del hielo no es descubren ningún indicio sobre un
diluvio? Núcleos
de hielo extraídos en Groenlandia se
dataron hasta 40.000 años contando los añillos anuales [Johnsen et al, 1992; Alley et
al, 1993]. Uno esperaría, que un diluvio
global dejaría una capa de sedimentos; un notorio cambio en el contenido de la
sal y en la relación de isótopos de oxígeno, fracturas por
empuje ascensional y tensiones térmicas,
un cambio patente en la cantidad de burbujas de aire captadas y posiblemente otras cambios más. ¿Por
qué no se encuentran ningunas de estas señales?
¿Por qué hay capas de
hielo en los polos? Una
masa de agua tan enorme cómo la del diluvio hubiera una flotabilidad suficiente,
para levantar las capas polares de sus
lechos y quebrarlos. Las capas polares no se hubieran formado de nuevo tan
rápidamente. Las capas de Groenlandia bajo las condiciones climáticas de los
últimos 19.000 años no hubieran reaparecidos.
¿Por qué el diluvio no
dejó huellas en el suelo marino? Una inundación, que duró un año, en núcleos
de perforaciones del suelo marino debería ser reconocible por (1) un atípico
alto contenido de detritos terrestres, (2) diferente distribución del tamaño de grano en el sedimento, (3) una desviación de las relaciones de los
isótopos del Oxígeno (La lluvia tiene
una composición de isótopos distinta a la del mar), (4) una extinción en masa.
¿ Por qué no se encuentra nada de esto?.
¿Por qué no se encuentra nada en los anillos anuales de
los árboles? Los
registros de los anillos anuales de los árboles se pueden rastrear hasta más de
10.000 años atrás, sin que se haya encontrado indicios a una catástrofe durante
este período [Becker
& Kromer, 1993; Becker et al, 1991; Stuvier et al, 1986].
Fuentes
Alley, R.
B., D. A. Meese, C. A. Shuman, A. J. Gow, K.C. Taylor, P. M. Grootes, J. W. C.
White, M. Ram, E. W. Waddington, P. A. Mayewski, & G. A. Zielinski, 1993.
Abrupt increase in Greenland snow accumulation at the end of the Younger Dryas
event. Nature 362: 527- 529.
Becker,
B. & Kromer, B., 1993. The continental
tree-ring record - absolute chronology, C-14 calibration and climatic-change at
11 KA. Palaeogeography Palaeoclimatology Palaeoecology, 103 (1- 2):
67-71.
Becker,
B., Kromer, B. & Trimborn, P., 1991. A stable-isotope
tree-ring timescale of the late glacial Holocene boundary. Nature 353 (6345):
647-649.
Johnsen, S.
J., H. B. Clausen, W. Dansgaard, K. Fuhrer, N. Gundestrap, C. U. Hammer, P.
Iversen, J. Jouzel, B. Stauffer, & J. P. Steffensen, 1992. Irregular
glacial interstadials recorded in a new Greenland ice core. Nature 359:
311-313.
Stuiver,
Minze, et al, 1986. Radiocarbon age calibration back to 13,300 years BP and
the 14 C age matching of the German Oak and US bristlecone pine chronologies. IN: Calibration issue / Stuiver,
Minze, et al., Radiocarbon 28(2B): 969-979.
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