14 de marzo de 2011

La evolución humana

La evolución humana
El ser humano es un sistema vivo que se destaca por un alto grado de diferenciaciones. Él es el producto final preliminar de un largo proceso de desarrollo, la EVOLUCIÓN.

Bajo evolución se entiende el hecho, que todos los seres vivos, con el correr de la historia de la Tierra, se formaron de antepasados diferentes, en una cadena de procreación directa. La descendencia del humano a partir de ancestros animales, ya fue insinuada en 1809 por LAMARRCK, el primer defensor consecuente de la idea evolucionista. CHARLES DARWIN suponía en 1859, que el origen de las especies también daría una luz sobre el origen del hombre y de su historia, y en 1871 se preocupó exhaustivamente y con evidencias con este problema en su obra “El origen de las Especies”,. Después de que Th. H. HUXLEY 1863 en su conferencia sobre “Certificaciones sobre la posición del hombre en la naturaleza” [Traducción libre del título, aagb], aportó pruebas que encasillaban al hombre junto con los homínidos, simios y prosimios en la orden de los primates. Desde el siglo 18, los homínidos .la única familia de los primates de caminar erecto, fueron irrevocablemente clasificados al orden de los mamíferos de los antropoides, y su posición fue reforzada por numerosos criterios.

Importantes criterios para la pertenencia a los primates:

Descubrimientos morfológicos: Con los primates, el hombre comparte manos con pulgar en contraposición, uñas planas y cortas, pies con dedo gordo del pié, oreja de estructura parecida y un volumen del cerebro relativamente grande. Él al igual que los primates tiene ojos dirigidos hacia adelante: que llevaron al máximo la capacidad de la vision espacial, la dentadura de los primates tienen la misma fórmula dental que la dentadura humana. En general se puede decir que el cuerpo humano está estructurado con un parecido en aumento que corresponde a los vertebrados, mamíferos, primates, antropoides, “Estructuras únicas” que faltan en otros primates, según DOBZHANSY no se pudieron detectar.
Fig. Articulación de la rodilla del Austraopithecus afarensis (de Johanson). El ángulo en la articulación, por ejemplo, muestra que el Austraopithecus caminaba en posición erecta.

Hallazgos citológicos: En los últimos años investigaciones citogenéticas produjeron resultados reveladores. La cantidad de cromosomas varían notoriamente dentro de los primates, pero una notoria concordancia existe entre los antropoides (2n = 48) y el ser humano (2n = 46). Los genes supernumerarios de los simios, están adjuntados en el cromosoma 2.pero de mayor significación resultó ser el análisis de las formas de los cromosomas. Resultó, que los antropoides y los humanos tienen los mismos tipos de cromosomas, con las mismas estructuras. El más parecido al humano es el juego de cromosomas del chimpancé.

Hallazgos serológicos: También donde los antropoides, existen los conocidos grupos sanguíneos A, B y O, además se pudo determinar, que donde los gibón, orangutanes y chimpancés también existe los conocidos subgrupos A, como en los humanos, y finalmente que la estructura química de los antígenos sanguíneos corresponden a aquellos del hombre.

Hallazgos embriológicos: Los embriones de las distintas clases de vertebrados, como el tiburón, el pollo y el ser humano, tanto en su forma total, como también la formación de la cabeza con sus ojos, sus aberturas branquiales, del cuerpo con sus extremidades, cola, etc., casi no son posibles de distinguir.

Hallazgos parasitológicos: La especificidad del huésped, entrega evidencias reveladoras sobre la evolución, ya que muchos huéspedes recibieron sus parásitos de sus ancestros. Piojos del género pediculus, por ejemplo sólo viven en los humanos y chimpancés.

Hallazgos bioquímicos: Análisis secuenciales en ácidos nucleídos y proteínas, entregan según el tamaño de la concordancia, una medida de la relación filogenética. Se pueden dividir la doble espiral del ASDN y unirlos eventualmente de nuevo con portadores ajenos individuales complementarios, radioactivamente marcados. Estas complementaciones transcurren en forma tanto más completa cuanto más símiles son las moléculas del ADN, en un sentido más amplio los organismos donantes. Así ascienden entre ratón y hámster un 55%, entre ratón y conejo de indias sólo u 24% y entre ratón y humano apenas un 20%. En cambio entre humano y un Rhesus una similitud de un 85%. Según las últimas investigaciones sobre el ADN, los humanos tienen más de un 98% en común con los genes de los antropoides. Diferencias entre las estructuras de los son igualmente aclaratorias. Un ejemplo bien estudiado es el fermento respiratorio Citicroma c. dependiendo de la especie, presenta una secuencia en total de 104-108 aminoácidos, donde las distintas posiciones pueden ser ocupados por diferentes aminoácidos. Entre mamíferos y pájaros existen entre 10 – 15, entre mamíferos y peces 20, entre mamíferos y levadura 43 – 49 distintas ocupaciones como estas. En cambio entre el humano y el pariente relativamente cercano el mono Rhesus, la diferencia es de sólo un aminoácido.

Hallazgos etológicos: Se han comprobado numerosos parecidos en el comportamiento en general con el primate. Así por ejemplo el chimpancé, entre otras cosas, muestra una sonrisa que es muy similar a la nuestra. También en el comportamiento del saludo aparecen muchos perecidos, el beso, el abrazo, el darse la mano. Actos de cuidado de las crías, como el alimentar de boca a boca lo vemos donde los chimpancés igualmente donde los papúas y pigmeos, en el sentido transfigurado también en la alimentación mutua como un gesto amistoso, de los cual se puede derivar el besarse un enraizamiento profundo de la herencia animal, seguramente también nuestra necesidad de protección y vista panorámica (comportamiento en el restaurante). Los niños buscan protección donde la madre, posteriormente donde adultos de un rango más elevado. “El miembro de la especie se transforma en la meta de la huida, su cercanía significa protección” (EIBEL-EIBESFELD). En el afán del servicio de contacto social, también se encuentran los actos de acicalamiento corporal, que donde muchos animales vertebrados sirven como la mantención de las relaciones amistosas. Ritualizado se presenta por ejemplo, como caricias y rastreos. Otra similitud entre los humanos y los simios está en la expresión, de la extensión de la mano en forma petitoria y el cabeceo. En base al instinto de agresión congénita, se llega, en el sentido de la mantención de la sociedad, a la formación de jerarquías. Investigaciones modernas (MILGRAM), han aclarado que el hombre si se defiende contra el imperios de fuerza bruta, pero que se subordina voluntariamente, por una clara disposición a una autoridad libremente reconocida.




Árbol genealógico del Australopithecus y Homo





Los criterios más importantes sobre la posición especial del humano

Junto a los hallazgos relatados, existen una serie de características, que separan notoriamente al hombre del antropoide. Se trata aquí casi exclusivamente de características que resultaron de la transformación a la posición erecta total y el aumento del volumen del cerebro. La posición erecta total sólo se encuentra donde el ser humano. Sin embargo los antropoides también tienen la posibilidad de una postura y un caminar erecto, pero sólo por un tiempo limitado y con un mayor gasta de energía, ya que están obligados a caminar constantemente con las rodillas dobladas.

Especialidades estructurales a causa de la erección completa: La columna vertebral se transforma de un puente arqueado hacia una columna, que por flexible, que mediante repetidas flexiones absorbe los golpes del caminar bípedo y lleva la masa del cuerpo sobre la superficie de apoyo de los pies. La zona pélvica, debe cargar todas las viseras del abdomen. Por esta razón las caderas se extienden hacia los lados y el igualmente extendido sacro lo apoya en su función de soporte. Con la erección también se ensancha y se aplana el tórax. Este ensanchamiento y aplanamiento del tórax también condicionan el cambio de posición de los omoplatos en una ubicación más externa y hacia atrás, con lo cual los brazos obtienen esa gran movilidad hacia los lados, que es tan característica para los humanos. Más influenciados por la posición erecta están las extremidades posteriores. Ellos solos ahora soportan al cuerpo y deben transportarlo. Donde el hombre son ahora más largos y muy fuertes. En comparación con los antropoides, las piernas no sólo se alargan más que los brazos, también en relación al largo del tronco, el ser humano desarrolló las piernas más largas. El pie humano, adaptado como apoyo a la marcha bípeda, ya casi no muestra las características de una mano. En la fase embrionaria, la forma del pie humano en cierto grado concuerda con aquellos de otros primates, recién en forma posterior se origina la diferenciación. En el curso del auto-desarrollo, el dedo gordo se ubica en la misma posición que el resto de los dedos del pie, y se refuerza. Las falanges se acortan notoriamente, en especial el quinto dedo. En el curso del caminar erecto se origina el arco del pie. La arqueada, que se forma tanto a lo largo como a lo ancho del pie, garantiza la necesaria elasticidad para el andar, correr y saltar, en dos pies.

El cráneo es libremente balanceado por el eje vertical central del cuerpo, y degenera los músculos del cuello y la parte del hocico. Como característica especial del cráneo humano, es que una cara relativamente pequeña ya no se encuentra delante del cráneo cerebral, sino, se ubica debajo del abovedado cráneo cerebral. El arco dental se acorta, incluso la lengua se hace más corta y rechoncha. El cerebro grande gana el espacio necesario, ante todo por la elevación de la cápsula craneal. La parte occipital y las paredes laterales, son modelados más finamente en el hombre. La musculatura facial se hace más fina y ricamente diferenciada (mímica).

Junto al andar erecto y el tamaño del cerebro, otra característica es el lento crecimiento y la lenta maduración, como la larga vida, que distinguen al hombre en el ámbito de los primates. Entre los mamíferos, la parte más larga es la juventud del humano hasta la madurez sexual.

La relativamente reciente adquisición de la posición erecta del hombre, condiciona algunas imperfecciones, que la selección natural aún no ha podido eliminar, como por ejemplo la disposición a las fracturas pélvicas, daños en los discos intervertebrales, pies planos y la formación de várices. “Una mirada a todo el mundo animal en su variedad de formas, entonces el hombre aparece como una leve variación de otras formas de animales, él es un primate de andar erecto, lampiño, con un gran cerebro”. (SCHWIDETZKY).

Características sicosomáticas:

El humano es un ser culturalmente creativo, parlante, que piensa mediante símbolos y sobre sí mismo. La brecha, que aquí se abre, entre el hombre y su pariente más cercano, es mayor que la netamente corporal. Se destaca una cultura con una inmensa creación material de artefactos, ropajes, adornos, viviendas, armas; con religión, música, poesía y ciencia. Una infinita y en constante aumente, variable multiplicidad de formas, que incluso se ha independizado de sus creadores y , que en parte sigue sus propias nuevas leyes. El cerebro humano es la precondición material y estructural para el desarrollo del hombre. El humano dentro de la línea de los primates tiene el cerebro con el mayor volumen y peso. En el promedio pesa entre 1400 – 1500 g, mientras que él del orangután es de apenas unos 350 g, él del chimpancé 400 g y él del gorila 500 g. También en relación del peso cerebro al peso del cuerpo, el ser humano ocupa el primer puesto de entre los primates. Para el juicio sobre el nivel de desarrollo del cerebro de un mamífero, como base para su rendimiento psíquico, es decisivo únicamente el cerebro y no todo el encéfalo completo. La ampliación del cerebro, que cubre cada vez más el resto de las partes traseras, es complementado al mismo tiempo por plegaduras y surcos. El aumento de la superficie logrado de esta manera de la capa de nervios de 2 a 3 cm de grosor, es en medida especial, expresión de una mayor diferenciación. El aumento de la masa cerebral y la mayor complejidad de la corteza cerebral se sintetizan en el concepto cerebralisación. Donde el humano parece que se formaron zonas de corteza totalmente nuevas.

El desarrollo evolutivo de los primates

Los primeros primates aparecieron en el paleoceno, el nivel más bajo del Terciario, o sea hace aproximadamente unos 70 millones de años. Eran animales pequeños que habitaban en los árboles, que probablemente se derivaron de insectívoros. En el árbol de los primates, las MUSARAÑAS, ocupan la primera rama, es decir la de más abajo.

En el Eoceno de los ancestros de las musarañas se desarrollaron una serie de grupos prosimios de los cuales se desarrollaron los actuales lémures y maquis. A finales del Eoceno los simios reales llegaron a ser una fuerte competencia de los prosimios, ya que estos al igual que los prosimios viven en los árboles. Con el pasar del Oligoceno, los simios distribuidos por todo el mundo, se dividieron en dos grupos bastante diferenciados: aparecieron en el mundo antiguo los SIMIOS DE NARIZ ANGOSTA (Pavianes y mandriles) y en el mundo nuevo los SIMIOS DE NARIZ ANCHA (Micos y capuchinos). En parte ya vivían a ras del suelo.

Es absolutamente seguro, que HOMINOIDEOS, a los cuales pertenecen los recientes Gibón, los antropoides y los humanos se originaron de los simios del mundo viejo, en los tiempos posteriores del Oligoceno (hace aproximadamente unos 30 millones de años).

El ancestro común del hombre y del antropoide vivió no más allá de los 8 millones de años. Desgraciadamente sabemos tan poco sobre la evolución de los homínidos y antropoides en el mioceno tardío, de cinco a diez millones de años, que ya no podemos identificar al último ancestro. El caminar erecto es el criterio determinante del temprano desarrollo de los homínidos. Esto en la evolución fue una importante innovación. Independientemente de la pregunta por sus ventajas para los homínidos hay que buscar la causa del cambio del comportamiento que aumenta el éxito de la procreación. C. Owen LOVEJOY, paleontólogo en la Kent State University, habla de la “trinidad de la selección, reproducción, alimentación y seguridad”. Una reproducción acelerada según esto compensa el mayor gasto de energía para la alimentación y la seguridad. Esta meta se alcanza cuando los machos, que usan sus extremidades superiores para transportar los alimentos, , suministran buena comida, de esta manera las hembras pueden gastar más energía en la crianza de sus crías. Las hembras que eligieron a sus parejas según la confiabilidad de la procura de alimentos, aumentaron la probabilidad de la supervivencia de sus crías. Lo importante y lo único en el comportamiento de pareja de los homínidos es, que cada género tiene algo que ofrecer al otro. El macho, proporciona alimentos en forma confiablemente y le ofrece protección adicional a la hembra y a sus crías. La hembra garantiza que los genes del macho lleguen a la siguiente generación, y estas mejores chances de supervivencia de los descendientes actúan motoramente sobre la velocidad reproductiva de la especie.

En el mioceno tardío, hace diez a cinco millones de años, los bosques tropicales se redujeron, por el enfriamiento del clima y con esto el hábitat de los antropoides. Estos ahora debían conformarse con zonas boscosas fragmentadas. Con esto comenzó un constante retroceso de la diversidad y número de individuos de los antropoides. Sólo uno tuvo éxito, el homínido El desarrolló una exitosa estrategia reproductiva parte de la cual era el caminar erecto.

El hombre primitivo y el hombre moderno

La familia humana con una viva y varias extintas especies de primates de andar erecto, desde la separación de un ancestro común con los antropoides africanos, siguió un camino evolutivo propio. Zoológicamente formal se trata de la familia de los Hominidae, que en idioma coloquial son llamados homínidos.

La familia de los hominidae se dividió en homínidos tempranos y tardíos. Todos los tipos tempranos con excepción del Ardipithecus ramidu, son del género del australopiteco y se les llama resumidamente Australopitecinos.

Los homínidos tardíos pertenecen al género homo. La característica común de las numerosas distintas familias de homínidos es el andar erecto.Los homínidos tempranos, según la mayoría de los expertos, pertenecen al género australopitecos con las siete especies Arten anamensis, afarensis, bahrelghazali, africanus, aethiopicus, robustus y boisei. El género llamado en 1994 Ardipithecus, otro homínido anterior, sólo abarca una especie: Ramidus. A veces también son considerados como octava especie de australopitecos (Australopithecus preagnes). Los australopitecinos hasta ahora sólo fueron descubiertos en África, en sedimentos con una edad de 1 a 4 millones de años. Sus huesos atestiguan sobre un caminar en posición vertical sobre el suelo, pero en algunos tipos, los brazos largos y los dedos y huesos de los dedos de los pies, curvos, recuerdan a los ancestros que vivían en los árboles. Los australopicenos fueron vegetarianos, y sus tipos “robustos” (robustus, aethiopicus y boisei), sxe adaptaron a esta dieta extrema con grandes molares con esmaltes gruesos y dientes de crecimiento rápido, con una fuerte mandíbula inferior y poderosos músculos masticadores, que a veces estaban sujetas a molduras craneanas. El cráneo de los australopitecinos con 400 hasta 530 cm3 es bastante pequeño y es tapado por la gran cara. Las mandíbulas se proyectaban hacia adelante, la frente huidiza. Los australopitecinos medían entre 1 a 1,5 metros de alto y pesaban unos 27 a 45 kilos. Por lo que sabemos muestran un dimorfismo sexual fuerte. Los machos eran notoriamente más grandes que las hembras.

Homo, el género de los hombres modernos, recibieron sus nombres en 1758 de Linné. Abarcan siete clases: rudolfensis, habilis, ergaster, erectus, heidelbergensis, neanderthalensis y sapiens.

Este género presumiblemente apareció hace unos 2,5 millones de años en África y ahora se distribuye en todo el mundo. El homo se distingue de los australopitecinos por su volumen craneal más grande, el rango abarca desde los 530 cm3 de las especies más antiguas, hasta los 2000cm3 del, humano actual. Aumenta el tamaño del cuerpo, en especial el largo de las piernas y el peso corporal, mientras que el dimorfismo sexual disminuye. Toda la parte facial con la boca y los dientes, en comparación a los australopitecinos está disminuida. Donde muchas especies de simios se forman gruesas crestas sobre los ojos. Las inserciones musculares son generalmente más pequeñas y la tapa craneal es notoriamente más gruesa que la de los australopitecinos. El homo sapiens moderno también tiene otras particularidades anatómicas: El esqueleto delicado las crestas de los ojos y del cráneo se atrofiaron. Los dientes y las mandíbulas son más pequeñas.la cara es vertical y aplanada con una nariz pronunciada. La mandíbula inferior está dotada de un mentón protuberante. La corta cabeza se caracteriza por su elevada frente vertical y alija un cerebro muy grande. Tal vez la característica más llamativa de nuestra especie, es el hecho, que para su supervivencia depende de la cultura. La cultura y el idioma de símbolos, desde 40. 000 años es la característica más decisiva del hombre moderno.

Ardipithecus (Australopiteco ramidus)
Aramis, etiopía; 4,4 millones de años, 1992)

Hace 4,4 millones de años se paseaba, en la actual Etiopía, un misterioso pero muy llamativo homínido parecido a los simios. Su esqueleto casi totalmente conservado, proporciona emocionantes nuevos conocimientos sobre un tiempo, cuando los homínidos aún no se habían separado demasiado de su ancestro común con los antropoides africanos.

Los huesos de la cadera, de las piernas y de los pies, aparentemente estarían mostrando otra manera de desplazamiento, que el de los demás primates. Con la afirmación, que el ramidus haya caminado en forma erecta, hasta ahora aún es contenida. Esta especie se diferencia de otros homínidos por sus relativamente grandes caninos superiores e inferiores, por una muela de leche inferior similar al de los chimpancés, articulaciones de las mandíbulas parecido a los de los simios, un esmalte dental delgado y un notorio diente asimétrico delantero. En general los fósiles de los Aramis transmiten la impresión de un estado primitivo (similar a los simios) que los restos de los homínidos tardíos.

Después que al comienzo se clasificó este género dentro de los Australopitecos, en una corrección realizada en mayo de 1995, fueron clasificados dentro del nuevo género de los Ardipitecos. Ardi en el lenguje Afar, significa “suelo” y ramidi es “raíz”: Pitecos, proviene del griego y significa “simio”. El género y el nombre de la especie indican a los especies del comienzo del desarrollo de los homínidos.

AUSTRALOPITECINOS (Pre Antropines, hombres primitivos)

Charles Darwin en 1871 se atrevió, en su obra “Origen del hombre, una predicción audaz”:
En cada región grande de la Tierra, los mamíferos allí vivientes están emparentados cercanamente con las especies extintas, de esta región. Por esto, presumible, que África estuvo habitado por simios actualmente extintos, que estaban emparentados cercanamente al gorila y al chimpancé, y como estas especies son los parientes más cercanos al hombre, entonces es más probable aún, que nuestros progenitores antiguos hayan vivido en el continente africano.

La confirmación de esta afirmación de Darwin, tuvo que esperar casi medio siglo. Recién entonces al anatomista sudafricano Raymond DART dio a conocer haber encontrado en Taung el cráneo fósil de un niño, que en 1925 clasificó en un nuevo grupo sistemático, al cual llamó australopitecos africanus. El nombre australopitecos proviene del latín australo (sur) y del latín-griego pithecus (“Simio”). Como se descubrió los “simios sureños” no solo estaban limitados a África y tampoco son simios. Debido a la estricta nomenclatura de la zoología internacional no se puede cambiar el nombre que le dio Dart. Por esto australopitecos es el nombre válido para un grupo diverso de primitivos homínidos, que evidentemente no usaban herramientas de piedra, y que estaban distribuidos hace cuatro a un millón de años en la parte oriental y sur de África. En los tiempos en los guales Dart estipuló este concepto, por nuevos hallazgos se descubrió, que a los australopitecos pertenecen homínidos más tempranos, de muy diversos tipos, a ser las siete especies anamensis, afarensis, africanus, sobustus, aiethiopicus, boisei y en tiempos recientes bahrelghazali.

Cuadro : Australopitecos africanus, niño de Taung: El cráneo fue el primer homínido encontrado en África. Fue la base pata la designación del género y especie. El primer molar sólo alcanzó a aparecer parcialmente. Este australopiteco murió siendo un niño (Johansons).

Los homínidos primitivos de andar erecto, en oposición a nuestro género, un cerebro relativamente pequeño: Su volumen llegaba máximo a 500 centímetros cúbicos. Donde los homo el volumen generalmente está sobre los 600 cm3 y el rango llega hasta los 2000 cm3.

Indudablemente existen varias especies de australopitecinos, sobre las relaciones de parentesco e incluso en su clasificación no existe un consenso general. Según la opinión de muchos especialistas, las formas robustas, cuya formación craneana, refleja una especialización de una alimentación dura, fuerte y fibrosa, se consideran al género Paranthropus con las especies robustus, crassidens, boisei y aethiopicus. Las demás especies a veces reciben el nombre de australopitecinos gráciles, cuyos cráneos estaría indicando una alimentación más desarrollada, que junto a los vegetales también incluía carne.

.Fig: Australopitecos africanus. El cráneo tiene un volumen. de 428 cm3. Las excavaciones en las alturas de Sterkfontein (Sudáfrica) trajeron 70 restos de homínidos tempranos. El cráneo de arriba es el hallazgo más hermoso de la cueva (Johanson).

Al género australopitecos, según esto, pertenecen las especies anamensis, afarensis, bahrelghazali y africanus. Las especies dentro del género Paranthropus y australopitecos, simplemente reflejan variaciones del tema más amplio de la adaptación genérica, de manera que nos quedaremos con un solo género con el nombre de australopitecos.



Australopitecos anamensis
(Kanapoi, Kenia; 4,1 millones de años, 1994)


Australopitecus anamensis

El nombre de de la especie anam, proviene de la palabra Turkana para “lago”, porque Kanapoi se encuentra en las cercanías del lago Turkana y tambi+en deb+ia recordar al lago Lonyumun, que se encontraba hace millones de años en esta zona. Los restos óseos muestran una combinación poco común de propiedades similares a los simios y humanos, que no son posibles de encontrar donde otros homínidos. El australopitecos anamensis es anatómicamente parecido al australopitecos afarensis pero comparativamente más primitivo, con lo cual se le puede considerar como una antecesor del australopitecos afarensis.

Australopitecus afarensis “LUCY”
(Hadae, Etiopía; 3,2 millones de años, 1974)



Cuadro: Auistralopiteco afarensis – “Lucy”






















Cuadro: Esqueleto de australopitecos afarensis “Lucy” de hadar en Etiopía (de Johanson: “Lucy y sus hijos”)


































Fig. “Lucy”

El nombre científico viene de la zona Afar y del pueblo nómade musulmán el Afar. El nombre “Lucy”, que le fue dado por su descubridor Donald Johanson se refiere a la cancipon de los Beatles “Lucy in the sky with diamonds”. Johanson y sus colegas tocaban esta canción en la tarde del descubrimiento.
El australopitecos afarensis, posiblemente el último ancestro común de varias líneas de descendencias de homínidos, que se formaron en el tiempo de hace tres a cuatro millones de años. Restos de especies afarenis de piernas largas, que existieron hace cuatro a tres millones de años, se conocen hoy en Tanzania, Kenia y Etiopía. Los congéneres de Lucy dejaron las famosas huellas en cenizas volcánicas de 3,5 millones de años de edad también en Laetoli (Tanzania).




Cuadro: Australopitecos afarensis A. l. 333-105. El cráneo pertenece a uno de por lo menos trece individuos que se hallaron en un yacimiento en Hadar (Etiopía).

En el otoño de 1975, aproximadamente un año después de se encontró a Lucy, se hiso un hallazgo único en Hadar: Evidentemente una familia fue sorprendida por una repentina crecida de agua, nueve adultos y cuatro juveniles, el menor menos 1 año de edad. Los hallazgos permiten reconocer un marcado dimorfismo sexual y entregó señales útiles sobre el crecimiento y desarrollo de esta especie de homínidos. Como se ha demostrado en los análisis de laboratorio, esta catástrofe que mató a estos homínidos y conservó los primeros indicios de una vida grupal , hace unos 3.210.000 hasta 3.180.000 años.

En Laetoli en las cercanías del cañón de Olduvai, distante a unos 1500 km de Hadar, Mary Leakey encontró unos treinta fragmentos de homínidos que anatómicamente son similares a la especie afarensis. En 1978/79, mediante excavaciones se despejó una huella de unos 27 metros de largo con 69 impresiones de píes de homínidos. N o había duda que un homínido dejó estas huellas: Las impresiones en la ceniza mostraron un talón fuertemente hundido y una fuerte marcación del dedo gordo del pié, que estaba alineado con el resto de los dedos del pié y que no estaba separado como donde los simios. Australopitecos africanus , Mrs.Ples (Sterkfontein África del Sur; 2,5 millones de años, 1947) El médico escocés Robert Broom , descubrió en 1936 en una cueva a 64 km al noreste de Johannesburgo, restos de cráneos, que en 1938 le dio un nuevo nombre: Plesianthropus transvaalensis, el “casi hombre de Transvaal”. Ya que creía, que se trataba de una hembra de mediana edad, inventó el nombre “Mrs. Ples”. El descubrimiento de ella desde muchos puntos de vista fue un momento crucial, ya que desde entonces todos los australopitecinos sudafricanos fueron reconocidos como homínidos. Cuando en 1947 Groom, pudo desenterrar un pedazo de un fémur, varias vértebras y ambas caderas de un australopitecinos, obtuvo la evidencia de su postura erguida y con esto su pertenencia a los homínidos. Las excavaciones de Sterkfontein reforzaron los descubrimientos de Dart sobre el niño de Taung, según lo cual se trata de un ejemplar tipo de australopitecos africanus.

Australopitecos robustus
(Kromdraai, África del Sur; 2 millones de años, 1938)

















Cuadro; Australopitecos robustus, SK 48 (Cueva de Swartcrans); se ve una cresta sagital y una cara ancha y plana (de Johanson).
Aproximadamente a 1,5 km de Sterkfontein, Broom encontró en una cueva, fragmentos de cráneos, que se diferenciaban notoriamente de aquellos. La pieza de Kromdraai tuvo una cara más grande y una quijada más fuerte y muelas mucho más grandes. Él le dio el nombre de Paranthropus robustus. En este nombre genérico Broom combinó dos conceptos griegos con el significado “paralelo al humano”, y en vista del robusta formacion del cuerpo de los fósiles, le agregó la palabra latina robustus

1170 metros hacia el occidente de Sterkfontein Broom encontró en la cueva de Swartkrans , quijadas y dientes, posteriormente, también un “hermoso cráneo”, que eran totalmente distintos a los hallazgos de Strekfontein. Broom les dio a los homínidos con la fuerte mandíbulas, los grandes dientes, y el grueso esmalte dental, y con la pequeña cresta sagital el nombre de Paranthropus crassidens, combinó las palabras latinas crassus (“grueso”, “firme”) el del dens (“diente”).

Australopitecos aethiopicus,
Cráneo negro
(Lago Turkana, Kenia; 2,5 millones de años, 1985)

El cráneo negro lleva su nombre debido a que está teñido de negro azulado por minerales que con tienen Manganeso. Posiblemente sea el temprano representante de un grupo exitoso de los australopitecinos, que estaba geográficamente ampliamente distribuido y que fue capaz mantenerse en un largo plazo de tiempo, hasta que finalmente se extinguió. Los australopitecinos robustos, desarrollaron una serie de adaptaciones características de adaptación del aparato masticador, que era necesario para el consumo de grandes cantidades de alimentos de poco valor alimenticio, para lo cual era útiles una mandíbula fuerte, gigantescos molares, como también en muchos caso una cresta sagital.

El australopitecos aethiopicus, tiene una serie de características que recuerdan al australopitecos afarensis, so presumible ancestro. La cara, por ejemplo se proyecta hacia adelante, el volumen craneal con 410 cm3 es reducido y los engrosamientos de la tapa craneal se parecen a los del los australopitecos afarensis. Según los conocimientos actuales, del austraopitecos africanus en Sudáfrica posiblemente surgió el A. robusutus y en África oriental se siguió desarrollando el A. aethiopicus hacia el A. boisei. Se trata de un caso de evolución paralela. Las especies robustas, con su especialización, fueron muy exitosos y sobrevivieron en una zona muy amplia durante por lo menos unos 1,5 millones de años.

Australopitecos boisei,
“ZINJ”, Hombre cascanueces
(Quebrada de Olduvai, Tanzania; 1,8 millones de años, 1959)























Australopitecos boisei (de GEO)

Justo cien años después que apareció “El origen de las especies” de Darwin, Mary leaky descubrió el cráneo en la quebrada Olduvai en el borde de la planicie del Serengueti. Su esposo Louis Leakey describió este descubrimiento como un nuevo género y especie: Zinjanthropus boisei. Zinj es un antiguo nombre árabe para África oriental y anthropus, proviene de la palabra griega para “humano”. Las afirmaciones de Leakey, que Zinj sería un nuevo género y un antecesor directo del hombre actual, no encontró mucho apoya donde los paleontólogos.

De los australopitecos boisei, como se llama hoy, mientras tanto se encontraron m´s de 100 dientes y mandíbulas en Etiopía, Tanzania y Kenia. Zinj tenía una gran cabeza con una cara ancha y cóncava, cuya anatomía se ha adaptado de tal manera, durante muchas generaciones, que su aparato masticador fue el más efectivo de todos los tiempos. Debido a los indicios para estas fuerzas verticales en la cabeza y mandíbula también recibió el apodo de hombre “cascanueces”.

HOMO

Las características de los australopitecinos son, su relativamente pequeño cerebro, grandes molares, propiedades similares al esqueleto del tronco de los simios y las falta de una cultura. Las especies del género homo, en cambio tienen un cerebro relativamente grande, una estructura ósea del tronco moderno, mandíbulas y dientes notoriamente más pequeños, y ante todo una cultura.

Los ejemplares más antiguos de homo encontrados en África en la quebrada de Olduvai, tenía otras características que de los australopitecos: Moleras más angostos, un pié similar al ser humano y un volumen cerebral de 680 cm3. Además posiblemente estaban en la posición de confeccionar herramientas de piedra, encontrados en el mismo lugar. Por esto Raymond Dart propuso el nombre de “habilis” (hábil). De acuerdo a los conocimientos actuales, sobre los homos más antiguos en África, para ser plausible, que existieron tres especies: El homo habilis en relación a su menor tamaño corporal, tenía un cerebro amplio, su esqueleto se parece al de los australopitecos. La segunda especie, homo rudolfensis , muestra un cerebro notoriamente más grande y unas característica especiales del cráneo, como grandes celdas llenas de aire en determinadas zonas una cara ancha, grandes muelas y un esmalte dental relativamente grueso. La tercera especie, homo ergaster, tiene una combinación de una estructura corporal moderna, un cerebro absoluto y relativamente grande, mandíbulas y dientes más pequeños como también una evidente postura corporal y una manera de movilizarse que se parece más al homo tardío. Según la división en el tiempo de las tres supuestas especies, parece que el homo rudolfensis es el más antiguo, seguido por e homo habilis y al final el homo ergaster.

Si provinieron del egaster las posteriores especies heidelbergensisn neanderthalensis y sapiens, entonces existe una gran brecha entre los ergaster más jóvenes, de hace aproximadamente 1,5 millones de años y de los heidelbergensis más antiguos de unos 0,8 millones de años. En este lapso de tiempo se encuentra el homínido, comúnmente llamado homo erectus, pero muchos paleontólogos lo consi8derabn demasiado especializado, de manera que no puede ser un antecesor del hombre moderno. El hombre moderno (homo sapiens) se formó presumiblemente hace 100 000 hasta 200 000 años en África. Él es el único aún sobreviviente de la especie homínidos y también el último sobreviviente de la familia zoológica hominidae. Esta breve descripción del género homo, aclara cuan complicada fue la evolución de este género. La gran variedad de especies afirma nuevamente, que la evolución del ser humano no fue un proceso dirigido y de una sola vía, sino como el desarrollo estaba unido a otros mamíferos y ramificaciones de otros grupos de especies.

Homo habilis
(Qiuebrada de Olduvai, Tanzania; 1,75 millones de años, 1960)















Cuadro homo habilis




















Cuadro: Homo habilis, KMN-ER 1813; este cráneo proviene de Koobi Fora en Kenia 

El hallazgo se compone de dos docenas de huesos y 14 dientes, que probablemente pertenecen al esqueleto de un niño, que murió a la edad de 10 a 12 años, lleva el apodo “hijo de Johnny” en honor a su descubridor, el hijo mayor de Louis y Mary Leakey, los incisivos relativamente grandes y los molares delgados fueron un indicio de que se trataba de una nueva especie de homínidos. En 1968 en la quebrada Olduvai se encontró un cráneo despedazado y quebrado (Tobias: “¡Sólo Twiggy, hasta ahora, era tan plana!”) con el apodo de la modelo inglesa.

A mano de un esqueleto muy pequeño de un homo habilis, descubierto en 1968 en la quebrada de Olduvai, se calculó el tamaño del cuerpo de sólo un metro y un largo del húmero, que abarca el 95 % del largo del fémur (Humano actual 70%, simio 100%. No se había contado con proporciones tan similares al del simio donde el homo habilis. Aún cuando se trata con el hallazgo de un homo habilis femenino y se supone un destacado dimorfismo sexual, este hallazgo produce una gran confusión.

Homo rudolfensis
(Koobi Foora, Kenia; 1,8 – 1,9 millones de años, 1972)






















Cuadro: Homo rudolfensis 


















Cuadro: Homo rudolfensis KNM-ER 1470

La zoóloga Meave Leakey, reconstruyó de más de 150 fracciones dos grandes cráneos, en los cuales se hacen notorias las características más llamativas: El gran tamaño del cráneo (Volumen craneal de 775 cm3) y la cara ancha y aplanada, hablan claramente para la incorporación como homo. En el año 1968 Valerij Alexejew, propuso el nombre científico Homo rudolfensis.

Homo egaster
(Koobi Fora, Kenia; 1,75 millones de años. 1975)

El cráneo excelentemente conservado del homo egaster (ergaster es el concepto griego para “trabajador”) confirma, que homo y los robustos australopitecinos vivían en la misma época en África oriental. Vista de lado se muestra un cráneo bajo, como un engrosamiento a lo largo de la línea central de la parte superior del cráneo, un reborde redondeado en el hueso occipital y una base craneal que es más ancha que la parte superior del cráneo. El volumen craneal es de 830 cm3.




Cuadro: Homo egaster KNM-WT 15000; el cráneo del joven de Nariokotome es tan completo, que se pudo medir en forma exacta el volumen del cerebro. Los demás 80 huesos encontrados permiten una estimación del tamaño del cuerpo y dan una serie de informaciones (de Johanson).

En Nariokotone (Kenia) en 1984 se recuperó un hallazgo sin precedentes: El esqueleto más completo de un homínido temprano hasta ahora encontrado. Se trata de un joven, que evidentemente murió siendo un adolescente. Falleció en el borde de un delta de un río poco profundo, donde su cuerpo fue rápidamente cubierto por sedimentos, de manera que quedó bien conservado. Si el joven de Nariokotome (1,50 m y apróx. 47 kg) hubiese alcanzado la edad adulta, su estatura habría sido de más de 1,80 m con un peso de unos 68 kg. Con su estructura corporal alta y delgada, se asemeja a los actuales habitantes de África ecuatorial, y el largo de sus extremidades alcanzó, a pesar de su juvenil edad, casi los valores medios de los adultos blancos de Norteamérica. Esta especie evidentemente era mucho más alta que los homínidos más tempranos.

El cráneo es atrás es la parte más ancha y tiene un volumen de 880 cm3 (Como adulto 909 cm3). Las diferencias del esqueleto del hombre moderno son las apófisis espinosas más largas y un conducto espinal más angosto, que de este modo sólo puede conducir un número limitado de nervios al tórax. Unido a esto existía posiblemente una menor capacidad de guiar el aire desde el pulmón hacia la boca – entonces este joven no habría estado en la condición de poder hablar. Este hallazgo muestra en general, que los homínidos, en esa época dejaron atrás una estructura parecida a de los australopitecinos y rápidamente se acercaron al tamaño corporal y cerebral del humano actual.

Homo erectus,
Hombre de Java
(Trinil, Java, Indonesia, aprox. 500.000 años 1891)



Homo erectus
Eugène Dubois partió desde Holanda para buscar el eslabón perdido, entre el antropoide y el humano, logrando el primer hallazgo de un homínido fuera de Europa. Incitado por la convicción del biólogo británico Alfred Russel Wallace, según lo cual existirían indicios de nuestros orígenes en el sudeste asiático, Dubois ingresó como médico oficial en el ejército real holandés de la india oriental. Una vez arribado en Sumatra, su se dedico paralelamente a la búsqueda de fósiles. Tuvo poca suerte, de manera que en su búsqueda en 1890 continuó su búsqueda en Java en las orillas del río Solo. Ahora tuvo éxito: desenterró este grueso cráneo petrificado, que se compone de un hueso aplanado de la frente y grandes partes de ambos huesos temporales y la parte superior del hueso occipital. Lo más notorio son los resaltos superiores de los ojos y la constricción subyacente. En 1894, Dubois bautizó a su hombre de Java con el nombre de Pitecantropos erectus. Esta denominación genérica la fijó el biólogo Ernst Haeckel para una hipotético antecesor del hombre. En los años cincuenta el investigador evolucionista Ernst Mayr propuso clasificar a los homínidos de Java y de Pekín a la misma especie, y desde entonces reciben el nombre de Homo erectus.

Recién 80 años después del descubrimiento de Dubois, los paleoantropólogos le pudieron mirare la cara a un hombre de Java. Sangiran 17 resultó ser el cráneo homínido mejor conservado de Java y el único ejemplar masculino de un homo erectus.

Homo erectus,
El hombre de pekín
(Cueva
Zhoukoudian, China; 400.000 – 500.000 años)

La cueva de Zhoukoudian “Monte del hueso del dragón” aproximadamente unos 40 km al sur de la capital de China Beijing fue el yacimiento más fructífero de fósiles de homo erectus.

Desde los años veinte fueron excavados los fósiles, y recibieron el nombre de Sinanthropus pekinensis, dado por el médico canadiense Davidson Black. Él se apoyó sólo en un par de dientes. Posteriormente todos estos fósiles fueron clasificados como especie homo erectus. La primera cubierta craneal fue encontrada en 1929, en total se encontraron huesos de 40 individuos. En 1941 fueron embalados para el transporte a los USA, pero desaparecieron en el torbellino de la invasión japonesa. Afortunadamente anteriormente, se habían confeccionado moldes exactos de todas las piezas.

Las cinco cubiertas de cráneo encontradas muestran un volumen promedio de 1043 cm3. Las crestas de las cejas es algo más pequeña donde el hombre de Pekín que las del hombre de Java. Se caracterizan por los huesos occipitales fuertemente curvados, huesos parietales planos, gruesos y rectangulares. Huesos faciales fuertes y una quijada maciza. En la cueva se encontraron 17 000 herramientas hechas de piedra y hasta hace poco la evidencia más antigua del uso de fuego por seres humanos.

Homo heidelbergensis
Craneo Bodo
(Bodo d’Ar, Etiopía, 600.000 años, 1976)



















Cuadro: Homo heidelbergensis, Bodo; este robusto cráneo – de entre todos los fósiles homínidos tiene la cara más grande – muestra unas mezcla de características anatómicas antiguas (Gruesas protuberancias en las cejas, gruesa capa craneal) y modernas propiedades (la fo4rma de la frente y los huesos nasales) (de Johansons).

Los creacionistas afirman de buena gana, que en la paleantropología faltarían fósiles de formas intermedias, con las cuales se podría probar la evolución de una especie de homínidos a otra. Este argumento es rebatido por el descubrimiento de Bodo. Él tiene varias característica anatómicas, que son características que son típicas para distintas especies de homo, y por esto no es fácil clasificarlo dentro de una determinada especie. Aunque el cráneo es una instantánea de la transición biológica, se muestra en cambio cultural en las herramientas de piedra que se encontraron en Bodo.

Bodo de entre todos los fósiles humanos, tiene la cara más grande y muestra unas mezcla de características anatómicas antiguas (Gruesas protuberancias en las cejas, gruesa capa craneal) y modernas propiedades (la fo4rma de la frente y los huesos nasales).Él tiene similitudes anatómicas con el descubrimiento de Petralona (Grecia).

Homo heidelbergensis, Mauer 1
(Pozo de grava cerca de Mauer, Alemania, 400.000 – 500.000 años, Octubre 1907).

Esta mandíbula, hasta los comienzos de los años noventa, fue el fósil homínido más antiguo conocido en Europa. La mandíbula también es llamada hombre de Heidelberg y corresponde a la especie Homo heidelbergensis, que se encuentra al comienzo de esta línea de descendencia, que lleva hasta los Neandertales y que termina con este. El descubridor Otto Schoetensack ideó este nombre sin sustentarlo mediante una descripción, de las propiedades especiales de esta especie. Pero en la realidad, existen particulares, por las cuales H. heidelbergensis se diferencia de homo erectus, neandertales y hombre moderno. Las condiciones anatómicas donde Mauer 1 son notoriamente más primitivas que donde el Neandertales o del hombre actual. El mentón no se proyecta hacia adelante, la parte horizontal que une la mandíbula con el cráneo, es sorprendentemente ancha y sirve de inserción para fuertes músculos masticadores. Los dientes perfectamente conservados no son una característica típica de los Neandertales y para un homo erectus son demasiados pequeño, pero están dentro del mismo rangos de tamaño como donde muchos hombres modernos.

Hallazgos de un homo heildelbergensis de Arago (Francia)ataouerca (España) Petralona (Grecia) y Steinheim /Alemania), se pueden considerar como pertenecientes a la población “arcaica” de Europa, que antecedían al Neandertales y en ,os cuales aún se puede calcular con ciertas características de sus antecesores de la especie erectus. Homo heidelbergensis, Broken Hill 1, como Bodo y otros fósiles pueden haber pertenecido a una antigua población africana, de la cual surgió nuestra especie. La gran y maciza cara de “hombre de Rhodesia” es similar al cráneo Bodo

Homo neanderthalensis (Homo sapiens neanderthalensis)


















Cuadro: Homo sapiens neandertales

El comienzo de la paleantropología científica comienza con el descubrimiento e investigación de un esqueleto parcial de una macho adulto del valle de Neandertal cerca de Düsseldorf (Alemania). Al m ismo tiempo fue el primer intento de entender nuestro pasado evolutivo.

Cuando trabajadores en 1856 con sus palas se encontraron con huesos, lo primero que descubrieron fue la parte superior de un cráneo. A continuación encontraron amos fémures, los ter huesos del brazo derecho, parte del ilion izquierdo, como fragmentos de un omóplato y algunas costillas. Posiblemente yacían otras partes del esqueleto en el lodo de la cueva, pero solo se recolectaron los huesos más grandes y guardados para Carl FUHlROTT , un profesor local, y naturalista amateur. Que aqupi habría existido probablemente la oportunidad, de encontrar un esqueleto completo de un neandertales es una idea que desilusiona, pero los trabajadores pensaron, que se trataba de huesos de un oso. Fuhlrott en cambio tuvo de inmediato la sospecha, que los fósiles de la gruta Feldhofer podría ser una evidencia única sobre el pasado de la humanidad.

Él le dejó la descripción al anatomista Hermann Schaaffhausen. Él notó los gruesos y las bien desarrolladas fijaciones de los músculos y los rebordes de los huesos. Más notoria aún fue la forma de de la cubierta craneal con la frente baja y achatada hacia atrás y los destacados rebordes de las cejas. Ya que se veía totalmente distinto a cualquier cráneo humano, el Neandertales fue considerado como “simiesco”. En 1857, dos años antes de la obra pionera de Darwin “El origen de las especies”, apareció la publicación en común de Fuhlrott y Schaaffhausen. Ella desató una calurosa discusión. Prestigiosos eruditos alemanes atribuían las curvaturas de los fémures a frecuentes monturas en caballos o a raquitismo. Las protuberancias de las cejas a prolongados fruncidos del ceño, cuya causa sería un dolor en una fractura mal sanada del cúbito izquierdo. Con pseudoargumentos como estos, al neandertales se le transformó, el representante de una especie hasta ahora desconocida, en un hombre moderno enfermo, muchas veces se afirmaba que se traba de un jinete cosaco. Pero finalmente venció la razón, y mientras aún, en el país donde se encontró al neandertales, se dudaba de la autenticidad, en Inglaterra se impuso su reconocimiento

Thomas Henry HUXLEY en 1863 manifestó en su colección de ensayos “Evidence as to Man's Place in Nature.” (Evidencias de la posición del hombre en la naturaleza) sobre los huesos del neandertales, pero recién el geólogo William KINg, en 1863, propuso el nombre de Homo neanderthalensis. Desde este hallazgo de un homo neanderthalensis hasta hoy se le suman innumerables nuevos ejemplares en toda Europ, en Uzbekistán y también en Israel.




















Cuadro: Homo neanderthalensis, La Ferrassier 1; los dientes delanteros desgastados oblicuamente, donde su dentina está expuesta en algunos lugares, indica hacia un movimiento masticador vertical,

El esqueleto casi completo de un hombre adulto de mediana edad, catalogado como La Ferrassier 1, es el que mejor muestra la “clásica” anatomía de los neandertales, que en la edad del hielo en Europa se desarrolló en la mitad del camino entre la aparición y la extinción de la especie. En el cráneo se pueden observar todas las características del neandertales: La frente huidiza, la larga y achatada tapa craneal, la forma redonda al mirarlo por atrás, los pronunciadas prominencias de las cejas con dos arcos, la parte central de la cara que se proyecta hacia adelante con los huesos de los pómulos desplazados hacia atrás, el débil desarrollado mentón, el espacio vacío detrás de las últimas muelas (Esto se produce, debido a que los dientes con toda la cara están desplazados hacia adelante), y el gigantesco volumen del cerebro (en esta caso sobre los 1600 cm3). Las extremidades muestran los consabidos huesos gruesos y fuertes de los neandertales y sus grandes articulaciones. Informaciones especialmente interesantes lo dan los dientes del cráneo. En la quijada se pueden observar abscesos y pérdida de materia ósea, y también dientes muy gastados: Muchas coronas dentales ni siquiera están, principalmente a la izquierda abajo están al descubierto la dentina e incluso la cavidad dental. En la mandíbula superior los dientes del lado derecho están más gastados. Estrías en la parte trasera de los dientes indican que la mandíbula inferior masticaba verticalmente y se movía menos de arriba hacia abajo; los dientes molían un alimento grueso y granulado. Los daños en los diente delanteros debieron haberse producido, porque servían como una “tercera mano”.

Junto al esqueleto del hombre también se encontró, un esqueleto femenino bastante bien conservado y los restos de cinco niños, desde un nonato hasta uno de diez años. Los esqueletos se encontraban en seis tumbas. Es evidente que los neandertales enterraban a sus muertos.

El Esqueleto de un hombre viejo y enfermo de La Chapelle-aux-Saints en su descubrimiento en 1908, llevó a la generalizada opinión errónea que los neandertales fueron bestias torpes y tontas. Este individuó sufrió de una serie de males, entre otras cosas perdida periodontal en ambas mandíbulas, artritis y fracturas de huesos. Recién en los años cincuenta se efectuó otra investigación del esqueleto, por la cual se llegó a la opinión general, que se trataba de una especie propia, y a ser, una muy exitosa con características derivadas – no primitivas - pero que finalmente se extinguió. Los neandertales fueron la etapa final de una línea evolutiva aislada europea , que partió del homo heidelbergensis. En Europa no tuvieron el tiempo suficiente, para seguir desarrollándose hacia el hombre actual. No pueden ser nuestros antecesores inmediatos.

En la cueva de piedra caliza Krapina en Croacia, se encontraron un total de 850 fósiles, de hasta 80 individuos, que en su mayoría murieron entre los 16 y 24años, 3000 huesos de animales y 1000 herramientas de piedra. Los restos altamente fragmentados de los fósiles, y también las huellas de cortes causados por herramientas de piedra hacen presumir que fueron comidos por sus congéneres. El esqueleto de Saint-Césaire nos da un vistazo fascinante sobre la cultura de los neandertales tardíos. De las dataciones de edades, aproximadamente 36.000 años se concluye, que el neandertaler y el hombre sapien (Cro-Magnon), vivieron juntos en Europa durante 10 000 años. La pregunta, como fue la coexistencia – si fue pacífica o violenta, amistosa o distanciada - dio lugar a muchos debates y especulaciones. Quizás las interrelaciones eran diferentes en las distintas zonas. Ya que se puede relacionar los esqueletos encontrados con las herramientas de la cultura Chatelperronien, que primeramente fueron adjudicadas exclusivamente al ingenio de los homo sapiens, se interpreta como un intento de los neandertales de dominar la nueva tecnología que llegó con el hombre moderno a Europa.

Homo sapiens (Homo sapiens sapiens)




Cuadro: Homo sapiens, Dali 

El cráneo de un adulto masculino de Dali (Provincia Shaanxi) en China, es el mejor candidato, fuera de África, para el hombre moderno. El hallazgo de Dali y uno más antiguo cráneo con esqueleto proveniente del pleistoceno mediano , en Jinniushan (provincia de Liaoning) son enlaces entre los fósiles más antiguos de homo erectus de Zhoukoudian y los actuales chinos; según esto, en esta regi+ón hubo una larga e ininterrumpida evolución.

Con si cara corta y plana bajo unas pronunciadas protuberancias de las ceja, Dali es una mezcla de características de homo erectus y el moderno homo sapiens.

Uno de los fósiles más antiguos (130.000) conocidos de un hombre moderno es el cráneo de un esqueleto parcial, que fue encontrado en Kibish en la cuenca Omo en Etiopía en 1967. La anatomía indudablemente moderna es una evidencia decisiva para aquellos, según cuya opinión el homo sapiens se ha desarrollado hace un tiempo relativamente corto primeramente en África y que recién entonces se esparció por el resto del mundo.

Cro-Magnon, la sobresaliente rocosa de Les Eyzies se transformó para muchos laicos y muchos antropólogos en equivalente con el hombre moderno.



Cuadro: Homo sapien, Cro-Magnon 1; El cráneo de 30 000 mil años de edad, muestra toda una serie de evidentes características del hombre moderno: Una cara plana con pómulos hundidos y un hueso nasal que resalta, con cuencas de los ojos bien definidos, una frente alta, y parietales abovedados. (De Johanson)

La anatomía de los aquí encontrados humanos en lo escanciar es igual que la nuestra. Fueron persona que hacían pinturas en las paredes de las cuevas y que tallaban sofisticadas figuras en marfil. Cuando un grupo de trabajadores construyeron una estación y una línea férrea en la ciudad de Les Eyzies, encontraron cinco esqueletos, tres hombres adultos una mujer adulta y un lactante. Era evidente que los cuerpos fueron enterrados a propósito en una misma tumba junto a sus adornos: Habían conchas y dientes de animales perforados, que presumiblemente se usaron como cadenas para el cuello o como prendedores. El yacimiento se completó con huesos de renos, bisontes, mamuts y otros mamíferos como también con hojas y cuchillos de piedra del auriñaciense (el estilo de herramientas más temprano del paleolítico superior). En los esqueletos de los Cro-Magnom se pueden reconocer varias enfermedades y heridas, que no solo muestran que estas personas tuvieron una vida dura, sino que también recibieron los cuidados de sus congéneres. Los actuales europeos se alejaron de la forma craneal de los Cro-Magnon.

Los inmigrantes originales hombres modernos, entre ellos también los Cro-Magnom, se parecen mucho a los actuales africanos y otros grupos subtropicales, de manera que se puede presumir, que emigraron desde África y del Medio Oriente.

La diversidad del humano actual

Las personas en todo el mundo físicamente son muy diferentes, y de alguna manera también es su comportamiento. Color de la piel, tamaño corporal, proporciones, grosor de cabello y otras características varían mucho. Además existen diferencia en la vestimenta e innumerables utensilios culturales.- Pero genéticamente son extraordinariamente parecidos. Dos personas no parientes son genéticamente idénticas en un 99,9%.

Las variaciones genéticas dentro de un grupo de población son mayores que entre diferentes grupos, si se eliminaría a toda la población menos una, la diversidad genética de la especie se conservaría en su mayor parte.

Debido a esta uniformidad de nuestra especie no es posible fijar límites genéticos. Que corresponden a los límites raciales, construidos. Tres cuartas partes de las diferencias de los colores de la piel, pelo y ojos se deben a pequeñas diferencias genéticas, el resto tiene su causa en factores medioambientales como la luz solar y la alimentación. Las personas tienden a clasificar la naturaleza, pero rasas son sólo tiene sentido para la crianza de animales y plantas. El polimorfismo atraviesa a todos los grupos y son aproximadamente iguales.

Cuadros:
Por razones de copy right, fueron cambiado las imáenes originales del texto en alemán. Esta nuevgas imágenes, sin embargo, corresponden exatmante a lo quie se refiere el texto. Son imágenes bajadas desde la Internet (aagb 17.06.2015)

Traducido del alemán por A. Gundelach, Marzo 2011
Fuente:
http://www2.vobs.at/bio/evolution/e07-human-01.htm

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