17 de julio de 2013

La revelación de Dios. Parte II



La revelación de Dios. Parte II


El dilema de la fe 


En la parte  primera hemos visto, que el creyente teísta se encuentra en un dilema peculiar: Si hace entendible a Dios, entonces su concepción de Dios es criticable. Si hace incomprensible a Dios, entonces todas sus explicaciones quedan vacías y sin contenido y finalmente no explican nada. La meta de su fe desaparece en juna neblina difusa de un desconocimiento total. Y esto se acentúa aún más ya que Dios sería un ser súper natural. En las religiones reveladas se afirma ahora, que mediante la revelación de Dios, nuestra ignorancia es vencida.

De esto se forma de inmediato otro dilema. O podemos concluir desde el mundo natural, sobre un mundo sobrenatural (= el más allá, del mando natural), o no podemos hacerlo. Esto habría que investigarlo para cada caso en formas individual. Si no podemos hacer esto, entonces el más allá es incomprensible, inexplicable e irreconocible para nosotros. Con esto cada revelación es absolutamente inútil para nosotros, de ella se podrían sacar conclusiones arbitrarias, pero nada que tenga sentido. Pero si pudiésemos sacar conclusiones, entonces el más allá sería comprensible para nosotros, pero con esto automáticamente una parte comprensible del mundo en el que vivimos, en el cual podemos operar con conceptos del mundo natural.




Anteriormente hemos visto, que sobrenatural fue definido como algo que no es accesible a métodos de comprobación (científica, filosófica, o sea naturales). Esto es, en primera instancia una afirmación cómo muchas otras. Esta suposición no puede ser comprobada, ya que esto sería la aplicación de un método natural de comprobación.


¿Una causa sobrenatural? 


Lo que se puede decir sin una evidencia especial: No lo sabemos todo. Quizás, incluso no podemos saberlo todo. Ahora se puede tomar cualquier fenómeno y postular:

1.- Existe una causa para esto, pero no la conocemos.
2.- Esta causa es sobrenatural, es decir, pero no demostrable de forma razonable.
3.- Esta causa es Dios.


Ahora tenemos una hipótesis, que no se puede demostrar. Con esto tampoco se puede demostrar lo contrario se, o sea en este caso: “No es sobrenatural, sino desconocido como natural”, en otras palabras “dios no fue la causa”. Con esto tenemos palabra contra palabra y si se es de la opinión, que no existe un criterio racional, para diferenciar entre los dos casos, entonces hay que ponerse en la posición del agnosticismo: No lo sabemos.


De este dilema no se puede salir. Más aún: Es posible declarar como causa cualquier cosa arbitraria. Podría ser el “invisible unicornio rosado”; el “monstruo espagueti volador”; Visnú o Krishna o un ser totalmente desconocido, quizás un alienígena. La cantidad de posibilidades es ahora infinita. ¿Cuál es la probabilidad que un de ellas es verdadera? Una en infinitos. Se puede decir, que cada explicación es infinitamente improbable. ¿Cómo se llama una afirmación que es infinitamente improbable? Estupidez.



La suposición, que tao vez Dios esté detrás de la revelación, es igualmente “infinitamente implausible”. Aquí siempre tenemos una auto-contradicción. Yo afirmo saber algo, de lo cual al mismo tiempo aseguro, que no lo puedo conocer. Se puede creer en todo, pero la fe, que en la próxima semana voy a ganar la lotería, es muchísimo más probable más. Tener fe no es una salida, ya que se puede tener fe (creer) en todo y lo contrario. Son argumentos razonables, que hacen que una cosa sea plausible o probable, postulados irracionales actúan exactamente en la dirección contraria.


¿Cómo se podría revelar Dios? 


Revelaciones como ya lo expliqué, es altamente susceptible al pensamiento circular. Y si la revelación es circular, es superflua como una revelación. Parta empezar algunas reflexiones, sobre cómo se podría reconocer una manifestación divina. 


Suponiendo, un dios quisiera ayudarnos en cosas de moralidad, manifiesta su precepto de moralidad en un escrito, digamos la Biblia. ¿Cómo podemos descubrir si se trata de una revelación de Dios o de un escrito humano; de un producto de la imaginación humana o de una falsificación? La revelación en sí, puede reclamar a la autenticidad de sí mismo, pero esto no sirve de nada, igual podría ser una falsificación. Por lo tanto estamos obligados, evaluar las medias morales usadas, según nuestros propios. Dicho de otra manera, nos encontramos en medio del  dilema de Eutifrón. Si consideramos como buen  la moral revelada, entonces esto lo hemos logrado por reflexión propia – con esto una revelación estaría demás, también lo habríamos logrado por impulso propio. Por esto una señal de reconocimiento de una revelación divina sería, que se abstuviera de consejos moralistas. Ya que dios debería ser lo suficientemente inteligente para que supiera del dilema de Eutifrón. Personas, sin embargo fabricarían una manifestación divina para obtener un apoyo “más elevado”, para sus propios conceptos sobre la moral. Con ello podrían ahorrarse una fundamentación de su moral.


Errores en la Biblia 


Una revelación además debería tener características, que no pueden ser hechos por el hombre – ya que no podría diferenciarse de una falsificación. Para esto tenemos algunos ejemplos: La solución de algunos problemas matemáticos-técnicos, que están justo por encima del horizonte humano actual (no demasiado lejos, sino las soluciones no serían entendibles, no encontrándose dentro del conocimiento humano, de los contrario las soluciones serían fabricados por manos de hombre). Hasta por donde se, en la Biblia no existe ningún ejemplo. Además descripciones del mundo no se harían obsoletas por conocimientos posteriores, por ejemplo nunca encontraríamos el siguiente relato:


Lucas 4, 5-7: Llevándole a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo. Y el diablo le dijo: "Todo este dominio y su gloria te daré; pues a mí me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy. Por tanto, si te postras delante de mí, todo será tuyo.”


No puede existir una montaña, que sea tan alta que desde allí podría ver “todos los reinos de la Tierra”. El redactor de este escrito no pensó o no supo que la Tierra es una esfera (y muchos, muchos sitios similares) nos deben causar dudas, ya que evidentemente fueron obra de humanos.


Como atrás características de la autenticidad existen las profecías. En esto, un ser todopoderos0ose abstendría de todo tipo de profecías, que también las podrían hacer los humanos. Ya que con esto tampoco sería posible distinguir una falsificación de una revelación auténtica. Ante todo se debería evitar los procesos, que ya he criticado: Las profecías a posteriori, de las cuales encontramos cientos de ellas, (en especial en el NT). Cada una de estas predicciones es un fuerte indicio de una fabricación humana. Dios en especial evitaría todos los vaticinios, que se basan en el comportamiento humano, ya que aquí existe la sospecha de la profecía auto-cumplida. Israel fue fundado en el siglo pasado, porque les fue pronosticado a los judíos en la Biblia – el cumplimiento de esta profecía  puede ser explicado completamente en base a hechos naturales. Una profecía auténtica, se referiría a hechos que no pueden ser influenciados por seres humanos. En 1908 un asteroide impactó en Siberia – este sería un evento de este tipo o la explosión de una determinada estrella, la precisa (cronológicamente) predicción de una supernova. Profecías sin una referencia cronológica, en cambio, no tienen ningún valor – qué “habrá cada vez más guerras entre las naciones” en determinadas épocas, es un conocimiento general de la humanidad, no es una identificación de un conocimiento divino. Este tipo de predicciones precisas, no encontramos en la Biblia ni uno, en caso que si,  se trata del truco ya descrito.


La palabra de Dios en las palabras del hombre 


Frente a este tipo de críticas, los cristianos generalmente argumentan, que Dios no escribió personalmente la Biblia - ¿en realidad por qué no? En la Biblia con sus miles de versiones; diferentes copias; todos sus problemas de traducciones; las dificultades de interpretación, etc., claramente podemos ver, que los escritores bíblicos humanos causan toda una serie de serios problemas, que “destruyen” totalmente la intención divina. Un dios auténtico conocería vías para evitar esto problemas impútales y enojosos, por esto cada problema con la Biblia es una evidencia contra el origen divino de la Biblia. También cada error es una evidencia en su contra, pues si existen errores en las cosas, que podemos comprobar, entonces esto nos hace sospechar contra cosas, que no podemos comprobar – ¿quién nos dice entonces, que justamente allí, donde se encuentran los mayores problemas de comprensión y de traducción estos problemas no existen? Pues mientras más nos alejamos de las cosas cotidianas de nuestros conceptos, tanto más es la probabilidad de que se introducen errores. Cada error de hecho en la Biblia, llevaría necesariamente consigo una múltiple posibilidad de errores en las cosas que objetivamente no son posibles de comprobar. Por esto una mínima exigencia a una revelación divina es su inerrancia. Ya un solo error es una fuerte evidencia contra la revelación divina – y pareciera que sólo los fundamentalistas bíblicos están consientes de esto. Se supone que los contenidos de la Biblia fueron transmitidos por “inspiración” (evidentemente esta inspiración es muy defectuosa – nada de una característica de un dios perfecto, ya que aquí se echa de menos cualquier perfección. O puedo reconocer la bondad de la descripción o de as soluciones de problemas técnicos matemáticos o la calidad de la revelación  en base a las precisas profecías, entonces la inspiración (especialmente durante la lectura)  sobra absolutamente, o no puedo reconocer la calidad, entonces la inspiración es un pobre sustituto. Citando a Robert Green:

Ahora se afirma, que este libro (la Biblia) fuese inspirada, me importa un bledo si esto es cierto o no, la cuestión es, ¿es cierto esto? Si es cierto entonces no es necesaria que fuese inspirada. Nada necesita una inspiración, a menos que sea falso o un error”.


Nada diferencia a la Biblia una impresionante producción humana. A esto se la agrega, apenas se comienza examinar los sucesos de la Biblia de manera más profunda, se descubren una enorme cantidad de errores (de traducción) e inexactitudes históricas y falsedades. ¿Por qué Dios iba a permitir, que su revelación se “contamine” con cosas como estas? ¿Por qué Dios no iba a tomar medidas para evitar que su libro sea mutilado por traducciones erróneas? ¿Y por qué no se encuentra en la Biblia unas instrucciones de cómo ha de leerse? ¿Por qué se necesita estudiar teología, para entender parábolas sencillas, escritas para personas incultas de hace 2.000 años? Todas estas inconsistencias, defectos, errores y falta de marcas de autenticidad de una revelación divina, hacen concluir: La Biblia fue redactada por personas, que a su obre le querían dar un estatus más elevado, declarándola como inspirada por Dios. Esto les resultó tan bien que hasta hoy millones de personas no ven este fraude. Y esto en realidad es lo impresionante de la biblia y la convierte en una obra de rango mundial.


  Lo que se puede deducir de la Biblia, es la concepción cambiante sobre Dios del hombre. No sirve como un auto certificado de Dios, a menos que se ya cree en forma circular en el dios allí “revelado” y se considera a la biblia como una confirmación de aquello, que de todos modos ya se ha creído.


Fuente: http://www.dittmar-online.net
Traducido del alemán por A. Gundelach Julio 2013



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