13 de julio de 2013

La revelación de Dios. Parte I



La revelación de Dios. Parte I

Revelación divina

Si la Biblia hubiera sido revelada por Dios – así creen muchos cristianos – entonces el problema estaría resuelto, Esto es una falacia. Pues una serie de cuiestiiones quedan abiertas y los problemas empeoran.

El error general de la supuesta revelación de la Biblia: Falta la instrucciu0pon de cómo ha de interpretarse la Biblia. Incluso en manuales de tercera clase encontramos hoy (donde la fe ingenua, todo es »entendible por sí mismo«, se ha disuelto en la nada) unas instrucciones al comienzo, para el entendimiento del texto. ¿Y para que existe la Biblia? Si la creación fuese perfecta, una instrucción sería superflua para nosotros. Un dispositivo tecnológico perfecto se puede usar sin instrucciones, una instrucción siempre es una indicación, que el artefacto no se explica por sí mismo. Una creación que no es auto explicable, es imperfecta. En consciencia, la Biblia sólo puede ser considerada como un retoque, para compensar la imperfección. Si se valida la Biblia, entonces se afirma que Dios fue imperfecto, ya que al crearnos hubiera podido implantar todo en nosotros mismos. También se presenta la interrogante porqué Dios se dio cuenta tan tarde, que necesitamos una instrucción para este mundo. ¿Necesita tanto tiempo para aprender?-


Hace miles de años prácticamente nadie pensó en estas cosas. De un dios se esperaría un poco mas de pre-conocimientos en relación a la problemática de la interpretación. Luego la variabilidad de la interpretación de los textos es una evidencia contra el origen divino de los escritos. Se trata de una obra humana. Con la falta de una guía para la interpretación vemos una omisión humana, lo que nunca le hubiera sucedido a un dios.

No existe una revelación de segunda mano 

A esto se le suma el problema que Thomas Paine (The Age of Reason) formuló de esta manera:
"Es una afirmación auto contradictoria, llamar algo como revelación,  que  conocemos de segunda mano, ya sea por escrito o por oídas. Una revelación está limitada a la primera comunicación – después de esta es sólo una colecciona de palabras de la cual una persona afirma, que se trata de una revelación, que le fue hecha, y es posible, que se siente obligado, cree en ella, ya que esta revelación fue hecha a MI, y yo sólo tengo su palabra, que le a él le fue revelada."

Y en otra parte (»The Life and Works of Thomas Paine« Vol. 9 pág. 134) Thomas Paine dice:
"Que Dios no puede mentir, no le da ninguna ventaja a tu argumentación, porque no existe una evidencia para esto, que los sacerdotes no pueden mentir o que la Biblia no lo hace."

Aquel que a primeras y seguras dice, que Dios no miente, que lea  2da Tesalonicenses 11-12: :  “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,  a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.”
O 1era de Reyes 22, 23: “Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”. 




Revelación: Otra palabra para »Cree en mi autoridad«

En último término, indiferentemente, si algo le fue revelado o no, se ubica en la posición de Dios, si me exige yo espera de mi que yo actúe de acuerdo a esta revelación. Yo de hecho no puedo diferenciar, si la persona correspondiente me miente o no, o si él se está engañando a si mismo. Usted tampoco puede verificar, si la última noche soñé sobre invisibles unicornios rosados o no, yo lo podría estar engañando, sin que usted tenga la mínima chance de descubrir mi mentira. Y justamente esta circunstancia es tan atractiva para el embustero, hacer pasar su convicción como la de una divinidad – la recompensa, es decir, les asegura la lealtad de sus seguidores, pero la probabilidad de ser pillados, es casi cero. Alto rendimiento y bajo riesgo siempre es un punto muy atractivo.


Hay algo más que es notorio en la revelación divina de la Biblia: El núcleo de la revelación se compone de mandamientos y ordenanzas morales. Pero esto es totalmente imposible,  debido al dilema de Eutifrón – ¡una revelación, sea del tipo que fuese, no puede ser una guía moralista! A lo sumo una invitación para reflexionar sobre la moral. Dios debería saber de este dilema y lo evitaría sólo de una manera: Transformando los mandamientos en reglamentos o sugerencias. Reglas son mandamientos más una buena justificación, porqué es razonable guardar los mandamientos. Ya que las reglas – mientras sean buenas – pueden sostenerse por sí mismas, independiente si se cree o no en una revelación. Las reglas son un llamado a la razón, y no dependen si acepto o no a una autoridad.


¿Y qué encontramos en la Biblia? ¡Casi exclusivamente mandamientos y prácticamente ningún reglamento! Y si se trata de reglamentos estas son fundamentadas mediante amenazas de castigos infernales.


¡Qué significa entonces, si alguien afirma (y no son más que afirmaciones), que algo fue revelado por Dios? Por un lado, que no es posible demostrar lo contrario, del mismo modo, cómo nadie puede demostrar, que miento, si afirmo haber soñado la última noche sobre unicornios rosados invisibles. Por otro lado es un test: ¿Me confío en la otra persona, en la medida, que estoy dispuesto a creerle ciegamente sin una comprobación propia? 


Revelación: La prueba para el autoritarismo


¿Cómo funciona este test? Supongamos, yo hago una declaración absolutamente genial y afirmo, ello me fue revelado por Dios. Si las personas dicen “Wow, esto no se lo pudo haber imaginado una persona, esto es tan bueno y tan genial” – entonces estarán proclive creerme. Puesto que la declaración puede sostenerse por si misma. Su carácter sobrehumano es, por decirlo así, “manifiesto”. Pero si yo inventé esto, sería tonto no adjudicarme esta genialidad, por lo tanto se puede partir de la base que fui honrado, ya que no es ventajoso para mí, haber hablado de una revelación.


Pero suponiendo que mi declaración por nada es de una genialidad libre de dudas – entonces se me puede creer o no. Si se me cree, entonces es para mi provecho (gano autoridad) y es muy ingenuo pensar, que nadie quisiera obtener esta ventaja, si se le da la oportunidad. Pero ya que la genialidad sobrehumana es muy difícil de realizarla, se toma otro camino. Se afirma algo, que no es plausible, ilógico e ininteligible, transformando esto en un “misterio” (Los misterios   ejercen una  inmensa  atracción sobre la curiosidad humana). Con esto se simula la genialidad, para que no se pueda comprender. Es incomprensible, cómo los enigmas de la teoría de la relatividad, por esto es igualmente impresionante. Los efectos de la teoría de la relatividad son observables y refutables, todo al contrario a muchas afirmaciones de la revelación bíblica (exceptuando los hechos históricos, y justamente aquí de evidencia, que la Biblia está rebasando de invenciones – ver Finkelstein 2002).-
 

Además es inmensamente satisfactorio ver, que personas le creen a uno ciegamente esta  clase de sandeces, que creen contra su cordura, o sea, que están  dispuestos de someterse de tal manera la autoridad, para decir “Estoy llano a creerte sin evidencias, incluso cuando mi razonamiento me dice  que aquello es insensato”. Si alguien está dispuesto, reconocer de tal manera a una autoridad, entonces esta autoridad prácticamente pude hacer lo que quiere con la persona (por ejemplo mandarlo a las cruzadas). Más poder sobre las personas sólo se consigue con un arma cargada en la mano, pero esto es mucho más arduo. Atempas, también es más simple persuadir a las personas con otras estupideces, que necesita a una iglesia para obtener una vida después de la muerte, y que tiene que pagar por esto (el impuesto eclesial). La única certeza en la recaudación de los ingresos de esto, como dijo una vez Deschner. Donde, mediante la ilustración, ha disminuido algo la disponibilidad para creer bobería, una circunstancia que los teólogos muchas veces critican, ya que los obliga a la transformación de sus construcciones mentales y a una adaptación de sus “eternas verdades”. Por lo que en la actualidad defiendan los teólogos católicos, en la Edad Media  habrían sido llevados a los tribunales de la inquisición. Pero aun todo es igualmente cierto, cómo siempre lo fue. Mientras que los científicos reconocen sus errores con franqueza, los teólogos se complican enormemente con esto. Y usan la franqueza de los científicos, al reconocer sus errores, contra las ciencias. Pero esto es otro tema.

Creer sin evidencias 


Normalmente – en los negocios – la disposición creer en algo sin pruebas y en contra lo razonable, es un aviso para los timadores, un ruego: “¡Por favor no me engañes!”. Este deseo casi siempre es cumplido. Pero en la vida de los negocios, en algún momento uno se da cuenta que fue engañado. Con respecto a la fe, generalmente es demasiado tarde.-

Con la revelación de la Biblia, la mayoría de las veces se piensa al revé: Se da por asentado, el escrito es de origen divino (Todo – fundamentalismo bíblico – o parcialmente – según el entendimiento de la iglesia católico), y ahora se intenta a toda fuerza, que se pueden aplicar a los textos, reconocer lo divino en ello, en base a una suposición, que en realidad no existe. Y lo que se cree reconocer, retorna como un eco. Un lector proyecta su razonamiento sobre estos textos. Partiendo de falsos supuestos el resultado sólo puede ser falso.
 

A favor del fundamentalismo bíblico habla una lógica bien simple: Si las escrituras fueron reveladas por un omnisciente dios, válido para un largo tiempo, entonces cada  interpretación ostentosa por teólogos instruidos, es un absurdo. Donde los fundamentalistas bíblicos tampoco pueden sostener esto, debido a que cada contradicción lógica es una evidencia contra el origen divino, cada error habla contra ello – y a ser, contra la Biblia como un todo. Por lo tanto hay que superar los errores mediante una interpretación arbitraria. Un circulo lógico: La Biblias es la palabra de Dios, y por esto libre de errores, si descubrimos un error, entonces sólo puede ser un malentendido, ya que Dios no comete errores y por esto debemos interpretarla de manera, que esté sin errores, lo que a su vez “demuestra” el origen inerrante de Dios. Pero la supuesta inerrancia es una construcción humana.


La interpretación simbólica


Una interpretación no literal, simbólica tiene el gran problema, que los criterios para ello no forman parte de la revelación misma, los criterios, a su vez, son obra de hombres, es decir, de origen extra bíblico y con esto totalmente arbitrarios. Que esto es así, habla poderosamente contra una “inspiración divina”. Para Shakespeare se pueden encontrar miles de interpretaciones, menos una: No se puede saber, que es lo que él pensó. Por consecuente no se puede saber, que es lo que habría pensado Dios, cuando redacto  los escritos -  falta la guía. Que Dios habría omitido algo, supone estupidez humana a la acción divina. ¿Dios tan tonto e ignorante cómo nuestros antepasados hace 2000 años? Este me parecer ser una blasfemia, pero la Biblia como texto inspirado, está intercalada con estas interpretaciones blasfemas.

La idea de la inspiración ya de por sí es una falacia. Para citar  Robert Green Ingersold:
“Ahora se afirma que este libro (la Biblia) sería inspirada. Me importa un bledo si es inspirada o no, la cuestión es ¿es cierto esto? Si es verdadera entonces no es necesaria que fuese inspirada. Nada necesita ser inspirado, a menos que sea falso o erróneo.”


La Biblia: Un neto trabajo humano para alcanzar un estatus más elevado 


El único método, para evitar todas estas falacias, consiste en dar vuelta a  la Biblia y pararla sobre los pies. Ella es una obra de humanos. Si descubre en ella una idea, que es evidentemente genial, entonces gustosamente se puede suponer, que es revelada divinamente, pero entonces no es necesario tratar de convencer a otros. Si una idea no es manifiestamente  genial, no puede provenir de Dios (¿Por qué iba él, a despilfarrar nuestro tiempo limitado, contando banalidades?), entonces también es problemática convencer a otras personas. Entonces, nuevamente se precisan argumentos absurdos cómo: “hay que tener fe en ello” – cada astrólogo, esotérico, ocultista, cientólogo, espiritista, islamista, oscurantista, se acoge a esta misma argumentación, por raspones más que transparentes. 


¿Qué convierte a la Biblia en una obra divinamente revelada, pero no el Corán? DSi los argumentos de los creyentes bíblicos no son notoria y evidentemente mejor que los de los musulmanes, entonces la Biblia es una obra humana al igual que el Corán. Si los argumentos son igualmente buenos cómo los de los musulmanes, entonces los cristianos siguen a una falsa religión y posteriormente serán castigados por esto y se freirán en el infierno al igual que los ateos, Debido a las numerosas formas de lectura y variantes y problemas de traducción, la argumentación respectiva de los cristianos es considerablemente peor que frente al Corán.


Si se considera a la Biblia como sólo una obra humana entonces todos los problemas de interpretación desaparecen. Sin embargo aun  se abría que era lo que quería decir el autor, pero esto ya no sería tan importante. Tomar demnasiado en serio escrituras es una falacia, ya que mientras más energía se aplica orar la interpretación, tanta más importancia adquiere, y entonces hay que demostrar su importancia – aplicando más energía, con lo cual se hacen más importantes aun, y con esto se obtienen más problemas, para clasificarlos como poco importante, etc. A esto se le llama círculo vicioso. Y mientras más se interpreta una escritura, tanto mayor es su necesidad de ser interpretada – también un  círculo vicioso.


¿La solución lógica?


Que el hombre ha inventado todas las cosas sobre el Dios en la Biblia, pero sobre una apelación a un ser superior, quisieron concederse un estatus especial. Esta suposición explica todas las curiosidades y que contrasta con toda realidad.


Fuente: http://www.dittmar-online.net







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