23 de enero de 2014

Falacia atea III: El ateísmo es la respuesta.

 jul 2013 

 
Algunos descreídos aseguran que el cristianismo no es el camino correcto y que el ateísmo es la respuesta. Pero en verdad, no sólo no ofrece mejores respuestas que el cristianismo a los grandes interrogantes de la vida sino que, de hecho, no es la respuesta para absolutamente nada.
R: El ateísmo no da respuestas, en cambio hace ofertas. Ofrecemos una vida libre de ataduras a dogmas absurdos, y doctrinas limitantes. Ofrecemos una vida libre de supersticiones. Ofrecemos una vida donde cada persona asume su propia responsabilidad y no por termos a un castigo o premio divino. Ofrecemos una vida en la cual se puede conocer la realidad tal como es. No hacemos falsas promesas de una vida después de la muerte. Ofrecemos una vida donde la moral no es impuesta por supuestos dioses inventados por hombres. Sino una moral basada en el humanismo secular, que se dan los hombres libremente, para una buena convivencia. Ofrecemos mucho más que esto y que sería demasiado largo enumerarlos todos

En palabras de José María Ciurana, escritor y doctor en Derecho: “El ateísmo, como solución negativa que es, deja sin resolver todos los problemas que tenemos planteados. Continuamos en la incertidumbre, en la duda y en la interrogación. Preguntémonos de nuevo poniéndonos en el lugar del ateo: ¿por qué existimos?
No lo sabemos.
R: Los ateos no nos preguntamos por el por qué de las cosas, sino por el cómo. No tiene sentido preguntarse porque existimos. No se nos preguntó si queríamos existir. Lo que nos preguntamos es cómo llegamos a existir.

 ¿Qué significado tiene el mundo que nos rodea? También lo ignoramos.
R: El mundo que nos rodea simplemente existe. El mundo que nos rodea no tiene un significado. Uno se podría preguntar qué significado tiene una piedra en el camino o el árbol que crece frente a mi casa. La pregunta es inútil y absurda

¿Existe otra vida, además de la presente? Lógicamente el ateo tiene que inclinarse por la negativa.
R: Los teístas prometen una vida  después de la muerte, una promesa que no está en ellos de ser cumplida, mienten. Las personas que alguna vez tuvieron que someterse a una anestesia total, sufren una pequeña muerte. SSST y todo se acabó, lo bueno que después uno despierta en este mismo mundo. 

 Pero en este caso, si todo se acaba con esta vida temporal ¿da igual que hagamos el bien o que hagamos el mal?
R: Independientemente de nuestras creencias o no creencias, tenemos reglas de conductas que nos hemos dado nosotros mismos, y está en nosotros seguirlas o no, y si las contravenimos tenemos sistemas de justicia, que nosotros mismos nos hemos dado. Y no dadas por personas que inventaron esto o aquel dios

 ¿Es justo que reciba el mismo trato la persona honrada que el sinvergüenza más empedernido?
 R: en todo estado de derecho existen sistemas de justicia


El afán de vivir, de ser; el afán de felicidad,   tan innata a la naturaleza humana ¿son sueños vanos y fantasías absurdas?
R: El ateísmo invita a que las personas vivan felices, pero, cómo ya dije, libres de ataduras que le impenden ser feliz, cómo son las doctrinas y los  dogmas religiosos

Si el fin de todos los humanos es volver a la nada de donde hemos salido, a la total aniquilación del ser, hay que reconocer en el ateísmo una de las doctrinas más amargas y sombrías que la imaginación pueda haber pensado. ¿Vivir y morir de una forma análoga a como viven los seres irracionales? ¿Ésta es la perspectiva que se nos ofrece? ¿Ésta es la esperanza para el día de mañana?”
R: En la naturaleza todo nace vive y muere, independientemente si se es racional o no. Nosotros los humanos no estamos por encima de la naturaleza, formamos parte de ella


2 comentarios:

Roberto De la Cruz dijo...

Muy buena, excelente la respuesta del señor Gundelach. Obviamente, el señor Ferrer, con su formación "cristiana" está lejos de entender que el ateo tiene mejores oportunidades de vivir, sino feliz, por lo menos con mayor comodidad mental que el cristiano. Al margen de todo lo que pueda creer, el cristiano siempre vivirá con el pequeño temor de vivir una vida entregada a la nada. Dios no es un ente que se pueda ver al levantarnos y mirar por la ventana. Se necesitan "condiciones especiales" para ver a Dios, para "sentirlo". La idea de estar equivocado siempre les asaltará. "Estaré desperdiciando mi vida", muchos se preguntan en el fondo (quitándole el velo de "fuerte fe" que siempre esgrimen). En cambio, el ateo tiene la convicción de vivir la vida plena, entregado al más genuino de sus instintos naturales y sin lesionar al prójimo, cualquiera que sea sus argumentos. La vida sin ataduras mentales es la verdadera libertad, apena saber que los creyentes nunca la podrán alcanzar!

Albrecht Gundelach dijo...

Gracias por Tu comentario