24 de marzo de 2013

El Origen del Cosmos



El Origen del Cosmos
Antonio Cruz, Doctor en Biología

La Biblia afirma que en el principio Dios creó los cielos y una tierra vacía que carecía de orden. El Génesis enseña que las tinieblas cubrían los abismos del planeta, mientras el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas primigenias, hasta que el Creador dijo: “Sea la luz”.
R: En el siglo 21 con todos los avances científicos de la actualidad, es irracional seguir creyendo o aceptando como una realidad cosas, que se imaginaron unas personas de hace miles de años. 

La mayoría de los astrónomos actuales, sin embargo, hablan de la Gran Explosión de un misterioso átomo primitivo que lanzó al espacio toda la materia de los millones de estrellas que constituyen el universo.
R: Ningún astrónomo jamás ha hablado sobre un misterioso átomo primitivo. No existe un átomo primitivo y misterioso. El átomo más simple es el del Hidrógeno. Tampoco hubo una gran explosión, pero si una expansión exponencial, de algo aún desconocido llamado singularidad. La materia tal como la conocemos hoy en día se formó cuando el universo se hizo transparente, y sucedió unos 380 000 años después del “Big-bang”

Vacío, oscuridad, abismo y Espíritu de Dios frente a superátomo primordial, Big Bang, expansión y radiación de fondo.
R: Aquí el señor Antonio Cruz está haciendo un cóctel de varios términos correctos y otros fantasiosos
 
De una parte, el magistral fresco de la creación de Miguel Ángel en el techo de la capilla Sixtina; de la otra, los documentales de la serie Cosmos para la pequeña pantalla, firmados por el popular Carl Sagan.
R: No se puede comparar peras con manzanas. Miguel Ángel fue un  gran pintor, y Carl Sagan un destacado científico y astrónomo. Lo que está pretendiendo este doctor en biología es un absurdo

¿Es posible combinar ambas visiones en una sola o estamos condenados los creyentes a sufrir la esquizofrenia permanente entre nuestra fe y nuestro respeto a la racionalidad científica? ¿no queda más remedio que calificar de mito los once primeros capítulos del Génesis? ¿es realmente ciencia todo lo que lleva el sello del Big Bang?
R: El creacionismo no es ciencia, los primeros capítulos del Génesis no son científicos, todo esto es religión. En cambio la teoría del Big-bang es una teoría científica, que casi a diario se está complementando y hasta ahora no sido rebatida ni reemplazada por otra mejor. Esta teoría está más válida que nunca  

Verdaderamente la ciencia pretende explicar cómo ocurren o han ocurrido las cosas, mientras que la fe procura responder al porqué y al sentido profundo de la realidad.
R: Las ciencias naturales no investigan el “porqué” de las cosas, sino el “cómo” se originó todo. El “porqué” de las cosas, para las ciencias es irrelevante. 

No obstante, esto no significa que se deba despojar a la Escritura de su contenido real, sea éste de carácter histórico, objetivo o espiritual, ni tampoco considerar que todas las propuestas científicas han de ser necesariamente contrarias a la fe. Se trata de dos ámbitos diferentes pero complementarios.
R: El contenido de las escrituras sagradas son teológicas y religiosas no científicas ni históricas. El naturalismo y las creencias religiosas no son compatibles, se muevenb en planos totalmente diferentes.

 Es cierto que la teoría cosmológica del Big Bang tiene poco que ver con el relato de la creación del Génesis y, por lo tanto, no es capaz de demostrarlo o refutarlo. La ciencia crea hipótesis que se desprenden de ciertos hechos naturales observados, mientras que el relato bíblico es una historia santa revelada por Dios al hombre.
R: Por esta misma razón, como ya lo mencioné, fe y ciencia  son incompatibles. La primera se basa en creencias, la segunda en realidades 

Por tanto, interpretar el Big Bang como una demostración de la fe tiene sus riesgos.
R: En las ciencias naturales la fe no tiene nada que ver, sólo evidencias y deducciones lógicas basadas en hechos reales

Buscar paralelismos entre las suposiciones científicas y el relato bíblico es, desde luego, algo legítimo pero que conviene hacer con extremada cautela.
R: Buscar un paralelismo entre las ciencias naturales – y no suposiciones científicas – y el relato del Génesis, no es una opción, son dos cosas totalmente diferentes. No es lícito.

Una cosa es la creación real del mundo a partir de la nada, tal como fue llevada a cabo por el Altísimo, algo que escapa y escapará siempre a la ciencia física, pues pertenece al ámbito de la fe religiosa, y otra muy diferente serían las hipótesis o teorías científicas cambiantes que intentan comprender cómo han ocurrido las cosas.
R: El mundo no se creó de la nada, esto es algo totalmente irreal. Nada es un término abstracto, lo abstracto no tiene una realidad propia y por lo tanto lo “nada” no existe, no es real. Las teorías científicas son modelos que explican de la mejor manera como funcionó o funciona un hecho real, y puede hacer predicciones al respecto

El matrimonio entre la fe y las hipótesis cosmológicas tiene muchas posibilidades de acabar en divorcio porque mientras, “la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías  40:8), las explicaciones humanas son frágiles, variables, se superponen y cambian como la hierba de los campos.
R: Primero debo aclarar algo, una hipótesis no es lo mismo que una teoría científica. Una hipótesis es una
suposición sin pruebas que se toma como base de un razonamiento, mientras que las teorías son modelos científicos que permiten interpretar un conjunto amplio de observaciones, y hacer predicciones de nuevos fenómenos no observados.
Las grandes teorías científicas como la teoría de la gravedad de Newton; la teoría de la evolución biológica de Charles Darwin, las dos teorías de la relatividad de Einstein, y muchas otras, son hoy en día  tan o más válidas que en el día que fueron propuestas, y han sido mejoradas, y esto lo debería saber alguien que dice que es doctor en biología
 

Por la fe entendemos que el universo fue creado por Dios y es mantenido gracias a su inmenso poder y amor.
R: Lo que no es más que una ilusorio creencia que no tienen ninguna base real.

Sin embargo, esto no puede ser demostrado por dato o experimento humano alguno. A lo sumo sería posible descubrir indicios o señales de un diseño sabio. Si el Creador planificó de manera ingeniosa, sería lógico encontrar evidencias de tal proyecto, aunque éstas podrán ser objetadas por quienes no quieran aceptarlas. Siempre será posible argüir que el diseño es aparente o que deben existir misteriosas leyes naturales, todavía por descubrir, capaces de generar orden y complejidad sin necesidad de un Creador sobrenatural. Con razón dice la Biblia que sin fe no es posible llegar a Dios, ni agradarle.
R: No existe tal diseño inteligente. En la naturaleza no existe ninguna planificación  de algo. Todo es adaptación, selección, sobrevivencia de lo más apto y también la casualidad juega un rol.
El diseño inteligente no es otra cosa que el creacionismo religiosos disfrazado de científico, claro que no lo es, ya que no es comprobable ni verificable experimentalmente, tampoco presente evidencias, y no es falsable 

Por desgracia, mientras el mundo exista habrá personas que preferirán la necedad de su ateísmo a la verdad de Dios y antepondrán sus propios razonamientos a cualquier evidencia trascendente.
R: El ateísmo se basa en la razón, en la lógica, en la realidad y no en lo transcendente y lo sobre natural. El ateísmo también se basa en lo natural. 

Esto es así desde los días del apóstol Pablo (Romanos 1:18-25.) Afortunadamente, también seguirá habiendo creyentes sinceros. Aquellos que sepan levantar los ojos a los cielos y ver en la creación, las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad. Para ellos continuará siendo importante cualquier estudio científico que resalte el diseño del mundo natural y evidencie la necesidad de una mente inteligente que ha creado y prosigue controlando todo el cosmos.
R: No existe un diseño en la naturaleza, tampoco un propósito, ni una inteligencia.  

En definitiva, no se trata de la pugna entre fe y razón, o entre superstición y ciencia, sino de la antigua contienda entre creer en Dios o ser ateo.
R: La evolución y las ciencias naturales en general no se relacionan con el ateísmo. No se trata de ateísmo o “Dios”, se trata de lo real existente y no de supersticiones religiosa. Y es una pugna ya que los defensores del creacionismo y del diseño inteligente tratan a cómo de lugar imponer sus doctrinas y creencias religiosas como enseñanzas científicas en las escuelas, en reemplazo de las verdaderas ciencias.

No obstante, lo que resulta cada vez más evidente es que, así como hace algunas décadas las conclusiones científicas descartaban o ignoraban sistemáticamente la existencia de un Creador del cosmos,
R: A medida que los conocimientos científicos aumentan la necesidad de un dios creador se hace cada vez más superfluo. 

 hoy la nueva ciencia se abre de par en par a la posibilidad de la fe y a la necesidad de un Ser inteligente que es el origen del cosmos.
R: Falso, las ciencias naturales no investigan la existencia o no existencia de alguna divinidad, ni nada con lo relacionado a lo sobrenatural. Los dioses y lo sobrenatural no tienen nada que hacer en las ciencias 

Nota: El señor Antonio Cruz a la vez de ser biólogo, también es pastor de la «Iglesia Evangélica Bethel» de Terrassa (Barcelona) España.
 Un científico serio no mezcla sus creencias personales con la ciencia, puesto que las ciencias naturales son totalmente incompatibles con las creencias religiosas.
Las ciencias son objetivas, mientras que las creencias religiosas son subjetivas. Cuando la ciencia se contamina con conceptos religiosos llegamos a las pseudociencias cómo es el creacionismo y el diseño inteligente.

Fuente: Creacionismo.net

A.   Gundelach, 24.03.2013

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