5 de abril de 2012

El fracaso del ateísmo para explicar la existencia

El fracaso del ateísmo para explicar la existencia
Por Matt Slick

El ateísmo como una visión del mundo está intelectualmente en bancarrota y lleno además de problemas filosóficos. Uno de sus mayores problemas es la falta de capacidad para explicar nuestra propia existencia.
R: El deseo no cumplido de muchos teístas, que entre otras cosas se debe al constante aumento de los que nos hemos alejado de las absurdas creencias en dioses, seres sobre naturales, ángeles, diablos etc. Al señor Slick se le olvidó que la mayoría de los grandes filósofos son y fueron ateos, Marxs, Engels Schopenhauer, Nietzsche, entre otros: Como ateo puedo explicar perfectamente mi existencia y se la debo a una relación sexual amorosa entre mis padres.

Es obvio que existimos y aún cuando a los ateos les gusta vender la bandera de la evolución, la evolución no es el tema aquí. Más bien, necesitamos regresar y preguntar: ¿De dónde viene el universo? Verá: lo que haya llegado a existir fue causado por algo para que esto llegara a existir. El universo llegó a existir; así que: ¿Qué hizo que éste llegara a existir?
R: La ciencia aún no lo puede explicar. Pero los creacionistas lo hacen muy fácil, simplemente colocan a un dios donde la ciencia aún no tiene una explicación, pero con un dios no se explica nada, ya que para esto debe existir un dios, pero los cristianos ni los seguidores de cualquier otra religión pueden explicar a ese dios en el cual creen. También para poder aceptar al dios descrito en la biblia, debería ser reconocido como tal por toda la humanidad, pero esto no es así. Los humanos creen en miles de dioses, en especial en la India.

Al responder esta pregunta existen sólo dos posibilidades para registrar la causa del universo: una causa impersonal y una causa personal. Esta es una figura antónima que agota todas las posibilidades. Por lo tanto, es la primera o la segunda. No existe una tercera opción. Vamos primero a mirar la opción ateísta para explicar el universo como una causa impersonal.
R: Los teístas simplifican el problema de la aparición del universo, apelan a la necesidad de un ser sobrenatural en este caso el dios de la biblia, mientras que, por ejemplo, los musulmanes, recurren al dios del Corán Alá, listo el problema está resuelto, son los dioses los que crearon el universo, ¿cómo lo saben? Fácil, lo dice la biblia, respectivamente el Corán, textos sagrados

Si el ateo dijera que el universo se trajo a sí mismo a existencia, entonces, esto sería ilógico ya que algo que no existe no tiene naturaleza y sin naturaleza, no hay atributos y sin atributos, las acciones no pueden ser llevadas a cabo como es el caso del universo de traerse a sí mismo a existencia. Así que esta causa no funciona.
R: El señor Slick equipara a los ateos con los científicos. La ciencia aún no sabe cuál fue la causa primera -.si es que hubo una causa – de la aparición del universo. Lo que realmente se formó fue un continuo de espacio-tiempo. No podemos perder de vista que el universo es una formación compuesta por 4 dimensiones ancho largo alto y tiempo.
Nosotros como seres tridimensionales sólo podernos captar a un cosmos de tres dimensiones. Pero como es continuo de espacio y tiempo, no lo podemos comprender del todo. Por lo tanto no se puede negar categóricamente que el universo es causa de si mismo

Si el ateo dijera que el universo siempre ha existido, esto tampoco funciona ya que significaría que el universo es infinitamente viejo. Si éste es infinitamente viejo ¿por qué no se le ha acabado la energía utilizable de acuerdo a la 2ª ley de la termodinámica? Para poder llegar también al presente en un universo infinitamente viejo, que tendría que cruzar una cantidad infinita de tiempo. Pero es imposible cruzar una cantidad infinita de tiempo para llegar al ahora. Estos problemas significarían también que no podría haber una cantidad infinita de ciclos anteriores del universo donde expandirse y contraerse para siempre. Así que, estas explicaciones tampoco resultan.
R: El tiempo es parte del mismo universo, es la cuarta dimensión de él. Esto ya los demostró Albert Einstein en su famosa teoría general de la relatividad.

Si el ateo dijera que la materia y/o energía de alguna forma ha existido eternamente antes del universo, sólo que en formas diferentes, entonces, el mismo tema de cruzar una cantidad infinita de tiempo para llegar al ahora negaría esa idea.
R: Pueda que algún ateo que no tengo conocimientos científicos pueda que lo cree así. Aquí queda absolutamente claro que al señor Slick le faltan muchos conocimientos sobre esta materia. Ningún científico ya sea ateo o creyente, diría esta barbaridad. Le aclaro al señor Slick que la energía y la materia, que en el fondo son lo mismo, aparecieron junto con el u7niverso, también lo hiso el espacio y el tiempo, nada de esto existió antes de que el universo apareciera.

Pero esta explicación establecería otro problema. Si las condiciones necesarias para la causa del universo siempre han existido dentro de la materia preexistente, entonces, el efecto del universo siendo transformado es un resultado necesario de que la materia y la energía y el mismo universo habrían sido formados hace un tiempo largo e indefinido.
R: Aquí el señor Slick, está de mostrando su gran ignorancia en lo que se refiere a la astronomía. Le sugiero encarecidamente que lea algo sobre este tema. Es un absurdo hablar de materia preexistente al universo, ya que la materia recién apareció unos 380 000 años después del mal llamado “Big-bang” (Sobre el mal llamdo Big-bang hablarté más adelante)

Pero esto no puede resultar ya que significaría que por ahora el universo ya no tendría energía utilizable—una vez más se nos presenta el problema de entropía—sin mencionar el problema perpetuo de cruzar una cantidad infinita de tiempo para llegar al ahora. Así que, ésta explicación tampoco funciona.
R: La energía también apareció junto con el universo. No me queda claro lo que quiere decir el señor Slick cuando habla del problema de la entropía. El resto del expresado en este párrafo no tiene ningún sentido, es un solo disparate

Así que el universo, el cual está compuesto de materia y energía, no puede ser infinitamente viejo, ni en su forma presente ni en cualquier otra forma.
R: Esto tampoco lo afirmó ningún astrónomo y/o astrofísico

Entonces, ¿cómo sucedió? Y finalmente, ¿cómo llegamos a éste? El ateísmo no nos puede ayudar aquí.
R: Son los científicos que aún no pueden dar una explicación. El ateísmo no tiene nada que ver con esto, a menos que haya astrónomos ateos.

Así que vamos a volver nuestra atención a la segunda opción: una causa personal. Si existe una influencia personal, lo que significaría que un ser personal obró sobre el universo, entonces, tenemos una explicación para la causa del universo. Permítame explicárselo.
R: Cuando en algún aspecto de las ciencias naturales, los científicos aún no tienen una explicación, aparecen los creacionistas y llenen este espacio con la idea de un ser sobre natural que puede ser un imaginario dios o un imaginario diseñador, dan do por resuelto el problema, fácil.

Una roca no cambia súbitamente de ser una roca a convertirse en una cabeza de hacha a menos que actúe sobre ésta algo más.
R: Nadie ha afirmado algo contrario a esto
Para que la materia y la energía cambien y se forme algo nuevo, tiene que haber un obrar externo. Debemos preguntarnos: ¿Qué obró en la materia y en la energía que hizo que el universo existiera?
R: Como ya lo expliqué tanto el espacio, la materia, el tiempo y la energía aparecieron junto con el universo. Estos cuatro factores forman el universo, ellos no obraron en la formación del universo, pues antes de aparecer el universo no existía el tiempo, el espacio, la energía y la materia

Lo que causó que el universo existiera tenía que existir antes del mismo universo. Debido a que el universo tuvo un principio en el tiempo y debido a que la materia y la energía no cambian espontáneamente y se acomodan a sí misma para formar algo nuevo, entonces, la mejor explicación para la causa del universo es una acción debida a una decisión.
R: ¿Como no hubo espacio ni ninguno de los otros agentes donde cabe un creador? Sólo en la imaginación de los creyentes

En otras palabras: Una decisión para actuar en un tiempo específico en el pasado es la mejor explicación de la existencia del universo. Claro está, nosotros los Cristianos diríamos que esta decisión fue tomada por un ser personal a quien nosotros llamamos Dios.
R: Una decisión no existe por sí sola, sólo la puede tomar un ente, y ese ente los creyentes lo llaman “Dios”, “Diseñador inteligente” “Alá”, pero para tomar una decisión se necesita tiempo no importa cuán corto este sea. Pero como el tiempo apareció junto con el universo, entonces los cristianos creacionistas – no todos los cristianos lo son – tienen un grave problema, el tiempo

¿Ve que el ateo no tiene nada para ofrecernos con relación al tema importante de explicarnos cómo llegamos aquí?
R: El problema lo tienen los creacionistas ¿como explicar la paradoja arriba presentada?
Ellos lo pueden explicar con la idea de un dios pero no pueden explicar este dios

El ateísmo no puede responder una de las preguntas filosóficas más importantes con relación a nuestra propia existencia. Si ofrece alguna explicación, ésta será deficiente y le faltará demostrarlo: Así que, lo que sólo puede ofrecernos es ignorancia y conjeturas.
R: Constantemente el señor Slick en vez de hablar de científicos habla de ateos. Seres sobrenaturales no caben en la ecuación que explica la existencia de todo. Lo único que se logra al integrar algún dios en esta fórmula es ingresar otra incógnita más. La ciencia aún no ha resuelto esta cuestión y la religión solo logra complicar lo más.

Finalmente y aún cuando no es necesario en el video, trataré con una de las objeciones estandarizadas que los ateos tienen cuando se presenta este tema. ¿Qué trajo a Dios a la existencia?
R: Esta pregunta la deben responder los creyentes. Los que somos ateos fuertes o positivos, no necesitamos explicarnos nada mediante inexistente o imaginarios dioses. Esta pregunta es absurda

La respuesta es simple: Nada ni nadie lo trajo a Él a existencia. Él siempre ha existido.
R: Falacia ad ignorantiam

Él es la causa no causada. Piense acerca de esto: Usted no puede tener una regresión infinita de causas. Es como tener una línea infinita de dominós cayendo uno sobre otro. Si Usted regresa infinitamente en el tiempo para tratar y encontrar el primer dominó que inició todo esto, Usted nunca lo encontrará ya que tendría que cruzar una cantidad infinita de tiempo para obtenerlo lo cual es, imposible de hacer. Esto también significaría que no se puede tener una regresión infinita de causas.
R: Aseveración que nadie hiso

Aún más, esto significaría que nunca existió una causa primera.
R: Esto no se puede afirmar así de golpe y porrazo

Si no existe una causa primera, entonces, no podría haber una segunda, o una tercera, y así sucesivamente y Usted no tendría a ninguna de estas fichas cayendo. Pero debido a que están cayendo, tiene que haber una primera causa, que en sí fue no causada y que inició todo en un tiempo específico en el pasado. Así es con el universo también.
R: Pero esto no comprueba la necesidad de un creador sobre natural
Hubo una causa para que éste existiera en un punto específico en el tiempo. La causa no causada en Dios, el cual decidió crear el universo y quien, como dice la Biblia en Salmo 90:2, “Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
R: Para crear algo se necesita tiempo energía materia y espacio. Por la mis razón nunca hubo esa explosión que llamamos “Big-bang”, si no una inflación expansiva que sigue hasta estos tiempos. La explicación de nuestra existencia mediante una divinidad no tiene lógica. Ese “dios” tenía tiempo antes de que aparezca, tenía espacio antes de que aparezca, tenía materia antes de que aparezca, lo mismo sucede con la energía. Pero ya sabemos lo ilógico y absurdo es emplear la idea de un dios para tratar de explicarlo todo. En el mismo Génesis tenemos un ejemplo claro de lo absurdo de todo esto. Aparece primero la luz y después las fuentes luminosas Nota: Un versículo bíblico es totalmente irrelevante.

Fuente: www.miapic.com
A. Gundelach, Junio 2011

3 comentarios:

Alexánder dijo...

Las deidades que las naciones han adorado y siguen adorando son creaciones humanas, producto de hombres “casquivanos”, imperfectos, que “tornaron la gloria del Dios incorruptible en algo semejante a la imagen del hombre corruptible, y de aves y cuadrúpedos y cosas que se arrastran”. (Ro 1:21-23.) Por lo tanto, no debería sorprendernos que esas deidades reflejasen las mismas características y debilidades que sus adoradores imperfectos. Una expresión hebrea con la que se alude a los ídolos o dioses falsos es “dioses que nada valen”. (Le 19:4; Isa 2:20.)
La Biblia llama a Satanás el Diablo el “dios de este sistema de cosas”. (2Co 4:4.) Las siguientes palabras de este versículo indican fuera de toda duda que esta designación le aplica a él. Allí dice que este dios “ha cegado las mentes de los incrédulos”. En Revelación 12:9 se comenta que él “está extraviando a toda la tierra habitada”; su control sobre el sistema de cosas actual y sus formas de gobierno quedó probado cuando ofreció a Jesús “todos los reinos del mundo” a cambio de “un acto de adoración”. (Mt 4:8, 9.)

Alexánder dijo...

Los cielos estrellados atestiguan la existencia de Dios. En Salmo 19:1 leemos: “Los cielos están declarando la gloria de Dios”. En efecto, “los cielos” —el Sol, la Luna y las estrellas— atestiguan el poder y la sabiduría divinos. Tan solo la enorme cantidad de estrellas ya nos sobrecoge. Y todos esos cuerpos celestes se mueven en el espacio con un rumbo fijo, siguiendo leyes físicas muy precisas (Isaías 40:26). ¿Es razonable atribuir tal orden a la casualidad ciega? La afirmación de muchos científicos de que el universo tuvo un principio súbito es muy significativa. Al exponer lo que implica este hecho, cierto profesor escribió: “Un universo que haya existido por la eternidad encaja mucho mejor con el ateísmo o el agnosticismo. En cambio, un universo que tenga principio parece exigir una primera causa, pues ¿quién podría imaginar semejante efecto sin una causa de suficiente magnitud?”.

Alexánder dijo...

EL FILÓSOFO británico Antony Flew fue durante cincuenta años un ateo de gran prestigio entre sus colegas. Su trabajo “Theology and Falsification” (Teología y falsificación), que apareció en 1950, “se convirtió en la publicación filosófica más reimpresa del siglo [XX]”. En 1986 se dijo que Flew era “el más agudo de los críticos contemporáneos en contra del teísmo” (la creencia en Dios o en deidades). De modo que muchos se escandalizaron cuando, en 2004, anunció que había cambiado de parecer.
¿Qué lo impulsó a dar ese paso? En pocas palabras: los avances científicos. Flew se convenció de que el universo, las leyes de la naturaleza y la vida misma no pueden haber surgido por pura casualidad. ¿Se trata de una conclusión lógica?
¿Cómo se presentaron las leyes de la naturaleza?
El físico y divulgador científico Paul Davies señala que la ciencia realiza una magnífica función explicando fenómenos físicos como la lluvia. Pero matiza: “Cuando se trata de [...] planteamientos como ‘¿Por qué existen las leyes naturales?’, la cosa cambia. Los descubrimientos científicos específicos no inciden demasiado en estos tipos de cuestiones: muchos de los grandes interrogantes continúan inmutables desde el principio de la civilización y todavía nos preocupan”.
“Lo importante no es que haya regularidades en la naturaleza —escribió Flew en 2007—, sino que estas regularidades sean matemáticamente precisas, universales e interdependientes. Einstein las llamó ‘la razón encarnada’. Lo que debemos preguntarnos es cómo fue posible que la naturaleza tuviera estas características. Hombres de ciencia, desde Newton hasta Einstein pasando por Heisenberg, se han planteado y respondido esta cuestión. Su respuesta es la Mente de Dios.”
Lo cierto es que muchos científicos reputados no consideran acientífico creer en una Primera Causa inteligente. Por otro lado, decir que el universo, sus leyes y la vida se presentaron por casualidad no satisface el intelecto. La vida diaria nos dice que el diseño, en especial si es altamente complejo, exige la existencia de un diseñador.