A. Gundelach, Junio 2011
5 de abril de 2012
El fracaso del ateísmo para explicar la existencia
El fracaso del ateísmo para explicar la existencia
Por Matt Slick
El
ateísmo como una visión del mundo está intelectualmente en bancarrota y
lleno además de problemas filosóficos. Uno de sus mayores problemas es
la falta de capacidad para explicar nuestra propia existencia.
R:
El deseo no cumplido de muchos teístas, que entre otras cosas se debe
al constante aumento de los que nos hemos alejado de las absurdas
creencias en dioses, seres sobre naturales, ángeles, diablos etc. Al
señor Slick se le olvidó que la mayoría de los grandes filósofos son y
fueron ateos, Marxs, Engels Schopenhauer, Nietzsche, entre otros: Como ateo puedo explicar perfectamente mi existencia y se la debo a una relación sexual amorosa entre mis padres.
Es
obvio que existimos y aún cuando a los ateos les gusta vender la
bandera de la evolución, la evolución no es el tema aquí. Más bien,
necesitamos regresar y preguntar: ¿De dónde viene el universo? Verá: lo
que haya llegado a existir fue causado por algo para que esto llegara a
existir. El universo llegó a existir; así que: ¿Qué hizo que éste
llegara a existir?
R: La ciencia aún no lo
puede explicar. Pero los creacionistas lo hacen muy fácil, simplemente
colocan a un dios donde la ciencia aún no tiene una explicación, pero
con un dios no se explica nada, ya que para esto debe existir un dios,
pero los cristianos ni los seguidores de cualquier otra religión pueden
explicar a ese dios en el cual creen. También para poder aceptar al dios
descrito en la biblia, debería ser reconocido como tal por toda la
humanidad, pero esto no es así. Los humanos creen en miles de dioses, en
especial en la India.
Al responder esta
pregunta existen sólo dos posibilidades para registrar la causa del
universo: una causa impersonal y una causa personal. Esta es una figura
antónima que agota todas las posibilidades. Por lo tanto, es la primera o
la segunda. No existe una tercera opción. Vamos primero a mirar la
opción ateísta para explicar el universo como una causa impersonal.
R:
Los teístas simplifican el problema de la aparición del universo,
apelan a la necesidad de un ser sobrenatural en este caso el dios de la
biblia, mientras que, por ejemplo, los musulmanes, recurren al dios del
Corán Alá, listo el problema está resuelto, son los dioses los que
crearon el universo, ¿cómo lo saben? Fácil, lo dice la biblia,
respectivamente el Corán, textos sagrados
Si el
ateo dijera que el universo se trajo a sí mismo a existencia, entonces,
esto sería ilógico ya que algo que no existe no tiene naturaleza y sin
naturaleza, no hay atributos y sin atributos, las acciones no pueden ser
llevadas a cabo como es el caso del universo de traerse a sí mismo a
existencia. Así que esta causa no funciona.
R:
El señor Slick equipara a los ateos con los científicos. La ciencia
aún no sabe cuál fue la causa primera -.si es que hubo una causa – de la
aparición del universo. Lo que realmente se formó fue un continuo de
espacio-tiempo. No podemos perder de vista que el universo es una
formación compuesta por 4 dimensiones ancho largo alto y tiempo.
Nosotros
como seres tridimensionales sólo podernos captar a un cosmos de tres
dimensiones. Pero como es continuo de espacio y tiempo, no lo podemos
comprender del todo. Por lo tanto no se puede negar categóricamente que
el universo es causa de si mismo
Si el ateo
dijera que el universo siempre ha existido, esto tampoco funciona ya que
significaría que el universo es infinitamente viejo. Si éste es
infinitamente viejo ¿por qué no se le ha acabado la energía utilizable
de acuerdo a la 2ª ley de la termodinámica? Para poder llegar también al
presente en un universo infinitamente viejo, que tendría que cruzar una
cantidad infinita de tiempo. Pero es imposible cruzar una cantidad
infinita de tiempo para llegar al ahora. Estos problemas significarían
también que no podría haber una cantidad infinita de ciclos anteriores
del universo donde expandirse y contraerse para siempre. Así que, estas
explicaciones tampoco resultan.
R: El tiempo
es parte del mismo universo, es la cuarta dimensión de él. Esto ya los
demostró Albert Einstein en su famosa teoría general de la relatividad.
Si el ateo dijera que la materia y/o energía
de alguna forma ha existido eternamente antes del universo, sólo que en
formas diferentes, entonces, el mismo tema de cruzar una cantidad
infinita de tiempo para llegar al ahora negaría esa idea.
R:
Pueda que algún ateo que no tengo conocimientos científicos pueda que
lo cree así. Aquí queda absolutamente claro que al señor Slick le faltan
muchos conocimientos sobre esta materia. Ningún científico ya sea ateo o
creyente, diría esta barbaridad. Le aclaro al señor Slick que la
energía y la materia, que en el fondo son lo mismo, aparecieron junto
con el u7niverso, también lo hiso el espacio y el tiempo, nada de esto
existió antes de que el universo apareciera.
Pero
esta explicación establecería otro problema. Si las condiciones
necesarias para la causa del universo siempre han existido dentro de la
materia preexistente, entonces, el efecto del universo siendo
transformado es un resultado necesario de que la materia y la energía y
el mismo universo habrían sido formados hace un tiempo largo e
indefinido.
R: Aquí el señor Slick, está de
mostrando su gran ignorancia en lo que se refiere a la astronomía. Le
sugiero encarecidamente que lea algo sobre este tema. Es un absurdo
hablar de materia preexistente al universo, ya que la materia recién
apareció unos 380 000 años después del mal llamado “Big-bang” (Sobre el
mal llamdo Big-bang hablarté más adelante)
Pero
esto no puede resultar ya que significaría que por ahora el universo ya
no tendría energía utilizable—una vez más se nos presenta el problema
de entropía—sin mencionar el problema perpetuo de cruzar una cantidad
infinita de tiempo para llegar al ahora. Así que, ésta explicación
tampoco funciona.
R: La energía también
apareció junto con el universo. No me queda claro lo que quiere decir el
señor Slick cuando habla del problema de la entropía. El resto del
expresado en este párrafo no tiene ningún sentido, es un solo disparate
Así
que el universo, el cual está compuesto de materia y energía, no puede
ser infinitamente viejo, ni en su forma presente ni en cualquier otra
forma.
R: Esto tampoco lo afirmó ningún astrónomo y/o astrofísico
Entonces, ¿cómo sucedió? Y finalmente, ¿cómo llegamos a éste? El ateísmo no nos puede ayudar aquí.
R:
Son los científicos que aún no pueden dar una explicación. El ateísmo
no tiene nada que ver con esto, a menos que haya astrónomos ateos.
Así
que vamos a volver nuestra atención a la segunda opción: una causa
personal. Si existe una influencia personal, lo que significaría que un
ser personal obró sobre el universo, entonces, tenemos una explicación
para la causa del universo. Permítame explicárselo.
R:
Cuando en algún aspecto de las ciencias naturales, los científicos aún
no tienen una explicación, aparecen los creacionistas y llenen este
espacio con la idea de un ser sobre natural que puede ser un imaginario
dios o un imaginario diseñador, dan do por resuelto el problema, fácil.
Una roca no cambia súbitamente de ser una roca a convertirse en una cabeza de hacha a menos que actúe sobre ésta algo más.
R: Nadie ha afirmado algo contrario a esto
Para
que la materia y la energía cambien y se forme algo nuevo, tiene que
haber un obrar externo. Debemos preguntarnos: ¿Qué obró en la materia y
en la energía que hizo que el universo existiera?
R:
Como ya lo expliqué tanto el espacio, la materia, el tiempo y la
energía aparecieron junto con el universo. Estos cuatro factores forman
el universo, ellos no obraron en la formación del universo, pues antes
de aparecer el universo no existía el tiempo, el espacio, la energía y
la materia
Lo que causó que el universo
existiera tenía que existir antes del mismo universo. Debido a que el
universo tuvo un principio en el tiempo y debido a que la materia y la
energía no cambian espontáneamente y se acomodan a sí misma para formar
algo nuevo, entonces, la mejor explicación para la causa del universo es
una acción debida a una decisión.
R: ¿Como no hubo espacio ni ninguno de los otros agentes donde cabe un creador? Sólo en la imaginación de los creyentes
En
otras palabras: Una decisión para actuar en un tiempo específico en el
pasado es la mejor explicación de la existencia del universo. Claro
está, nosotros los Cristianos diríamos que esta decisión fue tomada por
un ser personal a quien nosotros llamamos Dios.
R:
Una decisión no existe por sí sola, sólo la puede tomar un ente, y ese
ente los creyentes lo llaman “Dios”, “Diseñador inteligente” “Alá”, pero
para tomar una decisión se necesita tiempo no importa cuán corto este
sea. Pero como el tiempo apareció junto con el universo, entonces los
cristianos creacionistas – no todos los cristianos lo son – tienen un
grave problema, el tiempo
¿Ve que el ateo no tiene nada para ofrecernos con relación al tema importante de explicarnos cómo llegamos aquí?
R: El problema lo tienen los creacionistas ¿como explicar la paradoja arriba presentada?
Ellos lo pueden explicar con la idea de un dios pero no pueden explicar este dios
El
ateísmo no puede responder una de las preguntas filosóficas más
importantes con relación a nuestra propia existencia. Si ofrece alguna
explicación, ésta será deficiente y le faltará demostrarlo: Así que, lo
que sólo puede ofrecernos es ignorancia y conjeturas.
R:
Constantemente el señor Slick en vez de hablar de científicos habla de
ateos. Seres sobrenaturales no caben en la ecuación que explica la
existencia de todo. Lo único que se logra al integrar algún dios en esta
fórmula es ingresar otra incógnita más. La ciencia aún no ha resuelto
esta cuestión y la religión solo logra complicar lo más.
Finalmente
y aún cuando no es necesario en el video, trataré con una de las
objeciones estandarizadas que los ateos tienen cuando se presenta este
tema. ¿Qué trajo a Dios a la existencia?
R:
Esta pregunta la deben responder los creyentes. Los que somos ateos
fuertes o positivos, no necesitamos explicarnos nada mediante
inexistente o imaginarios dioses. Esta pregunta es absurda
La respuesta es simple: Nada ni nadie lo trajo a Él a existencia. Él siempre ha existido.
R: Falacia ad ignorantiam
Él
es la causa no causada. Piense acerca de esto: Usted no puede tener una
regresión infinita de causas. Es como tener una línea infinita de
dominós cayendo uno sobre otro. Si Usted regresa infinitamente en el
tiempo para tratar y encontrar el primer dominó que inició todo esto,
Usted nunca lo encontrará ya que tendría que cruzar una cantidad
infinita de tiempo para obtenerlo lo cual es, imposible de hacer. Esto
también significaría que no se puede tener una regresión infinita de
causas.
R: Aseveración que nadie hiso
Aún más, esto significaría que nunca existió una causa primera.
R: Esto no se puede afirmar así de golpe y porrazo
Si
no existe una causa primera, entonces, no podría haber una segunda, o
una tercera, y así sucesivamente y Usted no tendría a ninguna de estas
fichas cayendo. Pero debido a que están cayendo, tiene que haber una
primera causa, que en sí fue no causada y que inició todo en un tiempo
específico en el pasado. Así es con el universo también.
R: Pero esto no comprueba la necesidad de un creador sobre natural
Hubo
una causa para que éste existiera en un punto específico en el tiempo.
La causa no causada en Dios, el cual decidió crear el universo y quien,
como dice la Biblia en Salmo 90:2, “Desde el siglo y hasta el siglo, tú
eres Dios.
R: Para crear algo se necesita
tiempo energía materia y espacio. Por la mis razón nunca hubo esa
explosión que llamamos “Big-bang”, si no una inflación expansiva que
sigue hasta estos tiempos. La explicación de nuestra existencia
mediante una divinidad no tiene lógica. Ese “dios” tenía tiempo antes de
que aparezca, tenía espacio antes de que aparezca, tenía materia antes
de que aparezca, lo mismo sucede con la energía. Pero ya sabemos lo
ilógico y absurdo es emplear la idea de un dios para tratar de
explicarlo todo. En el mismo Génesis tenemos un ejemplo claro de lo
absurdo de todo esto. Aparece primero la luz y después las fuentes
luminosas Nota: Un versículo bíblico es totalmente irrelevante.
Fuente: www.miapic.com
A. Gundelach, Junio 2011
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Las deidades que las naciones han adorado y siguen adorando son creaciones humanas, producto de hombres “casquivanos”, imperfectos, que “tornaron la gloria del Dios incorruptible en algo semejante a la imagen del hombre corruptible, y de aves y cuadrúpedos y cosas que se arrastran”. (Ro 1:21-23.) Por lo tanto, no debería sorprendernos que esas deidades reflejasen las mismas características y debilidades que sus adoradores imperfectos. Una expresión hebrea con la que se alude a los ídolos o dioses falsos es “dioses que nada valen”. (Le 19:4; Isa 2:20.)
La Biblia llama a Satanás el Diablo el “dios de este sistema de cosas”. (2Co 4:4.) Las siguientes palabras de este versículo indican fuera de toda duda que esta designación le aplica a él. Allí dice que este dios “ha cegado las mentes de los incrédulos”. En Revelación 12:9 se comenta que él “está extraviando a toda la tierra habitada”; su control sobre el sistema de cosas actual y sus formas de gobierno quedó probado cuando ofreció a Jesús “todos los reinos del mundo” a cambio de “un acto de adoración”. (Mt 4:8, 9.)
Los cielos estrellados atestiguan la existencia de Dios. En Salmo 19:1 leemos: “Los cielos están declarando la gloria de Dios”. En efecto, “los cielos” —el Sol, la Luna y las estrellas— atestiguan el poder y la sabiduría divinos. Tan solo la enorme cantidad de estrellas ya nos sobrecoge. Y todos esos cuerpos celestes se mueven en el espacio con un rumbo fijo, siguiendo leyes físicas muy precisas (Isaías 40:26). ¿Es razonable atribuir tal orden a la casualidad ciega? La afirmación de muchos científicos de que el universo tuvo un principio súbito es muy significativa. Al exponer lo que implica este hecho, cierto profesor escribió: “Un universo que haya existido por la eternidad encaja mucho mejor con el ateísmo o el agnosticismo. En cambio, un universo que tenga principio parece exigir una primera causa, pues ¿quién podría imaginar semejante efecto sin una causa de suficiente magnitud?”.
EL FILÓSOFO británico Antony Flew fue durante cincuenta años un ateo de gran prestigio entre sus colegas. Su trabajo “Theology and Falsification” (Teología y falsificación), que apareció en 1950, “se convirtió en la publicación filosófica más reimpresa del siglo [XX]”. En 1986 se dijo que Flew era “el más agudo de los críticos contemporáneos en contra del teísmo” (la creencia en Dios o en deidades). De modo que muchos se escandalizaron cuando, en 2004, anunció que había cambiado de parecer.
¿Qué lo impulsó a dar ese paso? En pocas palabras: los avances científicos. Flew se convenció de que el universo, las leyes de la naturaleza y la vida misma no pueden haber surgido por pura casualidad. ¿Se trata de una conclusión lógica?
¿Cómo se presentaron las leyes de la naturaleza?
El físico y divulgador científico Paul Davies señala que la ciencia realiza una magnífica función explicando fenómenos físicos como la lluvia. Pero matiza: “Cuando se trata de [...] planteamientos como ‘¿Por qué existen las leyes naturales?’, la cosa cambia. Los descubrimientos científicos específicos no inciden demasiado en estos tipos de cuestiones: muchos de los grandes interrogantes continúan inmutables desde el principio de la civilización y todavía nos preocupan”.
“Lo importante no es que haya regularidades en la naturaleza —escribió Flew en 2007—, sino que estas regularidades sean matemáticamente precisas, universales e interdependientes. Einstein las llamó ‘la razón encarnada’. Lo que debemos preguntarnos es cómo fue posible que la naturaleza tuviera estas características. Hombres de ciencia, desde Newton hasta Einstein pasando por Heisenberg, se han planteado y respondido esta cuestión. Su respuesta es la Mente de Dios.”
Lo cierto es que muchos científicos reputados no consideran acientífico creer en una Primera Causa inteligente. Por otro lado, decir que el universo, sus leyes y la vida se presentaron por casualidad no satisface el intelecto. La vida diaria nos dice que el diseño, en especial si es altamente complejo, exige la existencia de un diseñador.
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