20 de enero de 2013

Carta a un ateo: La creación del hombre



Carta a un ateo: La creación del hombre


Mi estimado amigo: Tú eres libre para negar la existencia de Dios, pero no puedes negarte a ti mismo. Podrás decir que Dios es un mito, que es un invento de las religiones, que ha sido creado por el sentimiento religioso del mismo hombre, y todo lo que quieras. Pero sería absurdo decir que tú eres un fantasma, que no existes sino en la imagi­nación de los demás, que eres un ser irreal.
R: No soy amigo de este señor, no  lo conozco, o conocí  
Yo soy ateo y jamás he afirmado que soy un fantasma o algo parecido


Y quiero preguntarte: Si Dios no existe, ¿quién te ha creado a ti? ¿De dónde procedes? ¿Cómo has venido a la existencia? ¿Cuál fue el origen del primer hombre? No te encojas de hombros. Sacúdete la indiferencia. Plantéate estas preguntas. Piensa. Busca soluciones con­vincentes, pero empieza por convencerte a ti mismo. Con decir que no te interesa el problema, no has resuel­to nada. El misterio del origen del hombre, de tu ori­gen, seguirá siendo un enigma para ti en tanto no le des la adecuada solución.
R: Muchas preguntas a la vez. Vamos por parte ¿quién te ha creado a ti?: Yo soy un producto de un encuentro amoroso sexual de mis padres. Como ser humano soy descendiente de un homínido  primate, que evolucionó por millones de años para llegar a lo que somos hoy los seres humanos. Con esto ya respondí las tres primeras preguntas.
¿Cual fue el origen del hombre? Cuando algunos tipos de simios, por diversas razones, tuvieron que bajar de los árboles – que, por ejemplo, empezaron a desaparecer en determinadas zonas en África, por cambios climáticos, etc. – se vieron obligados a vivir  en el suelo. Como  medida de defensa contra diversos depredadores, se vieron en la necesidad de erigirse en sus miembros traseros, para obtener una mejor visión del entorno. Con el tiempo algunas se convirtieron en bípedos. Otros factores, como el cambio en la alimentación, etc., contribuyeron en el desarrollo del cerebro.
Resumiendo tengo buenos conocimientos sobre como fue el des arrollo de los primates hasta llegar al ser humano, y no tengo ningún problema con esto. Para mí no es ningún misterio ni enigma como llegó a formase el homo sapiens sapiens


Si no aceptas la verdad bíblica, que la ciencia ha con­firmado, que el hombre fue creado por Dios, te ves obligado a admitir la teoría del transformismo evolucio­nista y creer que desciendes de un animal inferior y an­terior al hombre, el cual ha ido evolucionando hasta llegar a producir estos bellos ejemplares humanos que caminan a dos patas por las calles.
R: El relato bíblico es lo más alejado de la verdad que existe. Además la ciencia no ha demostrado que el hombre fue creado por alguna divinidad, todo lo  contrario.
Somos productos de la naturaleza y no de algo sobrenatural y no tengo ningún problema que un antepasado mío haya sido un homínido  (malamente llamado mono).
Considerar a los humanos como seres bello, sólo es algo emocional y subjetivo.


Es decir, que si en tu cerrada actitud atea y materialista te niegas a admitir a Dios por Padre, tienes que declararte hijo de un ani­mal que empezó arrastrándose y que por fin puede mi­rar á las estrellas. Esto último, desde luego, no resulta nada confortable, como puedes imaginar.
R: El ateísmo fue uno de los artífices de la ilustración. Tener la mente cerrada es no aceptar los conocimientos científicos que cada día aparecen. Esto es cerrarse las puertas y las ventanas  al conocimiento real. Son los fundamentalistas que aferran a añejas y erróneas creencias en textos que tienen miles de años de antigüedad, escritos por personas que en materia científica eran totalmente ignorantes.
Cómo ya lo dije, no tengo ningún problema que un antepasado mío pudo haber sido una ameba.
Cuando era joven e inmaduro necesitaba a mis padres que me guiaban, pero hoy que soy un adulto mayor en mi pena madurez no necesito a un padre que eventualmente me premia si me porto bien; que me castiga si me porto mal; que me ayude cuando tengo problemas. (Haciendo referencia a Erich Fromm) tampoco necesito explicaciones sobrenaturales de procesos naturales. 


Te supongo enterado de este triste origen que nos atribuyen los padres del evolucionismo histórico.
R: Triste es que aún hoy existen personas, que para explicarse lo natural tienen que recurrir a lo sobrenatural. La belleza de las ciencias naturales es que nos podemos explicar las cosas sin tener que recurrir a dioses o a explicaciones sobrenaturales.


A la cabeza de éstos yo colocaría al naturalista francés Lamarck, muerto en 1829, seguido en el tiempo, pero mayor en importancia, por otro célebre naturalista inglés, Darwin, quien renovó, perfeccionó y completó la teoría de Lamarck en su conocida obra EL ORIGEN DE LAS ESPECIES POR LA ELECCIÓN NATURAL. A estos dos nombres hay que unir el del filósofo y sociólogo inglés Spencer, muerto en 1903, o sea, veintiún años después que Darwin, y Haeckel, también filósofo y naturalista alemán, muerto en 1919.
R: Extraordinarios fueron estos hombres, que sin los medios tecnológicos actuales  lograron dilucidar una enorme cantidad de enigmas. Y gracias a las nuevas tecnologías y a nuevos conocimientos, hoy hemos ampliado enormemente nuestros conocimientos sobre el origen y el desarrollo de las especias. Y sobre el origen del universo y de la vida. 


Según estos autores, existió en algún momento una célula marina que saltó a tierra y fue evolucionando hasta llegar al gorila y de aquí al hombre.
R: No tienes idea de lo que es la evolución biológica


¿Te satisface? ¿Estás conforme? ¿Te das cuenta del desvarío a que llegamos cuando negamos la existencia de Dios?
R: Fueron los autores del Génesis bíblico que en su ignorancia comprensible, escribieron estos disparates allí mencionados


 Quiero advertirte, para que desaparezcan tus posibles ilusiones, que la evolución no pasa de ser una teoría, y que además está en franca decadencia .
R: Como muchas personas legas en materias científicas, cometes entendibles errores. Primero hay que diferenciar entre la teoría de la evolución biológica (TEB) y la evolución biológica. La evolución es un hecho real innegable aceptada universalmente por el mundo científico, y la TEB es el modelo que explica cómo funciona la evolución.

Una teoría científica debe satisfacer los siguientes criterios:


Criterios lógicos:
1.- Relevación de los supuestos (axiomas) y comprensiones (definiciones).
2.- Que no sea circular (Renuncia a una declaración a una premisa que se refiere a sí misma- argumento circular).
3.- Consistencia (coherencia interna y externa).
4.- Falsación (una teoría debe ser formulada de tal manera que predicciones (en caso dado también el pretérito) pueden ser, en principio se pueden refutar por experimentos).
5.- Aplicabilidad (indica el ámbito en el cual la teoría puede ser aplicada razonablemente).


Criterios pragmáticos:
6.- Principio de economía (económico en términos de propuestas, estructuras y explicaciones – la Navaja de Ockham).
7.- Utilidad (la teoría describe, explica y predice – en el caso ideal se puede aplicar técnicamente).


Criterios progresivos:
8.- Razonamiento en muchas observaciones, a menudo en forma de experimentos controlables y repetibles.
9.- Capacidad de corrección y dinámica (puede ser cambiada, si se descubren nuevos datos).
10.- Progresividad (es mejor que la teoría existente).
11.- Provisionalidad (admite que podría incorrecta).
(Ver:
  Teoría científica)

La antropología moderna ha llegado a la conclusión de que el hombre es una especie distinta completamente y que no ha podido evolucionar de un animal inferior.
R: El autor de esta carta, o es un ignorante que no ha leído ni escuchado nada referente al desarrollo de los homínidos hasta llegar a lo que somos hoy. O, para defender lo imposible de defender, simple y llanamente miente descaradamente.


Por mucha que sea la semejanza entre el mono y el hombre, el mono más inteligente es eso, un mono, limitado a su especie y género, mientras que el hombre más bruto será siempre un ser racional, creado a imagen y semejanza de Dios.
R: “Mono” no es un término taxonómico. Los diversos primates se dividen en diferentes familias y especies. Una especia son por ejemplo los antropoides a los cuales pertenecen los chimpancés, gorilas, orangutanes y nosotros


Ya en los tiempos de Darwin, cuando la teoría de la evolución hacía furor en todas las capas de la sociedad, el catedrático de Gegnosia (¿será geognosia?), Oscar Fraas escribió estas dramáticas palabras:
«Fijar el origen del género humano en una de las especies de mono, es el mayor desvarío que jamás se ha ideado acerca de la historia de la Humanidad y merece que se inmortalice en una nueva edición del LIBRO DE LOS DESATINOS DE LOS HOMBRES. La ridícula idea de semejante origen no puede apoyarse en género de hechos científicos. Por consiguiente, dejemos tranquilamente al gorila en los pantanos tro­picales de Gabón-Gina, único sitio de nuestro planeta donde se encuentra. Las pruebas de consanguineidad de ese y de todo animal inferior, con el hombre, faltan hoy día de la fecha de un modo completo, total y absoluto”.
R: Oscar Fraas (1824-1897), no era biólogo, sino principalmente geólogo y pastor evangélico. Y usar sus dichos como argumentos para tratar de refutar a la evolución biológica no es un recurso muy adecuado en vista de los actuales conocimientos científicos. Hoy en día estos dichos carecen totalmente de relevancia.


Entre la teoría de la evolución y la verdad bíblica existe, además, otro imposible:
R: Juan Antonio Monroy trata de montar un paralelo entre religión y ciencia. Esto es irracional, la teología y las ciencias naturales se mueven en planos totalmente diferentes, no hay posibilidad alguna de una comparación. Se pueden compara entre sí textos sagrados como la Biblia y el Corán, o religiones como el judaísmo con el cristianismo, se pueden hacer comparaciones entre dos tipos de melones. Pero este señor está tratando de comparar por ejemplo, una pera con una manzana.


 La evolución dice que el hombre es un animal que se ha venido regenerando en el tiempo;
R: A ver, la biología evolutiva no habla de una regeneración  del hombre, sino del desarrollo de la humanidad y de toda la naturaleza viviente, a partir de un antepasado más primitivo.


 la Biblia, por su parte, afirma que el hombre fue en su origen un ser puro, moralmente perfecto, a quien el paso de los siglos ha venido degenerando moral y espiritualmente.
R: Irrelevante, son suposiciones que no pueden ser verificados.


 La evolución dice tam­bién que el hombre ha ascendido en su estado físico y moral;
R: La TEB se refiere sólo a la parte biológica del desarrollo de los seres vivos, pero no toma en cuenta aspectos filosóficos como la moral etc.


la Biblia afirma que, por el contrario, ha caído de estos dos estados.
R: Irrelevante. 


No creas, amigo ateo, que resulta fácil aceptar tu teoría sobre el origen del hombre.
R: La TEB es una teoría científica donde  explicaciones mediante seres sobrenaturales no tienen cabida.


Eso de que una célula que no se sabe de dónde salió, un animal que evoluciona hasta llegar al mono, un mono que se convierte en hom­bre pasando del estado irracional al racional, resulta, francamente, complicadísimo y no hay fe que aguante la prueba.
R: Es cierto que no se sabe a ciencia cierta cómo se originó la vida. Pero tenemos muy buenas hipótesis que dan una explicación bastante plausible. (Ver artículos relacionados aquí en este blog) .
Nadia ha dicho que el hombre proviene de un simio, pero si tenemos un ancestro en común. Como dato ilustrativo, nosotros los humanos tenemos un 98% de genes en común con un chimpancé, y un 84% con una rata


Yo tengo para ti algo mejor, algo menos complicado, al alcance de la fe más débil y hasta mucho más cer­ca de la razón que tu teoría evolucionista. Tengo para ti la verdad bíblica, el relato inspirado del Génesis, donde Dios mismo te dice llanamente, sin caer ni en un solo error, cómo creó al hombre.
R: Lo que me ofreces es un texto con fábulas muy primitivas e infantiles. Te aceptaría tu cuento como verdadero si me pudieras probar la veracidad del relato del génesis, sin caer en un argumento circular


 En el Génesis tenemos dos narraciones distintas so­bre la creación del hombre. La primera se encuentra en el capítulo uno. El sexto «día» de la creación, cuando ya han aparecido los seres que componen el universo, le llega el turno al hombre . El texto bíblico dice: «Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrado sobre la tierra. Y crió Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.»
 La segunda narración está en el capítulo dos, donde el autor bíblico empieza a contarnos la historia de las relaciones entre el hombre y Dios . Dice: «Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fue el hombre en alma viviente.»
R: En el momento en el cual hay dos narraciones distintas sobre la creación del hombre, o sea sobre un mismo evento, Estas pierden totalmente su credibilidad, en especial cuando ninguna de las dos versiones se pueden verificar.
El cuerpo humano es un 75% agua, después vienen una gran cantidad de proteínas, aminoácidos lípidos, etc. y aproximadamente sólo un 5% son minerales que se encuentran en el polvo. El reato del génesis no tiene píes ni cabeza, es un cueto absurdo 


 El primer hombre tiene una doble procedencia, ma­terial y espiritual. Dios podría haber cogido a uno de animales más desarrollados, dotarlo de vida racional y convertirlo en hombre. Pero no lo hizo El texto del Génesis es contundente. El hombre fue creado personal, independiente completamente de los otros seres de la creación.
R: El texto del Génesis no es contundente, no es coherente, no es lógico. Es una explicación que se dieron personas ignorantes. No tiene más valor que el de una fábula.


Dios, como un alfarero, moldea una fi­gura de barro y cuando está terminada insufla en su nariz un soplo que la convierte en ser viviente.
R: Explicación totalmente pueril


El cuerpo del hombre no procede de ningún animal ya creado ni tampoco de un ser angélico. Tiene un origen mate­rial independiente. «Del polvo de la tierra». Rendle Short, que fue profesor de Cirugía en la Universidad de Bristol, dice: «Esta declaración es científicamente exac­ta, porque los trece elementos que componen el cuerpo humano se encuentran en la tierra.»
R: Elementos formados en la estrellas. En parte, cómo todos los seres vivientes, estamos hechos de polvo de estrellas 


Fíjate en un detalle, amigo ateo, que considero im­portante como refutación de la teoría evolucionista: Se dice en la Biblia que el hombre vino a ser persona viviente cuando Dios insufló en su nariz soplo de vida. Hasta entonces había sido simple materia, materia muer­ta. Esto te demuestra que el elemento material con que Dios formó al hombre no pudo ser nunca el cuerpo de un animal más o menos desarrollado.
R: Los relatos de la Biblia no demuestran nada. No hay nada extra bíblico que respalda estas premisas


 Sobre la formación de la mujer tenemos menos da­tos . La Biblia dice que «Dios hizo caer sueño sobre Adán y se quedó dormido; entonces tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mu­jer, y la trajo al hombre».
R: Irrelevante


Los biólogos antiguos se preguntaban qué proceso siguió Dios para el desarrollo del cuerpo de Eva hasta completarse desde una simple costilla. La Biblia no lo dice y hemos de respetar el silencio. Dios dispondría de mil formas distintas para llevarlo a cabo. Lo interesan­te aquí es observar que el cuerpo de Eva no tiene re­lación alguna con el reino animal.
R: ¿De qué biólogos habla este tipo?


Procede directamente del hombre, que ya era una especie distinta y supe­rior. Tanto, que cuando los animales desfilan ante Adán, éste no encuentra en las hembras ninguna que le satisfaga. Las contempla inferiores en todos los ór­denes y aspira a un ser de su propia naturaleza. Es el golpe mortal contra el transformismo evolucionista. El hombre no puede descender de un animal inferior, por­que allí tenemos a Adán rechazando a todos los ani­males.
Cuando Dios le presenta la nueva criatura que había formado para él, exclama gozoso: «Esta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada varona, porque del varón fue tomada.» Aquella mujer era diferente de todos los animales existentes.
Hueso y carne, juntamente con la sangre, son los elementos bíblicos que componen el cuerpo material del ser humano. A esto se le añade el espíritu, el soplo divino que hace del hombre un alma viviente y el re­sultado es la criatura humana hecha a imagen y se­mejanza de Dios.
R: Primero fueron creados varón y hembra, y después primero al varón y de una costilla de este fue creada la mujer. No se puede basar una explicación lógica en base a una incongruencia. Si dos versiones se contradicen ninguna es verdad


Esta semejanza, como lo explica el teólogo suizo Re­né Pache, estriba en que  Dios dotó al hombre «de espí­ritu, a fin de que pudiese comunicarse con Él; de inte­ligencia, para que pudiese comprender sus obras y su revelación; de conciencia moral que le guiase por el camino del bien; le dotó de una voluntad propia, para que pudiese elegir libremente; puso en él sentidos, pa­ra admirar las bellezas de la creación, y le dotó, en fin, de un corazón que le permitiese amar a su Creador».
Todos estos atributos son espirituales y no los poseen ni jamás los han poseído los animales, ni siquiera los más desarrollados. Son exclusivos del hombre, de ti y de mí, y por ellos hemos de dar gracias a Dios tú y yo. Yo lo hago. ¿Y tú?
R: Este señor está dirigiendo una carta a un ateo. Y se le olvida que, para nosotros los ateos, los textos sagrados, de la religión que fuese, son irrelevantes. So quieres argumentar a favor de tu hipótesis frente a un ateo, lo peor que puede hacerse usar la Biblia, para apoyar una posición. Los defensores del diseño inteligente fueron u poco más avispados, que los creacionista, sacaron “Dios” y a la Biblia del juego, e introdujeron el concepto de la complejidad irreducible, claro que con esto tampoco llegaron muy lejos, para sacar a la evolución como una rama de de las ciencias biológicas. El intento fracasó rotundamente.


El intento de los creacionistas y defensores del diseño inteligente, para desvirtuar la evolución biológica, está destinado al más rotundo fiasco, sin importar las artimañas de las tergiversaciones de los conocimientos científicos, que normalmente usan. La evolución biológica está sustentada por innumerables pruebas científicas, y casi a diario aparecen nuevos conocimientos que confirman este hecho Innegable.  
 


Autor: Juan Antonio Monroy
Fuente:
www.protestantedigital.com/



A. Gundelach, Enero 2013

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