30 de noviembre de 2009

La Biblia – una obra de siglos

La Biblia – una obra de siglos

Millones de personas están firmemente convencidos, de que la Biblia es un libro escrito o por lo menos inspirado (dictado) personalmente por Dios. De cierto una hermosa imaginación.
La verdad, en cambio, es que la Biblia no fue escrita de corrido de una sola vez, si no que es una colección de variados libros y textos (El libro del Génesis, libro de los Reyes, cartas de Paulo) entre los cuales, a veces hay períodos de miles de años y que constantemente fueron completados, cambiados y reescritos, según la correspondiente tendencia de la sociedad de cada época.
Diferentes autores, hoy mayoritariamente desconocidos, han escrito los textos y lo que, a los posteriores sacerdotes no les gustaba, fue eliminado o readecuado. Aún hoy se realizan cambios y adaptaciones.
Muchos hombres y casi ninguna mujer (solo en más o menos 13 páginas) han acopiado historias, proverbios, sabidurías y profecías.
La elección de los textos hoy día conocidos – de tal llamado canon bíblico – ha durado hasta el 1er milenio después de Cristo. Aún en los últimos cien años, la iglesia evangélica presento varias revisiones bíblicas. En la versión de 1975 solo dos tercios son idénticos a la Biblia original de Lutero.

¿Debe tomarse la Biblia en forma literal?

Creyentes fieles a la Biblia reprochan a los críticos, de tomar a la Biblia en forma demasiado literal, ¿porque no se debería tomar literalmente al libro, que supuestamente un Dios amante de los humanos, le ha dado a sus criaturas como guía para una vida recta?

Tomar a la Biblia literalmente no es sectarismo ofuscado. O es la palabra de Dios y el libro de la verdad o no tiene que decirnos nada comprometedor. Con la excusa de que las historias de la Biblia sólo son representaciones míticas, simbólicas, se puede justificar cada disparate y enmascarar cada contradicción. “Si cada cosa es considerada figurativamente, entonces los cuadros debiesen tener un sentido” afirmó en forma corta y precisa Rudolf Augstein, ex redactor de la revista “Spiegel”, en su libro critico sobre Jesús.

Si el Dios de la Biblia fuese un Dios de toda la humanidad, debería hablar un idioma que todos entenderían, también los ignorantes. ¿O es la Biblia sólo un libro, para quién tiene una educación superior? Esto no puede ser la voluntad de Dios, porque el apóstol Pablo, santo de la cristiandad, escribió una carta a sus hermanos en fe: (1 era de Corintios 1, 20)” Pues está escrito (Isaías 29, 14): “porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos” ¿Donde están los juiciosos? ¿Dónde están los escribas? ¿Dónde están los sabios de este mundo? ¿Acaso Dios no ha transformado la sabiduría del mundo en insensatez?

También el hijo de Dios, Jesús, dijo aparentemente (Mateo 11, 25): “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.”

Entonces partimos, que Dios no habló a los sabios en metáforas, parábolas y figurativamente – si es que habló -, si no que los teólogos les gustaría ver esto así, como que el libro fuese redactado sólo para ellos.

El profesor Dr. Franz Buggle, editor de una sobresaliente revista sobre la moral en la Biblia, escribe, en relación a este tema: “Como, en forma razonable, se puede ver a Dios como fuente, como comunicador de un mensaje, que tan mal llega a sus receptores, que sobre su contenido exista un desacuerdo tan caótico, que desde los tiempos prístinos del cristianismo y demás grupos sin confesión, se discute, que es lo que realmente se quiere decir con ese mensaje.

¡Corregir, hermosear, falsificar!

Aquí unos pocos ejemplos, como aún en el tiempo actual se asean y se realizan cambios en el texto de la Biblia:

En un Biblia actual de Lutero leemos la inofensiva descripción, como el rey David trataba, después de su conquista, a sus prisioneros de guerra (2 Samuel 12,31): “Sacó además a la gente (Los Amoritas vencidos) que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con triíllos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; “

Esto posiblemente no fue un tratamiento inusual hacia los prisioneros y tampoco mayormente chocante. Sin embargo Lutero tradujo correctamente, en su versión de la Biblia el final del versículo: “… y los quemó en los hornos de ladrillo.” Expresiones como estas después de la 2da guerra mundial, después de los horribles crímenes de los nacionalsocialistas, simplemente fue cambiado.

Otra minimización se lee como sigue (1 Samuel 6, 19): “Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes (de creencia diferente), porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a setenta hombres.” El Señor mató a setenta hombres, porque habían mirado el arca sagrada de la alianza (A propósito, nadie realmente sabe lo que era esto, solo hay especulaciones).

Mal menor se podría pensar, en aquellos tiempos las costumbres eran rudas. En la edición más antigua y en la traducción unitaria actual de Jerusalén se habla, sin embargo, de “cincuenta mil setenta hombres” Entonces en cada versión de la Biblia las víctimas de Dios disminuyen.

Repetidas veces se ha tratado de sacar las partes más desagradables del libro. Más o menos inofensivo dice en Levíticos 20, 27: “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados.”

En esta parte originalmente decía, “Hombres o mujeres, en los cuales hay un espíritu de muerto”, deberán ser apedreados y matados. Podemos estar seguros que esta descripción se refería a un enfermo mental. Una pequeña corrección del texto hace, en el deseo de la moderna iglesia, de un mentalmente impedido un maligno invocador de espíritus.

Otro ejemplo de un cambio actual en la Biblia: Un versículo del evangelista Lucas, Lutero lo tradujo como (Lucas 2,14): “ paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres!” Hermosas palabras con las cuales los ejércitos celestiales, después del nacimiento de Jesús, ovacionaban y deseaban a toda la humanidad paz y buena voluntad.

Pero correctamente traducido, esta línea dice: “Paz en la tierra a los hombres de su voluntad” Esta pequeña diferencia, dice que solo los hombres, que son de agrado del Señor, dígase: Los que lo aman y le obedecen recibirán paz. Aquí nuevamente tenemos la antigua figura de Dios: “O tú crees y obedeces o habrá Llanto y crujir de dientes

El porque el Señor ordena, que ningún hombre entre a la comunidad (Deuteronomio 23, 1): “que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril” es difícil de entender para un creyente de pensamiento abierto. Aquí cito la Biblia de Jerusalén, porque nuestra Biblia de consumo universal, fue limpiada de estas expresiones de mal gusto, para los prósperos cristianos.

Sin tregua combatían los escritores de la Biblia al culto a la repetida veces nombrada diosa Asera (Originalmente la esposa de Yavé) (Miqueas 5, 14):” Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti” Los celos bíblicos hacia la diosa no sería tan grande, si Asera fuese sólo una figura religiosa marginal en el país sagrado. El culto debe haber sido generalizado durante siglos e incluso haberse realizado en el templo de Jerusalén (2da de Reyes 21, 7): “Y puso una imagen de Asera que él (Manasse) había hecho, en la casa.

Pero el enemigo de las mujeres Lutero, le fue una abominación que alguna vez una mujer fue adorada y honrada junto a Dios. El eliminó, en 1545 el nombre de Asera de todos los versículos de la Biblia y tradujo, por ejemplo, 2da de reyes 13, 6 así: “también el bosque permaneció en Samaria.” (…también la imagen de Asera permaneció en Samaria).

La lista de los cambios en la Biblia podría continuarse por varias páginas más. No son tan importantes los cambios individuales de los textos, si no la confirmación de que la Biblia es un libro que no pudo ser escrito por Dios o ser influenciado por el.

Fuente: Objektive Bibelkritik nach Johannes Maria Lehner Crítica bíblica objetiva según Johannes Maria Lehner

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