15 de enero de 2011

El argumento de la incredulidad

El argumento de la incredulidad

Consideremos una confesión de fe con el siguiente contenido:

El dios de los teístas existe.
El dios de los teístas ama a los hombres.
Este dios quiere salvar a todas las personas, a saber, a través de, que cada persona tenga la suficiente fe, o sea, cree en un credo como este.

El credo mismo se compone por lo menos de la parte aquí indicadas más declaraciones de fe como “Jesús murió por nuestros pecados”, “Jesús resucitó”, etc., sea lo que sea necesario, para cada confesión de fe, para ser salvado. Aquel que entonces cree en esta doctrina será salvo, aquel que no cree en esta confesión de fe, no será salvado. A la confesión de fe, también pertenecen contenidos de fe, como “Ama a tu prójimo” o “haz el bien” – lo que sea necesario. Supongamos, en aras de la simplicidad, que toda la confesión de fe está completa. Importante es sólo la parte de arriba, el resto de este argumento no aporta nada al respecto.

Y ahora al argumento – P significan las premisas (requisitos previos), S las conclusiones (por su sigla en alemán):

(P1) Si Dios existe, entonces quiere lo mejor para toda la humanidad
(P2) Lo mejor para el hombre, es ser salvado.
(S1) Por esto, si Dios existe, él quiere, que todas las personas creen en el credo, para que cada uno sea salvo.
(P3) Si Dios quisiera, que cada ser humano sea salvado, entonces todas las personas creerían en la confesión de fe.
(P4) No todos creen en el credo
(S2) Por esto, Dios no quiere que todos sean salvos, a menos que cree en la confesión de fe.
(S3) Por esto Dios no existe

La premisa (P1) es compartida, seguramente, por la mayoría de los cristianos – si Dios es bueno, entonces querrá lo mejor para todos los hombres.

La permisa (P2), igualmente es compartido por la mayoría de los cristianos, si no, incluso por todos.

(P3) tampoco es problemático. Si Dios existe, entonces presentará las suficientes evidencias, de manera que todas las personas crean en el credo. ¿Qué sucede entonces con el libre arbitrio? Este no sería realmente tocado por esto. Ya que usted, por ejemplo, cree que el papa es real. Existen suficientes referencias sobre la existencia del papa, y así usted y yo creemos que existe ¿Existe algo, que limita su libertad, para creer en el papa? No. Y también Dios pudo haber traído a este mundo, suficientes indicios, para que usted y ante todo yo, creamos en esto. Habría suficientes sucesos, con lo cual Dios podría garantizar esto. Las estrellas podrían, repentinamente crear la frase “Dios existe” o cada libro súbitamente podría contener el texto de la Biblia, etc. Al igual como con el papa no existiría una razón reconocible para Dios, de retraerse.

En relación alas razones no detectables, me referiré más adelante.

(P4) es innegablemente cierto. Existe una cantidad suficiente de personas, que hasta su muerte han rechazado una creencia en la confesión de fe (sea cual sea el contenido) o no la conocían.

Y entonces también están justificadas las conclusiones (S1) y (S2). (S3) es sólo una de dos posibles conclusiones. Si Dios fuese malo o desinteresado en la salvación del hombre, entonces un dios así, sería compatible con las premisas. Pero no un dios bondadoso. Si entonces partimos de un dios bondadoso (ver el comienza de la declaración de fe), entonces debemos concluir, que éste no existe.

Pasemos ahora a una evaluación crítica de (P3). El hecho es, que Dios – así argumentan los teístas – tiene una buena razón, para que no todos crean en el credo. Sin embargo, esta razón es totalmente desconocida. Si existiera una razón desconocida, entonces el argumento fallaría. Así y todo, Dios ha elegido un método extremadamente ineficiente, para divulgar la confesión de fe – misioneros. Esto no indica hacia un ser omnipotente (Tener medios para un fin necesario es justamente aquello, lo que diferencia entre poder y omnipotencia).

Naturalmente es cómodo, siempre entonces, cuando no se sabe como seguir, retraerse a razones desconocidas, que salvarían el concepto propio, si sólo se conocieran. En la ciencia sólo causaría risas si uno argumentaría así, también en un juicio – incluso en la vida real.

Evidentemente siempre se pueden dar razones desconocidas, con los cuales se pueden anular todos los argumentos. Pero también todos los argumentos de los teístas. Esta actitud no es más que un descarado egocentrismo (dogmatismo). Si entonces los teístas insisten, usar este argumento, entonces esto también demuestra claramente: Los teístas en puntos decisivos no tienen ni la más mínima idea (en general sus desconocimientos los llaman “secretos”) del porqué de las razones, que Dios quiere de nosotros. Esto significa también, que los teístas no se pueden y no deberían acogerse a la voluntad de Dios, porque todo se encuentra bajo la restricción del error razones desconocidas.
La razón, por la cual no todos creen en la confesión de fe, también podría ser, que esto es una especia de test de inteligencia para el hombre. Si un número suficiente de personas ya no cree en la confesión de la fe, entonces el ser humano es suficientemente maduro, para saber la verdad. Ya como los teístas admiten, no conocer la razón, ésta puede ser cualquiera – o se tiene un argumento, para nombrar una razón o no la tiene. Los teístas ahora pueden elegir – ellos pueden rechazar el argumento y con esto reconocer su desconocimiento. Pero esto también significa, que no tienen bases razonables, para la fe, una confesión de fe cualquiera conduciría a la salvación. O lo pueden aceptar, pero entonces ya no serían cristianos. Las premisas y las conclusiones, sin embargo, son compatibles con el deísmo y el taoísmo.

A esto se le agrega, que todo el proceso es altamente injusto y arbitrario. ¿Porqué una profesión de fe arbitraria sería el criterio para la salvación? Si además se supone, que Dios es justo entonces esta afirmación ya no es sostenible. Se podría argumentar también, que la fe es irrelevante o que el Dios de los cristianos no existe, pero no las dos cosas al mismo tiempo.

También en la teodicea, este argumento juega un rol – ya que si se afirma, que Dios se ocupa de una compensación de todas las injusticias en la próxima vida, entonces esto sólo les concierne a las personas, que creen en la declaración de fe. En consecuencia, sólo una parte de las injusticias es compensada. Por lo tanto Dios es injusto y no bondadoso

Fuente:
Volker Dittmar: Ateismo-INFO, Einführung in den Ateismus(Introducción al ateismo)
Ver también: http://www.dittmar-online.net/
http://www.atheismus-online.de/
http://www.volker-dittmar.info/

Nota.- Copyright (c) 2002 - 2005 Volker Dittmar. Permission is granted to copy, distribute and/or modify this document under the terms of the GNU Free Documentation License, Version 1.2 or any later version published by the Free Software Foundation; with no Invariant Sections, with no Front-Cover Texts and with no Back-Cover Texts. A copy of the license is included in the section entitled "GNU Free Documentation License

3 comentarios:

Barullo dijo...

Sigo tus traducciones. Sé por experiencia propia que es un trabajo muy exigente y cansador, pero por ahí sería bueno (para la calidad del material, que veo que es muy buena) que repasaras las traducciones una vez ya hechas, para que queden redactadas en español, tratando de sacarle los modismos del idioma traducido. Ojo, no es una crítica con mala intención.

En esta entrada en particular, me quedé con la duda del uso que hiciste de la palabra "secretos". No sé si será correcto lo que te indico, pero se usa más la palabra "misterios" cuando se habla de las cosas que ni los creyentes mismos pueden explicar.

Buen trabajo y saludos cordiales.

Alexánder dijo...

2 Pedro 3:9 “No es tardo el Señor respecto de esa su promesa, como algunos la reputan tardanza; sino que aguarda con paciencia en orden a nosotros, no queriendo que ninguno perezca [“no desea que ninguno sea destruido”, NM], sino que todos vengan al arrepentimiento” (VM). Es el deseo misericordioso de Dios que todos los descendientes de Adán se arrepientan, y generosamente ha hecho provisión para el perdón de los pecados de los que se arrepientan. Pero no obliga a nadie a aceptar dicha provisión. (Compárese con Deuteronomio 30:15-20.) Muchos la rechazan. Se parecen al hombre que se está ahogando y empuja a un lado el salvavidas que le arroja alguien deseoso de ayudarle.

Albrecht Gundelach dijo...

Ya lo comenté varias veces, el camino al infierno está sembrado de buenos deseos
"Es el deseo misericordioso de Dios"