26 de julio de 2014

¿Despidiendo a Darwin? El nuevo aspecto de la evolución


¿Despidiendo a Darwin? El nuevo aspecto de la evolución

El modelo de la evolución de Darwin caso se transformó en una religión. Pero cada vez hay más indicios, que hablan a favor, que  posiblemente sea sólo parte de la verdad. Mutación, competencia y casualidad - todos pilares de esta teoría se tambalean cada vez más. ¿Es la evolución quizás más bien un proceso creativo con una meta bien definida?

Cambio de paradigma

 Cada generación y época parece creer de nuevo de disponer definitivamente de una conocimiento asegurado, El camino hacia la comprensión, nos lo imaginamos como una calle, en cuyo final nos es dado una copa de oro – y a partir de este momento ya no hay nada más que descubrir e investigar, todo el conocimiento se obtuvo, y ahora se puede descansar.


A pocas personas les ocurriría pensar, que probablemente sepamos muy poco sobre lo que aquí está sucediendo, y que muchas cosas de nuestros actúales conocimientos pueden tomar el mismo rumbo, cómo el conocimiento  anteriormente  asegurado. También habría que considerar, que en gran parte actuamos sobre la base de conocimientos, que ya tienen sus añitos. Desde la física newtoniana o la teoría de la evolución de Darwin. 


¿Competencia?


Casi ninguna teoría científica puede mostrar una marcha triunfal, cómo la teoría de la evolución de Darwin. Y casi ninguna tiene consecuencias culturales de tanto alcance, cómo los postulados de una constante combate por la sobrevivencia, en la cual sólo sobreviven los mejor adaptados. Aunque inconscientemente, debería caracterizar la imagen de la mayoría de las perdonas sobre cómo funciona nuestro mundo. La presión selectiva y la competencia a todos nos perturban.


Tan importante cómo es su conocimiento, que las especies siguen desarrollándose – un entendimiento, que el ser humanos, en relación a sí mismo, prefiere ignorar – tan falso posiblemente es el, énfasis en la teoría de Darwin. Ya que cada vez hay más indicios hablan a favor, que principalmente tenemos que ver una evolución de la cooperación. En realidad debería ser convincente para el hombre, quien como es bien sabido, prefiere estar en grupos donde existe la mutua cooperación laboral y que como individúo aislado no habría aprendido a cazar mamuts o a aprender a volar.


Pero no sólo en relación al comportamiento social y estrategias de sobrevivencia, se pudo  mostrar muchas veces, que la cooperación es el principio ganador de por sí. Aún si miramos el desarrollo de la vida en el planeta de manera totalmente distinta, nos deberí9a saltar a la vi9sta, hacia dónde va el viaje.


¡Cooperación! De células y comunidades


Los primeros seres vivientes del caldo originario fueron unicelulares, simples bacterias llamadas procariontes, apenas más que una membrana con un poco de plasma en su interior. Y en realidad la historia debería haber acabado aquí, la bacteria mejor adaptada habría sobrevivido y listo. Ya que la explosión de las culturas bacterianas de hecho llevó a una presión de selección y a la evolución – pero esto no se realizó por una mejora de las células individuales, sino ya debido por la primera forma de cooperación: Las bacterias se juntaron en biocenosis, de la cual todos se beneficiaban. Inicialmente estas unidades fueron uniones bastante sueltas, los tal llamado biofilms, en los cuales distintas especies de bacterias conviven en simbiosis. Pero pronto llegó la siguiente etapa.


La cooperación se reforzó tanto, que la estrategia de sobrevivir cómo célula individual fue abandonada totalmente por algunas.  Estas células se unieron para formar un sistema de cooperación de una categoría totalmente nueva: Se desarrollaron en  mitocondrias y cloroplastos y poblando en adelante al núcleo de la células de las tal llamadas eucariotas, igualmente unicelulares, que de acuerdo al actual estado de conocimientos se desarrollaron junto con las bacteria.


La unión de individuos en una simbiosis útil para todos, la organización a una forma de coooperaci’ó0n mas elevada, puede ser conceptuado como la real fuerza del empuje de la evolución y la estrategia fundamental de la vida en la Tierra – y esto suena diferente a la visión de Darwin de las cosas.


La bióloga Lynn Margulis en su libro "Symbiosis in Cell Evolution" rechaza totalmente la idea de Darwin, que la competencia es el motor de la evolución: “La vida no conquistó al globo por pugna, sino9 por entrelazamiento”. Una lección que aprenderla, también sería provechosa para el ser humano. El desarrollo de las eucariontes, no sólo fue una de las más grandes revoluciones de la historia de la evolución, ella también nos muestra cuán erróneo es nuestra comprensión darwinista  de la vida y de la sociedad.

Evolución de las comunidades de las células




En este punto la evolución se ramificó, en aquello que hoy conocemos como animales y plantas. También aquí la hace bien a la perspectiva, cuando nos damos cuenta que ambos so9n sólo diferentes formas de asociaciones de células. Dos formas  de cooperación, mediante la cual las pequeñas colonias viscosas de bacterias han logrado, mediante la ayuda de la simbiosis, llegar a  totalmente inesperadas posibilidades. No importa de qué modo una célula individual se hubiese adaptado, no hubiera alcanzado las capacidades de un  leopardo. Y sin embargo el leopardo no es más que un enrejado, una comunidad de células.

Estas nuevas, aún más complejas comunidades se formaron, cuando también se fusionaron las eucariotas. Con esto se repitió el mismo patrón, cómo donde lo procariotas: Inicialmente nuevamente se encontraron en comunidades vivientes  sueltas, fundiéndose finalmente para formar un organismo de un orden superior. Las eucariotas sufrieron transformaciones originado un nivel de reparto de tareas totalmente nuevo – las ahora diferenciadas células adoptaron determinados trabajos en el nuevo organismo. De este modo se formaron los nervios, músculos y huesos – y aquel organismo altamente complejo, con sorprendentes capacidades de percepción y posibilidades de concientización, que conocemos como humanos.


El ser humano


Si comprendemos a la evolución como un proceso de cooperación en constante expansión y reconocemos el patrón que se nos revela aquí por miles de millones de años, entonces hay que suponer que a la humanidad, se enfrentará en breve un nuevo nivel de cooperación, que ampliará sus posibilidades, posiblemente igual de drástico, cómo el de las células, que han alcanzado el suyo mediante la invención de ser humano.


Tanto la mayoría de los animales, como también el ser humano han continuado el molde de la evolución: Los diferentes individuos se juntaron en cooperaciones libres, tribus y naciones, resumidamente en fusiones sociales. Para los humanos podría ser ahora el tiempo para pasar al siguiente nivel – y quizás este paso es eminente.

Saltos cuánticos de la evolución


Una larga controversia en la investigación evolutiva es la cuestión, si se trata de un proceso uniforme y paulatino, como lo supone Darwin, o si no más bien, transcurre con saltos. Si no pensamos en especies individuales, sino a gran escala, parece imponerse la comprensión, que de hecho estamos en presencia de saltos. Miles de millones de años se han producido sólo cambios leves, hasta que relativamente, de repente, se establece un orden superior. Así ocurrió el salto de los procariotas  a los eucariontes, y desde ahí también hacia los poli celulares. Este modo de ver, los paleontólogos norteamericanos Niles Eldredge y Stephen Jay  Gould lo llamaron “equilibrio puntuado”. Sin embargo también ellos conceptúan a la evolución como un proceso gradual, pero suponen, que este en determinados puntos aumenta considerablemente su velocidad.

 Este parece que este,  claramente el caso  ahora para el ser humano.Ya que en la actualidad nuestro genoma cambia 100 veces más rápido que en el promedio del desarrollo del ser humano. (Ver aquí)


El asunto con los genes


La investigación genética, que ha venido corriendo detrás de la tesis de Darwin, que incluso promulgó al “gen egoísta”, actualmente también trae detrás de si algunos saltos cuánticos,. Mientras tanto no sólo quedó claro, que los genes son todo menos que rígidos y determinantes del destino, y que nosotros, mediante nuestro estilo de vida y espíritu, podemos desconectar algunos genes, nosotros incluso podemos legar este tal llamado epigenoma a nuestros descendientes. (Ver aquí, sólo disponible en idioma alemán).


Ahí se asomo un viejo conocido por la esquina, a quien hace tiempo ya lo creíamos desaparecido en un cajón del ático. Jean Baptiste Lamarck, un antecesor de Darwin, quién vio a la evolución como una especie de adaptación de las especies a las respectivas necesidades. Muchas veces esta manera de ver las cosas, fueron descritas muy simplificadas, que según su punto de vista las jirafas tienen un cuello largo, debido a que estiraban sus cuellos para alcanzar las hojas que están más arriba en los árboles. Aquí el darwinista se ríe. Pero quizás ya no durante tanto tiempo.


¡La evolución no es una casualidad!  


La cuestion no es tanto la: ¿Es la suposición, que todas las mutaciones son casuales y que por la selección sólo sobreviven aquellos, que casualmente poseen una mutación favorable, o hay más que esto detrás de todo?


Algunos en sayos con bacterias muestran, que es al más complicado: ya en 1988, el genetista John Cairns comprobó, que bacterias intolerantes a la lactosa, que no recibieron como alimento otra cosa que lactosa, después de algunas particiones, mutaron de tal manera, que los descendientes pueden digerir lactosa. Mutaciones que reaccionan frente a un estrés exterior, fueron llamadas mutación puntual, mutación adaptiva o dirigida. Mientras tanto Susan M. Rosenberg y muchos otros investigadores, han realizado ensayos parecidos.


Una posible explicación se encontró en, que un organismo bajo estrés pone en marcha un proceso que es llamado hipermutación somática. Esto significa, el organismo produce casi intencionalmente  mutaciones – y durante tanto tiempo, hasta que encuentra una, que puede anular el estrés. Entonces termina la hipermutación – un claro indicio, que esta persigue una meta.

Cómo acertadamente escri9ben Bruce Lipon y Steve Bhaerman en su libro “La evolución espontánea”, la pregunta, si nuestra evolución dirigida hacia una meta o es casual, puede, por esto, ser respondido evidentemente con un sí. La verdad generalmente se encuentra en la mitad. La evolución es un proceso casual, pero este proceso tiene una meta. No quedando claro cómo se llega a esta meta y la creatividad del universo es dejado al azar. También cuando los investigadores investigaban la pregunta, si los cultivos bacterianos se desarrollarían de la misma manera bajo iguales condiciones sin  una presión selectiva sobre un largo período, pudieron constatar, que la naturaleza puede llegar a los mismos resultado mediante distintos caminos.

Que esto no sólo sea el caso en un tubo de ensayo, sino que también sucede en el mundo real, lo podría demostrar el misterio de las Polo-especies. Cómo se ha demostrado en ambos polos se pueden encontrar 235 especies totalmente idénticas  (Ver aquí).No existe  una explicación para esto, pero no se quiere creer en una evolución paralela. Hasta ahora se está buscando una explicación, cómo seres microscópicos pudieron recorrer todos los mares del mundo.

Evolución espontánea

Pero existen otros ejemplos, que aún provocan más dolores de cabeza: Por ejemplo estudios sobre lagartijas italianas de muros, las cuales, después que los investigadores las pusieron en un ambiente con mucha alimentación vegetal, en el tiempo muy breve sufrieron una evolución dramática, Ver aquí. En sólo 36 años cambió su cabeza de forma, los animales se convirtieron en vegetarianos, y desarrollaron un sistema de digestión y dentad7ura vegetariana acorde. Pero no sólo su cuerpo, también sus estructuritas sociales cambiaron drásticamente, cómo informa Duncan Irschick, profesor para biología de la Universidad de Massachusetts.  

Por lo visto, la evolución puede desarrollarse mucho más rápido, de los que se suponía hasta ahora y también parece casi dirigida hacia una meta, si las circunstancias externas cambian drásticamente. Exactamente cómo ocurre esto y porqué, recién comenzamos a comprenderlo.


Junk-DNA (ADN basura)


Un bloque de construcción para el entendimiento parece residir en el, o que los investigadores han llamado Junk-DNA (ADN basura) – a saber, aquel 98 por ciento de nuestro ADN sobre el cual la ciencia aún no puede formarse una idea clara. Ya el mero hecho de atribuirle a la naturaleza, que ella iba a incluir 98 % de chatarra (Junk) en nuestro material hereditario, ya sugiere que aquí estábamos en el camino equivocado.


Ahora sabemos: Los restantes 98%, que no se alojan en nuestros genes, no se componen de ADN chatarra, sino son sólo por  una mitad genes, que mantienen en funcionamiento  la regulación celular. Sin embargo la otra mitad son transposones, genes, que se auto separan del ADN, moviéndose libremente en la herencia genética y que se incorporan independientemente en otros lugares. Mediante estos nuevos bloques de código, naturalmente cambia el sentido del entorno de la herencia genética y se originan mutaciones. Estos genes saltarines son digamos cómo los comodines, que pueden re combinar y re escribir nuestro genoma. Cómo y por qué, aun no se sabe, pero recién fueron descifrados todos estos transposones.


Lo que se sabe es, que todos los transposones normalmente son inactivos – son desencadenados recién cuando apremian los estímulos ambientales. Ellos podrían ofrecer una explicación tanto para la evolución espontánea dirigida como también para los saltos de la evolución. En todo caso el tiempo del pensar materialista, de una dimensión, podría estar nuevamente obsoleto.-

“El hecho, que la materia hereditaria se puede auto modificar y que, por decirlo así, reacciona frente a estímulos exteriores, fue un fuerte quebrantamiento del dogma de una concepción mecánicamente acuñada de nuestro material hereditario” Explica el molecular y neurobiólogo Joachim Bauer ( Ver aquí).


Si Darwin hubiera escuchado esto.


Fuente: http://www.sein.de

Traducido del alemán por A, Gundelach



 















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