13 de septiembre de 2014

Crítica bíblica objetiva



Crítica bíblica objetiva
Johannes Maria Lehner
 


Por qué el Antiguo Testamento está incluido en la Biblia


El por qué se incluyó el antiguo testamento en la Biblia, ya lo habían discutido los primeros cristianos. Finalmente el antiguo testamento es prácticamente, el libro santo de los judíos.

A muchos les llamó la atención la inconsistencia del Dios castigador y asesino,  con las enseñanzas de su hijo amante de sus enemigos.

Así como el cristianismo se formó del judaísmo, así también el nuevo testamento, a pesar de las diferentes figuras divinas, está ligado estrechamente con el antiguo testamento. El nuevo testamento, en 900 páginas, hace referencias a los textos del antiguo testamento. Por lo tanto los dos libros no se pueden separa, si se quiere o no.

Ya que los evangelistas  provenían del ámbito cultural judío y conocían muy bien el antiguo testamento, entrelazaron con  predilección referencias de textos y citas  e hicieron que las antiguas profecías se cumplieran. Con esto trataron de potenciar la credibilidad de sus nuevos textos.

Hay una buena cantidad de estas referencias proféticas en el antiguo testamento. Infortunadamente, siempre son frases y parte de frases, sacadas del contexto. A veces  algunos versos de este profeta, otra vez una amenaza de este otro, muchas veces solo fragmentos, según como cuadran.

A muchas partes de textos del antiguo testamento, que supuestamente predicen sucesos sobre Jesús, se enfrentan otros, que al mirarlos bien, los contradicen (Deuteronomio 21, 23): “…porque maldito por Dios es el colgado de un madero…”  Según esto un hombre crucificado jamás podría gozar de la benevolencia de Dios.

Ni siquiera el nombre correcto del Redentor es mencionado en el nuevo testamento. Según el profeta Isaías el niño mesiánico debería llamarse Emmanuel y no Jesús, Jehoshua, Jeshua o como sea (Isaías 7, 14): “He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel”  (Ver también. Mateo 1, 23).

(La iglesia católica trata de justificarse con un “nombre simbólico” para un niño nacido de una virgen).

El antiguo testamento servía a los cristianos, preferentemente como una oportuna fuente de informaciones, cuando se trataba de obligar a sus ovejas a la obediencia y seguimiento. Ellos  usaron la abundancia de versos bíblicos como un almacén religioso de la  esquina y sacaban de este, sin apocamiento, lo que les era útil. Todo lo demás, lo ignoraron. Sobre el llamado al Sabbat, una de las más importante exigencias de Dios, la renuncia  a la carne de cerdo, sobre matrimonio múltiple, la circuncisión y otras muchas cosas, ni siquiera se discutió en forma seria.

Para esto, los cristianos sacaron del libro de las miles d amenazas y castigos, según necesidad de su justificación, para ejecutar a los que pensaban en forma distinta o a exterminar a otros pueblos sin tener resentimientos de conciencia. El espíritu guerrero del antiguo testamento ofreció bases suficientes, para poder contradecir al Jesús amante de la paz. (Ver los capítulos sobre la moral divina en la Biblia).
 
Del “Antiguo testamento” hablan, por lo demás, sólo los cristianos. Por primera vez hablo Pablo del “antiguo pacto” y se refería al primer pacto de dios con su pueblo elegido. El “nuevo pacto” – por esto la designación “nuevo testamento” – con los hombres habría establecido Dios con los cristianos, mediante el envío de su hijo a la tierra.

Con esto la “antigua alianza”  silenciosamente fue  disuelta y los cristianos ahora eran el “nuevo Israel”. Una justificación bíblica, para este cambio de contrato o una clara palabra de Jesús, naturalmente no pueden ofrecer los teólogos.

El papa Juan Pablo II en un escrito (1994) apostólico manifestó al respecto. “El plan de sanación del antiguo testamento está dirigido en lo esencial, para   prepara y anunciar la venida de Cristo, el redentor del universo, y su imperio mesiánico.”

¿Qué opinarían los judíos de esta monstruosa arrogancia?

¿Quién escribió el nuevo testamento?


El núcleo del nuevo testamento, es la historia de la vida de Jesús, que en – y solo ahí – es relatada cuatro veces desde el comienzo hasta el final. Fueron cuatro hombres desconocidos que escribieron estos textos, a quienes la iglesia, en forma posterior, le los siguientes nombres: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

El origen de sus relatos esta escondido en la oscuridad de la historia y sus narraciones han pasado por innumerables manos revisoras. Sus contenidos son contradictorios e inexactos.

Jesús mismo no ha escrito nada, que nos fuera transmitido, a pesar de que sin duda sabía escribir. Si no podría haber discutido, en el templo, con los sacerdotes sobre las antiguas escrituras. Ninguna persona culta y visionaria nos ha dejado ni una línea de su supuesto mensaje redentor. (Ver también Links sobre Jesús).

Esto se hace más amargo aún. Incluso personajes contemporáneos a él, que debieron haberlo conocido, que le pudieron haber visto sus milagros o visto sus reuniones, no han dejado ni una línea escrita. (Ver también el Link “¿realmente vivió Jesús?”)

Sabemos de Jesús sólo de los evangelios y de un par de cartas, todo escrito decenas de años después de su muerte. Y finalmente, los autores de estos evangelios y cartas nunca vieron personalmente a Jesús.
                                                                                                                                                                                        Ellos con seguridad tampoco estaban en posición de escritos auténticos, referidos directamente a Jesús, que pudieron haber sido transferidos por apóstoles autorizados, porque entonces no hubieran existido vehementes discusiones entre los escritores de los evangelios y los guías cristianos y no habrían circulado puntos de vista contradictorios.

También los autores de los evangelios no consideran sus escritos como fuentes históricas seguras, si no como textos benéficos, para la comunidad cristiana.

Si hubiesen descrito la vida y la acción de Jesús como testigos visuales, hubieran mencionado su propia presencia, como comprobación de los relatos.


El estudiosos del nuevo testamento de Heidelberg, Christoph Burchard, escribió: “Ningún testigo ocular ni de oídas nos habla en forma directa a nosotros”

Los evangelios, en los primeros cientos de años de nuestra era, eran todo menos santo. Eran escritos como muchos otros más y no había ningún motivo, para no efectuar correcciones, adiciones, complementaciones o reducciones. El que tenía copias, las usaba en primer término, para convencer a incrédulos. ¿Entonces que más cercano había que adaptar y decorarlos, con intereses misionarios propios?

Además existía una permanente demanda por escritos que pudieran ser leídos en las nuevas fundadas comunidades cristianas. Esto también alentó, por desgracia, a realizar falsificaciones y tergiversaciones, por lo cual los antiguos textos obtenían un problema de credibilidad adicional.
 
 La suposición, que los editores bíblicos hubiesen tenido un profundo respeto a los textos tempraneros  cristianos y que solo los traspasaban fielmente, es falsa. Lo contrario es el caso. Las primeras escrituras de los cristianos no eran textos religiosos como las del antiguo testamento, si no mensajes propagandísticos teológicos.

¿Porqué sus escritores no iban  hacer adiciones, reducciones o mejoras? El  esmerado  misionero Pablo reconoció sin tapujos  (Romanos 3, 7): “Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador?” Las escrituras debían estimular y convencer, nada más.

Recién en la edad media, cuando el contenido, de la Biblia estaba asegurado, y la iglesia tenía el poder suficiente, para defenderlo con el poder de las armas y con terribles castigos, se comenzó a copiar el libro palabra por palabra.

Nadie pensaba en compilar los textos en una gran obra bíblica, ¿y para que? Los cristianos primigenios estaban tan convencidos de la cercanía del juicio final y del pronto regreso de Jesús, que esperaban la proclamación del reino de Dios, ya en tiempos de vida. (Ver el link “El retorno de Jesús”)  ¿Por qué preocuparse de textos que, de todos modos, iban a perder importancia? 

El Evangelio de Marcos

Marcos, el redactor del más antiguo de los cuatro evangelios, no abre su obra presentándose, si no, sin un preámbulo explicativo, llegó directamente al asunto.

Con seguridad no fue testigo ocular de los sucesos de Jesús y por consecuencia tampoco fue un apóstol (Como lo afirman las iglesias).
 
Al final de su historia, escribió sobre los apóstoles en tercera persona, como si no hubiere estado presente. (Marcos 16, 8): “Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto”.

 El nombre Marcos no se encontraba originalmente en el evangelio y fue nombrado por primera vez por el obispo Papias de Frigia. Sin embargo Papias no fue un contemporáneo fiable, pero fue el primero que le adjudicó el evangelio a Marcos.
 
El evangelio debió haber sido redactado por el año 70 en griego. Lamentablemente las datas son determinables solo en forma aproximada, pero el mundo teológico, está de acuerdo (Jesús habría sido crucificado aproximadamente en el año 30.)

Un apóstol, con seguridad, no habría, escrito en griego, el lenguaje de su enemigo ideológico.

El Evangelio de Mateo

Mateo en su evangelio, el segundo en el tiempo, tampoco se presenta.

El texto original según la opinión de la enseñanza teológica, habría sido escrito en los años 80 – 90, o sea, mucho después de la muerte de Jesús
 
La autoritaria de Mateo es mencionada por primera vez por Clemens Alexandrinus y  por Tertuliano, ambos vivían por el año 200.

 El evangelio de Mateo, originalmente, tampoco fue escrito en hebreo, si no en griego.

Esto no lo hubiera hecho un acompañante de Jesús, quien hablaba arameo. Referente a un texto original en arameo o una traducción correspondiente no se sabe nada.

Mateo tampoco fue un apóstol de Jesús y con esto un testigo ocular.
 
Parece que Mateo conocía el evangelio de Marcos, porque tomó 600 versos de él. Mateo, más bien creó un retoque que un nuevo evangelio. Si le hubiera parecido convincente el texto de Marcos, seguramente no habría escrito uno propio. El, ya en esa época, tenía dudas y quiso mejorar.   

El evangelio de Lucas

El tercer evangelista, Lucas, fue nombrado por primera vez en el año 189 por Irineos, obispo de Lyon, como autor evangelista. Que haya sido un apóstol no lo afirma nadie. 

                                                                                        Lucas tampoco informa como testigo ocular y contemporáneo, si no desde un comienzo confiesa, que sólo todo  lo había investigado. El  no llama a sus textos – que escribió aproximadamente en el año 60 – como un evangelio 
                                  
Todo indicaría a una carta que habría dirigido a un receptor desconocido de nombre Teófilo (Lucas 1, 3): “me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo

Lucas confirma con esto que no era el primero ni el único que ha contado la historias de Jesús. Incluso habla de muchas versiones antes de él (Lucas 12, 1): “Puesto que muchos han tratado de poner en orden un relato acerca de las cosas…”Pero el ni estaba satisfecho con estos textos y los corregiría.”

Según esto, Lucas estaría confirmando, no haber sido el primero, que ha relatado la historia de Jesús. Él, incluso habla de varias versiones anteriores a él (Lucas 1, 1): “Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas”, pero él no estaría satisfecho con estos textos y quisiese arreglarlos.

Algunos teólogos suponen, que Lucas fue un acompañante de Pablo (del cual se encuentran varias cartas en la Biblia). Un actuar en conjunto es discutido. En cuanto al contenido, “donde Lucas no se encuentra ni un solo pensamiento específico de Pablo”. (Lukas; d. Verf. ¿?)  Escribe Philipp Vielhauer, autor de un tratado sobre el nuevo testamento (1939). Lucas se diferencia “en su propia teología,  considerablemente de la de Pablo” y no estaría “correctamente informado sobre importantes detalles del accionar misionario de Pablo,”

El Evangelio de Juan

El cuarto evangelio Irineose lo había atribuido a un hombre llamado Juan. Si Irineo se refirió al apóstol del mismo nombre o a otro Juan, no es claro en la investigación bíblica.

El libro también comienza en forma algo extraña (Juan 1, 19): “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes” ¿Por qué se habla de este Juan en tercera persona, si habría sido el redactor  de este texto?   

 El neotestamentario católico Joachim Gnilka, en su texto “Evangelio de Juan”, afirma: “Que el apóstol Juan haya escrito el cuarto evangelio, hoy se ha dejado de lado en forma amplia, en la exégesis católica. El redactor de este evangelio no lo conocemos.” O sea, el evangelista Juan fue entonces, un autor desconocido.

También tres cartas, que han encontrado ingreso en la Biblia, provendrían de este mismo Juan. Pero ahí el autor se da a conocer como acompañante de Jesús y tampoco menciona ningún evangelio propio.

El evangelio sobre Jesús, de Juan, se diferencia también considerablemente de aquel de sus tres antecesores.

Él ya no habla de un Jesús humano, si no de la “gloria del hijo nacido del padre, lleno de gracia y verdad”. Su hablar gira en rededor de conceptos de salvación como paz, luz, verdad y fe.

Juan dejó totalmente de lado le creencia en el pronto regreso de Jesús  y no dice nada respecto a la segunda venida de Jesús.

En Lucas Jesús todavía sería un rey corporal, terrenal, en Juan fue (Juan 1, 29): “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Y ya cerca de ser él mismo un dios (Juan 13, 31): “Dios es glorificado en él.” 

Lutero lo llamaba: “El delicado evangelio principal”, que había que privilegiar  frente a los otros. Nada de extraño, porque este Jesús libremente configurado deja mucho espacio libre para interpretaciones. Por esto, la iglesia llama también la versión de Juan el evangelio más “productivo”.

El texto original que más tempranamente puede provenir del año 100, es el evangelio más antisemita de todos los evangelios (En más de 50 veces aparecen los judíos como enemigos de Jesús, que tratan de matarlo.) Así nunca habría escrito un acompañante del judío Jesús.

Las  cartas de Pablo


La mayor parte del nuevo testamento se compone de una serie da cartas  que ha dirigido, un hombre llamado Pablo (Ex Saulo) a diferentes comunidades cristianas

Las cartas de Pablo son para el comienzo de la misión cristiana y base para la enseñanza de la fe, de una extraordinaria importancia. Pablo es considerado como el verdadero fundador del cristianismo.
Sus confesiones y enseñanzas, alcanzaron en toda la historia de la iglesia más importancia que las afirmaciones del antiguo testamento o de los evangelios.

Probablemente la carta más antigua de la colección, es la dirigida a la comunidad cristiana pagana tesalonicense, la actual Thessaloniki, debió haber sido redactada aproximada mente en el año 50 y con esto ser más antigua que todos los evangelios. Sin embargo las cartas no contienen ninguna referencia  biográfica de Jesús. Extraño por lo demás…

Las cartas de Pablo, especialmente las a los Romanos y a los Gálatas, fueron el punto de partida para la gran renovación eclesiástica, pero también dieron causa  para disputa y división.

Pablo se empeñó con un entusiasmo ilimitado mantener con vida e instruir en asuntos de fe, a las comunidades diseminadas, que en no  pocas oportunidades había ayudado a fundar.

Las comunidades guardaban sus cartas, y las leían en sus reuniones, y confeccionaban copias y las intercambiaban entre ellos. La Biblia, en este momento, todavía no estaba en vista como medio de anunciación.
Las embarazosas circunstancias, que el correo de un mortal – que muchas veces, sólo se ocupan de requerimientos de organización y disputas retóricas – son más importantes que el contenido de un libro santo, justifica la iglesia con una supuesta inspiración del Espíritu Santo o por Dios mismo.

Escrituras Apócrifas


En los primeros siglos después de Cristo, se formaron junto a los evangelios y cartas también otros textos, que igualmente fueron leídos en las comunidades originales, con el correr de los tiempos, fueron considerados por el clero como falsas, adulteradas o no cristiano.

Estos tal llamados apócrifos (“Escondidos”) no recibieron entrada en los cánones de la Biblia aunque hablaban de Jesús (a veces historias horripilantes) y de sus vivencias.

Entre los más conocidos pertenecen: El evangelio de Jacobo; él de Pedro; el de Tomás; el de Filipo; el evangelio sobre la niñez de Jesús (Ver link “Evangelio del niño Jesús), sobre María y José; los hechos de los apóstoles de Filipo; de Andrés, de Tomás y además el Apocalipsis de Pedro, de Pablo y de Tomás.

En el siglo 3 un falsificador concibió en Egipto un evangelio, que describe una conversación entre Jesús resucitado y sus apóstoles. El finge, provenir personalmente de Jesús y esta escrito en primera persona.

Los libros que finalmente encontraron acceso a la Biblia, son entonces una selección, sin ningún criterio en especial. Nada indica, que la Biblia fue confeccionada de una sola vez inspirada por Dios.

Jesús, relación Madre – Hijo

          A medida que Jesús iba creciendo comenzó un poco usual  relación madre- hijo. Mientras que la iglesia católica alaba a María en los más altos tonos, Jesús la  desestimó en forma descortés.

          Cuando los padres encontraron a su hijo en el templo, después de buscarlo ansiosamente durante días, y le preguntaron porque no había venido a casa él solo respondió ásperamente (Lucas 2, 49): ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? “ 

          Sin iniciar una conversación conciliadora, Lucas deja parado a sus padres en el templo como unos tontos (Lucas 2, 50): “Mas ellos no entendieron las palabras que les habló”  Parece que Dios eligió una pareja de padres  bastante ingenuos para su hijo.

          La relación de Jesús con su madre, a través de los textos bíblicos se mantiene en forma misteriosa y, por demás, la trata en forma bastante ruda. Durante una fiesta  ella se preocupa porque se acabó el vino. A Jesús no le preocupa, el solo responde fríamente (Juan 2, 4): “: ¿Qué tiene que ver eso conmigo, mujer?”

          En contra de las antiguas tradiciones, de honrar y respetar a sus padres, Jesús prefiere ser querido él (Mateo10, 37): “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí”

          Cuando Jesús algún día hablaba al pueblo, se le comunica que su madre y sus hermanos estaban afuera y querían hablar con él.

          Con rechazo responde Jesús (Mateo 12, 48): “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?” El extiende su mano sobre sus apóstoles y proclama (Mateo 12, 49): “He aquí mi madre y mis hermanos.”

          El rechazo a su madre llega casi al odio, cuando se refiere al honor de padre y madre (Lucas 14, 26): “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo “

          Intérpretes bíblicos opinan, sin embargo, que entonces la palabra “odiar” tenía otro sentido y podría haber sido un sinónimo para “hintenanstellen = poner, colocar atrás”. Sea como se lea, los evangelios muestran todo menos que una relación cálida y familiar.

Objektive Bibelkritik nach Johannes Maria Lehner  (Crítica bíblica objetiva según Johannes Maria Lehnert)



La Biblia conquista al mundo

Las iglesias cristianas intermedian hoy al cuadro de un cristianismo creado hace 2000 años de crecimiento rápido, aceptado con gozosamente por las personas. Desgraciadamente nada de esto es cierto

Las personas  de la antigüedad no se dejaron impresionar, como se podría suponer mirando hacia atrás. Aún en el siglo 4º los cristianos en Europa no eran más del 10 %. Como siempre preferían al colorido cielo de los dioses de la antigüedad.

Con la mejor de las voluntades, no es posible de encontrar a pueblos multitudinarios  que saludaban jubilosos la Buena Nueva y que se dejaban bautizar sumisamente.

 Alrededor del año 300 el cristianismo llegó a ser, bajo presión y la fuerza, una sociedad religiosa más o menos cerrada, con cierta importancia. La mayoría de sus seguidores lo tuvo la iglesia católica en África del norte y en el oriente.
Recién en el año 324 se produjo lo determinante. Constantino llegó a ser gobernador único sobre todo el imperio romano y para asegurar la nueva unidad de su estado multiétnico, se decidió, fomentar en forma especial una religión mediante el empleo de la fuerza.

En comparación con otros credos, lo que más e impresionó de los cristianos fue su rígida estructura de mando. La mientras tanto bien organizada sociedad cristiana, ahora, solo era guiada por unos pocos superiores, a los cuales Constantino pudo usar fácilmente para sus fines.  
                                                                                                                                              En ese entonces el culto mistral era aún  líder del mercado entre las ofertas religiosas. Pero a esta religión de difícil comprensión, netamente masculina, le faltaba una bien estructurada infraestructura.

Desde el comienzo, Constantino exigía a sus cristianos una obediencia incondicional y, para esto,  los compensaba  con inmensos privilegios y atribuciones de poder.

Pero imagínese: A pesar del fomento y apoyo político, Constantino nunca fue cristiano El seguía dando pleitesía  a sus dioses paganos. *)

El fue un gobernador brutal, que no tenía  inhibiciones, para asesinar a mujeres y hombres indeseables. En el año 310 en Marsella  hizo colgar a su suegro y  estrangular a los esposos de sus hermanas Constanza y Anastasia. Su propio hijo Crispus fue envenenado por su orden en 326. El asesinato de su esposa Fausta, de la cual tuvo cinco hijos, lo hizo el personalmente. Todo sus pertinencias le llegó al papa, quién lo recibió gozosamente.

Constantino le concedió al clérigo cristiano, en todo el imperio, tierras y propiedades y financiaba las construcciones de iglesias y palacios, principalmente sobre las ruinas de templos paganos.

Solo en Roma hizo construir siete magníficas basílicas, donde constantemente daba instrucciones de construir más altos las casas de rezos y las iglesias de Dios hacerlas más anchas y largas. El dinero no importaba.

Aparentemente el fomento estatal no había alcanzado, para atraer a las masas a las iglesias.

Por esto el sucesor de Constantino, Teodosio el Grande  (347 – 395), decretó nuevas estrictas leyes a favor de los cristianos. Teodosio es considerado como el emperador quién había declarado al cristianismo como religión estatal por  ley y que prohibió todos los cultos paganos.

Recién ahora comenzó la marcha victoriosa de la cristiandad – y con esto también la persecución de los que pensaban diferente. Ya en el primer año morían los herejes en el fuego de los predicadores.

A más de 300 años después de la supuesta muerte en la cruz de Jesús, fue necesario forzar a los hombres, mediante la fuerza bruta., al cristianismo. 

¿La Biblia es un error?

“Tan numerosos que sean las contradicciones y los disparates en el libro de los libros, una situación lo hace especialmente dificultoso, para poner en duda la poderosa autoridad de los textos bíblicos: ¡Dos mil años de cristianismo!
Imaginarse, que tanta gente durante tanto tiempo se haya equivocado, que mujeres y hombres hayan amado, anhelado, sufrido, impulsado por una formación fantasiosa, es realmente monstruoso.
Pero no sería la primera ilusión por la cual la humanidad se dejó encandilar y tampoco será la última ¡Cuánto tiempo no hemos creído ser el centro del universo y la coronación de la creación?
“El verdadero misterio de la iglesia es su aún-existencia” escribe Karl-Joseph Kuschel, profesor para teología de la Universidad de Tübingen.
Y la Teóloga protestante Dorothee Sölle da a pensar: “El que se dedica a la teología, debe calcular con lo menos, que la fe puede ser  un error”


La Biblia y la violación

Las leyes bíblicas en relación al tema de la violación subrayan, desgraciadamente, la figura despreciativa de la mujer, que caracteriza constantemente a la Biblia.

Si una doncella es violada por un hombre en una ciudad, ambos deberán morir, también la mujer inocente (Deuteronomio 22, 24): “y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad (No gritó), y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo” Que la mujer haya estado bajo shock, que fuese amenazado con un cuchillo o que el tipo le haya tapado la boca esto la Biblia no lo considera con ninguna palabra.

La razón de la condena a muerte de la mujer, 3es la única circunstancia que ningún hombre creyente, en esa época, acogería a una mujer desvirgada.
Si una niña no comprometida, es violada en pleno campo, 3entonces el hechor deberá cancelar al padre “cincuenta piezas de plata” (Deuteronomio 22, 29) y casarse con ella y nunca deberá separase de ella. Sobre los sentimientos de la mujer  no se piensa con ninguna palabra

 Este increíblemente reducido castigo en una época en la cual un hombre podía casarse con varias mujeres, ningún castigo para el violador – A lo sumo para la mujer.   
                                                                                                                                  Si una mujer no está comprometida y ya no es virgen, puede ser libremente violada libre de castigo. Ninguna palabra en la Biblia prohíbe esto. Con estas leyes sobre la violación nunca protege a la mujer, si no solamente al novio, a quién le es quitado el derecho de posición o el derecho a la primera noche.
Conclusión: Solo el que viola a una doncella, una mujer casada o comprometida, es castigado.

Naturalmente es bien visto por Dios, la violación en conquistas de pueblos enemigos, y más aún, es exigido. Muchas partes de la Biblia informan orgullosamente sobre esto. 

Casi no se puede creer, cuando se lee, que Dios, llamó repetidas veces, de esclavizar a las mujeres, o sea, forzarlas  sexualmente (Números 31, 15-18):”  ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? … Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente, Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida.”

La Biblia comunica sin escamoteo la opinión, que la violación no es nada malo. En una de dos historias (Como ejemplo) los autores describen como padres, sin los más mínimos escrúpulos, ofrecen a sus hijas para que sean violadas:
 En Gibea una horda de hombres causa disturbios  delante de una casa. Para apaciguar a la chusma les ofrece a su hija virgen y a la concubina  de su visitante, para ser violadas (Jueces 19, 24): “…humilladlas y haced con ellas como os parezca…”

La figura femenina bíblica se puede resumir con un verso bíblico acorde (Proverbios 19, 24): “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón.”

 Fuente: http://www.bibelkritik.ch
Traducido del alemán por A. Gundelach




















   

2 comentarios:

Plinio Fermin dijo...

- En vez de Provervios 19:24 es 11:22

- Me pregunto por que los que selecionaron los libros no incluyeron el Talmud como libro sagrado en el Cristianismo.

Albrecht Gundelach dijo...

Interesante Tu pregunta Plinio
¿Alguien tiene la respuesta?