9 de marzo de 2009

Buscando en la oscuridad

Buscando en la oscuridad

Hemos aprendido, aceptar las hipótesis sólo entonces, cuando la calidad de sus fundamentos son proporcionales a la distancia entre la hipótesis y nuestra experiencia (mientras más grande sea la distancia, tanto mejor debe ser el fundamento). Toda nuestra percepción y nuestra manera de pensar, se basan en este principio (teorema de Bayes), ostensiblemente esta frase, en el correr de 3,5 mil millones de años de evolución, se acreditó tan bien, que todo nuestro conocimiento se fía en este fundamento.

Los teístas y los teólogos, sin embargo tienen un reparo en contra de esto, que muchas veces es respondido con el siguiente chiste:

“En medio de la noche Pablo ve a su amigo Enrique, dando constantes vueltas alrededor de una luminaria, con la vista dirigida al suelo.
Pablo: ¿Qué estás haciendo aquí?
Enrique: Perdí la llave de mi casa y ahora las estoy buscando
Pablo: ¿Y donde exactamente las perdiste?
Enrique: Como a media calle de aquí
Pablo: ¿Y porqué no lasa buscas allá, en vez de aquí?
Enrique: Porque allá esta totalmente oscuro – y no se ve nada”

La parábola nos quiere decir, que nuestra capacidad de comprender, sólo “ilumina” un determinado ámbito de nuestro entorno. Muchas cosas se encuentran en la oscuridad, y si hemos perdido algo allí, entonces nuestra razón tampoco nos ayuda en la búsqueda. Luego debemos, en vez de caminar al rededor del farol, buscar en la oscuridad, donde hemos perdido algo, y no en la claridad, donde no hemos perdido nada.

Pero este cuento cojea. Por un lado, el teísta, quien nos quiere hacer creer, que hemos perdido algo en la oscuridad, que deberíamos encontrar a toda costa (y algo que es tan importante como la llave de la casa). Por otro lado, el teísta no nos puede fundamentar, porqué, lo que en realidad no buscamos ni hemos perdido, lo hemos perdido en la oscuridad y no el la parte iluminada.

¿Porqué nos tenemos que dejar atraer, por el teísta a la oscuridad, donde de todos modos no podemos ver nada? Si se ha perdido algo, pero no se sabe exactamente donde, entonces Enrique actúa con sensatez, si primero busca en la claridad, ya que en la oscuridad de todos modos no lo va a encontrar. Esto también es válido para el caso, que es relativamente poco probable, que haya perdido la llave en la cercanía del farol, pero la probabilidad de encontrar algo ahí, simplemente es mayor que en la oscuridad.

Tener fe no nos ayuda aquí. Podemos (en distintos grados de fiabilidad) saber algo o suponer, o creer en diferentes grados de inseguridad. Podemos estimar probabilidades, y podemos constatar, que la interrogante no se puede responder en forma rotunda o en forma suficiente y dejar simplemente abierta la pregunta. Y el fundamento de la repuesta debe ser de una calidad suficiente.

No tenemos ninguna evidencia de la existencia de Dios. Parece, que para nosotros no existe una posibilidad lógica, de acercarnos a Dios y reconocerlo – esto también es admitido por los teólogos. Dios es irreconocible (por lo menor en parte). Dios está en la oscuridad, y no lo podemos ver – si realmente existe. Buscar a Dios en la eterna oscuridad, no tiene ningún sentido. Dios debería acercarse a nosotros – al fin y al cabo él sería omnipotente. Él debería entrar a la luz, para que tengamos la chance, de verlo. Las revelaciones no nos sirven de nada – no es suficiente, que alguien afirma, que ha podido encontrar a Dios en la oscuridad, justo allí donde las posibilidades de engaño son las más grandes. Correspondería a Dios, que se nos revele. Pero dios no se reveló. Sólo existen algunas pocas personas, que afirman, que él se les reveló, pero este tipo de revelaciones no nos concierne, pues no podemos distinguir entre engaño, autoengaño o mentira.

Porqué un omnipotente Dios, que se podría dar a conocer sin duda alguna en todo momento, elige justamente uno de los métodos más inseguros de reconocimiento – la fe – es absolutamente incomprensible. Esto es como si dejáramos contar nuestro dinero sólo por personas donde sabemos que se equivocan – ya que por otro lado son los teólogos, que constantemente nos cuentan, que no tenemos la capacidad suficiente de reconocimiento. Esto hace más posible aún un engaño con respecta a esta pregunta. Precisamente, si los teólogos tuviesen la razón con sus dudas en la razón, entonces deberíamos exigir aún más seguridad sobre sus afirmaciones. Pero es casi una paradoja: Nuestro entendimiento sería demasiado exiguo, como para reconocer a Dios, y por esto debemos aceptar sin ninguna evidencia lo que ellos nos dicen.

Mientras más estrecha sea la base de mi saber, con más cuidado debo examinar nuevos conocimientos, tanto más puedo creer sin tener que preocuparme

Al que quiere ver la demostración matemática, por que tiene más sentido buscar en la claridad, a este le sea recomendado el excelente y entretenido libro “Der Schein der Weisen” en este libro se muestra la relevancia del teorema de Bayes en el diario vivir.

Fuente:
Volker Dittmar: Ateismo-INFO, Einführung in den Ateismus(Introducción al ateismo)
Ver también: http://www.dittmar-online.net
/http://www.atheismus-online.de/
http://www.volker-dittmar.info/

Nota.- Copyright (c) 2002 - 2005 Volker Dittmar. Permission is granted to copy, distribute and/or modify this document under the terms of the GNU Free Documentation License, Version 1.2 or any later version published by the Free Software Foundation; with no Invariant Sections, with no Front-Cover Texts and with no Back-Cover Texts. A copy of the license is included in the section entitled "GNU Free Documentation License

4 comentarios:

Alexánder dijo...

Los ateos opinan que el hombre puede ‘arreglárselas emocionalmente sin tener en cuenta a Dios.’ ¿Es cierto eso?
La evidencia muestra que, por naturaleza, el hombre es religioso. A través de la historia, todas las civilizaciones han tenido algún sistema de adoración.
¿Y qué sucede cuando la gente presenta resistencia a lo que se ha descrito como su “necesidad de creer”? Quizás se pongan a adorar el dinero, el poder, la ciencia, los dogmas políticos o a sí mismos. Hasta el ateísmo puede convertirse en religión. Acerca de las personas que arguyen a favor del ateísmo, el siquiatra Stafford-Clark dice: “La pasión con que defienden esto . . . es aún más vívida prueba de que existe la necesidad emocional de tener una creencia.”

Albrecht Gundelach dijo...

Los ateos, para vivir una buen vida, no necesitamos creer en dioses, todo lo contrario, sin dioses vivimos libres de ataduras a absurdas doctrina y dogmas irracionales. Tampoco adoramos a nadie. El ateísmo jamás se va a convertir en una religión, le faltan absolutamente todos los elementos para ello. Ningún ser humana nace con la necesidad de creer en dioses. No nacen bebés cristianos, muslámenes, budistas, sus padres los convierten en ello. Pero si creemos en muchas cosas, pero no en entes sobrenaturales

Roberto De la Cruz dijo...

Woa! excelente artículo. Sin desperdicios. Felicidades señor Albrecht, por la publicación de este artículo.

Albrecht Gundelach dijo...

Muchas gracias Roberto, comentarios como el tuyo, son muy estimulantes para mí.