25 de febrero de 2011

Demasiada casualidad

Hay demasiada casualidad en el juego


Contra la teoría de la evolución frecuentemente se presentan argumentos falsos o populistas, como los siguientes:
“La probabilidad, que de componentes de la tierra pudo aparecer vida en forma espontánea, es tan reducida, como sise agitaría un montón de chatarra, y apareciera un avión completo”.


El primer error es, que se cree, que la evolución es un proceso casual. Es todo lo contrario. La evolución siempre se compone de dos pasos: Mutación y selección. Las mutaciones a primera vista, pueden parecer casuales. Pero la selección es un proceso orientado a un objetivo: Aquellas formas que están mejor adaptadas para sobrevivir en una situación dada, son favorecidos frente a aquellos que son desventajados. Mutaciones neutrales, que no son útiles y que no causan daños, también sobreviven. Si esto se repite con cierta frecuencia, entonces se tiene un aparente proceso dirigido hacia formas capaces de sobrevivir.


Ahora se podría pensar, que mutaciones son las que aparen por casualidad, pero ni siquiera este es el caso. Cada mutación aparece con una cierta probabilidad. En grandes poblaciones y por un largo tiempo, aparece cada mutación posible con una frecuencia suficiente. Mutaciones letales son eliminadas de inmediato, el resto sobrevive por un tiempo más o menos largo, dependiendo de su utilidad en relación a su siguiente reproducción. Por un largo tiempo cada mutación posible, incluso combinaciones de ella, debe haber aparecido y tenido la oportunidad para seguir propagándose. En consecuencia, esto no tiene nada que ver con una casualidad, sólo con una estadística fría.


Lo único que realmente es casual, son las influencias exteriores sobre la vida, que especifican las condiciones del entorno. Cambios climáticos, erupciones volcánicas, impactos de meteoritos, tienen influencia sobre las condiciones bajo las cuales las mutaciones deben mostrar su valía. Con esto es algo azaroso, que propiedades, en un momento dado y un lugar dado, puede ser ventajosa. La evolución misma, la mutación y la selección, sin embargo, no tienen nada que ver con la casualidad.


El segundo error de razonamiento del argumento de la casualidad, es que frecuentemente, se cree que todo el proceso de formación de la vida se originó de un golpe. Agítese un montón de chatarra y aparece un Jumbo, es un argumento muchas veces escuchado pero es una comparación totalmente absurda.


La vida de apareció de golpe y porrazo, sino en muchos pequeños pasos. Cada paso se desarrolló con una probabilidad suficientemente alta. Los detalles sobre el origen de la vida por ejemplo, están descritos en el libro de de Duve “Aus Staub geboren” (Nacido del polvo). ¡Este libro es lectura obligatoria, para todos aquellos que creen haber encontrado un error en la teoría de la evolución!


Porque la casualidad no juega un rol


Supongamos, una mutación sucede con una probabilidad de 1 : 1.000.000.000 (una mutación por cada mil millones de nacimientos) , entonces sería altamente improbable, que justamente se origina esta mutación ¿o?


¡Mal pensado!



Supongamos que la poblacion se compone de 10.000.000 de animales y es mantenida, por robos, en forma constante (sólo por razones de cálculo). Supongamos que cada animal pare una cría cada diez años, entonces después de 10.000 años exactos (10.000 años: 10 años por cría x 10.000.000 animales =) 10.000.000.000 nacimientos, o sea 10 mil millones de intentos, en los cuales pueden aparecer mutaciones. Ahora una mutación se produce una vez por cada mil millones de nacimientos. Esto significa, desde el punto de vista netamente estadístico, las mutaciones deseadas aparecen 10 veces en este lapso de tiempo. Esto quiere decir, no es una casualidad, si esto sucede, pero sería una tremenda casualidad si nunca sucediera.


Ahora entra en el juego la selección: Si la mutación es mala, no se puede heredar y se extermina de inmediato. Si es neutral, se distribuirá normalmente, es decir, aparecerá con mayor probabilidad, una vez que haya aparecido por primera vez. Pero si es ventajosa se distribuirá sobre proporcionalmente rápida. En caso de mutaciones altamente ventajosas, puede ser que en pocos años, la mayoría de la población tenga esta mutación.


Ni una sola vez teníamos en el juego a la casualidad y las suposiciones fueron bastante conservativas. Aún así sale como resultado, que incluso una mutación muy rara debe aparecer varias veces. Una vez aparecida por primera vez, una mutación favorable, es favorecida por la selección natural y se expande exponencialmente.


Perfección


Tratemos de responder la pregunta por la perfección para el Dios de los cristianos. Perfección significa, lo mejor posible. Cada cambio sería un empeoramiento .A algo perfecto no se debe agregar ni quitar nada. ¿Si Dios ahora fue perfecto, para que necesita una creación? Si creó a los humanos, entonces sólo porque antes le faltaba algo. Un dios creador ni es perfecto, ya que perfección y creación, formulado de forma más general, perfección y cambio se excluyen.


Esto llega más allá: Después que fue creado el mundo, Dios aparentemente tuvo que seguir interviniendo correctivamente. Primero le faltaban las personas, por lo tanto los creó. Después los expulsó del paraíso. Ellos “pecaron” según el entendimiento de él, así que envió el diluvio y otras catástrofes. Cuando todo esto no ayudó. Ideó un plan de salvación con el envío de su hijo. Pero incluso esto no nos hizo avanzar – todo lo contrario.


Conclusión: Dios chapuceó un mundo absolutamente imperfecto, que está muy lejos de ser perfecto. No sólo Dios mismo no es un ser perfecto, él tampoco logró una creación



Fuente www.atheismo.ch
Traducido del alemán por A. Gundelach, Febrero 2011

1 comentario:

Alexánder dijo...

Una de las bases lógicas más obvias para creer en Dios es el orden que existe en el universo. El orden inteligente se observa en todo desde las partículas atómicas más minúsculas hasta las extensiones más lejanas del universo. Esta sabiduría y orden solo pudieron haber sucedido de una de dos maneras: por casualidad o por medio de inteligencia. Si falta la inteligencia, entonces la casualidad tiene que explicarlo todo. Pero si la casualidad no pudiera haber producido los resultados evidentes, entonces la inteligencia debe haber desempeñado su parte.
Los que rehúsan creer que un Dios inteligente creó tienen que creer que el orden que existe en el universo solo es una casualidad, simplemente lo que la casualidad ha desarrollado. Pero no es mera casualidad. Demasiadas cosas están implicadas en la producción de la Tierra y el hombre y el resto de la creación viviente, en las maravillosas leyes de la naturaleza, en la unidad y medida del tiempo de los cuerpos celestes, en el calor y vegetación y la luz y humedad que nos mantienen vivos, así como en la lista incontable de otras cosas que el maravilloso cerebro del hombre —¿es éste también casualidad?— puede registrar, considerar y analizar.
Hombres que razonan consideran el orden que es evidente en el universo y concluyen de ello que lógicamente solo un Ser Supremo inteligente es su fuente. Por esto la existencia del orden conduce a una confianza firmemente establecida en la existencia de Dios. Bittle comenta: “La vasta mayoría de la gente está convencida de la existencia de un Ser Supremo superior y más allá del mundo, prescindiendo de cuán imperfecto sea su concepto de este Ser Supremo. Generalmente esta convicción tiene su fundamento en una contemplación del orden que existe en el universo. El orden presupone diseño. El diseño presupone un diseñador inteligente. De esta manera la razón del hombre concluye espontáneamente a causa del orden del mundo que hay un Inteligente Ser Supremo quien es el autor del orden que existe en todas partes de la naturaleza.”—God and His Creatures, página 80.
Tan ajena a la razón es la creencia de que todo esto simplemente es una casualidad sin diseño que el Dr. A. Rendle Short escribió que ni siquiera un “Dios impersonal” satisfaría como explicación de las indicaciones. “Una Mente ha estado trabajando,” él dice, “con propósitos que prever y efectuar, trabajando por medio de leyes, y con materiales, que hasta cierto punto podemos entender; es una Mente que trabaja a semejanza de nuestra propia mente, pero en un nivel sumamente superior. Y la mente no es algo que flota en el espacio. No está inherente en un bloque de granito. Está conectada con una personalidad, con planes, habilidad ejecutiva, gustos y aversiones. Por eso no sorprende el que la Biblia nos informe que Dios dijo: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.’”
La inteligencia manifestada en el universo es mucho mayor que la del hombre. ¿Quién tuvo esta inteligencia? ¿De dónde vino? No del hombre... existía mucho antes que él viniera a la existencia. No de ninguna otra fuente visible, porque el hombre tiene mayor inteligencia que cualquier otra criatura que podamos ver. Seguramente no de materia muerta, falta de inteligencia. Entonces, dado que el universo da testimonio de otra mente que es superior, más inteligente, y que existió mucho antes que el hombre, ¿por qué vacilar y dudar en cuanto a llamar al Poseedor de ella Dios?
Por lo tanto, el hecho de que el universo no es caos, sino que tiene diseño ordenado e inteligente ¡es una evidencia del hecho sencillo de que DIOS EXISTE!