23 de marzo de 2012

Masacre


Masacre

El mejor argumento contra el judaísmo, cristianismo e islam, son los masacres que habría causado Yahveh en el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento es parte integral de las tres religiones semíticas. El dios que allí se describe es una de las figuras más desagradables de la historia literaria. Como ya se ha descrito en “La Biblia, un libro diabólico”, el Antiguo Testamento está lleno de genocidios y guerras de ataque, que el propio Dios comandó. ¡En todas estas guerras, que los judíos llevaron a cabo a instancias de Dios, los agresores, los judíos estaban en el error y sin embargo tenían la bendición de Dios!

Por un lado este monstruo se hace llamar un “Dios del amor”, por otro lado ordena masacrar a gentes inocentes, también civiles como mujeres, niños, y ancianos. Esto no junta ni pega. La mortal y el cristianismo no combinan. Un ser humanos jamás puede honrar a este Dios y ser al mismo tiempo una persona integral, decente con altos valores morales. ¡Los cristianos son personas sin moral!

Aquí voy a explicar los horribles crímenes del dios bíblico, a mano de los ejemplos más horrendos que se pueden encontrar en la Biblia: ¡El asesinato de ciento de miles de niños y padres inocentes!

Las diez plagas

Cada padre, cada madre tiene una idea que indecible sufrimiento significa perder un hijo/a. Justo esto ha hecho el dios de la biblia, preparado de antemano, un asesinato en masa de ciento de miles de padres.

Éxodo 11, 4-6: “Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá.

Dios tenía la intención, según la Biblia, mediante un cruel ejemplo de mostrar su poder al pueblo egipcio. Como cómplice eligió a su futura carnicero, el genocida Moisés. Aquel que posteriormente fue lo suficientemente brutal, en sus guerras agresivas no tener consideración con mujeres y niños.

Para que dios tenga una buena imagen, el faraón debía hacer el papel del chivo expiatorio. ¿Pero el faraón tuvo alguna elección? ¿El faraón habría podido evitar las diez plagas? La Biblia aquí da una respuesta muy clara: ¡No, él no lo pudo evitar! El faraón no era dueño de sus sentidos. Dios mismo constantemente le “endureció el corazón”, para que no pudiese dejar salir al pueblo.

¿Querido lector, tienes realmente conciencia, lo que significa? Dios personalmente impidió que el faraón, dejara que su pueblo pueda salir. Hacia afuera fue tergiversado, para que aparentemente la culpa de todo este desastre la tuviera el faraón, pero en realidad Dios, desde el principio, no quería otra cosa que atormentar a los egipcios y asesinar a sus hijos. La Biblia lo demuestra:

Éxodo: 4, 21: “Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo”.

La meta nos es liberar al pueblo judío, sino sembrar el miedo y el terror. Dios quiere demostrar su poder y por esto maltrata al pueblo de Egipto. También para esto la Biblia tiene una evidencia:

Éxodo 11, 9: “Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.”

Éxodo 9, 14-17: “Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir”

Dios actuó por razones egoístas y bajos motivos.

¿Quién ha endurecido el corazón?

La Biblia es contradictoria en la afirmación sobre quién ha endurecido el corazón del faraón, ¿Dios o el propio faraón? Esto seguramente se debe, que Dios le endureció el corazón al faraón, pero el faraón debía aparecer como el culpable. Indicativo para esto es, por ejemplo, la siguiente parte:

En Éxodo 9, 34 dice que el faraón le ha endurecido el corazón al faraón y a sus funcionarios. En el siguiente versículo 9, 35 dice, que el corazón “se endureció”, una formulación neutral. Nuevamente en el versículo 10, 1, dios habla a moisés: “porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales”

Del contexto queda claro, que Dios le endureció el corazón al faraón, y no el mismo faraón. Sólo si Dios puede endurecer el corazón, entonces también los puede ablandar. Si Dios le hubiese ablandado el corazón al faraón, entonces ninguna de las plagas hubiera sido necesaria. Pero Dios no quería esto. Constantemente dice, que Dios quería poner señales, siempre dice que Dios quiso hacer milagros, una y otra vez dice que quiere demostrar su poder.

¡Estas fueron las bajas motivaciones, por las cuales el pueblo egipcio debió sufrir tanto!

Dios es un racista

Éxodo 11, 7: “Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas”.

Dios sólo atribuló a los egipcios con la décima plaga, no a los judíos. Esto es un acto racista. A este procedimiento de matar a todos los primogénitos, se le llama hoy genocidio. ¡A este dios hoy se le debería condenar en un tribunal de crímenes de guerra!

Moral

¿Que hubiera sucedido, si el faraón hubiese tenido libertad para actuar, serían entonces justificables las acciones de Dios?

También aquí la respuesta es un claro ¡No! nada justifica mortificar a todo un pueblo con plagas hasta el asesinato de niños. Ninguna culpa justifica un acto como este. A esto se le suma el agravante, que el pueblo tuvo que sufrir y sus hijos ser asesinados, y no el faraón, este estaba firmemente asentado en su trono. Incluso si el pueblo hubiese querido, un hubiera podido permitir que salga el pueblo judío, no contra la voluntad de su emperador. Dios hiso sufrir a personas inocentes, para demostrar su poder.

Conclusión


Este dios y sus actos en toda manera son despreciables. Ninguna persona en su sano juicio y con una verdadera moral, jamás honrará a un dios como este. Hay que repudiar al judaísmo, al cristianismo y al islam, igualmente como se repudió al nacional socialismo. La ideología de la Biblia desprecia a lo humano.

Atheismus ch parte de la premisa, que ese dios es un invento de hombres tontos, primitivos crueles y belicoso. Se debería los más pronto posible castigar a este Dios con el olvido. Du adoración es un menosprecio a los derechos humanos y un ofensa a la dignidad humana. Por esto el judaísmo, el cristianismo y el islam deberían ser prohibidos. Si este Dios realmente existiera, entonces nuestro deber moral sería combatirlo. Pero como no existe, nuestra obligación moral es combatir a las religiones que justifican una ideología tan cruel

Fuente: www.atheismus.ch
Traducido del alemán por A. Gundelach, Febrero 2011


5 comentarios:

Alexánder dijo...

En realidad, la elección que hagamos revelará qué hay en nuestro corazón. “Feliz es el hombre que siente pavor constantemente, pero el que endurece su corazón caerá en la calamidad”, dice Proverbios 28:14.

Así le sucedió al antiguo Faraón egipcio. Con cada una de las diez plagas que azotaron Egipto, endureció su corazón en vez de mostrarse temeroso de Dios. La reacción de este orgulloso rey no se debió a que Jehová lo empujara a desobedecer; al contrario: él le dio libertad de elección. Pero, independientemente de la respuesta del Faraón, Jehová llevó a cabo lo que se proponía hacer. Pablo explicó así el punto de vista de Jehová con respecto al monarca egipcio: “Para esto mismo te he dejado permanecer, para que con respecto a ti muestre mi poder, y para que mi nombre sea declarado por toda la tierra” (Romanos 9:17).

Alexánder dijo...

En el siglo XVI a.E.C., los descendientes de Abrahán eran esclavos que necesitaban la liberación del cautiverio en Egipto. Fue entonces cuando Moisés y su hermano Aarón se convirtieron en figuras clave de una ‘batalla de los dioses’. Se presentaron ante Faraón y le entregaron el ultimátum de Jehová: “Envía a mi pueblo”. No obstante, el orgulloso Faraón endureció su corazón; no quería perder una gran nación de esclavos. “¿Quién es Jehová —respondió—, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel.” (Éxo. 5:1, 2.) Con aquella respuesta despectiva, Faraón, supuestamente un dios viviente, rehusó reconocer a Jehová como Dios.

Puesto que se había planteado la cuestión de la divinidad, Jehová procedió entonces a probar que es el Dios verdadero. Faraón, valiéndose de sus sacerdotes practicantes de magia, recurrió a todo el poder de los dioses de Egipto en desafío al poder de Jehová. Pero Jehová envió diez plagas, cada una anunciada por Moisés y Aarón, para demostrar que él dominaba los elementos y a las criaturas de la Tierra y que era superior a los dioses de Egipto. (Éxo. 9:13-16; 12:12.) Después de la décima plaga, Jehová sacó de Egipto a Israel por “mano fuerte”. (Éxo. 13:9.)

Albrecht Gundelach dijo...

Según la Biblia “Dios” habría endurecido el corazón del faraón para que no dejase salir a los israelitas, Y luego castiga a los egipcios con 10 plagas. Toda esta historia es una verdadera antología de la inmoralidad y de la inconmensurable crueldad de ese supuesto dios.
Y al final el pueblo de Israel engaña a los egipcios y les roban todos sus bienes en oro y piedras preciosas. En cuentos como estos se basan la moralidad cristiana, con relatos como estos las instituciones cristianas justifican la acumulación de sus inmensas riquezas, como la iglesia católica y la luterana entre otros.

Además se atreven a decir que “Dios” les la libertad de elegir. O me sigues y no te pasará nada o no me sigues y caerán sobre ti todas las calamidades. También lo habría dicho Jesús “El que no están conmigo contra mí es”; puedes elegir libremente entre el paraíso o el eterno infierno. Al puro estilo de la mafia italiana, puedes elegir en mantener en ella o salir, si sales te matan, la elección es tuya.
En todo caso nunca hubo un éxodo (Israel Finkelstein; Neil Asher Silberman)

Alexánder dijo...

Éx 7:3 En cuanto a mí, YO DEJARÉ QUE SE HAGA OBSTINADO EL CORAZÓN DE FARAÓN, y ciertamente multiplicaré mis señales y mis milagros en la tierra de Egipto. 4 Y no les escuchará Faraón; y tendré que poner mi mano sobre Egipto y sacar a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto con grandes juicios. 5 Y ciertamente sabrán los egipcios que yo soy Jehová cuando extienda mi mano contra Egipto, y verdaderamente sacaré a los hijos de Israel de en medio de ellos”

(Éxodo 4:21) Y Jehová pasó a decir a Moisés: “Después que te hayas ido y hayas vuelto a Egipto, ve que ustedes realmente ejecuten delante de Faraón todos los milagros que he puesto en tu mano. En cuanto a mí, YO DEJARÉ QUE A ÉL SE LE HAGA OBSTINADO EL CORAZÓN; y él no enviará al pueblo.

(Éxodo 8:15) Cuando Faraón llegó a ver que se había efectuado el alivio, HIZO INSENSIBLE SU CORAZÓN; Y NO LES ESCUCHÓ, tal como había hablado Jehová.
(Éxodo 9:12) Pero JEHOVÁ DEJÓ QUE EL CORAZÓN DE FARAÓN SE HICIERA OBSTINADO, y este no les escuchó, tal como Jehová se lo había declarado a Moisés.

(Romanos 9:18) Así, pues, de quien desea tiene misericordia, pero de quien lo desea deja que se haga obstinado.

Éx 20:6 pero que ejerce bondad amorosa para con la milésima generación en el caso de los que me aman y guardan mis mandamientos.

Hasta con ejemplos como éstos presentes, en el mundo se suele admirar la terquedad. La Biblia, sin embargo, la asocia con la rebeldía y un mal corazón... cosas que los cristianos deben evitar. (Sal. 78:8) La Biblia también suministra ejemplos, tales como el de Faraón de Egipto y el de los judíos del tiempo de los jueces, y del sufrimiento que éstos tuvieron que experimentar debido a su terquedad.—Éxo. 14:8, 26-28; Jue. 2:19-23.

Por eso, si uno se examina y descubre que es terco por naturaleza, o tiene la clase de personalidad que no se inclina de buen gusto a escuchar los puntos de vista de otras personas, es bueno reconocer esto como un problema. Después de todo, no es a los tercos, sino “a los mansos [que Dios] les mostrará favor.” Además, no son los obstinados o los que son testarudos en sus opiniones quienes “poseerán la tierra,” sino los mansos.—Pro. 3:34; Sal. 37:11.

Alexánder dijo...

Éxodo 10 Entonces Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde Faraón, porque yo... YO HE DEJADO QUE SE HAGAN INSENSIBLES SU CORAZÓN Y EL CORAZÓN DE SUS SIERVOS, a fin de poner estas señales mías justamente delante de él, 2 y a fin de que declares a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo cuán severamente he tratado con Egipto, y mis señales que he establecido entre ellos; y ciertamente sabrán ustedes que yo soy Jehová”.