14 de abril de 2013

La redención de la humanidad



La redención de la humanidad

¡Jesús el gran salvado. No me hagan reír! ¿Salvar de qué? ¿Del mal y la injusticia terrenal? En vez de esperara a un redentor, sería más inteligente participar activamente  en la vida y combatir uno mismo las injusticias. El ser humano no necesita ser salvado, ni por Cristo, ni por pequeños hombrecitos verdes de Marte.

En primer lugar, la Biblia tuvo que hacer dependiente al hombre mediante el cuento del pecado original hereditario, para realmente poder redimirlo. Esto es enmarcado con una serie de cuentos que subrayan la maldad y la pecaminosidad de los humanos, cómo la brutal aniquilación de mujeres, niños y ancianos en Sodoma y Gomorra o casi total destrucción de toda vida por el diluvio. Y para mostrara la supuesta misericordia y voluntad de Dios para ayudar, se arronó todo con fábulas, en las cuales Dios apoya a los suyos guerras comandando guerras, en las cuales enemigos reales o aparentes de su pueblo son cruelmente aniquilados. Como reforzamiento para la fe sólo faltaban algunas demostraciones de poder, cómo la firmeza  o mejor dicho, la estupidez de Job.


Con esto se ha completado el juici9o crítico del antiguo testamento y se creó el puente hacia la idea de la salvación en el nuevo testamento, que se inició con la aparición del Hércules  bíblico, el dios-hombre. Ahora aparece alguien y predica sobre el perdón de la culpa entre Dios y el hombre, cómo entre los hombres. El perdón de una culpa, que nunca existió, pero que se construyó artificialmente. Este semidiós, que sabía perfectamente, que después de su corto sufrimiento en la Tierra iba a retomar su lugar a la diestra de su padre divino, mientras que el sufrimiento iba a ser más terrible aún,  y que además, tenía la osadía de pedirle a su papá que pase esta copa (Mateo 26, 39). 

¿Ha mejorado este mundo gracias a este redentor? ¿Existe la paz y la alegría ahora? ¡Pamplinas! ¿Sirve el átomo para mantener la paz? ¡Para nada! (No concuerdo con esta afirmación, A. Gundelach). Sin las abstrusas concepciones morales de la Biblia mucho de los grandes crímenes de la humanidad no habrían sucedido, desde las cruzadas, sobre la caza de brujas, la opresión de las colonias, la esclavitud, hasta el tercer Reich, dónde nuevamente revivió el antisemitismo bíblico, que también entre otros fue defendido por el conocido reformador alemán y traductor de la Biblia Martín Lutero en su libro “Sobre los Judíos y sus Mentiras”

Fuente: www.atheismus.ch

4 comentarios:

Alexánder dijo...

La primera Biblia impresa, la Biblia de Gutenberg, salió de la prensa en el año 1456. Hoy la distribución de la Biblia (completa o en parte) ha superado los dos mil millones de ejemplares en más de mil ochocientos idiomas. No obstante, esto no se ha conseguido sin una fuerte oposición procedente de muchos sectores. En realidad, la Biblia ha tenido más enemigos que ningún otro libro. Varios papas y concilios hasta prohibieron su lectura bajo pena de excomunión. Miles de personas perdieron la vida por su amor a la Biblia y miles de ejemplares de este precioso libro fueron pasto de las llamas. Una de las víctimas de la lucha de la Biblia por sobrevivir fue el traductor William Tyndale, quien en una ocasión, mientras discutía con un clérigo, le aseguró: “Si Dios me hace merced de larga vida, haré que el muchacho que guía el arado sepa más de la Escritura que vos”. (Actes and Monuments, de John Foxe, Londres, 1563, pág. 514.)
En vista de esta violenta oposición, el honor y el agradecimiento por la supervivencia de la Biblia deben ir a Jehová, el Conservador de su Palabra. Este hecho confiere mayor significado a la cita que hace el apóstol Pedro del profeta Isaías: “Toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, pero el dicho de Jehová dura para siempre”. (1Pe 1:24, 25; Isa 40:6-8.) Por lo tanto, en este siglo XXl, hacemos bien “en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro”. (2Pe 1:19; Sl 119:105.) El hombre cuyo “deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja”, y que luego pone en práctica las cosas que lee, es el que prospera y es feliz. (Sl 1:1, 2; Jos 1:8.) Las leyes, los recordatorios, las órdenes, los mandamientos y las decisiones judiciales de Jehová contenidos en la Biblia son para él ‘más dulces que la miel’, y la sabiduría que se deriva de ellos, más deseable “que el oro, sí, que mucho oro refinado”, pues significa su misma vida. (Sl 19:7-10; Pr 3:13, 16-18;

Alexánder dijo...

En Salmo 92:5 leemos: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”. Por eso se requiere esfuerzo para comprender lo que Dios hizo por la humanidad. (Compárese con Salmo 36:5, 6.) Felizmente, la Biblia nos ayuda a entender estos asuntos mediante emplear varios términos que describen o ilustran las magníficas obras de Dios desde diversos puntos de vista. La Biblia habla del rescate en términos de una compra, una reconciliación, una propiciación, una redención y una expiación. (Salmo 49:8; Daniel 9:24; Gálatas 3:13; Colosenses 1:20; Hebreos 2:17.) Pero quizás la expresión que mejor describe estos asuntos es la que usó Jesús mismo en Mateo 20:28: “El Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate [griego: lý·tron] en cambio por muchos”.

Alexánder dijo...

Jesús llamó a Satanás “el gobernante de este mundo.” Y el apóstol Juan dijo que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (Juan 12:31; 1 Juan 5:19) Note que, en oración a Dios, Jesús no incluyó a sus discípulos en el mundo de Satanás. Dijo: “Yo hago petición respecto a ellos [sus discípulos]; no hago petición respecto al mundo . . . Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:9, 16; 15:18, 19) De esto se desprende claramente que los cristianos verdaderos han de mantenerse separados del mundo.
Pero, ¿a qué se refería Jesús cuando dijo “el mundo”? En la Biblia la expresión “el mundo” a veces sencillamente significa la humanidad en general. Dios envió su Hijo para que éste diera su vida como rescate por este mundo de la humanidad. (Juan 3:16) Sin embargo, Satanás ha organizado a la mayoría de la humanidad en oposición a Dios. Por eso, el mundo de Satanás es esta sociedad humana organizada que existe como grupo separado, o fuera, de la organización visible de Dios. De este mundo es de lo que los verdaderos cristianos tienen que estar separados.—Santiago 1:27.

Tenemos que tener esta esperanza en medio de un mundo que se entrega cada vez más a lo que es malo, bajo la invisible influencia del invisible “dios de este sistema de cosas,” Satanás el Diablo. Pero el recibir liberación de esta maldad que aumenta se acerca rápidamente, sí, está cercano ahora. Por eso el escritor inspirado, al dirigirse a los que compartían la esperanza divina durante el primer siglo de nuestra era común, les escribió: “Deseo que sean sabios en cuanto a lo que es bueno, pero inocentes en cuanto a lo que es malo. Por su parte el Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.” (Rom. 16:19, 20) La antigua palabra hebrea Satanás significa “Resistidor; Adversario,” y aquí se refiere al Resistidor Principal de Dios, el Resistidor que dio comienzo a la resistencia a Dios y que va a la delantera de todas las otras criaturas en el cielo y en la Tierra en ofrecer resistencia a Dios y sus buenos propósitos. Dios es más poderoso que este Satanás. Por eso Dios quebrantará a este Satanás, pero será bajo los pies de estos que comparten la esperanza que este Satanás será quebrantado. Esta clase de lenguaje compara a Satanás con algo que puede ser quebrantado bajo los pies... no con un escorpión, sino con una culebra o serpiente. ¡Qué paz universal vendrá como resultado de este quebrantamiento de Satanás!

Albrecht Gundelach dijo...

Estos comentarios de Alexánder, son de su exclusiva autoría y responsabilidad, y no se avienen en nada con el pensamiento de este Blog.