19 de enero de 2014
Ética humanista atea
Ética
humanista atea
“¡Sin Dios no hay moral!” De parte de auto
denominados apóstoles de la moralidad de todas las religiones, este eslogan es implantado
en los cerebros de las personas, parecido
a una rueda mani, como un dogma que no es cuestionable. Como supuesta evidencia
de esta tesis se nombran el sufrimiento y el terror, que, por ejemplo, trajeron
sobre la humanidad losa regímenes de terror nacionalsocialista y estalinista,
del último siglo. La culpa la tendría el ateísmo de estas ideologías. Conscientemente
se deja de lado, que el supuesto ateísmo, de los jerarcas de estas doctrinas
con su inhumanidad, tiene tan poco que ver como sus bigotes. No fue el ateísmo
el responsable de la barbarie, sino el estalinismo, y tampoco el ateísmo fue el
responsable del nacionalsocialismo. Aquí hay que hacer presenta, que Hitler se
consideraba como un creyente cristiano y que la iglesia católico cooperó con el
régimen nazi.
El ateísmo hasta ahora no le ha causado daño
a nadie. Cómo podría, después de todo, sólo afirma, que con una probabilidad rayana en la certeza los dioses no
existen. En cambio las religiones, desde siempre dividieron e incitaron a las personas entre sí,
en base a sensaciones de verdades fantasiosas. Aún cuando, de seguro hubo y
existen muchas personas religiosas a las cuales les hay que adjudicar buenas intensiones,
en el nombre de las religiones, y de
parte de las instituciones religiosas, sobre todo la iglesia católica, , ha
ordenado y ejecutado opresiones, persecuciones, maltratos, torturas y
asesinatos en masa, en forma sistemática y en proporciones increíbles. Y esto
en parte en la base de los mismos textos y dogmas religiosos, que la iglesias,
hoy en las clases de religión en las escuelas, transmiten como fuente para la “moral”.
Las religiones nunca han logrado que la humanidad avance, al contrario, los
avances científicos, civiles y éticos, tuvieron que ser impuestos, durante los
dos últimos milenios, contra la voluntad de las religiones.
Junta
a estas deficiencias, la religión se descalifica ante todo, en base a sus enunciados
elementales como posible fuente para la
ética. Estas declaraciones existen en su carácter gravoso del más allá: Conceptos
valóricos, que permiten una vida digna, no pueden ser derivados del epistemológicamente
distante ámbito de las creencias y de los cuentos de hadas religiosos, sino requieren
una derivación de aquella subjetividad, para la cual han de ser válidas. En otras
palabras: Valores válidos y útiles para el hombre sólo pueden emanar de la
esencia misma del ser humano y no de la esencia de productos de fantasías
religiosas.
Contrario a la concepción de valores
religiosos, que se derivan de las más diversas concepciones religiosas u que compiten
entre sí; los conceptos valóricos, en base a un entendimiento científico de la
imagen del hombre, son capaces de abarcar solo y exclusivamente las necesidades
humanas en su realidad, ser les útiles, cumplir con las exigencias de la autodeterminación
y la justicia y con esto manteniendo
así unida interna de la
sociedad.
Por esto deberíamos escuchar a nuestra razón y no a las fantásticas
voces de imaginaciones difusas de dioses. Mediante la razón podemos captar la
esencia humana, con la razón podemos, de esta manera, derivar conceptos
valóricos, y mediante la razón estamos en condiciones de cumplir estos valores.
Una visión del mundo, que enmarca esta filosofía, conoce
dos componentes simbióticos:
1.- Un ateísmo o agnosticismo, científicamente basado,
que desencanta las fábulas religiosas y que desmonta los dogmas;
2.- Un humanismo que se construye sobre esto, cuya ética está
anclada en el aquende y no en el más allá.
“Humanism
is a naturalistic view, encompassing atheism and agnosticism as responses to
theistic claims, but is an active and ethical philosophy greater than these
reactions to religion.” (British
Humanist Association)
Como
una base posible de una ética humanista-atea o como una inspiración para ella –
como una contra propuesta a los 10 mandamientos bíblicos – puede considerarse Las diez proposiciones del humanismo del
filósofo Dr. Michael Schmidt-Salomon. Ellos se basan estrictamente en el acá y
ven al hombre como un ser humano y no como una creación de un ser superior
imaginario.
Fuente: http://www.aha.lu
Traducido
del alemán por A. Gundelach, enero 2014
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario