La Maldición del Cristianismo
Los siete defectos de nacimiento de
una religión mundial que envejeció.
Un balance después de dos mil años.
De Herbert Schnädelbach
Con su “me culpa” el papa Wojtyla hiso un balance a su manera; él pidió perdón
por aquello, que hicieron los cristianos en el nombre del cristianismo, pero se
cuidó de que la culpa no recayera sobre la iglesia. Desde la perspectiva de la
razón eclesial, esto es comprensible, pero no le sirva a la verdad, puesto que
la verdad es: Los “siete pecados capitales” que nombre al papa, no sucedieron a
pesar del cristianismo, sino por causa del cristianismo; los perpetradores, no
actuaron contra los principios cristianos, sino sólo intentaron
imponerlos. No solo las fechorías de algunos cristianos individuales, sino el
conceptuado cristianismo mismo como ideología, tradición e institución pesa
como maldición sobre nuestra civilización, que alcanza hasta las catástrofes
del siglo 20, mientras la “bendición” cristiana siempre provenía de individuos,
que aquello bueno que hacían, muy a menudo tuvieron que imponer contra la
resistencia de las autoridades de la iglesia institucionalizada. Mi sospecha
es, que los cristianos siempre obtuvieron sus fuerzas del stock de la
biblia, que no tienen nada de cristiano, sino que es herencia del judaísmo: Por
ejemplo, el mandamiento del amor. En lo que sigue, no se trata de la horrible
historia criminal del cristianismo; no quiero caer en la trampa “principio
versus realidad” y “todos somos pecadores”. Por esto, en vez de aquello, en una
contra jugada a los “siete pecados capitales” del papa, me voy a referir a los
“siete defectos de nacimiento” del cristianismo, que el cristianismo no pueden
solventar sin auto abolirse. Quizás esta auto revocación sería el último servicio
beneficioso que el cristianismo podría efectuar a nuestra cultura después de
2000 años; lo podríamos dejar irse en paz.
1. El pecado hereditario
Al igual que el cristianismo como teología, también el pecado original hereditario es una invención
de Pablo: “Por tanto, tal como el pecado
entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la
muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron;” (Romanos 5, 12).
“Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6, 23). De hecho también en
Génesis 2, 17: “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” El Antiguo
Testamento conoce la muerte de todas las personas sólo como herencia del pecado
de Adán. La “muerte hereditaria” Pablo osadamente la convierte en el pecado
hereditario: Si el pecado conlleva la muerte, entonces donde se muere, también
debió haber existido el pecado, para el cual el castigo es la muerte; luego
todos los descendientes de Adán, por el solo hecho de haber nacido mortales,
nacen siendo pecadores – independientemente de sus actos. De esto resulta el
mansaje paulino de la justificación por la fe, sobre lo cual, en nuestros días,
los católicos y los protestantes nuevamente se han puesto de acuerdo en una
gigantesca formula de componenda. Una noticia cómo esta no es un
consuelo, sino una provocación para todos, que se niegan a reconocer la
relacion paulina entra la muerte y el pecado:¿por qué he de sentirme culpable
por el sólo hecho de ser mortal? Aquel que sólo se considera justificado por la
fe, está listo. Dejarse culpar sin base por causa de Adán y luego seguir
viviendo sólo como un indultado. Y por encima de esto, el indultado nunca puede
ser seguro de su perdón, cómo nos enseña la doctrina de la predestinación. Cuya
función, por supuesto, no es presentar la justificación por la fe cómo un
derecho. ¿Pero qué clase de justica es aquella, que predestina a quienes, sobre
los cuales aun pesa el pecado hereditario a la salvación y a otros a la
eterna perdición? En esta parte el cristianismo nos prohíbe opinar: “oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Romanos, 9, 20).
El significado antropológico del pecado original es obvio: Esa desprecio
al humano. El ser humano tal cómo es está enceguecido, si se no se
considera “corrompido” e incapaz para el bien. . Que las ideas de la dignidad
humana y de los derechos del hombre tendrían raíces cristianas, es un cuento de
hadas gustosamente creído. La idea humanista proviene de los estoicos, y la
figura del caminar erecto del humano delante de Dios es una herencia judía, lo
que corrompió y despilfarró el cristianismo paulino. El judío devoto,
naturalmente se confiere la especial capacidad, “justo”, esto significa vivir
de acuerdo a las leyes de Dios; él no conoce un pecado original, sólo el
pecado, que él mismo ha cometido, y para esto también existe el perdón. Esta
convicción judía recibe todo el odio y desprecio del Nuevo Testamento; según
Pablo, frente a Dios no existen los justos, y aquellos que se consideran serlo.
Son fariseos un insulto hasta hoy. A esto la agrega la frase propagandística
del sufrimiento de los judíos bajo la ley, lo que hasta hoy
3justificaría misionar a los judíos; para él es una “maldición” y como “ayo … a Cristo” (Gálatas 3: 13,
24). En verdad para los devotos judíos la ley misma es clemencia divina;
¿de qué otra manera podrían celebrar la fiesta de la alegría de la ley?
La doctrina del pecado hereditario y su contraparte, la tesis de la
justicia por la fe, han llevado, que el motivo e la dignidad de cada
persona, como imagen semejante a Dios y la idea estoica de los derechos
humanos se ha sostenido en el cristianismo en una imagen mutilada, y por esto,
pervertida. El resultado es la enseñanza cristiana del derecho natural
relativo: La dignidad humana y los derechos del hombre, en el cristianismo sólo
existen para el creyente como por Dios. Aquel que forma parte de esto, lo
decide la iglesia: "Extra ecclesiam nulla salus." Por lo tanto
no es una casualidad y menos aún un accidente histórico, cómo lo quisiera hacer
creer el papa, que para los cristianos desde siempre que ningún pagano hasta su
bautismo no fueron humanos y que por esto tampoco era necesario tratarlos como
humanos.
En los estados cristianos requerimientos sobre el derecho natural,
siempre se pudieron rechazar refiriéndose al “estado pecaminoso” de los
afectados. Por lo tanto la ilustración tuvo que imponer la idea del derecho
natural no relativo contra la resistencia feroz de las iglesias institucionalizadas
de ambas confesiones, ya que sólo se pudo prevalecer como secular. En
esto se trataba de neutralizar la doctrina del pecado hereditario junto con
todas sus implicaciones fatales. . Que incluso hoy en día, se refieren las
ideas de la dignidad humana y los derechos del hombre como un mérito del
cristianismo, como si algo hubiese existido, que había que secularizar, es en
realidad una amarga ironía. La herencia judía y estoica hubo que arrebatarse
nuevamente a la tradición cristiana. No existe ninguna razón para los
cristianos de ser orgullosos de ello.
2. La justificación como un sangriento negocio de justicia
El mensaje original de los primeros cristianos decía: “Él ha
resucitado”. ¿Qué sentido tenía entonces su crucifixión? La aclaración de Pablo
dice: “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la
justificación de vida.” (Romanos 5: 18). La justicia de éste, para el Nuevo
Testamento no es ninguna otra, que la del siervo sufriente según Isaías 53, 7
que cómo un “cordero” se deja llevar al “matadero” entregándose como ofrenda.
El cristianismo interprete la redención del pecado hereditario en el sentido
del antiguo ritual de expiación judío, donde una oveja es convertida en
el “chivo expiatorio”, como el sacrificio expiatorio de un inocente crucificado
que “Él llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo”
(1ª Pedro 2, 24).
Si todo esto fuese toda la verdad del “cordero de Dios”, entonces
bastaría el agradecimiento para motivar a uno ser cristiano, pero se nos dice:
Esta víctima inocente no fie cualquiera, sino el hijo de Dios: el cordero de
Dios, fue Dios mismo, Con esto preparó este sacrificio expiatorio consigo mismo,
puesto que “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2ª
Corintios 5, 19). Esta auto reconciliación de Dios también aparece como negocio
de derecho, donde Dios es al mismo tiempo es acreedor y representante de los
prestamistas; la moneda es la sangre: “habéis sido comprados por precio”
(1ª Corintios 6, 20) “…con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha” (1ª Pedro 1, 19)… En vista de este escenario incomprensible, se
quisiera preguntar, por qué el dios de los cristianos no puede perdonar bajo
las mismas condiciones que el dios de los judíos en la fiesta de Yom-kippur, y
esto quizás sin un cordero de sacrificio.
“la sangre de Jesucristo … nos limpia de todo pecado” (1 Juan 2, 7) – en
el pietismo y sus canciones esto se transformó en verdaderas orgías de sangre.
Desde el Medioevo tardío hasta el siglo 19 la iconografía cristiana es un mundo
de “sangre y heridas”. Los pintores y escultores no pueden la reden hacer lo
suficiente con las representaciones de los horripilantes sufrimientos de
Cristo e innumerables mártires. ¿Por qué en todas las iglesias y escuelas
cuelga en Baviera un moribundo crucificado – y no un resucitado? ¿Por qué
no basta una cruz como la señal paradoja de unidad y derrota y victoria, de
humillación y exaltación? ¿Por qué niños, desde el primer día de clases, deben
ver lo que significa físicamente la crucifixión?
La razón es: El cristianismo no se puede imaginar fe/amor/esperanza sin
sangre; Mientras más sangriento tanto más auténtico. ¿Qué sería un victoriosos
frente a un Jesús flagelado en la Wieskirche? [en
Steingaden/Alemania, es una de las más famosos iglesias del rococó del mundo y
es patrimonio mundial declarado por la UNESCU (el traductor)]. Seguramente sería exagerado
comparar este arte religioso con los violentos videos de la actualidad; La
suposición, que todo esto también habría servido para la preparación mental
para las atrocidades en nombre de Cristo, es difícil de negarlo. La antigua
práctica jurídica de la tortura, de hecho fue nuevamente impuesta por el
papa Inocencio III en el siglo 11, y experimento mediante la santa inquisición
su consumación pérfida. ¿Qué fueron los sufrimientos de los torturados frente a
los representados en las iglesias? Siempre donde crucifijos realistas eran
parte óptica del diario vivir óptico, podían morir torturados, sin irritar
mayormente. No es sabido que el cristianismo tenía un liderazgo en la
humanización de la justicia penal; la última ejecución pública la dispuso el
papa León XII en 1825.
¿A caso la historia de la pasión y las leyendas de los mártires no
fueron además el mejor ejercicio de entrenamiento para el tratamiento cristiano
de los paganos y herejes? Aún debemos creer, que el aporte de
cristianismo a nuestra cultura radicó en la humanización de las personas
paganas. Esta fábula también determinó por siglos la concepción de la educación
cristiana como un amansamiento de los pequeños salvajes nacidos como
pecadores, y por encima de esto asumir la culpa por la justificación del
colonialismo. En verdad no es conocido que los celtas, germanos o eslavos hayan
cometido atrocidades de la magnitud del asesinato en masa de Carlos Magno
con los sajones; el baño de sangre en la conquista de Jerusalén durante las
cruzadas; el exterminio de los cátaros; o de la barbarie cometida por los
conquistadores de América latina; si todo esto ha de evidenciar la
domesticación de la “bestia rubia”, entonces su fracaso demuestra.
Realmente la caballerosidad de los caballeros proviene del mundo islámico, también
la cortesía de los cortesanos, es decir de la nobleza y de la burguesía en
ascenso, de la reunificación de la antigüedad en el renacimiento. Aquí yacen
las raíces del humanismo, del cual hasta el comienzo del siglo, todos los
jerarcas católicos debían abjurar mediante el juramento anti modernismo. No
sólo los derechos del hombre sin las cautelas del pecado hereditario, sino
también al humanitarismo como principio, el cristianismo a menudo opuso
resistencias mortales; la historia de los mártires del humanismo aun habría que
escribirlo.
3. La orden de misionar
Lo que desde el principio estaba
contra el respeto humanista al humano natural en el cristianismo, fue la orden
de misionar. En el evangelio de mateo dice: “Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que
os he mandado” (Mateo 28, 18-20). Aquí no se les pregunta a las “naciones” si
quieren ser bautizados y ser convertidos en discípulos, sino los bautistas,
están autorizados para considerarse como ejecutores de todo “poder en el
cielo y en la tierra”; los bautismos forzados lo certifican.
La orden de misionar es una
prohibición a la tolerancia, puesto que todo que es diferente a lo cristiano,
sólo existe para ser bautizado. La tolerancia frente a otros no necesitaba ser
tema de ser considerado, cómo los cristianos mismos fueron una minoría
perseguida y tolerada en una entorno pagano, en las perspectiva de una cultura
sin embargo, que ya hace mucho se estableció como cristiana, la orden de
misionar significa una orden de exterminación del paganismo al nivel
mundial, Esto significa, la autorización hacia el imperialismo cultural
cristiano. Podemos afirmar, que al principio los misioneros preferían métodos
pacíficos, pero tampoco tenían nada en contra cuando llegaron los comerciantes
y los lanchas cañoneras. Y cómo lo muestran ejemplos del Brasil, hoy primero
llegan los misioneros de las sectas fundamentalistas cargados con dólares y
luego las petroleras multinacionales.
El judaísmo es tolerante en cuanto a que no misiona, y el islam, a pesar
de su afán misionario siempre ha respetado las dos religiones de libro el
judaísmo y el cristianismo; así floreció la cultura judía bajo el dominio del
islam y los pueblos ortodoxos en el imperio otomano, pudieron mantener su
identidad cultural el entorno eclesial La tolerancia religiosa no es una virtud
cristiana, ya que contraviene la orden de misionar. La desconfianza de la
iglesia contra Nathan el Sabio de Lessing está bien fundamentada, porque la
posibilidad de reconocer, que los judíos o los islámicos puedan tener el anillo
verdadero y no los cristianos, significa la irrupción del escepticismo en la
certeza de la fe oficial de la iglesia de la púnica verdad. Donde el
cristianismo se hace tolerante, en verdad ya se rindió, aun cuando siga
viviendo como un asunto particular o como una posición básica de moral para
cuya justificación la Biblia es prescindible.
4. El anti judaísmo cristiano
El antisemitismo cristiano tiene sus raíces en los evangelios, mientras
en el entorno de Pablo casi no se habla de ello. Originalmente es un asunto
interno del judaísmo, opuesto que los evangelistas coleccionan a más tardar
diez décadas después de la muerte de Jesús, crónicas judeocristianas sobre su
vida y muerte, y concuerdan responsabilizar a los sumos sacerdotes y escribas,
como también el “pueblo” incitado por ellos de la crucifixión. En primer
momento son los judíos bautizados que desconocieron al verdadero Mesías.
Mientras que Marcos y Lucas en laña acusación se quedan con el judaísmo
ortodoxo, mateo 0pasa al antisemitismo cristiano. Lo que hoy debería dejar
pasmado a todos los cristianos al escuchar la Pasión de Mateo de Bach, es lo
que “todo el pueblo” le responde a Pilatos, cuando este lava sus manos y dice:
“Inocente soy yo de la sangre de este justo” – “Su sangre sea sobre nosotros, y
sobre nuestros hijos.”. Esto fue escrito después de la conquista y destrucción
de Jerusalén por los romanos en el año 70, y este evento, para el pio
evangelista, le vale cómo el cumplimiento de aqueo deseo impío;
anteriormente había hecho profetizar a Jesús la catástrofe de judaísmo
palestino con todo detalle (Mateo 23 y 24). Aquí se trata de una de las
tantas variantes del esquema predicción-cumplimiento, con el cual el evangelio
de Mateo quería acercar el cristianismo a sus correligionarios judíos. Lo que
le sucedió a los judíos por los romanos en Jerusalén, aparece como una
consecuencia justa de la auto-imprecación de todo un pueblo, con la cual, según
Mateo, se habría cargado expresamente de con la culpa por la muerte de Jesús y
seguiría actuando por toda la eternidad. Entonces no sólo el relato de todos
los evangelios, que los judíos habían cometido la crucifixión – Juan en esta
parte sólo habla de “los” judíos -, ya es un motivo suficiente ‘para el
antisemitismo cristiano; recién la afirmación, “los” judíos mismos abrían
evocado la sangre de Jesús, les proporcionó a las persecuciones de los
judíos de parte de los cristianos una buena conciencia. De esta manera
se extiende de esta sangrienta parte de mateo una huella de sangre
por todos los innumerables pogromos en la Europa cristiana, hasta el
antisemitismo racista como en la herencia secular del anti judaísmo religioso.
El holocausto sin el cristianismo no habría sido posible, muchos cristianos
participaron en esto sin tener una mala conciencia, y la iglesia católica
mantuvo silencio, Y el papa calla hasta hoy.
Entonces no sólo el relato de
todos los evangelios, que los judíos habían cometido la crucifixión – Juan en
esta parte sólo habla de “los” judíos -, ya es un motivo suficiente ‘para el
antisemitismo cristiano; recién la afirmación, “los” judíos mismos abrían
evocado la sangre de Jesús, les proporcionó a las persecuciones de los
judíos de parte de los cristianos una buena conciencia. De esta manera
se extiende de esta sangrienta parte de mateo una huella de sangre
por todos los innumerables pogromos en la Europa cristiana, hasta el
antisemitismo racista como en la herencia secular del anti judaísmo religioso.
El holocausto sin el cristianismo no habría sido posible, muchos cristianos
participaron en esto sin tener una mala conciencia, y la iglesia católica
mantuvo silencio, Y el papa calla hasta hoy.
5. La escatología cristiana
La quizás más terrorífica
herencia del Nievo Testamento es la tal llamada revelación de Juan, que
reúne y dramatiza todos los enfoques de la escatología cristiana en el Nuevo
Testamento. Nada desde dos milenios ha atemorizado y asustado a las personas
del occidente en forma tan continua cómo este libro. En casi todos los partes
de las catedrales y cuadros evidencian esto, pero ante todo al antiquísimo
Dies Irae de la misa fúnebre en el cual la detallada descripción de los
horrores del apocalipsis, sólo es interrumpido por el gimoteo de la súplica por
misericordia. Durante siglos, las personas han vivido a la sombre de estas visiones
de pánico. La información científica, que las Apocalipsis
hayan sido, al comienzo de la era cristiana, un popular género de literatura y
que al fin y al cabo también existió una escatología judía, no puede
hacer nada contra el catastrófico efecto histórico del último libro de la
Biblia.
Entre la escatología judía y la cristiana existen notarias
diferencias. La esperanza mesiánica de los profetas en su núcleo es política y
se refiere donde Isaías a la restauración del reino de David. A pesar del
transporte de este motivo a la historia mundial, también donde Daniel sigue
siendo un etnocentrismo: “… el reino, y el dominio y la majestad de los reinos
debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo
reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.” (Daniel
7, 27). Al mismo tiempo se incorpora el motivo del juicio de los muertos del
antiguo Egipto y de Platón en la base de “libros”, pero que se refiere a
pueblos completos (Daniel 7, 10 y 24). Y justamente esto coge el apocalipsis
cristiano (Revelaciones 20, 11), para individualizarlo de inmediato, lo que
significa, que toda la carga del “juicio final” gravita ahora sobre cada
persona en forma individual que con esto se expone a un futuro “lago de fuego” (20,
15). Con esto al apocalipsis cristiano produce una enorme presión escatológica.
De esta manera el cristianismo se ha creado una instrumental de una constante
incertidumbre y disciplinamiento de su “’propia gente”, a través del cual promete
constantemente la salida de los temores por él mismo producidos; cada
celebración del réquiem sigue este mecanismo, Sólo así es posible explicarse,
por qué tantas personas durante tantos siglos se dejaron aterrorizar por la
revelaciones de Juan.
+
La escatología cristiana
también actuó políticamente – en la forma de de la política escatológica
de cristianos y no cristianos. Líderes de sectas trataron forzar por si
mismos el apocalipsis y ejecutarlo, y miles les han seguido a la muerte; la
línea ascendente alcanza desde los sectarios medievales sobre Savonarola y los
bautistas hasta los suicidios colectivos religiosamente motivados de nuestros
tiempos. El número de víctimas de la política escatológica bajo las
condiciones de la profanidad llega hasta los millones; en esto se trata de
intentos, de quitarle de las manos de Dios y obtener mediante medios
humanos la definitiva victoria del bien sobre el definitivo exterminio
del mal. La inevitable consecuencia es terror.
Naturalmente no tiene sentido hacer responsable al “vidente de Patmos”
por los crímenes apocalípticos de Lenin, Stalin, Pol Pot o Hitler, pero
los cristianos deberían preguntarse, cómo quieren relacionarse con la
escatología. ¿A caso la promesa no dice: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos
de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21, 4) una constante
tentación, reemplazar a Dios con un ídolo - de acuerdo a la sentencia de Bloch
"Ubi Lenin ibi Jerusalem" – y luego ocultar los precios, que hay
pagar? Según la Biblia son los impíos que fueron arrojados al “lago de fuego”
que han de pagar la cuenta. Después de la despedida de la religión les tocó a
aquellos, que bajo el signo de la “solución final”, tuvieron que sufrir el infierno
en la Tierra. ¿No habría sido más cristiano, poner la escatología bajo la
prohibición de imágenes bíblica?
6. La importación del platonismo
Un real exitoso defecto de nacimiento del cristianismo es la
importación del platonismo, que se produjo a través de los esfuerzos de los
padres de la Iglesia, presentar su fe como una filosofía superior al mundo
helenístico El resultado fue una disociación de la realidad en un aquende y un
allende al igual que el dualismo cuerpo-alma. Ambos modelos de pensamiento, que
presentan a Platón en una en una mediación neoplatónica, determina el
pensamiento cristiano hasta hoy, a pesar de, que en verdad
son incompatibles con el fundamento del antiguo y nuevo testamento.
En el pensamiento judío de
pronto sólo existe el aquende, es decir, el presente y su prehistoria;
originalmente tampoco conoce una vida después de la muerte, puesto que la
promesa de Dios se refiere donde Job a la vida terrenal y sus descendientes.
Mediante la escatología profética se adiciona el allende,
pero esto se relaciona al aquende cómo el futuro al presente. Pero en
consecuencia del cristianismo este futuro ya se hizo presente – como el
paradojo mesías en la cruz – pero volverá en la parusía de Cristo como
gobernante del mundo. La cuestión de donde Cristo se encuentra en el entretanto, se respondido
con la referencia al “cielo”, lo que significa, un piso más alto de la
realidad, al cual Jesús habría ascendido y de donde regresará; anteriormente
Jesús habría al “descendido reino de los muertos”, o sea al subterráneo.
En el curso de la helenización del cristianismo de aquella diferencia de nivel
del aquende y allende resulta una diferencia de categoría, es decir, ambas
esferas han de relacionarse entre si, cómo el mundo real e ideal de Platón. De
esta manera también en el platonismo cristiano se originó la ontología del
“trasmundo” y la tendencia de la negación del aquende, lo que provocó la ira de
Nietzsche.
Las maneras de diferenciación entre el acá y el más allá, la topológica
y la ontológica, en el cristianismo siempre han estado en un conflicto que nuca
realmente se concretó: Si el concilio de Nicea llama a Dios el “creador del
cielo y de la Tierra, de todo lo visible e invisible”, bajo lo invisible
era posible entender tanto como, y por esto invisible para nuestros ojos, una
esfera geográfica superior, de una realidad creada por dios o el platónico
kósmos noetós – el sólo mundo imaginable. El desarrollo de la cosmología
en los nuevos tiempos ha desacreditado totalmente al modelo topológico , a
pesar de que los cristianos en todo el mundo en la declamación del credo aun se
aferra a esta idea; con esto sólo quedó la salida platónica, es decir la
espiritualización del más allá, si se quisiera asirse a él. ¿A dónde ir con una
utopía que ya “apareció”? El ningún lugar entonces debe estar en alguna parte,
y si no está “arriba”, entonces sólo puede existir “en la mente”. Con esto el
mundo espiritual fue falsificado en la aparente única verdadera (Nietzsche).
La calamidad de la cristiana-platónica diferenciación del
aquende-allende consiste en, que el mundo real es rebajado a la sola apariencia
y desvalorado normativamente. La moderna ilustración esta principalmente
determinada por la idea de la rehabilitación de la verdadera realidad. Los abogados
eclesiales del más allá, ya no deberían instrumentalizar lo que realmente
existe, para sus fines de poder; debería darse fin a la doctrina de los dos
reinos y el “porque vuestro galardón es grande en los cielo” como legitimación
autoritaria. Al final de este proceso Nietzsche recalca “cómo el ‘verdadero
mundo’ finalmente se transformó en una fabula”, y celebra: “.. junto con el
verdadero mundo también eliminamos al aparente."
La importación del platonismo en el cristianismo llevó no sólo a la denuncia
de la realidad, sino a un dualismo antropológico con consecuencias fatales
dualidad. La “figura humana” del judaísmo y de los primeros cristianos es
monista; Lo que Lutero traduce con “alma” es la vitalidad de la criatura
“humano”, creado por Dios “de polvo de la tierra” y llevado a la vida por la
insuflación del “aliento de la vida” en su nariz (Génesis 2, 7). Es en este
sentido que los apóstoles enseñan la “resurrección de la carne”, o sea, de
humano entero; incluso en el Credo (al igual donde Daniel) sólo se habla de la
resurrección de los muertos, pero no de la inmortalidad del alma, que asume el
dualismo cuerpo-alma platónico. No obstante esta figura mental no bíblica llegó
a ser en el cristianismo una sobre entendimiento cultural: El platonismo
cristiano no sólo significa en el cosmos, sino también en el ser humano la
reducción normativa de la realidad, es decir su corporalidad. El resultado es
la sistemática enemistad de la tradición cristiana hacia el cuerpo, que se ha
seguido heredando especialmente en la represiva moral sexual de las iglesias.
Naturalmente ya Pablo predicaba ideales ascéticos, pero donde é
estos, están totalmente en el contexto del pronto regreso de Cristo (1era de
Corintios 7), sino al judío Pablo le habrían sido totalmente ajenos. Los judíos
no conocen ningún antagonismo al cuerpo; una buena vida y una sexualidad
satisfecha son un don de Dios, para lo cual también Dios ha emitido una buena
ordenanza. Recién la importación del platonismo en el cristianismo ha
envenenado la corporalidad humana. Esta forma de vida sigue existiendo en el
celibato, en cuya historia de la inhibición política eclesial de la
formación jerárquica sacerdotal, fue transformado con el tiempo en un
bien especial espiritual. Constantemente se afirma, que las mujeres fueron
revaluadas por el cristianismo, y esto probablemente es cierto, en lo que se
refiere a Jesús en un mundo, donde la religión era asunto de los hombres. Pero
que desprecio de la femineidad yace en el mito del nacimiento virginal y en la
expresión “inmaculada concepción”, como9 si la concepción, el nacimiento y en
general la sexualidad femenina fuese algo sucio y algo indigno del “puro” hijo
de Dios. En este sentido, el cristianismo aprendió a valorar lo femenino como
lo virginal y por esto “lo puro”. Junto a la moral sexual del
catolicismo, que en el caso de la regulación de natalidad, hace tiempo pasó
al mero cinismo, no deberíamos olvidar la pietista, que penetró en el ser
humano, sin un apoyo exterior cómo la confesión y absolución, pero de manera
mucho más efectiva transformando a muchos en lisiados psíquicos. La
esquizofrenia cuerpo-alma platónica pasó a una enfermedad manifiesta.
7. El tratamiento con la verdad histórica
Arriba se habló de la especial significancia del evangelio de
mateo para el anti judaísmo cristianismo; además de esto es un ejemplo notorio
para el tratamiento del cristianismo Primitivo con el verdad histórica, puesto
que el informa de la auto imprecación de los judíos no es el único invento
estratégico, que aparece en el un. Entre los evangelios el que más se destaca
en el nuevo testamento, está el evangelio según Mateo, para él cada medio está
justificado, presentar ante la vista al correligionario judío Jesús, como
el verdadero mesías. Para este fin es saqueado al antiguo testamento, y
cualquier cosa que se puede interpretar como una profecía mesiánica, es
afirmado luego en la biografía de Jesús como cumplido, según el esquema: “para
que se cumpliera la escritura…”. De esta manera Jesús debido a Miqueas 5, 2 fue
nacido en Belén; debido a Números 24, 17, debió aparecer una estrella; debido
al Salmo 72, 10 y 15 e Isaías 60, 6, debieron llegar los reyes magos del
oriente y debido a Oseas 11, 1, la sagrada familia tuvo que huir a Egipto.
Jeremías 31, 15 es la razón de los asesinatos de los niños de Belén – un evento
increíble del cual aún se habrían acordado los contemporáneos de las dos
generaciones siguientes, si no fuese una audaz ficción. Que el moribundo Jesús
habría pronunciado citas del antiguo testamento, podría ser cierto, pero que en
su hora de muerte se haya rasgado el velo del templo, que haya temblado la
Tierra y que les aparecieron los muertos a los vivos (Mateo 27, 51-53), para
esto de seguro habrían testigos independientes, si esto no fuese una leyenda.
Pero todo esto pierde su inocencia: “… pero uno de los soldados le traspasó el
costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Y el
que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él
sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis.” (Juan 19, 34-35). Esto aquí es una mentira deliberada
y racional: Se informa algo como otro cumplimiento más de las profecías del
antiguo testamento con la expresa aseveración de la verdad, que en el caso de
una simple verdad habría estado demás.
Determinados neo testamentarios en esta parte nos acusan de
ingenuidad y de tener pensamientos no históricos; entonces nosotros no
deberíamos ser ingenuos creyendo que los evangelistas tan sólo tenían una
relación cándida hacia la realidad histórica. Esto no habría sido su
objetivo, sin o ellos recogieron palabras de Jesús transmitidas y a
estas le adicionaron historias de milagros – y los milagros a la sazón no
habrían sido nada extraordinario, ¿Qué otra cosa iban a predicar que palabras
del antiguo testamento? Actualmente el evangelio de Lucas se esfuerza por una
localización de los hechos de Jesús en la historia profana, y contradice la
doctrina de la encarnación de Dios, disolver lo encarnado en una mera ficción.
Por esto Jesús debió haber sido una figura histórica y aquellos que
escribieron sobre él, tenían claro la diferencia entra la verdad y la mentira.
¿Cómo ellos entonces podían creer, que falsedades históricas podrían servir
especialmente para la difusión de la verdad cristiana?
El enfoque estratégico con la verdad histórica a favor de una verdad
mayor es un mal hereditario del cristianismo formalizado. Con ello los
evangelistas inventaron hechos, y hasta nuestros días a los cristianos les es
estrictamente prohibido siquiera dudar de esto. La historia de la crítica
racional a la Biblia desde los comienzos de la edad moderna, muestra como la
rígida fijación a las verdades de los hechos bíblicos, han dañado al mensaje
del cristianismo. Aún hoy las iglesias institucionalizadas tratan de evitar el
esclarecimiento teológico de sus seguidores. Esto es comprensible, ¿puesto qué
quedaría del “núcleo” del cristianismo si se eliminan todos los envoltorios
ficticios? ¿Qué queda de la resurrección, si se deja la tumba vacía tal cómo
está? Pablo dice “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra
predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados
falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a
Cristo, al cual no resucitó…” 1ª de Corintios15, 14-15). La prédica y la fe no
deben haber sido en vano y la certificación no debe haber sido falsa, luego la
tumba estaba vacía.
8. ¿Cristianismo hoy?
Cuando el cristianismo una vez haya dejado atrás sus siete defectos de
nacimiento, prácticamente no va a quedar nada; ante todo apenas sería posible
diferenciarlo del judaísmo ilustrado. Lo que en el cristianismo sirve, de todos
modos es judío. Jesús fue un judío pío y radical; ¿Cómo sería si los cristianos
nuevamente fuesen “jesuséanos”? De todos modos las iglesias predican el
pecado hereditario sólo en una disolución espiritual, con esto ya no existe una
diferenciación al judaísmo, que conoce las debilidades congénitas del ser
humano. La justificación también se puede auto predicarse en base al antiguo
testamento, sin el convenio sangriento de Dios, puesto que pablo
constantemente cita al profeta Habacuc: “Mas el justo por la fe vivirá.
(Romanos 12, 17). El mandamiento de misionar lo podrían atenuar los cristianos
a una exhortación para presentar al mundo en el espíritu de la tolerancia
la fe propia; justamente esto es lo que hicieron los sabios judíos desde
siempre. Con esto también quedaría eliminado al anti semitismo. En lo respecto
a la escatología tanto los judíos cómo los cristianos, podrían dejar en manos
de Dios lo que va a suceder en el juicio final; la esperanza sin suda es una
virtud judía y cristiana. además el cristianismo debería regresar de sus paseos
platónicos y reemplazar su dualismo mediuantye una filosofía del único mundo y
del ser humano entero, que nos presenta el judaísmo.
Es cuestionable, si el
cristianismo pueda sobrevivir, ordenar realmente su relación a la verdad
histórica en el moderno sentido. Las interpretaciones meramente alegóricas o
simbólicas del los reportes bíblicos, hace tiempo se evidenciaron como
callejones sin salida. La post historia del programa de la desmitificación de
Bultmann, muestra, el vacío que se produce si sólo se interpretan de
forma “existencial” las afirmaciones fundamentales del cristianismo. ¿Qué
es lo que se podría creer, sien la religión de libro del “cristianismo” ya no
se puede interpretar nada en forma literal? Adorno una vez opinó, la petición
del pan de cada día sólo da sentido en un mundo campesino, pero no en vista de
las fábricas productoras de pan. ¿Si en nuestros cancioneros y libros de
rezos se evoca la lluvia, entonces convierten a Dios en un demonio pagano
del clima? Una canción dice: “Cuesta mucho ser cristiano”. Esto es cierto, si
se consideran las incesantes exigencias y reglamentos, con los cuales las
iglesias maltratan a sus miembros. ¿Pero cuál sería la ganancia, el valor
agregado de estos costos? ¿Qué nos puede prometer el cristianismo? Despees que
ya no nos dejamos atemorizar con el “lago de fuego”, tampoco queremos que nos
consuelen con una eterna felicidad; nos basta una vida feliz en este mundo.
¿Qué decía Heine?: “… El cielo se lo dejamos a los ángeles y a los gorriones”.
Tengo la impresión, que el
cristianismo formulado, ya hace tiempo ha tenido su final sin que se haya dado
cuenta, en el mundo moderno. La iglesia como institución moralistas social –
merece respeto y apoyo. No por casualidad están vacías las Iglesias. ¿Quien
realmente entiende las prédicas, los textos bíblicos y las canciones? En verdad
las iglesias específicamente cristiano ya no tienen nada que decir. El
cristianismo también a caracterizado a nuestra cultura, esto es cierto, aun
cuando su balance general es catastrófico, sus características positivas
se agitaron o pasaron a las energías profanas del humanismo. El moderna proceso
de la ilustración siguió uno de los mandamientos del cristianismo – el de la
veracidad – y con esto una “disciplina de dos mil años hacia de la verdad, la
cual al final se previene en la mentira en la fe en Dios” (Niestzsche) [Traducción libre mía]. Recién con su extinción lo
maldición del cristianismo se podría cambiar en una bendición.
Fuente:
http://www.humanistische-aktion.de/fluch.htm
Traducido del alemán A. Gundelach, conla gentil autorizaci´pn del Dr. Herbert Schnädelbach
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