4 de enero de 2016

El ateísmo



Tras ver cómo es el rostro de Dios en el cristianismo y en las principales religiones, conviene detenerse en la imagen de Dios que rechazan aquellos que dicen no creer en Él o que optan por no pronunciarse ante su posible existencia.
R: Aquí cabe preguntarse a cual imagen de “Dios” se refiere aquí, puesto que no existe una imagen universalmente reconocida, por todas las religiones. Cada denominación prácticamente cada persona se ha formado su efigie de ese dios.

 Ateos y agnósticos son un grupo creciente, siendo especialmente importante el sector de los que se apuntan a la cómoda moda de no pensar.
R: Esta acusación es totalmente ridícula, sin justamente las religiones que se basan en una fe, creencia y creer el más fácil que pensar. Cuando se es chico primero son los padres, que te hablan de “Dios”, luego el cura o el pastor, te dice que si no crees en Dios te vas al infierno, y ellos deben saberlo, estudiaron para ser cura o pastor, y a mí me da miedo ir al infierno luego creo, y la creencia se convierten una costumbre, dejo de pe3nsar y sigo creyendo, hasta que, en algunos casos, alguien comienza a a cuestionarse todo lo que algún vez te han contado y a pensar será cierto todo esto0 m y luego llega a la conclusión que fuiste engañado por años.


Se atribuye al jurista y politólogo holandés Hugo Grotius (1583-1645) la iniciativa de vivir en el mundo -y de gobernarlo- “como si Dios no existiera” (etsi Deus non daretur). Se vivía aún en Europa bajo el impacto de las guerras de Religión y pensadores como Grotius empezaban a sugerir que lo mejor era dejar a Dios y a la religión a un lado para poder entendernos y convivir en paz.
R: Aún hoy es totalmente válida esta sugerencia.

Hoy todos sabemos que de aquellos polvos -los de la guerra bajo excusa de la religión- vinieron los lodos del indiferentismo que ahora padecemos.
R: La guerra de los treinta años desde1618 hasta 1648 fue un conflicto por la hegemonía en el  Sacro Imperio Romano de la nación alemana y en Europa y al mismo tiempo una guerra religiosa. Principalmente entre católicos y protestantes. Tratar estos hechos históricos cómo “aquellos polvos”, es un claro intento de tergiversar los hechos que causaron esta terrible como una causa netamente política, donde  la iglesia católica sólo habría tenido un rol secundario.
 
No es un indiferentismo del cual se “padece” ahora, sino un rechazo a las religiones en general, puesto que estas ya no son capaces de satisfacer las necesidades emocionales de la personas
.  Las eternas liturgias y ceremonias eclesiales no aportan nada y sólo aburren a los fieles.

 Hasta el extremo de que teólogos cristianos como Bonhoeffer llegaron a plantear en el siglo XX un cristianismo no religioso, un cristianismo sin Dios. A él corresponde este fragmento, escrito el 16 de julio de 1944: “Dios, como hipótesis de trabajo, ha sido eliminado y superado en moral, en política y en ciencia; pero también en filosofía y religión. Y nosotros no podemos ser honestos sin reconocer que hemos de vivir en el mundo ‘etsi deus non daretur’... Dios nos hace saber que hemos de vivir como hombres que logran vivir sin Dios”.
R; No es Dios que nos hace saber que hemos de vivir como seres humanos, es el humanismo secular. Aquí Bonhoeffer claramente se equivocó.

Agnosticismo

            En este contexto surge la postura agnóstica. El término fue acuñado por Huxley, seguidor de Darwin, en 1869. “El principio del agnosticismo -dice- es la imposibilidad de alcanzar un conocimiento cierto” con respecto a Dios. Y es el agnosticismo la actitud ante Dios que gana más adeptos, habiéndose producido un desplazamiento masivo del ateísmo hacia el agnosticismo.
R: Esto habría que demostrarlo estadísticamente, sino no se hace , esto no es más que una opinión sin fundamento.

            Según Schlette hay dos tipos de agnosticismo, el analítico y el aporético-enigmático. El primero nace de la pregunta sobre si la palabra “Dios “ tiene un significado en nuestro lenguaje. Según Wittgenstein (1921), las preguntas que no se pueden contestar no son tales preguntas, o dicho de otro modo: “de lo que no se puede hablar es preciso callar”. Este filósofo vienés quería expresar con ello que sobre las grandes cuestiones -como la existencia de Dios- de las que no se podía hablar con rotundidad lo mejor era no decir nada, abstenerse de plantearlas o discutirlas. De ahí se pasaba a una postura típicamente agnóstica. De hecho, se había llegado a la anunciada “muerte de Dios” en el pensamiento a través de la muerte de Dios en el lenguaje: que ya no se hable de Dios y así tampoco se pensará en Dios.
R: Un planteamiento bastante cómodo: ¡Si algo no sé, que me importa!  

            El otro tipo de agnosticismo, el “aporético-enigmático”, se fija menos en el lenguaje y más en la parte pragmática e histórica. Para este tipo de agnóstico, el alejamiento de la cuestión de Dios se debe a la imposibilidad de poder conciliar conceptos como la bondad divina y la existencia del mal en el mundo. Para pensadores como Schlette, el budismo estaría en una línea muy próxima a este tipo de agnosticismo, pues Buda llega a afirmar que no hay que indagar nada que no se pueda saber con certeza y que no hay que indagar nada cuyo conocimiento sea inútil. Para Buda, no hay que olvidarlo, hay que descartar todo lo que no ayuda a alcanzar la paz, el conocimiento, la sabiduría suprema y el nirvana.
R: La aporía  o un agnosticismo aporético-enigmático no tienen nada que ver con el budismo. El budismo es una religión atea y no agnóstica.

            En cualquiera de los dos casos, el agnosticismo se presenta a los ojos del hombre contemporáneo como una postura cómoda, en el sentido de que da argumentos para dejar de lado la cuestión de Dios.
R: El agnosticismo es una posición frente a lo sobrenatural de incredulidad mientras no haya evidencias.

Esto, aparentemente, es cómodo y ventajoso, pues permite al hombre decidir por sí mismo acerca de la moralidad de las cosas, con un uso pleno de su libertad, sin tener ningún problema de conciencia.
R: Tanto el ateísmo y el agnosticismo rechaza una moral, que se basa en premios y/o castigos. Cómo lo plantean las religiones semíticas.

Naturalmente, esta postura aparentemente sin exigencias presenta su lado oscuro: en la medida en que no hay un Dios que te incomoda tampoco hay un Dios que te ayuda; en la medida en que no tienes a nadie que te diga lo que no debes hacer, tampoco tienes a nadie que te dé luz para saber lo que sí debes hacer; en la medida en que tu conciencia es dócil a tus intereses, tus intereses pueden terminar por destruirte precisamente por estar obrando sin una conciencia que haga sonar las señales de alarma ante tu comportamiento.
R: Las personas que hemos alcanzado la madurez plena ya no necesitamos de la ayuda de un padre superior. Tampoco necesitamos a alguien que nos diga lo que no tenemos que hacer, para esto nos hemos impuesto en forma consensuada y democráticamente reglas de comportamiento que pueden ser universales o sólo válidos para un determinado grupo social. Estas normas morales que nosotros mismos nos dictamos son relativas y no absolutas.
Para saber lo que tenemos que hacer, primero tuvimos a nuestros padres que nos lo dijeron de acuerdo a la sociedad en la cual vivieron y viven, luego en la escuela, y por experiencia.
La conciencia es una función del cerebro en el momento que este muere también se acaba la conciencia del individuo.

Ateísmo

            El ateísmo, por su parte, también ofrece diferentes formas. En primer lugar están los que niegan la existencia de Dios con argumentos.
R: No conozco nada que no se niega mediante argumentos.

En este momento, esta postura está muy debilitada, por varios motivos; la conexión entre el marxismo-leninismo y el ateísmo ha debilitado mucho la opción atea, así como el hecho de que las ciencias de la naturaleza sean cada vez más conscientes de sus límites y por lo tanto cada vez pretendan menos explicarlo todo.
R: El marxismo-leninismo se basa en la dialéctica materialista del comunismo, pero el comunismo no es sinónimo de ateísmo, somos muchos ateos que rechazamos al común ismo.
Las ciencias naturales nunca han pretendido poder explicarlo todo, ¿pero qué tienen que ver esto con el ateismo?

Además, se ha demostrado como insostenible y falso el reprocho hecho a las religiones de que se alejan del mundo y no aceptan las críticas.
R: Una de las características de las religiones es inmunizarse contra las críticas

Todo ello ha llevado a que cada vez se difunda más la impresión de que el ateísmo es impotente para resolver los problemas pendientes, sobre todo la cuestión del sufrimiento.
R: El ateísmo al igual que el humanismo secular no resuelven nada, sólo hace proposiciones para una vida mejor e independiente.


            Otro tipo de ateísmo es la negación práctica de Dios. Esta postura es, en el fondo, muy parecida al agnosticismo, pero se atreve a dar el paso de negar a Dios, de negar su existencia, simplemente -afirman los que lo hacen- porque no sirve para nada.
R: Los ateos decimo que Dios no existe con una certeza rayana as la certeza. Mi punto de vista es: Desde que la humanidad comenzó a creer en dioses, nadie hasta ahora ha logrado demostrar la existencia del dios o dioses en los cuales ha creído y cree, y que tampoco lo va a lograr en los próximos siglos, por lo tanto me atrevo a declarar que los dioses, ninguno, existen, a pesar de no tener evidencias de ello.
¡Si no existieran los humanos, tampoco habría dioses!

 De hecho, hoy el nombre de Dios ha desaparecido del diálogo de los hombres y ya no determina su pensamiento ni su acción.
R: Debido a que “dios” es un concepto abstracto.

Hasta políticos que son católicos practicantes parecen empeñarse en gobernar como si Dios no existiera, con la excusa de que como tienen que gobernar para todos, deben excluir la motivación y el horizonte religioso de su trabajo.
R: Irrelevante

La vida se vive en nombre del hombre mismo, bajo el signo de la humanidad y el humanitarismo; la definición del ser humano queda referida a la conducta ética y encuentra su norma en la regla de la ayuda mutua, en el imperativo kantiano o en la máxima de futuro: “obra de forma que la supervivencia del mundo quede garantizada y el futuro de los hijos asegurado”.
R: Desgraciadamente esto no es así. El cristianismo el islam y el judaísmo aun tienen una enorme influencia sobre el comportamiento del ser humano y también en la l política. Que el ateísmo no lo tiene.

El fin de la humanidad

            La consecuencia de este tipo de comportamiento, de este ateísmo práctica, es el absurdo, la carencia de sentido al presente y al futuro.
 
El teólogo Rahner describe así lo que sucedería si “la palabra Dios desapareciera sin dejar rastro ni resto”: “Sólo podemos decir que el hombre dejará de ser hombre. Se habrá convertido en el animal hábil. Cabe imaginar, aunque nadie puede saberlo exactamente, que la humanidad muera de muerte colectiva, perpetuándose en lo biológico y lo técnico-racional, e involucione hacia un Estado termita de animales enormemente inventivos”.
R: El ser humano es parte íntegra de la naturaleza, y es el animal más evolucionado que existe en la actualidad. Tanto la humanidad y toda la naturaleza de este planeta algún día va a desaparecer con o sin la creencia en un dios. Y esto va a suceder cuando al Sol se le acabe su combustible, el Hidrógeno y se convierte en una roja gigante, cuyos límites alcanzarán posiblemente casi la órbita terrestre. ¡Esto va a suceder si o si!

            Ni el agnosticismo ni el ateísmo dan respuesta a los problemas del hombre.
Incluso aquellos que rechazan la fe en Dios porque dicen no poder conciliarla con el sufrimiento humano, tienen que reconocer que ese rechazo tampoco soluciona ese sufrimiento.
R: Debido a que ambas concepciones no tienen doctrinas, sólo hacemos proposiciones, para una vida más libre e independiente.

Por el contrario, deja al hombre más solo, más abandonado que nunca. Sobre la oscuridad del ateísmo amanece de nuevo la fe.
R: El hombre primitivo se creó dioses por miedo, a las catástrofes  naturales, y los animales salvajes.
En cambio hoy es más acertada la expresión de Erich Fromm en “El Arte de amar”:
“Como Dios es el padre, yo soy el hijo, a quien ama si me porto bien y lo alabo, a quien castiga si me porto mal, este concepto es de aquellos que aún no han logrado la madurez total. Lo que sólo lo han logrado unos pocos grandes pensadores de la humanidad.”







2 comentarios:

Gianlucca Guccione dijo...

PD: ¿Usted ha hecho alguna vez debates en vivo con personas físicas?

Albrecht Gundelach dijo...

Gracias por preguntar
Sólo cuando pasan a tocar la puerta de mi casa testigos de Jehová converso con ellos, pero esto no se podría considerar cómo un debate. Si lo hago en un foro por internet “Foroshispanos.com”
Voy a buscar en la internet si aquí donde vivo existen lugares donde se realizan debates sobre religión.