16 de enero de 2011

Yo creo en el amor

Yo creo en el amor – como todas las personas. Y Dios es amor.

A muchos les gusta usar esto como “evidencia de Dios”, ya lo he escuchado muchas veces.

Esto se basa en la siguiente premisa: El amor no es comprobable científicamente, pero el amor existe. Lo mismo sucede con Dios: Científicamente no es comprobable, pero existe. Esto es un argumento tipo Non sequitur (= no hay una relación lógica), el ensayo valorar una analogía sin base a un argumento. Pero ya la misma premisa es falsa: Obviamente el amor no se puede evidenciar científicamente. Si se conecta a una persona a instrumentos de medición, entonces se puede ver, cuando se encuentra con su amor. (El ritmo cardíaco se acelera, sus pupilas se dilatan, sus arterias se estrechan y otras características fisiológicas más. Además el amor es un fenómeno cultural y por esto es un asunto de investigación de miles de investigaciones científicas. Últimamente incluso hoy se puede ver que partes del cerebro se activan aquí. Por esto el amor es científicamente comprobable y existe, como prácticamente lo saben todas las personas. (Según una encuesta realizada por Gallup sólo el 10% de los asistentes a las iglesias, han tenido una experiencia de Dios).

Que en el argumento no existe una conexión lógica, se hace evidente si se aplica a otros sentimientos (y entonces se lee como una parodia, pero es exactamente la misma lógica):

Que Dios sea el amor, es una metáfora – si se lee el AT, entones él es mayoritariamente un dios de la guerra, además es el creado de toda la maldad.

Yo creo en el odio – y Dios es el odio. Yo creo en el sentido del equilibrio – y Dios es el equilibrio. Yo creo en la sensación de la cosquilla – y Dios es el cosquilleo
Aparte de esto a este argumento también se le puede parodiar de forma totalmente distinta. Suponiendo que X es algo, de lo cual sabemos que existe, pero que no lo podemos evidenciar científicamente (donde quiero dejar de lado la pregunta, de donde hemos de saber, que esto existe…). Entonces también se puede: No podemos demostrar que X existe – al igual que unicornios rosados, pero X existe, y por esto también existen los unicornios rosados. Si esta ha de ser una comprobación (Y realmente se aplica así), entonces los “demuestra” todo.

También existe una variante más sería de este argumento. Con este argumento se dice, que existen cosas que no puedan ser demostrados, pero que existen, y que por esto la ausencia de una demostración de la existencia de Dios no es un argumento para la ausencia de Dios. También aquí se presenta la interrogante, como se quiere saber, que algo existe, si no se tiene una posibilidad de comprobación. A menudo se argumenta, con fenómenos de los cuales también deseamos que existan, para lo cual no hay evidencias, como la telepatía, telequinesia, y otros similares. Una suposición sin base es atada, por intermedia de una analogía, como la de los unicornios rosados, a otra suposición sin base, para demostrar algo. A esto se le llama una mala formación de analogía. Las analogías se pueden usar, para ilustrar una aseveración o hacerla entendible, pero no, parta explicar o demostrar algo.

Traducido del alemán por A. Gundelach

Fuente:
Volker Dittmar: Ateismo-INFO, Einführung in den Ateismus
(Introducción al ateismo)
Ver también: http://www.dittmar-online.net/
http://www.atheismus-online.de/
http://www.volker-dittmar.info/

Nota.- Copyright (c) 2002 - 2005 Volker Dittmar. Permission is granted to copy, distribute and/or modify this document under the terms of the GNU Free Documentation License, Version 1.2 or any later version published by the Free Software Foundation; with no Invariant Sections, with no Front-Cover Texts and with no Back-Cover Texts. A copy of the license is included in the section entitled "GNU Free Documentation License

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