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23 de marzo de 2012
Como los creacionistas mesclan fe con ciencia
Como los creacionistas mesclan fe con ciencia
Los anti evolucionistas por regla, se empeñan, presentar en el nombre de la
ciencia, sus teorías creacionistas, y clasificar al mismo tiempo, la filosofía
naturalista científica, que explica al mundo exclusivamente mediante las leyes
naturales, como un “concepto de visión religioso del mundo”. Detrás de
esto, se esconde el intento de borrar los límites entre fe y ciencia - una
estrategia que también ha usado el biólogo y anti evolucionista W.E. LÖNNING,
en su comentario contra el crítico al creacionismo U. KUTSCHERA, en "Biologen heute" (Biólogos hoy). Por
esto parece apropiado, para los fines de la ciencia, tomar ciertas posiciones
frente a algunas expresiones de LÖNNING, respectivamente, del creacionismo y
exponer los errores que detrás de esto se esconden.
Creación como estrategia de conocimiento
científico
LÖNNING intenta, su insólito concepto de
ciencia, el cual, a raíz de la interrogante sobre el origen y desarrollo
biológico con el acto de creación de una entidad sobrenatural ha de ser
respondido, ad verecundiam, justificándose, bajo la invocación de “notables
investigadores portadores del premio Nobel”, como por ejemplo Einstein.
Entonces sigue con el aviso, que “a menudo, por primera vez en el consenso
de opiniones divergentes” resultaría el progreso científico, con lo que se
quiere decir, que preceptos creativos generales son una alternativa científica,
para la enseñanza de la evolución. Indicaciones como estas o parecidas, sin
embargo no aciertan, por diversas razones, a su finalidad:
Primeramente detrás del rechazo a una idea
general de la evolución, motivada por la teoría creacionista, no se esconde un
“concepto progresista”, siendo tan antigua como la enseñanza de la evolución.
Esto significa, que no es la teoría de la evolución, si no, la teoría de la
creación, representan el “consenso predominante” durante los siglos y
milenios. Recién en el darwinismo se refleja el revolucionario “concepto
divergente del consenso”. Frente a este escenario apareció el
anti-evolucionismo (Creacionismo en el más amplio de los sentidos) como
anacronismo científico histórico, que tiene como meta “Retroceder la rueda
del conocimiento”.
Asimismo, existe la opinión,
De que el “consenso prevaleciente” ha
impedido el avance del pensamiento revolucionario, no hay ejemplos
convincentes. Si se revisan los estadios la historia de la ciencia, se muestra,
que las ideas geniales y nuevas perspectivas, al final siempre se han impuesto
y recién entonces se ha dado la espalda paso a paso, al
dominante “consenso creacionismo teórico” medieval y haber reducido a todos los
“milagros” a leyes naturales, que no saben nada de nosotros.
LÖNNING oculta sistemáticamente, que la comparación
de anti-evolucionistas con creyentes que obtuvieron el premio Nobel, es
totalmente inútil en este contexto. EINSTEIN y PLANCK nunca se opusieron a
explicaciones de las leyes naturales y aceptaron al naturalismo como una
condición ontológica para los trabajos científicos. EINSTEIN, también reconoció
los descubrimientos de Darwin y su inicial oposición a un universo
dinámicamente evolutivo, la llamó como su más “grande burrada” de su vida. Para
EINSTEIN, creación era idéntica con el mundo e igualmente maravilloso, ya que
es entendible a través de la leyes naturales ("deus sive natura").
En cambio el creacionismo se pierde en lo oscuro, postula en base a
convicciones dogmáticas un quiebre ontológico entre auto-organización de
sistemas inanimadas y animadas y cree que una “evolución teísta” es
incompatible con cuestiones de fe.
La separación ontológica entre una esfera de influencia de Dios y un ámbito
naturalmente abarcable no es sólo ruinosa para la ciencia, si no, también para
la teología, ya que en el correr de los siglos, fue rebatida (en la astronomía,
Geología, química, etc.) sucesivamente y el “god of gaps” desplazado nichos. La
consecuencia es, que una teología anti-evolucionista como esta, hoy ya casi la
toma en serio, por lo cual, las iglesias mayoritariamente se distancian des
estas tesis anti-evolucionistas.
El naturalismo como “posición religiosa”
¿Cuándo, uno podría preguntarse, excluye la ciencia todos los recursos
sobrenaturales de la explicación? LÖNNIG habla de “motivación de una visión
mundana” y la desacopla del “plano de las ciencias naturales”, con
lo cual nuevamente se expresa que el “súper-naturalismo”, religiosamente
motivado, estaría a la par con el naturalismo, o sea, que una teoría de la
“macro evolución” es igualmente una fe, como la teoría de la creación.
Esta tesis racionalmente no tiene capacidad discursiva, ya que aquí se
oculta, que en el naturalismo no se trata de una determinación inalterable
sobre la no existencia de un creador, si no de una expresión de una limitación
metódica.
El naturalismo recién garantiza, que es posible trabajar en el “plano de
las ciencias naturales”: Más concreto aún: La ciencia sólo se puede tratar
con hechos hipotéticos, cuya existencia es comprobable deductivamente, y
esto a su vez requiere, que las teorías contengan declaraciones de leyes.
Sólo de afirmaciones formuladas de leyes naturales es posible deducir en forma
lógica conclusiones bien específicas, que se pueden comprobar en la
observación. Aquel que desprecia esta premisa se convierte “inevitablemente
en un chapucero”, como lo dijo una vez v. DITFURTH.
En una teoría creacionista leyes, en parte, son reemplazadas por el libre
arbitrio de un ser sobrenatural, sobre la cual se puede especular libremente.
En general cada efecto empírico pensable pudo haber salido de la voluntad de un
creador, y ya no es posible decidir lógicamente, que observaciones confirman la
tesis creacionista o hicieron necesaria su revisión.- Con esto queda claro que
todas “explicaciones” se basan en la inescrutable decisión del Creador, quién
habría establecido a la Tierra tal como la vemos. Con esto se puede responder
cada interrogante pensable, pero no se pueden explicar los fenómenos, pues, en
vez de una explicación se coloca la insondable voluntad de una entidad
sobrenatural.
Muy distinto es el caso con la hipótesis de Darwi . Existen escenarios que
forzarían lógicamente la revisión de la hipótesis de la descendencia. También
con respecto a la interrogante del mecanismo, el darwinismo original ha sido
superado desde su nivel original, ya que “falsificaciones lógicas” han forzado
su desarrollo. Por esto no tiene sentido cuando LÖNNIGH habla de “ocultamiento
de intentos de falsificaciones”
La teología de la sustitución
Mientras que ahora, sin embargo el científico
no considera como totalmente falsas una teoría afectada por una falsificación,
si no como algo incompleto y la revisa en el sentido de la definición de un
programa de investigación, los creacionistas lo consideran como un “intento
ilícito de inmunización”, cuando se trata en la discusión sobre la teoría de la
evolución. También lagunas históricas de conocimiento como la falta de causales
explicaciones detalladas, son interpretados irracionalmente como un fracaso de
teorías naturalistas e interpretadas como un indicio de la creación.
Este suficiente común “conocimiento
estratégico” conocido bajo la denominación “teología de la sustitución”, es
fatal para la ciencia, ya que impide toda investigación en
El problema detalle, desde el comienzo de los
tiempos ya no había nada más que investigar. La existencia de hechos descritos
o explicados en forma incompleta, es el caso normal en teorías empíricas,
poniéndose en duda todas las teorías científicas y que podrían ser reemplazadas
por el “god of gaps”
Resumen
Este artículo se ha propuesto como objetivo,
porqué el creacionismo no puede ser una explicación científica y que en el anti
evolucionismo hay menos argumentos objetivos, que más bien la crítica a las
enseñanzas de métodos científicos. Las consecuencias que sobrepasan a la teoría
de la evolución son conscientemente pasadas por alto o tergiversadas mediante
“torsiones” inconsistentes de los argumentos metodológicos.
Característico para el creacionismo es siempre
la demanda del revisionismo científico o sea el intento de rebobinar los
conocimientos de algunas teorías revolucionarias e incluir la factibilidad,
empíricamente no determinable, de un creador en la ciencia. Por esto no es
comprensible, cuando LÖNNIG separa totalmente su “teoría del diseño
inteligente” del creacionismo bíblico y la considera científicamente más
legítima, siendo la orientación metodológica en ambos casos la misma. En todo
caso es incorrecta la comparación con portadores del premio Nobel, que en el
mejor de los casos han respaldado un panteísmo.
Traducido del alemán por A. Gundelach,
Noviembre 2010, con la gentil autorización de Martin Neukamm
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