(De „Einführung in die Systematische Theologie“ (Introducción
a la teología sistemática) de Klaus von Stosch, pág. 137 [traducción libre
mía]).-
*) Creo
que debe decir hijo [yo]
Ciencias naturales y
fe
Ahora muchos fundamentos
de fe se encuentran en marcado contraste a los conocimientos de las ciencias naturales.
En la edad media estos problemas fueron resueltos
en forma limpia y rápida mediante la inquisición… En nuestros tiempos estás métodos
están algo fuera de moda y así debemos hacernos cargo en forma seria con de
este problema. Puesto que las ciencias naturales descifran y desmitificando constantemente nuevos ámbitos de nuestro mundo,
la teología se encuentra en una constante huída frente a los nuevos conocimientos
del naturalismo. Las brechas restantes se reducen cada vez más y nos vemos en la incómoda posición, de sólo
poder llenar estos huecos. Un dios de las brechas es, sin embargo, algo muy
patético, por lo tanto se decidió emprender la huída hacia adelante. Simplemente
se afirma, que los fundamentos de la fe no son comprobables en el sentido
científico. Ellos meramente son otro punto de vista de la verdad y de la
realidad y que incluso van más allá de las
posibilidades de conocimiento de las ciencias. Ellos ofrecen, por decirlo así, un
acceso directo a las verdades absolutas.
Con esto definitivamente se ha inmunizado contra las molestas ciencias naturales.
El teólogo Von Dobbeler manifiesta en
una discusión de podio:
La limitación
a un mundo naturalista materialista y auto percepción, según mi opinión se basan
en varios aspectos ilusorios. Este reduccionismo confunde al dios de la Biblia
con aquel dios primitivo, quien como
dios de las brechas ha de ceder ante nuestros
conocimientos progresivos El dios del cristianismo, empero, no es un dios alienígena,
sino es aquel que se auto rebajó como ser humano crucificado en el Gólgota, quien
por su desfallecimiento gana espacio en el mundo.
La
paradoja – la paradoja … de la encarnación, la humanización de Dios, según
Kiergegaard, la paradoja propiamente tal, no es comprendida por los nuevos ateos
debido a su cacería de fantasmas.-
Pues,
que la paradoja de la encarnación de Dios en humano no puede ser comprendido por
los ateos, es totalmente cierto. Pero esto más a la inexistencia de la lógica
de la historia salvíficas cristiana. Echémosle una mirada a esto, en una versión
abreviada: Aquí existe un omnipotente y omnisapiente dios, que ha creado al
mundo. Él manda a su hijo a un planeta insignificante en una galaxia entre
miles de millones de galaxias con 100 mil millones de estrella. En este plante
hace que su hijo sea clavado en una cruz por seres semi simiescos incivilizados,
sólo para morir por los pecados de estos, que ni siquiera cometieron. Esto a su
vez produce la extinción del pecado, de manera que el ser humano, después de su
muerte, pueda seguir viviendo en eterna bienaventuranza.
Esta
historia es totalmente absurda e insubstancial. Albert Einstein en una carta llamó
a esto “superstición infantil”. Esta historia no es otra cosa que una burla a
nuestro entendimiento y nuestra racionalidad y por esto no es de extrañar, que
muchas personas no pueden aceptar esta historia como una realidad.
Si
por un caso muy raro, los conocimientos científicos parecieran apoyar los
fundamentos de las creencias religiosas, entonces la teología naturalmente de
inmediato suspende la estricta separación hacia el naturalismo. Un ejemplo para
esto es la relación entre la teoría del Big-bang y el relato de la creación. La
iglesia católica romana, ya en 1951, para sus circunstancias en forma muy
rápido explicó oficialmente (el papa Pío XII en un discurso antes la pontificia
academia de las ciencias), que este modelo está en concordancia con la Biblia, ya que
evidentemente este fue el momento del acto de la creación de nuestro universo. Con
esto habría sido la primera vez que las ciencias naturales confirman un
fundamento de fe. Esto lo confirmo el astrónomo del Vaticano William Stoeger
con las palabras: “El conocimiento del Big-bang ha ennoblecida la figura de
Dios”. La satisfacción sobre esto fue algo apurado, ya que una mirada más
cercana también aquí lleva a contradicciones, si acaso hubo un tiempo antes del
Big-bang. El famoso cosmólogo Steven Hawking participó en una reunión en el Vaticano
en 1981, dónde presento su concepto, que el universo no tendría límites. En
este discurso presentó al universo como un fenómeno, que simplemente existe y
que de acuerdo a esto no necesita a un creador:
“Si el universo tuvo un comienzo, entonces
podemos partir de la base que fue creado. Pero si el universo está totalmente
encerrado en sí mismo, si realmente no tuviese límites ni un borde, entonces
tampoco tendría un comienzo y un final; simplemente existiría .¿Dónde habría lugar
para un creador?”-
A
esto el papa Juan Pablo II, en un audiencia frente a científicos dijo, que los
científicos pueden investigar la evolución del universo después del Big-bang,
pero que no deberían investigar en el momento de la creación (el Big-bang
propiamente tal), esto es asunto de los teólogos:
Cada hipótesis sobre
el origen del mundo, cómo por ejemplo la del átomo original del cual se habría
formado todo el mundo material, deja sin respuesta la pregunta del comienzo del
universo. Para esto es necesaria una cognición, que ve más allá de la física y
de la astrofísica – de la metafísica. Ante
todo se necesita un entendimiento, que se basa en las revelaciones de Dios.
¡Ajá!
Sólo se puede decir como científico, los teólogos disponen evidentemente sobré conocimientos, que nos están totalmente inaccesibles.
Nosotros año tras año invertimos miles de millones de euros en grandes instrumentos
para la investigación, realizamos complejos experimentos y observaciones y
evaluamos esto laboriosamente. Pero todos estos esfuerzos son en vano, ya que las
últimas verdades absolutas los transmita el Señor a su personal de base por vía directa y hace aparecer a los científicos
cómo unos tontos.-
Pero
ahora ya Immanuel Kant expuso en su obre “Crítica a la razón pura,” que
mediante la transcendencia no se puede concluir sobre la existencia de un
creado. Sin embargo muchos teólogos no temen atacar a Kant, al fabricarse a
partir de su epistemología un camino hacia la cognición divina. Así, por ejemplo,
el teólogo católico Buchholz en una mesa redonda expuso:
La creación significa
un origen, que en un sentido estricto no es nuevamente pensable en forma de una causalidad, sino en
la causalidad misma esta contenida como condición de la posibilidad.
Si la dinámica de la
razón finita, esta auto transcendencia de la razón finita, no
ha de llegar a lo absurdo y al vacío, entonces apunta hacia una realidad, que no
otra vez es el producto final de nuestras proyecciones y modelos.
Un
origen no causal no puede ser otra cosa que una casualidad, pero justamente esto
es lo que rechazan los teólogos. Si Dios creó al mundo, entonces también debe
tener una causalidad para la existencia de ello ¿y por qué no podríamos
encontrar esta causa mediante los medios de la ciencia? ¿Existen dos tipos de causalidades?
Una auto-transcendencia puede muy bien apuntar hacia una realidad, pero no puede
hacer declaraciones objetivas sobre su existencia. Al respecto Kant escribe en
su obra “Crítica a la razón pura”:
El orden
en la naturaleza, y la conformidad que hay en ella a fines, deben explicarse a
su vez por razones naturales, y según leves naturales, y [aquí aun las
hipótesis más arriesgadas, con tal que sean físicas, son más admisibles que una
hiperfísica. es decir, que la apelación aun creador divino, que se presupone
con este propósito. Pues sería un principio de la razón perezosa.
…hipótesis
transcendentales del uso especulativo de la razón, ni la libertad de servirse
de fundamentos explicativos hiperfísicos para subsanar la falta de fundamentos
explicativos físicos; en parte, porque con ello no se hace progresar a la
razón, sino que más bien ella interrumpe todo el avance de su uso; y en parte
porque esa licencia necesariamente la privaría, finalmente, de todos los frutos
del cultivo del suelo que le es propio, a saber, el de la experiencia.
Ahora
muchos teólogos se ubican en la posición, que desde luego los científicos
pueden investigar según que leyes y principios funciona la naturaleza., pero
las preguntas por qué existe nuestro mundo que cual es el sentido de nuestra existencia,
según el punto de vista de ellos, sólo lo pueden indagar la filosofía y la
teología.
Muchos
naturalistas ven la causa de la existencia de nuestro mundo como consecuencia de
una fluctuación cuántica. La pegunta del “por qué” no se plantea. Nosotros debemos
nuestra existencia a una casualidad mecánica-cuartica y por esta razón tampoco
existe un mayor sentido de nuestra existencia. Pero esto no nos ha de impedir vivir una vida terrenal con sentido
de acuerdo a nuestros estándares.
Las
respuestas de los teólogos sobre esta pregunta, hay que ver sus métodos cognitivos
críticamente. La Biblia como fuente de verdades es totalmente inadecuada. Su veracidad
histórica debería caber fácilmente en una servilleta de papel. Lo que resta, ha
de describirse mediante los conceptos de la razón y la revelación.
La condición de
posibilidad
El espíritu de Dios como fuente de conocimiento y el poder para convertir: el actuar de Dios en el espíritu es, en primer
lugar, la condición de posibilidad, que la palabra de consentimiento
(Zusagewort) en el logos puede ser comprendido por el hombre. Ya que solo lo incondicional
mismo (el espíritu como dios) puede posibilitar un entendimiento y conocimiento
de lo incondicional (Dios como logos).
(Extracto de
„Einführung in die Systematische Theologie“ (Introdución a la teología
sistemática) de Klaus von Stosch, pág.
233).
El concepto de “Concepto de posibilidad” fue introducido por Kant en
relación con su investigación sobre las condiciones previas que deben estar
dadas en el espíritu humano, para llegar de todos modos a los conocimientos. Aquí
Kant vio en particular las nociones de tiempo y espacio como precondición. Sin
tiempo nada sucede y sin la noción de espacio no podemos reconocer cosas extendidas
espacialmente.
Lo
que muestra la cita de arriba, según el punto de vista de los teólogos, algo
similar se puede aplicar para los conocimientos de los fundamentos de la fe.
Aquí la condición previa es, que en nuestros cerebros actúa el espíritu de Dios
y sólo cuando esto es el caso, los podemos conocer y entender. Pero, parece que
Dios sortea los cerebros de los científicos o a ellos les falta un órgano importante
en el cerebro, una especie de “módulo divino”.-
Según
Kant el ser humano ésta totalmente capacitado, para reconocer la verdad que se
encuentra fuera de sus experiencias sensoriales. Un ejemplo para esto es la matemática
.Ella se compone de leyes sintéticas a priori. Con la precondición del
reconocimiento del espacio y el tiempo se pueden definir axiomas, que son directamente
evidentes para nuestro razonamiento y, que por lo tanto, no tiene que ser mayormente
fundamentados. Dentro de estos sistemas axiomáticos podemos reconocer verdades
absolutas y formularlas en leyes matemáticas. Esto ahora es muchas veces usado
como argumento de parte de los teólogos para representar, que nuestra razón está
en la condición de reconocer también verdades divinas. Lo que se pasa por alto
es, que las verdades matyemáticas se refieren exclusivamente al sistema axiomático
correspondiente. Hasta
qué punto se pueden aplicar estas verdades a la realidad, lo determinan las
ciencias naturales. Por principio las realidades del mundo exterior no
simplemente se pueden idear, sino hay que experimentar las empíricamente
comprobarlas. Se pueden fraguar hipótesis
y modelos explicativos. Pero en cuanto son acertadas, lo decide exclusivamente
el empirismo. Hipótesis sobre la realidad que no se pueden comprobar (por eje. Hipótesis
sobre Dios), no tienen valor alguno, porque no tienen poder explicativo. Un
dios imaginario no puede tener ninguna influencia
sobre la realidad. La naturaleza, respectivamente las realidades del mundo externo
no se rigen de acuerdo a nuestra capacidad imaginativa y menos aún según nuestros
deseos. Una teoría tan abstrusa cómo la mecánica cuántica, nunca se hubiera
podido concebir, por ejemplo en la mesa verde, sin la presión de los resultados
de las mediciones.-
El verdadero enemigo
de las religiones
¿Es
el nuevo ateísmo el peor enemigo de las religiones […]? No, existe un enemigo mucho
más poderoso de las religiones y es la ilustración y en especial la instrucción
científica. Esto es apoyado por un acceso en aumento, a nivel mundial, a la información a través del internet.
Encuestas han mostrado, que el contingente de los creyentes, que forman parte
de la nómina de los científicos naturalistas es insignificante. Esto no
sorprende, puesto que constantemente tiene que lidiar con la dura realidad y
llegan a tener un sentido para lo que es la realidad y lo que es materia imaginaria.
Otros estudios muestran, que prácticamente todo tipo de formación lleva a la
reducción de la religiosidad. Si queremos asegurar en el tiempo el bien estar
de nuestra nación, entonces debemos fomentar la educación, ya que ella es la
base de nuestra capacidad económica. Mitos de la edad del bronce no sirven para esto.
Por estas razones, en el futuro perderán importancia las religiones o nuestro país
perderá importancia.-
Conclusión
Con
un tan nivel tan bajo, cómo lo tienen los fundamentos de la fe de las
religiones no puede llegar el nuevo ateísmo, ya por el sola razón, porque se
base en los duros hechos de las ciencias naturales. La poderosa charlatanería
del los teólogos no puede ocultar, que finalmente están ahí con las manos
vacías. No tienen ningún acceso a algún tipo de conocimientos. Du principal
fuente es el deseo infantil por una amparo divino, una justicia superior y un
sentido de la vida más elevado. Empero, la realidad no se dirige por nuestros
deseos. Ella es tal cual cómo la descubren las ciencias.
Fuentes
Ric hard Dawkins: Der Gotteswahn, Ullstein Tb, 2008
(El
espejismo de Dios)
Stephen Hawking: Eine kurze Geschichte der
Zeit; (Una cirta historia del tiempo) Kap. 8, Rowohlt, 1988
Klaus von
Stosch: Einführung in die Systematische Theologie (Introducción a la teología
sistyemática, UTB, Stuttgart, 2008
Immanuel Kant: Kritik der einen
Vernunft (Crítica a la razón pura), Reclam, Ditzingen, 1986
Fuente: www. http://gbskoeln.de
Traducido del alemán
por A. Gundelach
Nota: Esta es la publicación N° 500 de mi blog
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