En defensa del creacionismo, la verdad amenazada
Por Milton
Peverini
Una de
las verdades más fundamentales que proclama la Sagrada Escritura, establece que
Dios creó el mundo y todas sus criaturas en seis días. Esta enseñanza fue
colocada en el corazón mismo de la eterna ley de Dios. El cuarto mandamiento
indica que "en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas
las cosas que en ellos hay". Y agrega que reposó en el séptimo día y lo
estableció como en monumento que recordaría su acto creador ante los seres
humanos de todas las épocas.
R: Aquí simplemente se declara algo como una verdad
fundamental porque aparece en un escrito. Que los teíst6as suponen que es un
texto sagrado, pero esto no tiene ninguna base; es sólo una afirmación sin
fundamento alguno.
Según la
profecía, en los últimos días de la historia se haría necesario reclamar con
fuerza esta verdad.
R: Yo tomaría con mucho recelo las profecías
bíblicas, puesto que son muy endebles y vagas.
Algo iba a suceder que haría que
muchos se olvidaran de honrar a Dios como Creador de todo lo que existe.
R: Dios alguna vez fue una explicación muy buena
para todas las cosas, pero a medida que avanzaron los conocimientos científicos,
Dios ha dejado de ser una explicación, ahora la idea “Dios” es más bien un
estorbo para el avance en los conocimientos científicos.
Se le mostró en visión al profeta
Juan que Dios enviaría sus mensajeros representados por tres ángeles poderosos,
los cuales serían portadores del último mensaje de amonestación que recibiría
el mundo antes que venga Cristo por segunda vez. El primero de esos ángeles
simbólicos diría en alta voz lo siguiente: "Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; y adorad a aquel que hizo el cuelo y la tierra, el mar y las fuentes
de las aguas" (Apocalipsis 14: 7).
R: ¿Por qué hemos de considerar como cierto una
visión que supuestamente tuvo un tal Juan, del cual ni siquiera sabemos quien
fue? Luego hay algo que no entiendo, aquí el señor Reverini escribió: “El primero de esos ángeles simbólicos diría…”,
me llamó la atención la expresión “ángel simbólico”, luego usó el término
“diría” (condicional), ¿por qué no usó la palabra “dirá”?
Y en seguida viene la terrible amenaza de un juicio
divino, para aquellas personas, que por la única razón por la cual no pueden
creer en un dios porque simplemente nos
faltan las suficientes evidencias. Lo terrible de esto es que existen personas,
como sacerdotes, curas, pastores, rabinos etc. que predican esto desde sus
púlpitos con una liviandad increíble, cómo quien anuncia una fuerte lluvia para
el día siguiente. Un dios omnipotente quien por la simple razón de que no puedes creer en él,. Te condena a una
eterna horrenda tortura, sin embargo ese dios te ama.
En nuestros días ha llegado el momento
de proclamar este mensaje con toda claridad. Los seres humanos parecen haberse
olvidado de Dios.
R: Un mensaje que
lleva implícitamente en si una terrible amenaza.
No se acepta en forma unánime el
concepto de que el universo y los seres vivientes son obra de la mano del Dios
omnipotente, y lo más doloroso es que aun en círculos cristianos hay muchas
voces que se levantan para criticar el relato del Génesis, y tildarlo de un
mito, sin base real.
R: Lo doloroso es
que aún existen personas, que toman literalmente relatos arcaicos y añejos que
escribieron unos ignorantes hace miles de años atrás cuando de ciencias aun no
había nada.
¿Por qué se ha debilitado la fe de muchos en la validez de la revelación
bíblica en lo que se refiere a la creación?
R: Porque son
explicaciones que se dieron personas hace miles de años, cuando aun no existían
ni atisbos de lo que es ciencia para explicarse cómo se formó la Tierra y cuál
es el origen del ser humano.
Hoy, gracias a las
ciencias naturales, sabemos cómo se desarrolló el universo, cómo se formó la
Tierra y cómo evolucionó el ser humano. El relato bíblico perdió su validez ,
porque no es científico, sino solamente es una fábula y muy primitiva.
Señalemos dos razones
principales. La primera es que
los hombres tienen la tendencia a enamorarse de todo lo humano.
R: Falso, la razón ya la expliqué arriba.
Adoran su propio intelecto, y se inclinan
reverentes ante el altar de la ciencia y la tecnología.
R: Lo que escribe
aquí el Dr. Milton Peverini es una tontería. Los científicos y tampoco los
ateos adoramos nuestro intelecto, hacemos uso de él. Las ciencias y la
tecnología no son altares
Se han atrevido a colocar los
conceptos humanos por sobre la Palabra de Dios, y han llegado a considerarse
tan sabios como para decidir por cuenta propia qué partes de la Sagrada
Escritura son dignas de su atención y confianza, y cuáles hay que descartar. Estos individuos olvidan que en la estructura
del saber humano hay, además de hechos sólidos, teorías, inferencias y
conclusiones que en muchas oportunidades no se ajustan a la realidad. A menudo,
el proceso de investigación científica está contaminado con las ambiciones y
los motivos personales de los que participan en él.
R: El ser humano está por encima de “dios” y de su
palabra, puesto que es fue el hombre quien creó a “Dios” a su imagen, y fueron
seres humanos que escribieron la biblia, sin la inspiración de un supuesto dios.
No es prudente endiosar la
sabiduría humana, ni inclinarse ante la ciencia secular, que arbitrariamente
han excluido a Dios de sus pensamientos.
R: No endiosamos nada y tampoco nos inclinamos
frente a las ciencias naturales – no existe una ciencia secular. El concepto
“dios” no tiene nada que ver en las ciencias naturales.
Dice el apóstol San Pablo: "Pues, está escrito: Destruiré la
sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde
está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del
mundo?" (1 Corintios 1: 19, 20).
R: Aquí Pablo simple y llanamente se equivocó. Fue
la sabiduría de los científicos que dejó fuera de lugar, las antiguas y banales
fabulas de la Biblia.
Como cristianos no debemos conceder importancia exagerada a la ciencia humana y
pensar que se la puede usar para medir la Palabra de Dios y determinar cuáles
de sus enseñanzas podemos aceptar y cuáles rechazar.
R: Esta proposición es nefasta, puesto que es un intento de regresar a la
humanidad al oscurantismo del Medioevo.
La segunda razón por la cual muchos
cristianos han dejado de aceptar la validez del relato de la creación que
presenta el Génesis, es la manera asombrosa como se han extendido las
enseñanzas de la teoría de la evolución.
R: Esto no es tan asombroso, puesto que son
verdades científicas, la evolución es un hecho real, y a los niños y a todos en
general hay que transmitirles la conocimientos científicos, por que sólo estos
nos muestra la mundo real tal cómo es, y no los mitos religiosos.
Esta doctrina rechaza a Dios como
Creador, y mantiene que la formación del universo, del sistema solar y de
nuestro mundo, se debe a la acción ciega de las fuerzas naturales sobre la
materia inerte, a través de muchos millones de años.
R: Un dios no tienen nada que ver en las ciencias.
Lo otro es cierto.
Sostiene además esta teoría, que
todos los seres vivientes que se encuentran sobre este planeta, desde las
bacterias y los virus hasta los peces, plantas, aves y mamíferos, descienden de
una simple célula original que se formó accidentalmente en una época remota.
R: Más o menos es así.
En nuestros días es casi imposible sustraerse al poderoso impacto que produce
esta doctrina sobre casi todas las actividades humanas.
R:
Los mitos y las fábulas religiosas son del pasado, son historias que pertenecen
al mundo de los cuentos de hadas y no tienen nada que ver con la realidad, esta
sólo se alcanza mediante los conocimientos científicos.
En programas de televisión y radio, en museos
y conferencias eruditas, en libros y revistas, en producciones de cine y textos
de estudio, se citan a cada paso las enseñanzas de la evolución, sin intentar
siquiera evaluarlas con juicio crítico.
R: La evolución
sintética biológica es un hecho real indesmentible, sin ella, en la tierra sólo
existirían en la actualidad eucariotas y algas y nada más. La evolución es un
proceso continuo extraordinariamente lento. Es un proceso sin meta ni
dirección.
Lo mismo hacen la mayoría de los educadores en
todos los niveles. Pocos se atreven hoy a disputar las aseveraciones
evolucionistas según las cuales los seres humanos descienden del mono y de
otras formas de vida cada vez más primitivas.
R: Ni siquiera
Darwin dijo que el ser humano desciende de los simios, pero tenemos un
antepasado en común que existió hace unos 7 millones de años.
Por otro lado, el
ser humano comparte el 98 % de los genes con los chimpancés y un 84% con los
ratones
Desde sus años más tiernos, los
niños escolares escuchan a sus maestros hablar de las especulaciones
evolucionistas como si fueran hechos comprobados.
R: Las religiones, el creacionismo y la enseñanza
del diseño inteligente deben quedar
fuera de los colegios. El creacionismo y el DI
son pseudociencias.
¿Es tan seria y digna de confianza la teoría de la evolución?
R: La teoría sintética de la evolución (TSE) es en la actualidad la teoría científica más
afianzada que existe, es el mejor modelo que existe sobre el origen de las
especies. Después de más de 150 años
esta teoría se ha mejorado y complementado, y hasta hoy no se ha presentado
ninguna otra teoría que la refute.
¿Merece el lugar que ocupa hoy en el edificio
científico que han construido los seres humanos para explicar el mundo y
nuestro propio origen?
R: A ver, la teoría sintética de la evolución sólo
es un modelo del origen de las diversas especies, no explica el origen de la
vida ni del universo.
¿Es tan sólida, que le permitimos
echar por tierra nuestra fe en Dios y en su divino acto creador por el cual en
seis días de 24 horas pobló nuestro mundo de todo ser viviente, incluso el
hombre? La respuesta es un "no" sin atenuantes.
R: La TSE y la
teoría del Big-bang, convirtieron al relato biblia en un mero cuento de hadas.
La
teoría de la evolución no es digna de nuestra confianza. Ninguna de sus
características básicas resiste en la práctica es escrutinio de la verificación
experimental.
R: Es irrelevante si no es digna de confianza de uno que otro fundamentalista
religiosos. Hay muchísimas cosas que existen en la naturaleza que no se puede
reproducir experimentalmente en un laboratorio.
Solía decirse hace años que el
evolucionismo tenía que aceptar su doctrina por fe, ya que no hay manera de
comprobar por medio de experimentos si son verdad o no sus enseñanzas.
Lord Kelvin, el ilustre físico inglés, decía: "Me maravilla la prisa
con que muchos profesores universitarios y predicadores tratan de recalcar en
sus aulas y púlpitos las doctrinas de la evolución cuando ésta no es más que
una hipótesis que no ha sido comprobada" (El Centinela, septiembre de
1977).
R: En el siglo 19, Lord Kelvin no tenía los
conocimientos que tenemos en la actualidad. Citarlo hoy es una falacia ad
verecundiuam
Si para ser evolucionistas hace 80 ó
100 años era necesaria una gran dosis de credulidad, los que deseen aceptar
esta doctrina en nuestros días necesitan esa dosis en cantidades mayores ya que
hay numerosos descubrimientos de la ciencia que han demostrado cuán inverosímil
es la idea de que la vida sea el producto de procesos naturales ciegos y sin
propósito.
R: Aclaro de nuevo,
la TSE no se refiere al origen de la vida, sino específicamente al origen de
las diversas especies vivientes.
Por ejemplo, es evidente que los
biólogos de fines del siglo pasado y principios del actual, no sabían lo que
decían cuando enseñaban que las células de cualquier organismo son estructuras
"simples". En esos días no existía el microscopio electrónico. Si los
famosos proponentes de la evolución de entonces hubieran sabido lo que saben
actualmente nunca se les habría ocurrido pensar que algo tan fantásticamente
complejo como una célula viva, se pudiera haber formado por causas fortuitas o
accidentalmente.
R: ¡Esto es totalmente irrelevante!
En esos tiempos se pensaba que la célula era un globito minúsculo de
protoplasma, con una membrana que lo encerraba y con una media docena de otras
sustancias y estructuras básicas como el núcleo y los cromosomas.
R. Y un poco antes ni se sabía que existían.
Hoy, en cambio, se sabe que la célula es una fábrica inmensamente compleja y
completa. Tal como fábricas e industrias humanas, tiene diversos componentes y
departamentos que trabajan en forma coordinada para el bien común.
R: Comparar el comportamiento natural de una célula
con el funcionamiento de una fábrica, lo encuentro bastante tirado de las
mechas.
A diferencia de nuestras
industrias, sin embargo, la célula fabrica una infinidad de productos químicos
con una eficiencia tal que ninguna empresa humana puede ni remotamente imitar.
De hecho, para la fabricación de proteínas, la célula puede proveer más de
1.300 clases de aminoácidos, según las instrucciones que su sección de
manufactura recibe de la "gerencia".
R: No soy biólogo, no sé si esta afirmación es
cierta o no, sin embargo lo poco y nada
que se al respecto, se que son veinte los aminoácidos que se encuentran en los
sistemas biológicos. Sin embargo aquí el señor Peverini se atreve hablar de
1300 aminoácidos – sin comentarios.
Luego la sección despachos se encarga de
empacar el producto y ponerlo en manos del sistema de transportación, el cual
lo lleva al exterior para que se incorpore a la corriente sanguínea. Todo este
proceso requiere energía, la cual proveen los "dínamos" de la
fábrica, o mitocondrios, que en gran número (a veces hasta por miles) pueblan
el interior de la célula.
Todo esto no es sino una descripción muy primitiva e incompleta de una pequeña
parte del intrincadísimo funcionamiento de una célula viviente. Y recordemos
que, con la poderosa ayuda del microscopio electrónico, los científicos
confiesan que cada día descubren mayores misterios en la pasmosa operación y
organización de estas maravillosas miniaturas que Dios creó para formar con
ellas todos los seres vivientes.
R: ¿Qué quiere demostrar el señor Peverini con toda
esta explicación de las mitocondrias? ¿Qué no se pudieron haber formado con el
tiempo por evolución? Según los creacionistas
fue “dios” eo que lo creó todo, Pero asunto es, ¿ellos pueden explicar cómo Dios
creó todas las cosas? ¡No! Claro que no, es muy fácil decir que fue un dios que
lo hizo todo.
Suponer
que una célula, con sus millares de intrincados componentes, pudiera haberse
formado por casualidad, es algo tan absurdo como creer que un libro es el
producto de una explosión en una fábrica de tinta.
R: Nadie dijo que las células se formaron por
casualidad. Y siempre la mis estúpida comparación, cómo esta del libro, o de un
tornado que pasa por encima de un montón de chatarra y forma un jumbo jet.
No perdamos de vista las realidades eternas.
R: Realidades
eternas ¿Qué es esto?
El
mundo y sus criaturas son el producto maravillosamente ordenado de una Mente
capaz de planear, de estructurar y de ejecutar lo planeado. Hay un orden
asombroso, una simetría admirable en todo lo creado.
R: ¿De qué orden me habla? El universo comenzó con
una entropía mínima y esta aumenta constantemente.
El
átomo con sus múltiples componentes y las moléculas, que en infinita profusión
hacen posible la existencia de la materia y los procesos de la vida, testifican
poderosamente acerca del Supremo Creador.
R: Irrelevante.
Estas
realidades descartan las fábulas pueriles de los que creían posible que el caso
y la no existencia produjeran orden, materia y vida por pura casualidad.
R: Las fábulas se encuentra en la Biblia. La
casualidad en el origen de las cosas sólo juega un papel muy limitado.
Multitud
de descubrimientos en todas las ramas de la ciencia y la exploración espacial
han convertido al evolucionismo en una teoría añeja, anticuada y pueril, un
verdadero fósil moderno.
R: No me haga reír por favor. La TSE es en la
actualidad la teoría científica mas afianzada que existe. Lo que es añejo y
pueril son justamente las fabulas bíblicas
El intelecto contemporáneo exige una
explicación racional de la vida y el cosmos.
R: ¡Claro! Lo más racional es decir fue un dios que
lo creó todo.
Por eso
aumenta cada día el número de hombres de ciencia, investigadores y educadores
en todos los campos del saber, que reconocen públicamente a Dios como Creador
de todo.
R: Señor Peverini, vivimos en el siglo 21 y no en
el siglo 18
Fuente: http://ojoadventista-creacionismo.blogspot.cl
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