R: En el artículo correspondiente al vínculo - que arriba se indica en color café - se hace referencia a lo que se conoce como prueba teleológica de Dios. Se trata de un argumento análogo empírico, cuya estructura es la siguiente: De la observación, que un objeto A tienen una propiedad P y que otro objeto B “de alguna manera” se asemeja al objeto A, se concluye, que B igualmente presenta la propiedad P, en este caso no verificable directamente. La debilidad de estos argumentos analógicos, consiste en el problema, sí y en qué medida estas supuestas semejanzas son acertadas. ¿En qué medida un reloj es análogo a toda la naturaleza? (La analogía de Paley)
R: Las más diversas culturas y sociedades, independientemente de sus creencias, han establecido sus normas de moralidad para una buena convivencia entre las personas de dichas sociales. Y muchas de estas normas, se repiten entre estos grupos de personas. La moral es subjetiva a cada sociedad. Y estos conceptos valóricos ya existían mucho antes de que apareciera el monoteísmo. ¿Qué base valórica puede tener una moral, que supuestamente vendría de un dios, que mando no matar y luego ese mismo dios ordena guerras y matanzas por doquier. Además normas de comportamiento, que se basan en dudosos premios – a quién le gustaría estar en la presencia de ese energúmeno - si te portas bien o en terribles castigos si no obedeces estos mandamientos, no se pueden considerar cómo moral. Todo lo contrario, uno actúa moralmente por empatía y no en pos de un premio o para evitar un castigo.
Hablar del bien y del mal , es realmente muy pueril (ver aquí).
R: Nadie a afirmado esto alguna vez. En la actualidad existe una hipótesis que explicaría cómo la vida pudo haber surgido de materia inerte (ver aquí).
R: No existe una religión verdadera, porque todas se basan en creencias, para las cuales no hay evidencias. Las religiones, no tienen criterios en los cuales se pueden basar. Mientras que una teoría científica si tiene una serie de directrices con los cuales debe cumplir, para que sea considerada tal, en cambio las religiones no tienen nada parecido en que basar sus afirmaciones sobre su veracidad.
En la actualidad sólo existe una teoría que explica el desarrollo del universo a partir de la era cuántica, conocida como el Big-bang, pero esta no explica lo que causó que apareciera el universo.
R: Aquí se cometió una falacia non sequitur. ¿Qué tiene que ver el razonamiento con la evolución del cerebro?
R: Falso, las ciencias aún no han establecido cómo se originó la vida. Si la humanidad no haya observado algo no quiere decir que no existe.
R: Nuevamente nos encontramos con una clásica falacia non sequitur. Las ciencias naturales aún no tienen una teoría de cómo se originó la vida ( Ver arriba)
R: Esto sólo lo dicen ustedes los creacionistas ignorantes.
R: Falso, no somos todos iguales. Todo lo contrario somos todos diferentes. Los seres que evolucionan son aquellos que mejor se adaptan a las nuevas condiciones, por ejemplo, ambientales y no necesariamente es el más fuerte. Esta interpretación de la evolución la tergiversó, por ejemplo, el nacional socialismo alemán en tiempos de Hitler, para justificar la superioridad de la raza germánica, en desmedro de los judíos.
En la naturaleza no existe, lo que llamamos conceptos valóricos.
R: Las creencias en dioses se deben a la debilidad y a la inseguridad del ser humano frente a la naturaleza. Cuando éramos pequeños nos refugiamos con nuestros padres cuando algo nos asustaba. Y debido a que la gran mayoría de la humanidad aún no alcanzó la madurez plena siguen buscando a este padre protector. Por ejemplo en caso de un fuerte sismo, los cristianos claman a “Dios”, se persignan, rezan etc. pero con esto el sismo no termina o se hace menos intenso y tampoco se acabarán en el futuro y tampoco evita que las casas endebles se manden abajo.
Yo estoy en contra de las religiones, porque ellas fueron y son causa de muchas tragedias de la humanidad, especialmente el catolicismo, el luteranismo y el islam.
Las religiones deben ser cosa privada, cada cual tiene el derecho a creer lo que quiera, pero no tiene el derecho de tratar de imponer sus ideas a otras personas. Las religiones deben estar fuera de los colegios y de la política.
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